LAS BUENAS NOTICIAS SEGÚN MATEO
1 El libro de la historia* de Jesucristo,* hijo de David,+ hijo de Abrahán.+
2 Abrahán fue padre de Isaac;+
Isaac fue padre de Jacob;+
Jacob fue padre de Judá+ y de sus hermanos;
3 Judá fue padre de Pérez y de Zérah+ (la madre fue Tamar);
Pérez fue padre de Hezrón;+
Hezrón fue padre de Ram;+
4 Ram fue padre de Aminadab;
Aminadab fue padre de Nahsón;+
Nahsón fue padre de Salmón;
5 Salmón fue padre de Boaz (la madre fue Rahab);+
Boaz fue padre de Obed (la madre fue Rut);+
Obed fue padre de Jesé;+
6 Jesé fue padre del rey David.+
David fue padre de Salomón+ (la madre fue la esposa de Urías);
7 Salomón fue padre de Rehoboam;+
Rehoboam fue padre de Abías;
Abías fue padre de Asá;+
8 Asá fue padre de Jehosafat;+
Jehosafat fue padre de Jehoram;+
Jehoram fue padre de Uzías;
9 Uzías fue padre de Jotán;+
Jotán fue padre de Acaz;+
Acaz fue padre de Ezequías;+
10 Ezequías fue padre de Manasés;+
Manasés fue padre de Amón;+
Amón fue padre de Josías;+
11 Josías+ fue padre de Jeconías+ y de sus hermanos para el tiempo de la deportación a Babilonia.+
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Sealtiel;
Sealtiel fue padre de Zorobabel;+
13 Zorobabel fue padre de Abiud;
Abiud fue padre de Eliaquim;
Eliaquim fue padre de Azor;
14 Azor fue padre de Sadoc;
Sadoc fue padre de Aquim;
Aquim fue padre de Eliud;
15 Eliud fue padre de Eleazar;
Eleazar fue padre de Mattán;
Mattán fue padre de Jacob;
16 Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la que nació Jesús,+ al que llaman Cristo.+
17 Así que, en total, hubo 14 generaciones desde Abrahán hasta David, 14 generaciones desde David hasta la deportación a Babilonia y 14 generaciones desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo.
18 Ahora bien, así fue el nacimiento de Jesucristo. Su madre María estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que se unieran quedó* embarazada por espíritu santo.*+ 19 José su esposo era un hombre justo y no quería que María pasara vergüenza delante de todos. Por eso pensaba divorciarse de ella en privado.+ 20 Pero, después de que él pensó estas cosas, ¡miren!,* el ángel de Jehová* se le apareció en un sueño y le dijo: “José, hijo de David, no tengas miedo de llevarte a María tu esposa a tu casa, porque el niño que lleva en su interior ha sido concebido* por espíritu santo.+ 21 Ella dará a luz un hijo, y tienes que llamarlo Jesús*+ porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.+ 22 Todo esto de hecho pasó para que se cumpliera lo que Jehová* había dicho por medio de su profeta: 23 “¡Miren! La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emmanuel”,+ que traducido significa “con nosotros está Dios”.+
24 Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel de Jehová* le había mandado y llevó a su esposa a su casa. 25 Pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que ella dio a luz al niño.+ Y él lo llamó Jesús.+
2 Después de nacer Jesús en Belén+ de Judea, en los días del rey Herodes,*+ resulta que vinieron a Jerusalén unos astrólogos* de Oriente, 2 y preguntaban: “¿Dónde está el que nació rey de los judíos?+ Porque vimos su estrella cuando estábamos en Oriente y hemos venido a rendirle homenaje”.* 3 Al oír esto, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén. 4 El rey reunió a todos los sacerdotes principales y los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Cristo.* 5 Ellos le contestaron: “En Belén+ de Judea, porque esto fue lo que se escribió por medio del profeta: 6 ‘Y tú, Belén de la tierra de Judá, no eres en absoluto la ciudad más insignificante entre los gobernantes de Judá, ya que de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel’”.+
7 Entonces Herodes mandó llamar en secreto a los astrólogos y averiguó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Luego los mandó a Belén y les dijo: “Vayan y busquen al niño por todos lados. Cuando lo encuentren, vuelvan y háganmelo saber para que yo también pueda ir a rendirle homenaje”. 9 Después de escuchar al rey, ellos siguieron su camino. Y resulta que la estrella que habían visto cuando estaban en Oriente+ iba delante de ellos, hasta que se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se alegraron muchísimo. 11 Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre. Entonces, poniéndose de rodillas, le rindieron homenaje.* También abrieron sus cofres y le regalaron oro, olíbano y mirra. 12 Pero, como recibieron en un sueño una advertencia de Dios+ de que no regresaran a ver a Herodes, se fueron a su país por otro camino.
