ARTÍCULO DE ESTUDIO 15
Imitemos a Jesús y conservaremos la paz
“La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones” (FILIP. 4:7).
CANCIÓN 39 La paz del pueblo de Dios
AVANCE: Todos tenemos problemas que nos pueden robar la paz. En este artículo, hablaremos de tres cosas que hizo Jesús para conservar la paz y veremos cómo imitarlo incluso en momentos muy difíciles.
1, 2. ¿Por qué estaba sometido Jesús a una enorme tensión?
EL ÚLTIMO día de su vida como ser humano, Jesús estaba sometido a una enorme tensión. Para empezar, sabía que faltaba poco para que sus crueles enemigos lo torturaran hasta la muerte. Pero había algo más que lo preocupaba. Deseaba agradar a su Padre porque lo amaba muchísimo. Y sabía que, si era fiel durante aquellos momentos tan difíciles, contribuiría a vindicar o defender el nombre de Dios. Además, amaba a las personas y entendía que nuestras posibilidades de vivir para siempre dependían de que él fuera fiel hasta la muerte.
2 Pese a toda aquella gran presión, Jesús conservó la paz. Poco antes, les había dicho a sus apóstoles: “Mi paz les doy” (Juan 14:27). Tenía “la paz de Dios”, es decir, la calma que siente quien disfruta de una valiosa relación con Jehová. Esa era la sensación de tranquilidad que Jesús tenía en su mente y corazón (Filip. 4:6, 7).
3. ¿Qué vamos a examinar en este artículo?
3 Ninguno de nosotros va a tener que aguantar la presión que soportó Jesús. Pero todos sus seguidores pasaremos por dificultades (Mat. 16:24, 25; Juan 15:20). Y seguro que, como él, en ocasiones estaremos sometidos a tensión. ¿Cómo podemos evitar que la angustia nos domine y nos robe la paz? Vamos a ver tres cosas que Jesús hizo durante su ministerio en la Tierra y cómo imitarlo cuando pasemos por dificultades.
JESÚS ORÓ CONSTANTEMENTE
4. Teniendo en cuenta 1 Tesalonicenses 5:17, dé algunos ejemplos que demuestren que Jesús oró muchas veces durante su último día en la Tierra.
4 Durante su último día, Jesús oró muchas veces (1 Tesalonicenses 5:17). Cuando enseñó a sus discípulos a conmemorar su muerte, hizo una oración antes de pasarles el pan y otra antes de pasarles el vino (1 Cor. 11:23-25). También hizo una oración con ellos antes de irse del lugar donde habían celebrado la Pascua (Juan 17:1-26). Cuando llegaron al monte de los Olivos, oró en repetidas ocasiones (Mat. 26:36-39, 42, 44). Y hasta sus últimas palabras antes de morir fueron una oración a su Padre (Luc. 23:46). Como vemos, Jesús se valió de las oraciones para incluir a Jehová en todos los importantes sucesos de aquel día histórico.
5. ¿Por qué les faltó valor a los apóstoles?
5 Un motivo por el que Jesús aguantó es que no dejó de orar para pedirle ayuda a su Padre. En cambio, los apóstoles no hicieron lo mismo aquella noche y les faltó valor cuando llegó la hora de su prueba (Mat. 26:40, 41, 43, 45, 56). ¿Qué aprendemos? Que solo seremos fieles si oramos constantemente, igual que hizo Jesús. Ahora bien, ¿qué debemos pedir?
6. ¿Por qué nos ayudará la fe a conservar la paz?
6 Podemos pedirle a Jehová que nos conceda más fe (Luc. 17:5; Juan 14:1). La necesitamos porque Satanás someterá a prueba a todos los seguidores de Jesús (Luc. 22:31). La fe nos ayudará a conservar la paz incluso si nos enfrentamos a un problema tras otro. ¿Por qué? Porque, una vez que hayamos hecho todo lo que esté en nuestras manos, nos motivará a dejarle el asunto a Jehová. La confianza en que él lo puede manejar mucho mejor que nosotros hará que nuestra mente y corazón permanezcan en paz (1 Ped. 5:6, 7).
7. ¿Qué aprendemos de lo que cuenta Robert?
