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¿Vive usted para lo que puede sacar de la vida ahora?La Atalaya 1973 | 1 de julio
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3. (a) ¿Qué preguntas se presentan en vista del conflicto entre la filosofía de este mundo y la Biblia? (b) ¿Cómo endereza los asuntos Pablo sobre vivir solo para los placeres egoístas?
3 Ante todo esto, la Biblia dice: “El hombre de actos fieles recibirá muchas bendiciones.” (Pro. 28:20) ¿Es esto realmente cierto? ¿Está apegada a la realidad la Biblia al manifestar normas morales elevadas para gobernar la conducta del hombre? Si uno se esmera por elevarse a la altura de éstas, ¿realmente sacará provecho? Además, cuando viene la muerte, ¿puede uno esperar confiadamente una vida mejor después debido a los actos de fidelidad de uno? Si el hombre simplemente fuese un producto de la evolución, que no fuera responsable a nadie salvo a la sociedad de la cual forma parte en cuanto a cómo se comporta, entonces el criticar las normas y promesas de la Biblia tendría algo de peso. Ese es el punto que el apóstol Pablo recalca al escribir a los cristianos en Corinto: “Si los muertos no han de ser levantados, ‘comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir.’” Pablo rápidamente refuerza la referencia a este concepto meramente egoísta con la advertencia: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles. Despierten de manera justa al estado sobrio y no practiquen el pecado, porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Hablo para hacerles sentir vergüenza.”—1 Cor. 15:32-34.
4. (a) ¿Cuál era la filosofía de los epicúreos? (b) ¿Cómo mostraron Abrahán y otros hombres fieles que ellos no tenían esta actitud para con la vida y el futuro?
4 Mientras estuvo en Grecia, Pablo se topó con esta filosofía de los epicúreos, que creían que uno debería vivir de tal manera que sacara el mayor placer de la vida, sin embargo haciéndolo con algo de moderación a fin de evitar el sufrimiento que acompaña al exceso. No se interesaban en el futuro salvo para seguir disfrutando del placer hasta la muerte. Pero no pensaban de esa manera los hombres fieles como Abrahán. De éstos, Pablo escribió: “En fe murieron todos éstos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra.” No perdieron la fe ni se envolvieron en las prácticas corrompidas que los rodeaban. Están muy vivos en la memoria de Dios y pronto los resucitará Dios a la vida que lo es realmente en una Tierra paradisíaca bajo el gobierno de su Reino.—Heb. 11:13; Mat. 22:31, 32; Juan 6:39, 40.
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¿Vive usted para lo que puede sacar de la vida ahora?La Atalaya 1973 | 1 de julio
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7. ¿Cómo pueden el pensar y las actitudes de este mundo empezar a influir sutilmente en el cristiano? ¿De qué deberíamos recordarnos continuamente?
7 Para asegurarnos de no ser extraviados o atrapados como si fuese en un lazo, tenemos que hacernos preguntas escrutadoras para probar nuestros motivos más profundos, nuestros deseos secretos, nuestros afectos ocultos. ¿Para qué estamos viviendo? Una cosa es decir que vivimos con la vida en el nuevo orden de Dios en mira, pero otra cosa es estar viviendo realmente en armonía con los requisitos de Dios todos los días. Los cristianos no pueden dejar que la sutil filosofía epicúrea de este mundo los engañe y, antes de saberlo, ponerse a vivir para los placeres de hoy, por temor de que mañana mueran. O, teniendo dudas en cuanto a lograr entrar en el Nuevo Orden, quizás empiecen a saborear los placeres de este mundo, no queriendo perdérselos del todo. Tenemos que preguntarnos continuamente: ¿Para qué estamos viviendo? ¿Para los placeres de este mundo o “la vida que lo es realmente” en el nuevo orden de Dios?—1 Tim. 6:17-19.
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