“Lo que prometes en voto, págalo”
“Tienes que pagar tus votos a Jehová” (MAT. 5:33).
1. a) ¿Qué tenían en común Jefté y Ana? (Vea los dibujos del principio). b) ¿Qué preguntas se responderán en el artículo?
EL JUEZ Jefté era un líder valiente; Ana era una esposa respetuosa. Él era un soldado aguerrido; ella, una humilde ama de casa. ¿Qué podían tener en común, además de adorar al mismo Dios? Los dos hicieron un voto a Jehová y los dos lo cumplieron. Por ello, son un magnífico ejemplo para los hombres y mujeres que en la actualidad deciden hacer un voto a Dios. Ahora bien, surgen estas importantes preguntas: ¿Qué es un voto? ¿Cuánta seriedad tiene hacer un voto a Dios? ¿Qué lecciones aprendemos de Jefté y Ana?
2, 3. a) ¿Qué es un voto? b) ¿Qué dice la Biblia sobre hacer votos a Dios?
2 En la Biblia, un voto es una promesa solemne que le hacemos a Dios. Puede consistir en un compromiso de hacer algo, ofrecer algún regalo, realizar algún servicio o abstenerse de ciertas cosas. Los votos se hacen por voluntad propia. Ahora bien, Dios los considera sagrados y de obligado cumplimiento, pues tienen la fuerza de un juramento por el que se promete hacer o dejar de hacer alguna cosa (Gén. 14:22, 23; Heb. 6:16, 17). ¿Qué dicen las Santas Escrituras sobre la seriedad de hacer votos a Dios?
3 La Ley mosaica decía: “En caso de que un hombre haga un voto a Jehová o jure un juramento para atar sobre su alma un voto [...], no debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer” (Núm. 30:2). Años después, Dios inspiró a Salomón para que escribiera: “Siempre que hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo” (Ecl. 5:4). Y Jesús confirmó la seriedad de hacer votos al declarar: “Se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes jurar y no cumplir, sino que tienes que pagar tus votos a Jehová’” (Mat. 5:33).
4. a) ¿Cuánta seriedad tiene hacer un voto a Dios? b) ¿Qué vamos a aprender de Jefté y Ana?
4 Está claro, entonces, que es un asunto muy serio hacerle promesas a Dios. Nuestra actitud hacia ellas tiene un efecto en nuestra relación con él. David escribió: “¿Quién puede ascender a la montaña de Jehová, y quién puede levantarse en su lugar santo? El inocente de manos y limpio de corazón, que no haya [...] prestado juramento engañosamente” (Sal. 24:3, 4). ¿Qué votos hicieron Jefté y Ana? ¿Fue sencillo para ellos cumplir lo que habían prometido?
CUMPLIERON FIELMENTE SUS VOTOS A DIOS
5. ¿Qué voto hizo Jefté, y cuál fue el resultado?
5 Jefté fue fiel a la promesa que le había hecho a Jehová cuando salió a pelear contra los ammonitas, que aterrorizaban al pueblo de Dios (Juec. 10:7-9). Deseaba intensamente la victoria y por eso hizo este voto: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová”. ¿Qué ocurrió? Los ammonitas perdieron la batalla. ¿Y quién salió al encuentro de Jefté cuando regresó victorioso a su hogar? Su querida hija, que llegaría a ser de Jehová (Juec. 11:30-34). ¿Qué implicó eso para ella?
6. a) ¿Por qué no fue fácil para Jefté y su hija cumplir el voto hecho a Dios? b) ¿Qué nos dejan claro Deuteronomio 23:21, 23 y Salmo 15:4 sobre los votos que se hacen a Dios?