7 La oración nos ayuda a conservar la paz interior nos pase lo que nos pase. Veamos el caso de Robert, un anciano fiel que tiene más de 80 años. Él explica cómo logra mantener la paz: “A lo largo de mi vida, el consejo de Filipenses 4:6, 7 me ha permitido hacer frente a muchas dificultades. He tenido problemas económicos, y hubo una época en la que dejé de ser anciano”. Y añade: “Le oro a Dios en cuanto empiezo a sentir inquietud. Creo que, mientras más frecuentes e intensas son mis oraciones, mayor es la paz que tengo”.
JESÚS PREDICÓ CON ENTUSIASMO
8. De acuerdo con lo que dice Juan 8:29, ¿por qué otro motivo sintió Jesús paz interior?
8 Jesús sintió paz interior incluso cuando lo persiguieron (Juan 8:29). ¿Por qué? Porque sabía que estaba haciendo feliz a su Padre. Fue obediente hasta en las circunstancias más difíciles. Como amaba a Jehová, toda su vida estaba centrada en servirle. Antes de venir a la Tierra, fue el “obrero maestro” de Dios (Prov. 8:30). Y, cuando vino, enseñó con entusiasmo la verdad sobre su Padre (Mat. 6:9; Juan 5:17). Esta obra lo hizo muy feliz (Juan 4:34-36).
9. ¿Cómo nos ayuda a conservar la paz interior estar ocupados en la predicación?
9 Imitamos a Jesús obedeciendo a Jehová y “siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor” (1 Cor. 15:58). El cristiano que está “intensamente ocupado” en la predicación ve sus problemas con otros ojos (Hech. 18:5). Un motivo es que las personas a las que predicamos suelen tener vidas más complicadas que las nuestras. Pero, cuando llegan a amar a Jehová y aprenden a hacer lo que dice, su vida mejora y son más felices. Cada vez que eso sucede, crece nuestra confianza en que Dios nos cuidará. Y esa convicción nos ayuda a conservar la paz interior. Ese es el caso de una hermana que lleva toda la vida luchando contra la depresión y profundos sentimientos de inutilidad. Ella cuenta: “Estar ocupada en la predicación me da estabilidad emocional y hace que me sienta feliz. Creo que se debe a que es entonces cuando más cerca me siento de Jehová”.
10. ¿Qué aprendemos de lo que cuenta Brenda?
10 Veamos también el ejemplo de una hermana llamada Brenda. Tanto ella como su hija tienen una grave enfermedad llamada esclerosis múltiple. Brenda está en silla de ruedas y tiene pocas energías. Siempre que puede, predica de casa en casa, pero por lo general lo hace por carta. Cuenta: “Una vez que comprendí que en este sistema no me iba a curar y lo asimilé emocionalmente, fui capaz de concentrarme en el ministerio. De hecho, la predicación me hace olvidarme de mis preocupaciones. Me obliga a concentrarme en ayudar a las personas con las que hablo en el territorio de la congregación. Y me recuerda constantemente la esperanza que tengo”.
JESÚS ACEPTÓ LA AYUDA DE SUS AMIGOS
11-13. a) ¿Cómo demostraron ser amigos verdaderos de Jesús los apóstoles y otros discípulos suyos? b) ¿Qué efecto tuvieron en Jesús sus amigos?
11 Durante su ministerio, Jesús pasó por muchas situaciones difíciles. Pero los apóstoles fieles demostraron ser amigos verdaderos, como los que se describe en Proverbios 18:24, donde dice: “Existe un amigo más apegado que un hermano”. Jesús los valoraba mucho. Recordemos que en aquel entonces ninguno de sus hermanos carnales creía en él (Juan 7:3-5). Y hubo un momento en que sus familiares pensaron que se había vuelto loco (Mar. 3:21). Pero qué diferentes fueron los apóstoles fieles. La noche antes de morir, Jesús les dijo: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas” (Luc. 22:28).
12 Hubo ocasiones en que lo decepcionaron. Pero no se fijó en sus errores, sino en la fe que tenían en él (Mat. 26:40; Mar. 10:13, 14; Juan 6:66-69). La última noche que pasó con estos hombres leales, les dijo: “Los he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he dado a conocer a ustedes” (Juan 15:15). No hay duda de que sus amigos fueron una enorme fuente de ánimo para él. La ayuda que le prestaron durante su ministerio lo llenó de alegría (Luc. 10:17, 21).
