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El empleo y su concienciaLa Atalaya 1965 | 15 de mayo
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La Sociedad no aprueba ninguno de los usos médicos modernos de la sangre, como los usos de la sangre en conexión con inoculaciones. Sin embargo, la inoculación casi es una circunstancia inevitable en algunas secciones de la sociedad, y por eso dejamos a la conciencia del individuo determinar si se someterá o no a la inoculación con un suero que contenga fragmentos de sangre con el propósito de edificar anticuerpos para combatir la enfermedad. Si una persona hiciera esto, puede sacar consuelo, bajo las circunstancias, del hecho de que no está comiendo directamente sangre, lo cual se prohíbe explícitamente en la Palabra de Dios. No se usa para alimento ni para reemplazar sangre perdida. En esto el cristiano tiene que hacer su propia decisión basándose en su conciencia. Por lo tanto, el que un cristiano se someta o no a la inoculación con un suero, o el que los doctores o enfermeras que sean cristianos la administren, es decisión personal.a Los cristianos que se hallan en la profesión médica son responsables individualmente por las decisiones de empleo. Tienen que aceptar las consecuencias de las decisiones que se hacen, en armonía con el principio de Gálatas 6:5. Algunos médicos que son testigos de Jehová han administrado transfusiones de sangre a personas del mundo a petición de ellas. Sin embargo, no lo hacen en el caso de un testigo dedicado de Jehová. En armonía con Deuteronomio 14:21, el administrar sangre a petición de personas mundanas queda de la propia conciencia del doctor cristiano. Esto es semejante a la situación a que se enfrenta un carnicero o un abarrotero cristiano que tiene que decidir si puede vender con la conciencia limpia morcilla a una persona mundana.b
HACIENDO SU DECISIÓN
Estos cuantos ejemplos de cómo los cristianos pueden decidir sobre su empleo pueden ser útiles cuando se trata de considerar tipos de empleo mencionados aquí. El cristiano siempre debe considerar las leyes de Dios en todo lo que hace; y cualquier cosa que hace, la hace para Jehová. (1 Cor. 10:31) Si lo que hace no es en violación de la ley de Dios ni las leyes justas de “César,” se halla dentro de sus derechos al hacerlo, y nadie debe criticarlo. Cuando un cristiano se halla en duda acerca de lo que debe hacer, debe orar a Jehová Dios. (1 Ped. 5:6, 7) Debe leer la Biblia y considerar las publicaciones cristianas que tratan de su problema (El Watch Tower Publications Index contiene muchas referencias bajo “Employment.”) Puede hablar al superintendente de la congregación. Sin embargo, después de hacer estas cosas es el individuo quien, conociendo todas las circunstancias y las consecuencias, tiene que analizar los asuntos y luego decidir. Otros no pueden hacer su decisión, si es asunto de conciencia.
Cuando se enfrente a una decisión, quizás sienta anticipadamente que su conciencia le molestaría si usted decidiera de cierta manera. Lo que se ha de hacer, entonces, es evitar lo que hace que usted tenga una conciencia inquieta. Los cristianos desean agradar a Jehová y por eso, sea cual sea su empleo, debe ser de la clase de trabajo que puedan hacer con una conciencia limpia delante de Jehová. “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.”—Col. 3:23; 1 Tim. 1:18, 19; 1 Ped. 3:16.
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No satisfactoria la escuela dominicalLa Atalaya 1965 | 1 de febrero
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No satisfactoria la escuela dominical
En Florida una testigo de Jehová tuvo la siguiente experiencia: “Una niña de nueve años de edad que vive en la calle en que yo vivo vino cierta noche a mi hogar. Dijo que había oído que yo instruía en la Biblia y preguntó si yo quería estudiar la Biblia con ella, porque, después de asistir por tres años a la escuela dominical, todavía estaban leyendo allí historias acerca de cuadros a los cuales añadían los colores. Le di el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado y la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas para que sus padres los vieran. Ellos le dieron a la niña permiso para estudiar durante las vacaciones del verano pero dijeron que tendría que volver a la escuela dominical cuando comenzara la escuela. Durante nuestros estudios la niña mostró aprecio sincero y mucho entusiasmo.
“La primera vez que volvió a la escuela dominical les habló a sus compañeros de clase acerca del Paraíso y el Reino por el cual deben orar los cristianos. La maestra se sorprendió y le preguntó dónde había obtenido su información. ‘De la Biblia,’ contestó ella, ‘y una señora muy buena me ayudó a entenderla.’ Cada domingo volvía llorando de la escuela dominical a su casa porque no había aprendido nada acerca del reino de Dios o del nombre de Dios. Finalmente se le ocurrió una idea. Buscó textos bíblicos y bombardeó a sus padres con preguntas que éstos no pudieron contestar, con el resultado de que reanudamos nuestro estudio en el libro Paraíso y ya ella no va a la escuela dominical. Además, ella ha traído consigo a un vecinito de siete años para que se le ayude a empezar a estudiar la Biblia.”
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