6 Pagar el voto implicaba que la hija de Jefté serviría a Jehová todo el tiempo en el santuario. ¿Se había precipitado Jefté? No, porque es posible que supiera que ella podía ser la que saliera de la casa a su encuentro. Aun así, aquello implicaba un gran sacrificio para los dos, y eso los angustiaba mucho. Cuando Jefté la vio, rasgó sus prendas de vestir y dijo que sentía un gran dolor. Entonces ella le pidió: “Déjame llorar mi virginidad”. ¿Por qué? Jefté no tenía ningún otro hijo y ella, su única hija, no se casaría nunca ni le daría nietos. No habría nadie que conservara el nombre y la herencia de la familia. Pero eso no era lo que más les preocupaba. Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”. Su hija le contestó que hiciera lo que había prometido (Juec. 11:35-39). A estas personas leales no les pasó por la cabeza romper su voto al Dios Altísimo. Lo cumplirían aunque tuvieran que pagar un enorme precio personal (lea Deuteronomio 23:21, 23 y Salmo 15:4).
7. a) ¿Qué voto hizo Ana, y por qué? b) ¿Cómo respondió Jehová a su petición? c) ¿Qué efecto tendría su voto en Samuel? (Vea la nota).
7 Ana también cumplió fielmente el voto que le había hecho a Jehová. Hizo este voto cuando estaba muy angustiada porque era estéril y objeto de burla constante (1 Sam. 1:4-7, 10, 16). Se desahogó con Dios y le prometió: “Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza”a (1 Sam. 1:11). Él respondió la oración, y Ana tuvo su primer hijo. Sin duda, ella se sintió muy feliz. Pero no olvidó la promesa que había hecho. Cuando dio a luz, dijo: “Es a Jehová a quien lo he pedido” (1 Sam. 1:20).
8. a) ¿Fue fácil para Ana cumplir su voto? Explique. b) ¿Qué palabras escritas por David en el Salmo 61 nos recuerdan la actitud ejemplar de Ana?
8 Ana cumplió con todo lo que le había dicho a Dios en cuanto destetó a Samuel, de unos tres años. Ni siquiera pensó en faltar a su promesa. Lo llevó a Siló, al tabernáculo, y lo presentó ante el sumo sacerdote Elí, al que dijo: “Respecto a este muchacho oré que Jehová me concediera mi petición que le pedí. Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová” (1 Sam. 1:24-28). Allí, “el muchacho Samuel continuó creciendo con Jehová” (1 Sam. 2:21). ¿Qué significó esto para Ana? Ella quería mucho a su hijo, pero no lo vería crecer todos los días. Pensemos en cuánto desearía tenerlo en sus brazos, jugar con él y cuidarlo, en definitiva, vivir esos momentos entrañables que atesora una madre que ve a su hijo crecer. Aun así, Ana no se arrepintió de cumplir su palabra. Se alegró mucho de hacer la voluntad de Jehová (1 Sam. 2:1, 2; lea Salmo 61:1, 5, 8).
9. ¿Qué preguntas debemos responder?
9 Ahora que entendemos lo serio que es hacer un voto a Dios, analicemos estas preguntas: ¿Qué votos podríamos hacer los cristianos? Y ¿hasta qué punto estamos decididos a cumplirlos?
EL VOTO DE DEDICACIÓN A DIOS
10. ¿Cuál es el voto más importante que podemos hacer los cristianos, y qué implica?
10 El voto de dedicación es el más importante que podemos hacer los cristianos. ¿Por qué? Porque le prometemos solemnemente a Jehová en una oración personal que le dedicamos nuestra vida a él, que la usaremos para servirle siempre, pase lo que pase. Jesús usó la expresión “repúdiese a sí mismo”, que significa renunciar a todos nuestros derechos y prometer que pondremos la voluntad de Dios delante de todo lo demás (Mat. 16:24). Desde ese día en adelante, le “pertenecemos a Jehová” (Rom. 14:8). Quien se dedica a él debe tomar este voto muy en serio. El escritor del Salmo 116 puso el ejemplo, pues escribió lo siguiente sobre los votos que le había hecho a Dios: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Mis votos pagaré a Jehová, sí, enfrente de todo su pueblo” (Sal. 116:12, 14).
11. ¿Qué ocurrió el día de su bautismo?