13 Además de los apóstoles, Jesús tuvo otros amigos y amigas que lo ayudaron de maneras prácticas durante su ministerio. Algunos le abrieron las puertas de su casa para que tuviera un lugar donde comer (Luc. 10:38-42; Juan 12:1, 2). Otros viajaron con él y usaron sus bienes para atenderlo (Luc. 8:3). ¿Por qué tuvo Jesús tan buenos amigos? Porque él mismo lo fue. Hizo cosas por ellos y no les exigió más de la cuenta. Aunque él era perfecto y ellos imperfectos, les agradeció el apoyo que le dieron. Y no hay duda de que lo ayudaron a conservar la paz.
14, 15. a) ¿Cómo podemos hacer buenos amigos? b) ¿De qué maneras nos ayudarán?
14 Los buenos amigos nos ayudarán a ser leales a Jehová. Y la mejor manera de hacer amigos es siéndolo nosotros (Mat. 7:12). Por ejemplo, la Biblia nos dice que nos gastemos por los demás, en especial por los que pasan necesidad (Efes. 4:28). Pensemos en hermanos de la congregación que necesiten ayuda. ¿Hay algún publicador que no puede salir de casa? Quizá podamos hacerle la compra. O tal vez podamos ayudar con una comida a una familia con problemas de dinero. ¿Sabemos usar el sitio jw.org® y la aplicación JW Library®? En ese caso, podemos ayudar a algunos hermanos de la congregación a beneficiarse de su contenido. Si nos centramos en ayudar a los demás, es más probable que nos sintamos felices (Hech. 20:35).
15 Los amigos que hagamos nos apoyarán cuando afrontemos dificultades y nos ayudarán a conservar la paz. Igual que Elihú escuchó a Job desahogarse, nuestros amigos nos escucharán con paciencia cuando les contemos nuestras preocupaciones (Job 32:4). Claro, no debemos esperar que ellos tomen decisiones por nosotros, pero seremos prudentes si escuchamos los consejos bíblicos que nos den (Prov. 15:22). Y, cuando pasemos por momentos de necesidad, seamos como el rey David, que no permitió que el orgullo le impidiera aceptar la ayuda de sus amigos (2 Sam. 17:27-29). Sin lugar a dudas, esta clase de amigos son un regalo de Jehová (Sant. 1:17).
CÓMO CONSERVAR LA PAZ
16. Según Filipenses 4:6, 7, ¿cuál es la única manera de obtener paz? Explique.
16 ¿Por qué nos dice Jehová que podemos obtener la paz que él da “mediante Cristo Jesús”? Porque, para tener paz permanente en la mente y el corazón, es imprescindible que comprendamos la función de Jesús en el propósito divino y tengamos fe en él (Filipenses 4:6, 7). Por ejemplo, saber que se nos perdonan todos los pecados gracias a su sacrificio nos llena de consuelo (1 Juan 2:12). Por otro lado, saber que Jesús es el Rey del Reino de Dios y va a reparar todo el daño que nos causen Satanás y su mundo nos llena de esperanza (Is. 65:17; 1 Juan 3:8; Rev. 21:3, 4). Y, además, saber que Jesús está a nuestro lado apoyándonos en la difícil misión que nos ha encomendado para estos últimos días nos llena de valor (Mat. 28:19, 20). ¿Verdad que el consuelo, la esperanza y el valor son fundamentales para disfrutar de paz mental?
17. a) ¿Cómo puede conservar la paz interior un cristiano? b) Como indica Juan 16:33, ¿qué lograremos hacer?
17 Así pues, ¿cómo conservaremos la paz mental cuando suframos graves dificultades? Imitando a Jesús. Primero, no dejemos de orar jamás. Segundo, obedezcamos a Jehová y prediquemos con entusiasmo incluso en circunstancias difíciles. Y, tercero, aceptemos la ayuda de nuestros amigos. Entonces, la paz de Dios nos protegerá la mente y el corazón. Y, al igual que Jesús, superaremos cualquier prueba (lea Juan 16:33).
CANCIÓN 6 La oración del siervo de Dios