¿Alguna vez se hará justicia en el mundo?
Miremos donde miremos, el mundo está lleno de injusticias. Los siguientes son solo dos ejemplos:
En enero de 2018, una jueza de Estados Unidos puso en libertad a un hombre que llevaba casi 38 años en la cárcel. Una prueba de ADN demostró que era inocente.
En septiembre de 1994, en un país africano, tres jóvenes fueron encarcelados por su objeción de conciencia al servicio militar. Para septiembre de 2020 ya llevaban 26 años en la cárcel sin siquiera haber tenido un juicio o haber sido acusados formalmente de un delito.
Si usted ha sufrido una injusticia, quizás se sienta como Job, un hombre de tiempos bíblicos que dijo: “A gritos sigo pidiendo ayuda, pero no hay justicia” (Job 19:7). Aunque la verdadera justicia parezca un sueño imposible, la Biblia promete que llegará el día en que habrá justicia para todos. Mientras tanto, los consejos de la Biblia pueden ayudarnos a soportar las injusticias que se cometen hoy.
¿Qué hay detrás de las injusticias?
Cuando se pasan por alto las normas de Dios, se cometen injusticias. La Biblia dice que la justicia de verdad viene de Dios (Isaías 51:4). En la Biblia, las palabras traducidas como “rectitud” y “justicia” están muy relacionadas (Salmo 33:5). ¿En qué sentido? Cuando se actúa de forma recta o correcta —es decir, de acuerdo con las normas de Dios—, se consigue justicia. Pero, cuando se comete un pecado —es decir, cuando se pasan por alto las normas de Dios—, se cometen injusticias. Piense en estos ejemplos:
El egoísmo. Los deseos egoístas y el pecado van de la mano (Santiago 1:14, 15). Muchas personas, para conseguir lo que quieren, se aprovechan de los demás y los tratan injustamente. Dios nos pide justo lo contrario: que pensemos primero en los demás (1 Corintios 10:24).
La ignorancia. Algunas personas tratan a otros de forma injusta sin darse cuenta, pero para Dios eso también es un pecado (Romanos 10:3). Recordemos que una de las mayores injusticias de la historia —la ejecución de Jesucristo— se cometió por ignorancia (Hechos 3:15, 17).
La incapacidad de las iniciativas humanas. Supuestamente, los sistemas políticos, comerciales y religiosos del mundo deberían promover la igualdad y la justicia. Sin embargo, lo que vemos es que suelen estar llenos de errores, corrupción, prejuicios, avaricia, intolerancia y terribles desigualdades económicas. ¿El resultado? Un mundo repleto de injusticias. Es verdad que en algunas de esas instituciones hay personas con buenas intenciones. Pero todas las iniciativas humanas acaban fracasando si no tienen en cuenta las normas de Dios (Eclesiastés 8:9; Jeremías 10:23).
¿Le importa a Dios que se cometan injusticias?
Sí, mucho. Él odia las injusticias y también las actitudes y acciones que hay detrás de ellas (Proverbios 6:16-18). Hizo que el profeta Isaías escribiera estas palabras: “Yo, Jehová, amo la justicia; odio el robo y la injusticia” (Isaías 61:8).a
La Ley que Dios les dio a los israelitas en la antigüedad demostró lo importante que era para él que fueran justos. Les ordenó a los jueces que no aceptaran sobornos y que no torcieran la justicia de ningún otro modo (Deuteronomio 16:18-20). Condenó a los israelitas que se aprovechaban de los pobres y los desfavorecidos, y acabó rechazándolos por desobedecer sus normas (Isaías 10:1-3).
¿Acabará Dios con la injusticia?
Sí. Por medio de Jesucristo, Dios acabará con la principal causa de las injusticias —es decir, con el pecado— y hará que los seres humanos seamos perfectos, como siempre quiso (Juan 1:29; Romanos 6:23). También ha establecido en el cielo un Reino, o gobierno, que se encargará de que haya justicia para todos (Isaías 32:1; 2 Pedro 3:13). Para saber más sobre ese gobierno, vea el video ¿Qué es el Reino de Dios?
¿Cómo será la vida cuando haya justicia en el mundo?
En el nuevo mundo que Dios promete, cuando por fin haya justicia, toda la gente estará en paz y se sentirá segura (Isaías 32:16-18). Para Dios, todas las personas valen lo mismo, y por eso serán tratadas con igualdad. La tristeza, la desesperación y el dolor que causan las injusticias desaparecerán para siempre. Hasta el amargo recuerdo de alguna injusticia que hayamos sufrido se irá borrando poco a poco (Isaías 65:17; Apocalipsis 21:3, 4). Para saber más, lea el artículo “¿Qué hará el Reino de Dios?”.
¿De verdad existirá un mundo sin injusticias? ¿Podemos creer lo que Dios nos promete?
Sí. ¿Por qué? Porque está comprobado que las profecías de la Biblia se cumplen, que los datos históricos y científicos que hay en ella son exactos y que sus relatos no se contradicen. Por eso podemos confiar en lo que Dios nos promete en la Biblia. Para conocer más detalles, vea los siguientes enlaces:
¿Debemos luchar contra las injusticias?
La Biblia habla de personas buenas que no se quedaron de brazos cruzados ante las injusticias. Por ejemplo, al apóstol Pablo le iban a hacer un juicio injusto que le pudo haber costado la vida. En vez de resignarse a esa injusticia, Pablo se valió de los recursos legales que tenía a su alcance y apeló a César (Hechos 25:8-12).
Sin embargo, por mucho que nos esforcemos, los seres humanos nunca podremos acabar con todas las injusticias del mundo (Eclesiastés 1:15). Aun así, muchas personas se han dado cuenta de que confiar en lo que Dios promete les hace mucho bien. La seguridad de vivir en un mundo sin injusticias calma la angustia que sienten y les da paz mental.
a Jehová es el nombre de Dios (Salmo 83:18).