11 Si ha dedicado su vida a Jehová y lo ha simbolizado mediante el bautismo, lo felicitamos. Recuerde que ese día se le preguntó ante testigos si se había dedicado a Jehová y si comprendía que al dedicarse y bautizarse estaba demostrando que se convertía en testigo de Jehová y miembro de la organización que Dios dirige con su espíritu. Sus respuestas afirmativas fueron una declaración pública de su dedicación sin reservas a Jehová y demostraron que llenaba los requisitos para bautizarse como su ministro ordenado. Jehová debió sentirse muy feliz.
12. a) ¿Qué preguntas deberíamos hacernos? b) ¿Qué cualidades dijo Pedro que debemos cultivar los cristianos?
12 Pero el bautismo no es más que el comienzo. Después debemos seguir viviendo a la altura de nuestra dedicación a Dios y servirle fielmente. Así que, preguntémonos: “¿Cuánto he progresado espiritualmente desde mi bautismo? ¿Sigo sirviendo a Jehová con toda el alma? (Col. 3:23). ¿Oro, leo la Biblia, asisto a las reuniones y predico con la mayor frecuencia posible? ¿O lo hago menos que antes?”. El apóstol Pedro señaló que no nos haremos inactivos si a nuestra fe continuamos suministrándole conocimiento, aguante y devoción piadosa (lea 2 Pedro 1:5-8).
13. ¿De qué debe darse cuenta el cristiano dedicado y bautizado?
13 Es imposible deshacer el voto de dedicación, retractarse de esta promesa que le hicimos a Dios. Si una persona se cansa de servirle o de vivir como un cristiano, no puede argumentar que en realidad nunca se dedicó y que su bautismo no fue válido.b A todos los efectos, se presentó como alguien totalmente dedicado a Jehová. Será responsable ante él y la congregación de los pecados graves que pueda cometer (Rom. 14:12). No queremos que se diga que hemos dejado el amor que teníamos al principio. Al contrario, queremos que Jesús diga esto de nosotros: “Conozco tus hechos, y tu amor y fe y ministerio y aguante, y que tus hechos recientes son más que los de antes” (Rev. 2:4, 19). Sirvamos con entusiasmo a Jehová cumpliendo con nuestro voto de dedicación y él se complacerá en nosotros.
LOS VOTOS MATRIMONIALES
14. ¿Cuál es el segundo voto más importante que puede hacer alguien, y por qué?
14 El segundo voto más importante que puede hacer una persona es el voto matrimonial. ¿Por qué? Porque el matrimonio es sagrado. Los novios intercambian sus votos ante Dios y otros testigos. Por lo general, prometen que se amarán, se cuidarán con ternura y se respetarán, y que lo harán mientras ambos vivan juntos en la Tierra, dentro de la institución divina del matrimonio. Otras parejas seguramente no pronunciaron estas mismas palabras, pero aun así hicieron un voto ante Dios. Entonces, se les declaró marido y mujer, y entraron en una unión que debe durar toda la vida (Gén. 2:24; 1 Cor. 7:39). “Por lo tanto —en palabras de Jesús—, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”, ni el esposo ni la esposa ni nadie. De modo que quienes se casen deben tener claro que el divorcio no es una opción (Mar. 10:9).
15. ¿Por qué no deben los cristianos tener la misma actitud hacia el matrimonio que hay en el mundo?
15 Por supuesto, no ha habido ningún matrimonio perfecto, porque todos están formados por dos personas imperfectas. Por eso, la Biblia dice que los casados en ocasiones “tendrán tribulación” (1 Cor. 7:28). Es triste, pero en el mundo muchas personas no toman en serio el matrimonio. Cuando empieza a haber tensiones en su relación, sencillamente se rinden y abandonan a su cónyuge. Pero los cristianos no deben actuar así. Romper los votos matrimoniales equivale a mentirle a Dios, y Dios odia a los mentirosos (Lev. 19:12; Prov. 6:16-19). El apóstol Pablo escribió: “¿Estás atado a una esposa? Deja de procurar liberación” (1 Cor. 7:27). Podía expresarse así debido a que sabía que Jehová también odia el divorcio que implique una traición (Mal. 2:13-16).
16. ¿Qué dice la Biblia sobre el divorcio y la separación?