13 Después de que se fueron, resulta que el ángel de Jehová* se le apareció a José en un sueño+ y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. 14 De modo que José se levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y se los llevó a Egipto, 15 y se quedó allí hasta que Herodes murió. Con esto se cumplió lo que Jehová* había dicho por medio de su profeta: “Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto”.+
16 Herodes, al ver que los astrólogos lo habían engañado, se puso muy furioso. Y, teniendo en cuenta el tiempo exacto que había averiguado por ellos, mandó matar a todos los niños de dos años de edad para abajo que vivían en Belén y todos sus distritos.+ 17 Así se cumplió lo que se había dicho por medio del profeta Jeremías: 18 “En Ramá se oyó una voz, llanto y gran lamento. Era Raquel+ llorando por sus hijos; no quería que la consolaran, porque ellos ya no están”.+
19 Cuando Herodes murió, entonces el ángel de Jehová* se le apareció en un sueño+ a José, que estaba en Egipto, 20 y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían quitarle la vida al* niño”. 21 Por lo tanto, él se levantó, tomó al niño y a su madre, y regresó a la tierra de Israel. 22 Pero tuvo miedo de ir a Judea cuando oyó que Arquelao estaba reinando allí en vez de su padre Herodes. Además, como recibió en un sueño una advertencia de Dios,+ se retiró al territorio de Galilea.+ 23 Y se quedó a vivir en una ciudad llamada Nazaret.+ Así se cumplió lo que se había dicho por medio de los profetas: “Será llamado Nazareno”.*+
3 En aquellos días, Juan+ el Bautista comenzó a predicar+ en el desierto de Judea. 2 Decía: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado”.+ 3 De hecho, él es aquel de quien se dijo por medio del profeta Isaías:+ “La voz de alguien grita en el desierto: ‘¡Preparen el camino de Jehová!* Hagan que los caminos de él queden rectos’”.+ 4 Juan iba vestido con ropa de pelo de camello y llevaba un cinturón de cuero a la cintura.+ Se alimentaba de langostas* y miel silvestre.+ 5 Y la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán iba a verlo.+ 6 Él los bautizaba* en el río Jordán+ y ellos confesaban sus pecados públicamente.
7 Al ver venir a muchos fariseos y saduceos+ al lugar del bautismo, Juan les dijo: “Crías de víboras,+ ¿quién les advirtió que huyeran de la ira que va a venir?+ 8 Primero produzcan frutos* que demuestren su arrepentimiento. 9 No se les ocurra decirse a sí mismos ‘Nuestro padre es Abrahán’.+ Porque les digo que Dios puede hacer que hasta de estas piedras surjan hijos para Abrahán. 10 El hacha ya está junto a la raíz de los árboles. Así que todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado al fuego.+ 11 Yo, por mi parte, los bautizo a ustedes con agua por su arrepentimiento.+ Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera merezco quitarle las sandalias.+ Él los bautizará con espíritu santo+ y con fuego.+ 12 Tiene el aventador en la mano y limpiará por completo su era. Recogerá su trigo y lo guardará en el granero, pero la paja la quemará con un fuego+ que no se puede apagar”.
