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Nombres para Cristo y su congregaciónLa Atalaya 1964 | 15 de abril
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El hecho de que se dice que los cristianos están “en unión con Cristo” no significa que se les pueda mencionar como “el Cristo,” así como el vocablo “Señor” no puede aplicarse a ellos porque a los hijos se les dice: “Sean obedientes a sus padres en unión con el Señor.”—Efe. 6:1.
Entonces, ¿cómo hemos de entender 1 Corintios 12:12? Este dice: “Así como el cuerpo es uno pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, así también es el Cristo.” ¿No incluye el vocablo “el Cristo” en este caso a los miembros del cuerpo? No, aparentemente no, porque lo que Pablo está considerando aquí es el cuerpo de Cristo separado y distinto de su Cabeza. Por eso él resume su argumento en el versículo 27, diciendo: “Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros individualmente.” En el versículo 12 Pablo evidentemente está usando una manera elíptica de hablar en conexión con el Cristo, una forma de habla no poco común en las Escrituras. Por eso, podríamos parafrasear las palabras de Pablo en 1 Corintios 12:12 de esta manera: ‘Así como el cuerpo, aunque es una sola entidad, tiene muchos miembros, así es el cuerpo de Cristo, es decir, los asociados con o los que pertenecen a Jesucristo.’
En otras palabras, los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas no hacen una distinción entre “el Cristo” y Jesucristo. Ilustra este punto Efesios 2:13, que dice: “Pero ahora en unión con Cristo Jesús ustedes que en un tiempo estaban lejos han venido a estar cerca por la sangre del Cristo.” Compare también Efesios 1:10, 12, 20.
En vista de lo susodicho, ¿cómo ha de entenderse Hebreos 11:26? Este nos dice que Moisés “estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto.” ¿A quién o a qué alude “el Cristo” en este caso? No parece que la “riqueza” que Moisés tenía presente era el ser un tipo de “el Cristo” que vendría, porque él no sabía que era tal cosa. Más bien, parece aludir al privilegio que él mismo tuvo de ser el ungido de Dios (griego:christós) para servir como medianero y libertador. Esto significaba más para Moisés que todos los tesoros de Egipto.
De esta consideración podemos ver que una variedad de vocablos aplica a Jesucristo y a los miembros de su cuerpo. Algunos aplican exclusivamente a Jesús. Otros, como “nuevos cielos,” siempre incluyen el número compuesto de los 144,001: Cristo Jesús y su cuerpo. Aún otros nombres describen solo a los 144,000, aunque por lo general ilustran alguna relación con su Cabeza, Cristo Jesús, como “cuerpo de Cristo,” “la novia,” “rebaño pequeño,” y “Nueva Jerusalén.” Pero, como hemos notado, hay algunas designaciones que a veces tienen un sentido amplio o inclusivo, incluyendo a los 144,000 como cuerpo y a veces incluyendo a Cristo, mientras que en otros casos estas mismas designaciones tienen un sentido más limitado o restringido. Un buen ejemplo de esto es la palabra “congregación.” Por eso, es importante considerar el contexto para tener claramente presente el pensamiento del escritor. Los nombres son descriptivos. Cuando se entienden y se aplican correctamente, hacen resaltar el valor completo de las cosas o personas, y son esenciales para un conocimiento acertado de la Palabra de Dios.
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Demonismo en ÉfesoLa Atalaya 1963 | 15 de octubre
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Demonismo en Éfeso
● Una de las más primitivas inscripciones que se hallaron en Éfeso fue una forma de adivinación por augurios de aves inscrita en un trozo de mármol. “Si el ave vuela de derecha a izquierda, entonces si se eleva o se posa fuera de vista, es mala suerte,” y así por el estilo.—The Bible Was Right, por Hugo J. Schonfield, capítulo 37, “The Home of Magic.” Vea Hechos 19:18, 19, donde se informa que a Éfeso se le conocía por sus “artes mágicas.”
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