16 Jesús enseñó que solo hay una base bíblica para romper los votos matrimoniales: que uno de los cónyuges cometa adulterio y el cónyuge inocente decida no perdonarlo (Mat. 19:9; Heb. 13:4). La Biblia también es clara sobre el tema de la separación (1 Cor. 7:10, 11). Aunque no establece los motivos para que un matrimonio se separe, algunos cristianos casados han considerado que ciertas situaciones pueden justificar la separación, como que un esposo violento o apóstata ponga en peligro muy grave su vida o su espiritualidad.c
17. ¿Qué pueden hacer los cristianos casados para que su unión dure toda la vida?
17 Cuando una pareja les pide a los ancianos ayuda para resolver sus problemas maritales, estos harán bien en preguntarles si han visto recientemente el drama en lengua de signos ¿Qué es el amor verdadero? y si han estudiado juntos el DVD Felicidad familiar. ¿Por qué? Porque en ambas publicaciones se subrayan los principios bíblicos que han ayudado a muchas parejas a fortalecer su relación. Una esposa que lleva veintidós años casada comentó sobre su matrimonio, que estuvo a punto de romperse: “Los dos estamos bautizados, pero estábamos distanciados emocionalmente. El video llegó justo a tiempo. A nuestra relación le va mucho mejor ahora”. Si usted está casado, haga absolutamente todo lo posible para poner en práctica los principios de Jehová en su relación. Esto lo ayudará a cumplir con sus votos matrimoniales y ser feliz.
EL VOTO DEL SERVICIO ESPECIAL DE TIEMPO COMPLETO
18, 19. a) ¿Qué han hecho muchos padres cristianos? b) ¿Qué implica vivir de acuerdo con el Voto de Obediencia y Pobreza?
18 ¿Observó qué más tuvieron en común Jefté y Ana? Sus votos resultaron en que tanto a la hija de Jefté como al hijo de Ana se les apartara para un servicio especial, un servicio sagrado en el tabernáculo. Eso resultó en que tuvieran una vida llena de satisfacción. En la actualidad, muchos padres cristianos han animado a sus hijos a empezar el servicio de tiempo completo y a centrar su vida en el servicio a Dios. Quienes lo han hecho merecen elogios sinceros (Juec. 11:40; Sal. 110:3).
19 Actualmente hay unos 67.000 miembros de la Orden Mundial de Siervos Especiales de Tiempo Completo de los Testigos de Jehová. Algunos sirven en Betel, otros trabajan en la construcción o son superintendentes de circuito, instructores de escuelas teocráticas en el campo, precursores especiales, misioneros o siervos de Salones de Asambleas o de una instalación para Escuelas Bíblicas. Todos han hecho un Voto de Obediencia y Pobreza, mediante el cual expresan que aceptarán cualquier cosa que se les mande hacer a favor del Reino, que llevarán una vida sencilla y que no harán trabajo remunerado sin permiso. Lo que es especial es la asignación, no quien la recibe. Estos cristianos se dan cuenta de la importancia de cumplir con humildad su voto solemne mientras estén en el servicio especial de tiempo completo.
20. ¿Qué debemos hacer “día tras día”, y por qué?
20 ¿Cuántos de estos votos hemos hecho a Dios? ¿Uno, dos o los tres? Seguramente nos damos cuenta de que debemos tomarlos muy en serio (Prov. 20:25). Faltar a la palabra que le hemos dado a Jehová e incumplir nuestros votos puede traer graves consecuencias (Ecl. 5:6). Así que hagamos como el salmista que dijo: “Ciertamente celebraré tu nombre con melodía para siempre, para que pague mis votos día tras día” (Sal. 61:8).
a Ana prometió que su hijo sería nazareo toda su vida, es decir, estaría dedicado o apartado para rendir servicio sagrado a Jehová (Núm. 6:2, 5, 8).
b Teniendo en cuenta todo lo que hacen los ancianos para asegurarse de que una persona cumple los requisitos para bautizarse, sería rarísimo que un bautismo pudiera considerarse inválido.
c Vea el apéndice “¿Qué dice la Biblia sobre el divorcio y la separación?” del DVD “Manténganse en el amor de Dios”.