13 Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.+ 14 Pero Juan intentó impedírselo. Le dijo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?”. 15 Jesús le respondió: “Deja que sea así esta vez, porque está bien que cumplamos de este modo con todo lo que es justo”. Entonces Juan dejó de impedírselo. 16 En cuanto Jesús fue bautizado, salió del agua, y en aquel momento los cielos se abrieron+ y él* vio el espíritu de Dios bajando como una paloma y viniendo sobre Jesús.*+ 17 Y entonces una voz dijo desde los cielos:+ “Este es mi Hijo+ amado; él tiene mi aprobación”.+
4 Entonces el espíritu dirigió a Jesús al desierto para que fuera tentado+ por el Diablo.+ 2 Después de haber ayunado 40 días y 40 noches, Jesús tenía hambre. 3 Y el Tentador+ se le acercó y le dijo: “Si eres hijo de Dios, diles a estas piedras que se conviertan en panes”. 4 Pero él le respondió: “Está escrito: ‘No solo de pan debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová’”.*+
5 Entonces el Diablo lo llevó a la ciudad santa,+ lo puso en la parte más alta* del templo+ 6 y le dijo: “Si eres hijo de Dios, arrójate abajo, porque está escrito: ‘Les dará a sus ángeles órdenes acerca de ti’, y ‘Te llevarán en sus manos para que no te golpees el pie con ninguna piedra’”.+ 7 Jesús le contestó: “Pero también está escrito: ‘No pongas a prueba a Jehová* tu Dios’”.+
8 Luego el Diablo lo llevó a una montaña altísima y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria.+ 9 Y le dijo: “Te daré todas estas cosas si te arrodillas y realizas ante mí un solo acto de adoración”. 10 Jesús entonces le contestó: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Adora a Jehová* tu Dios+ y sírvele* solo a él’”.+ 11 Entonces el Diablo lo dejó,+ y en eso vinieron unos ángeles y se pusieron a atender a Jesús.+
12 Ahora bien, cuando Jesús oyó que habían arrestado a Juan,+ se fue a Galilea.+ 13 Y después de salir de Nazaret se estableció en Capernaúm,+ que está junto al mar, en los distritos de Zabulón y Neftalí. 14 Esto pasó para que se cumpliera lo que se había dicho por medio del profeta Isaías: 15 “¡Galilea de las naciones, tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, que estás en el camino que va al mar, al oeste del Jordán! 16 El pueblo que estaba sentado en oscuridad vio una gran luz; sobre los habitantes de una región que estaba bajo la sombra de la muerte, se alzó una luz”.+ 17 A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar este mensaje: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado”.+
18 Mientras caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos echando una red al mar, pues eran pescadores. Uno era Simón, a quien llaman Pedro,+ y el otro era su hermano Andrés.+ 19 Y les dijo: “Síganme y yo los haré pescadores de hombres”.*+ 20 Enseguida ellos dejaron las redes y lo siguieron.+ 21 Un poco más adelante, vio a otros dos hermanos: a Santiago hijo de Zebedeo y a su hermano Juan.+ Estaban con su padre en la barca, reparando las redes. Jesús los llamó+ 22 y ellos enseguida dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
23 Jesús fue por toda Galilea+ enseñando en las sinagogas+ de ellos y predicando las buenas noticias* del Reino. Y curaba a la gente de todo tipo de enfermedades y todo tipo de dolencias.+ 24 Su fama se extendió por toda Siria. Le traían a todos los que sufrían enfermedades y fuertes dolores,+ a los endemoniados,+ a los epilépticos+ y a los paralíticos. Y él los curaba. 25 Por eso lo seguían grandes multitudes de Galilea y de la Decápolis,* así como de Jerusalén y Judea y de la región al otro lado del Jordán.
5 Cuando Jesús vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña. Y, después de que se sentó allí, sus discípulos se le acercaron. 2 Y él tomó la palabra y se puso a enseñarles. Les dijo:
3 “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales,*+ porque el Reino de los cielos es de ellos.
4 ”Felices los que se lamentan, porque serán consolados.+
5 ”Felices los que son apacibles,*+ porque van a heredar la tierra.+
6 ”Felices los que tienen hambre y sed de justicia,+ porque serán saciados.*+
7 ”Felices los que son misericordiosos,*+ porque serán tratados con misericordia.
8 ”Felices los que tienen un corazón puro,+ porque verán a Dios.
