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Por qué el campo de Dios será productivoLa Atalaya 1964 | 15 de junio
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32. Lógicamente, entonces, ¿qué otra cosa se hace simbólica en los escritos de Pedro?
32 Por consiguiente, el medio que se usa para destruir los cielos y tierra simbólicos actuales llega a ser simbólico también, a saber, el fuego. Así, no se destruirán los cielos y Tierra literales cuando se cumpla 2 Pedro 3:7, 10: “Por la misma palabra los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y quedan reservados para el día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos. . . . El día de Jehová vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos estando intensamente calientes serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas.” El tiempo ardiente de dificultad destruirá el control invisible que Satanás el Diablo ha ejercido sobre la humanidad y la sociedad terrestre de gente impía. Pero los cristianos que están reconciliados con Dios sobrevivirán.
33. ¿Qué son los nuevos cielos y la nueva tierra?
33 Por lo tanto, Pedro continúa y dice: “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) Los nuevos cielos, que son simbólicos, serán el reino mesiánico de Jehová gobernando desde la región invisible. La nueva tierra será las “otras ovejas” organizadas para las cuales el Pastor Excelente Jesucristo dio su vida humana. En esta nueva sociedad terrestre se cultivará la justicia y morará la justicia, de modo que la Tierra literal estará llena por todas partes de justicia en medio de condiciones paradisíacas.
34. ¿Qué, entonces, es el campo de trabajo de Dios, y qué debieran sentirse obligados a hacer todos los cristianos?
34 Este glorioso mensaje afecta o le incumbe a toda la humanidad. Es la voluntad de Dios por medio de Cristo que estas buenas nuevas vayan a toda la tierra habitada antes que los cielos y tierra que ahora son sean destruidos y todos los impíos con ellos. (Mat. 24:14) Hoy, como nunca antes, todo el mundo de la humanidad es el campo de trabajo y actividad de Dios. Como cristianos dedicados enteramente a hacer su voluntad, nosotros estamos bajo la obligación de ser colaboradores con él en la muy importante obra de salvación. Apreciando la bondad inmerecida que él nos ha mostrado, resueltamente iremos adelante “trabajando junto con él.” Así le mostraremos amorosamente que no hemos dejado de cumplir el propósito de toda la bondad inmerecida que él nos ha mostrado por medio de Jesucristo.—1 Cor. 3:9; 2 Cor. 5:19 a 6:1.
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Si Jesús volvieraLa Atalaya 1964 | 15 de marzo
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Si Jesús volviera
Eila Pennanen, autora, tratando este tema en un almuerzo de congregación en Lauttasaari, Finlandia, concluyó así, dijo la publicación auspiciada por clérigos Vartija, en el número indicado Núm. 5-6, de 1962: “¿Cómo respondería la gente a Jesús hoy día? Los hombres de organización de la iglesia lo ignorarían con una sonrisa en sus labios, los fariseos lo denunciarían en la prensa, los escribas exigirían que los Concilios del obispo lo castigaran por herejía, los saduceos lo considerarían como un hombre no educado y simple y la autoridad seglar lo silenciaría de una manera mucho más eficaz que lo que lo hizo la crucifixión. La publicidad por sí sola es asesina. Hay razón para esperar que Jesús no vuelva.” Poco extraña que ésta sea la actitud, pues ¿qué diría Jesús acerca de la apatía espiritual, la voracidad materialista, la inmoralidad y las guerras de la cristiandad? ¿Qué diría de los líderes religiosos que se unen a los políticos en exaltar a las Naciones Unidas en vez de al reino de Dios?
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