9 ”Felices los que fomentan la paz,*+ porque serán llamados hijos de Dios.
10 ”Felices los que han sido perseguidos por causa de la justicia,*+ porque el Reino de los cielos es de ellos.
11 ”Felices ustedes cuando, por causa de mí, la gente los insulte,+ los persiga+ y, mintiendo, diga todo tipo de cosas malas sobre ustedes.+ 12 Estén felices y radiantes de alegría,*+ ya que su recompensa+ es grande en los cielos, porque a los profetas que vivieron antes que ustedes también los persiguieron así.+
13 ”Ustedes son la sal+ de la tierra. Pero, si la sal pierde su fuerza, ¿acaso puede volver a ser salada? Ya no sirve para nada, sino para echarla afuera+ y que la gente la pisotee.
14 ”Ustedes son la luz del mundo.+ No se puede esconder una ciudad que está en lo alto de una montaña. 15 Nadie enciende una lámpara para luego taparla con una canasta,* sino que la pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa.+ 16 De la misma manera, hagan brillar su luz a la vista de la gente.+ Que vean sus buenas obras+ y así le den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos.+
17 ”No piensen que vine a anular* la Ley o los Profetas. No vine a anular, sino a cumplir.+ 18 Yo les aseguro que no desaparecerá ni la más pequeña letra ni un solo trazo de una letra de la Ley hasta que todo suceda. ¡Antes desaparecerían el cielo y la tierra!+ 19 Por eso, quien desobedezca uno de sus mandamientos más pequeños y les enseñe a otros a hacer lo mismo será considerado más pequeño con relación al Reino de los cielos. En cambio, quien los obedezca y se los enseñe a otros será considerado grande con relación al Reino de los cielos. 20 Les digo que, si ustedes no son más justos* que los escribas y los fariseos,+ nunca van a entrar en el Reino de los cielos.+
21 ”Ya oyeron que a sus antepasados se les dijo: ‘No asesines,+ y todo el que cometa un asesinato tendrá que responder ante el tribunal de justicia’.+ 22 Pero yo les digo que tendrá que responder ante el tribunal de justicia* todo el que siga furioso+ con su hermano. Y todo el que insulte con desprecio a su hermano tendrá que responder ante el Tribunal Supremo. Pero todo el que le diga ‘¡Eres un estúpido despreciable!’ se arriesga a acabar en la Gehena* de fuego.+
23 ”Por eso, si estás llevando tu ofrenda al altar+ y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete. Primero haz las paces con tu hermano, y luego vuelve y presenta tu ofrenda.+
25 ”Si un adversario te lleva a juicio, trata de resolver las cosas cuanto antes, mientras aún van de camino al tribunal, no sea que tu adversario te entregue al juez, el juez te entregue al guardia del tribunal y tú acabes en prisión.+ 26 Te aseguro que de ningún modo saldrás de allí hasta que hayas pagado la última monedita.*
27 ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘No cometas adulterio’.+ 28 Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer+ hasta el punto de sentir pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.+ 29 Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo tropezar,* arráncatelo y échalo lejos.+ Es preferible que pierdas uno de tus miembros a que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.*+ 30 Igualmente, si tu mano derecha te está haciendo tropezar, córtatela y échala lejos.+ Es preferible que pierdas uno de tus miembros a que todo tu cuerpo vaya a parar a la Gehena.+
31 ”También se dijo: ‘Que todo el que se divorcie de su esposa le dé un certificado de divorcio’.+ 32 Pero yo les digo que todo el que se divorcia de su esposa —a menos que sea por inmoralidad sexual—* la pone en peligro de cometer adulterio, y cualquiera que se case con la divorciada también comete adulterio.+
33 ”También oyeron que a sus antepasados se les dijo: ‘No jures para luego no cumplir;+ cumple los votos* que le hagas a Jehová’.*+ 34 Pero yo les digo: no juren nunca. No juren+ ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el banquillo para sus pies;+ ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.+ 36 Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes volver blanco o negro ni un solo cabello. 37 Simplemente, cuando digan ‘sí’, que sea sí, y, cuando digan ‘no’, que sea no.+ Cualquier cosa que se diga además de esto viene del Maligno.+
38 ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’.+ 39 Pero yo les digo: no le hagan frente a alguien malo. Más bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.+ 40 Y, si alguien quiere llevarte al tribunal para quedarse con tu túnica,* deja que se quede también con tu manto.*+ 41 Y, si alguien con autoridad te obliga a prestarle un servicio por una milla,* ve con él dos millas. 42 Al que te pide algo, dáselo. Y, al que te pide que le prestes,* no le des la espalda.+
43 ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘Ama a tu prójimo+ y odia a tu enemigo’. 44 Pero yo les digo que amen* a sus enemigos+ y oren* por los que los persiguen.+ 45 Así demostrarán que son hijos de su Padre que está en los cielos,+ ya que él hace salir su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos.+ 46 Porque, si aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen?+ ¿Acaso no hacen lo mismo los cobradores de impuestos? 47 Y, si solo saludan a sus hermanos, ¿qué tiene eso de especial? ¿Acaso no hace lo mismo la gente de las naciones? 48 Por lo tanto, sean perfectos,* tal como su Padre celestial es perfecto.+
6 ”Cuidado con hacer lo que es correcto* delante de la gente para que ellos los vean.+ Porque, si hacen eso, no recibirán ninguna recompensa de su Padre que está en los cielos. 2 Cuando le des ayuda a un necesitado,* no vayas tocando la trompeta como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los demás los alaben. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. 3 Más bien, cuando le des ayuda a un necesitado, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha; 4 así la ayuda que les des a los necesitados se mantendrá en secreto. Y entonces tu Padre, que mira en secreto, te lo pagará.+
5 ”También, cuando oren, no hagan como los hipócritas.+ A ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles principales para que los demás los vean.+ Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. 6 En cambio tú, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto y, después de cerrar la puerta, órale a tu Padre, que está en lo secreto.+ Y entonces tu Padre, que mira en secreto, te lo pagará. 7 Cuando ores, no repitas lo mismo una y otra vez, como hace la gente de las naciones, que cree que será escuchada por usar muchas palabras. 8 No sean como ellos. Su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan+ incluso antes de que se lo pidan.
9 ”Ustedes deben orar de esta manera:+
”‘Padre nuestro que estás en los cielos, que tu nombre+ sea santificado.*+ 10 Que venga tu Reino.+ Que se haga tu voluntad,+ como en el cielo, también en la tierra.+ 11 Danos hoy nuestro pan para este día;+ 12 perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores.+ 13 Y no nos dejes caer* en la tentación,+ sino líbranos* del Maligno’.+
14 ”Porque, si ustedes les perdonan a otros sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes.+ 15 Pero, si no les perdonan sus ofensas a los demás, su Padre tampoco perdonará las ofensas de ustedes.+
16 ”Cuando ayunen,+ dejen de poner cara triste, como hacen los hipócritas, porque ellos cambian el aspecto de su rostro* para que los demás vean que están ayunando.+ Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, ponte aceite perfumado en la cabeza y lávate la cara 18 para que no sea la gente la que te vea ayunando, sino solo tu Padre, que está en lo secreto. Y entonces tu Padre, que mira en secreto, te lo pagará.
19 ”Dejen de acumular para ustedes tesoros en la tierra,+ donde las polillas y el óxido los echan a perder y donde los ladrones entran a robar. 20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo,+ donde ni las polillas ni el óxido los echan a perder+ y donde los ladrones no entran a robar. 21 Porque, donde esté tu tesoro, ahí también estará tu corazón.
22 ”Los ojos son la lámpara del cuerpo.+ Si tus ojos están bien enfocados,* todo tu cuerpo brillará.* 23 Pero, si tus ojos son envidiosos,*+ todo tu cuerpo estará oscuro. Si la luz que hay en ti en realidad es oscuridad, ¡qué oscuridad tan grande la tuya!
24 ”Nadie puede ser esclavo de dos amos, porque odiará a uno y amará al otro,+ o le será leal a uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y a la vez de las Riquezas.+
25 ”Por eso les digo: dejen de angustiarse*+ por su vida,* por lo que van a comer y beber; o por su cuerpo, por lo que van a ponerse.+ Al fin y al cabo, ¿no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que la ropa?+ 26 Observen con atención las aves del cielo.+ No siembran ni cosechan ni almacenan en graneros, pero su Padre celestial las alimenta. ¿Y acaso no valen ustedes más que ellas? 27 ¿Quién de ustedes, por angustiarse, puede alargar un solo codo* la duración de su vida?+ 28 Además, ¿por qué se angustian por la ropa? Aprendan una lección de cómo crecen los lirios del campo. No trabajan duro ni hilan;* 29 pero les digo que ni siquiera Salomón+ en toda su gloria se vistió como uno de ellos. 30 Entonces, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, gente de poca fe? 31 Así que nunca se angustien+ y digan: ‘¿Qué vamos a comer?’, o ‘¿Qué vamos a beber?’, o ‘¿Qué vamos a ponernos?’.+ 32 Porque es la gente de las naciones* la que busca todas estas cosas con tanto empeño. Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.
33 ”Por lo tanto, sigan buscando primero el Reino y la justicia* de Dios, y entonces recibirán también todas esas cosas.+ 34 Así que nunca se angustien por el día siguiente,+ porque el día siguiente traerá sus propias preocupaciones. Bastante hay con los problemas de cada día.
7 ”Dejen de juzgar,+ para que no sean juzgados. 2 Porque así como juzguen a otros serán juzgados ustedes,+ y la medida que usen con otros es la que usarán con ustedes.+ 3 ¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en su ojo pero no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?+ 4 ¿Y cómo puedes decirle a tu hermano ‘déjame sacarte la paja del ojo’, si resulta que tú tienes una viga en el tuyo? 5 ¡Hipócrita! Primero sácate la viga de tu ojo y entonces verás claramente cómo sacar la paja del ojo de tu hermano.
6 ”No les den cosas santas a los perros. Tampoco echen sus perlas delante de los cerdos,+ no sea que las pisoteen, se vuelvan contra ustedes y los hagan pedazos.
7 ”Sigan pidiendo y se les dará,+ sigan buscando y encontrarán, sigan tocando a la puerta y se les abrirá.+ 8 Porque todo el que pide recibe,+ y todo el que busca encuentra, y a todo el que toca a la puerta se le abrirá. 9 Si su hijo les pide pan, ¿quién de ustedes le da una piedra? 10 Y, si les pide un pescado, ¿verdad que no le dan una serpiente? 11 Por lo tanto, si ustedes, aunque son malos, saben darles buenos regalos a sus hijos, ¡con mucha más razón su Padre que está en los cielos les dará cosas buenas+ a quienes se las piden!+
12 ”Por eso, hagan por los demás todo lo que les gustaría que hicieran por ustedes.+ De hecho, en eso se resumen la Ley y los Profetas.+
13 ”Entren por la puerta angosta.*+ Porque ancha es la puerta y espacioso es el camino que lleva a la destrucción, y son muchos los que entran por esa puerta; 14 mientras que angosta es la puerta y estrecho es el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran.+
15 ”Cuidado con los profetas falsos,+ que se les acercan disfrazados de oveja+ pero por dentro son lobos voraces.+ 16 Los reconocerán por sus frutos.* Nunca se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos, ¿verdad?+ 17 Igualmente, un árbol bueno da frutos buenos, pero un árbol podrido da frutos malos.+ 18 Un árbol bueno no puede dar frutos malos y un árbol podrido no puede dar frutos buenos.+ 19 Todo árbol que no da frutos buenos se corta y se echa al fuego.+ 20 Así que a esos hombres los reconocerán por sus frutos.+
21 ”No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los cielos. Solo entrarán los que hacen la voluntad de* mi Padre que está en los cielos.+ 22 Ese día, muchos me dirán: ‘Señor, Señor,+ ¿acaso no profetizamos en tu nombre y en tu nombre expulsamos demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros?’.*+ 23 Pero entonces les diré: ‘¡Yo a ustedes nunca los conocí! ¡Aléjense de mí, ustedes que violan la ley!’.+
24 ”Por lo tanto, todo el que escuche lo que he dicho y lo haga será como el hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.+ 25 Cayó la lluvia, crecieron las aguas, los vientos soplaron con fuerza y golpearon contra aquella casa..., pero la casa no se vino abajo, porque tenía los cimientos en la roca. 26 En cambio, todo el que escuche lo que he dicho pero no lo haga será como el hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.+ 27 Cayó la lluvia, crecieron las aguas, los vientos soplaron con fuerza y sacudieron aquella casa...,+ y la casa se vino abajo. Fue tremenda su caída”.
28 Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes estaban impactadas con su manera de enseñar+ 29 porque les enseñaba como una persona con autoridad,+ y no como sus escribas.
8 Después que bajó de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. 2 Entonces llegó un leproso, que se inclinó ante él* y le dijo: “Señor, yo sé que si tú quieres me puedes limpiar”.*+ 3 Así que Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Yo quiero. Queda limpio”.+ Y enseguida el hombre quedó limpio de la lepra.+ 4 Jesús ahora le dijo: “Cuidado con decírselo a nadie.+ Eso sí, vete a presentarte ante el sacerdote+ y lleva la ofrenda que Moisés mandó,+ para que les sirva de testimonio”.
5 Cuando entró en Capernaúm, se le acercó un oficial del ejército suplicándole ayuda.+ 6 Le dijo: “Señor, mi siervo tiene parálisis. Está acostado en la casa sufriendo muchísimo”. 7 Él le dijo: “Cuando llegue allá, lo curaré”. 8 Pero el oficial del ejército le respondió: “Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Simplemente da la orden y mi siervo se curará. 9 Porque yo también obedezco órdenes y doy órdenes a los soldados que están bajo mi mando. A uno le digo ‘¡Vete!’ y se va, y a otro le digo ‘¡Ven!’ y viene, y a mi esclavo le digo ‘¡Haz esto!’ y lo hace”. 10 Al oír eso, Jesús se quedó asombrado y les dijo a los que lo seguían: “Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga una fe tan grande.+ 11 Les digo que muchos vendrán del este y del oeste y se sentarán* a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos,+ 12 mientras que los hijos del Reino serán echados afuera, a la oscuridad. Ahí es donde llorarán y apretarán los dientes”.*+ 13 Entonces Jesús le dijo al oficial del ejército: “Vuelve a tu casa. Y que lo que pediste se cumpla de acuerdo con la fe que demostraste”.+ Y en ese momento su siervo se curó.+
14 Al entrar en la casa de Pedro, Jesús vio que la suegra+ de este estaba en cama con fiebre.+ 15 Así que le tocó la mano,+ y la fiebre se le fue. Entonces ella se levantó y se puso a atenderlo. 16 Al caer la tarde, la gente le trajo a Jesús muchos endemoniados, y con una simple orden él expulsó a los espíritus. También curó a todas las personas que estaban sufriendo. 17 Esto pasó para que se cumpliera lo que se había dicho por medio del profeta Isaías: “Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias”.+
18 Cuando Jesús vio que lo rodeaba una multitud, dio la orden de pasar a la otra orilla.+ 19 Y se le acercó un escriba, que le dijo: “Maestro, te seguiré vayas donde vayas”.+ 20 Pero Jesús le contestó: “Los zorros tienen madrigueras y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”.+ 21 Y uno de los discípulos le dijo: “Señor, permíteme que primero vaya a enterrar a mi padre”.+ 22 Jesús le respondió: “Tú sígueme siempre, y deja que los muertos entierren a sus muertos”.+
23 Cuando Jesús se subió a una barca, sus discípulos se fueron con él.+ 24 De repente, se levantó en el mar una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús dormía.+ 25 Ellos se acercaron y lo despertaron diciéndole: “¡Señor, sálvanos! ¡Nos vamos a morir!”. 26 Pero él les dijo: “Hombres de poca fe, ¿por qué están tan asustados?”.*+ Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y todo quedó en completa calma.+ 27 Los discípulos decían asombrados: “¿Pero qué clase de hombre es este? Hasta los vientos y el mar lo obedecen”.
28 Cuando llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, dos hombres endemoniados que venían de donde estaban las tumbas* le salieron al encuentro.+ Eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por ese camino. 29 Y de pronto se pusieron a gritar: “¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios?+ ¿Viniste a atormentarnos+ antes del tiempo fijado?”.+ 30 Resulta que a cierta distancia de ellos había una gran piara* de cerdos comiendo.+ 31 Así que los demonios comenzaron a suplicarle: “Si nos vas a expulsar, mándanos entrar en la piara de cerdos”.+ 32 Y él les dijo: “¡Vayan!”. Con eso, salieron de los hombres y se metieron en los cerdos. Y entonces toda la piara se lanzó por el precipicio* hacia el mar y murió en las aguas. 33 Y los que cuidaban los cerdos salieron huyendo. Fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluido lo que les había pasado a los endemoniados. 34 Entonces, toda la ciudad salió a buscar a Jesús y, cuando lo encontraron, le rogaron que se fuera de la región.+
9 Jesús se subió a la barca, cruzó el mar y entró en su ciudad.+ 2 Y sucedió que unas personas le trajeron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe que tenían, Jesús le dijo al paralítico: “¡Ánimo, hijo! Tus pecados quedan perdonados”.+ 3 Entonces algunos escribas se dijeron: “Este está blasfemando”. 4 Jesús, que sabía lo que ellos pensaban, les dijo: “¿Por qué están pensando cosas malas en su corazón?+ 5 Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Decir ‘tus pecados quedan perdonados’, o decir ‘levántate y anda’?+ 6 Pero para que vean que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados...”. Entonces, dirigiéndose al paralítico, le dijo: “Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.+ 7 Y él se levantó y se fue a su casa. 8 Al ver esto, las multitudes quedaron muy impresionadas* y glorificaron a Dios, que les había dado semejante autoridad a los seres humanos.
9 Luego, al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”. Enseguida Mateo se levantó y lo siguió.+ 10 Más tarde, mientras Jesús estaba comiendo* en la casa, llegaron muchos cobradores de impuestos y pecadores, y se pusieron a comer con él y sus discípulos.+ 11 Pero, al ver esto, los fariseos les preguntaron a los discípulos de él: “¿Por qué come su maestro con cobradores de impuestos y pecadores?”.+ 12 Como Jesús los oyó, les dijo: “Los que están sanos no necesitan un médico, pero los enfermos sí.+ 13 Así que vayan y aprendan lo que significan estas palabras: ‘Lo que quiero es compasión,* no sacrificios’.+ Porque no vine a llamar a justos, sino a pecadores”.
14 Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: “¿Por qué nosotros y los fariseos tenemos la costumbre de ayunar pero tus discípulos no?”.+ 15 Jesús les contestó: “Cuando hay una boda, los amigos del novio no tienen por qué estar de duelo mientras el novio+ está con ellos, ¿verdad? Pero llegará el día en que les quitarán al novio,+ y entonces sí ayunarán. 16 Nadie cose un parche de tela nueva en un manto viejo, porque la tela nueva, al encogerse, tira de la prenda vieja y la rotura se hace mayor.+ 17 Ni nadie pone vino nuevo en odres viejos. Si esto se hiciera, el cuero reventaría y el vino se derramaría, y los odres ya no servirían para nada. Más bien, la gente pone el vino nuevo en odres nuevos, y así se conservan las dos cosas”.
18 Mientras les estaba diciendo esto, resulta que se le acercó cierto gobernante, que se inclinó ante él* y le dijo: “Seguro que mi hija ya está muerta, pero ven y pon tu mano sobre ella, y volverá a vivir”.+
19 Entonces Jesús se levantó y se fue con él, y sus discípulos lo acompañaron. 20 De pronto, una mujer que llevaba 12 años con hemorragias*+ se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto,+ 21 porque se decía a sí misma: “Con solo tocarle el manto me pondré bien”. 22 Jesús se volvió y, al verla, le dijo: “¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado”.+ Y la mujer quedó sana en ese momento.+
23 Luego, cuando entró en la casa del gobernante y vio a los flautistas y a la multitud toda alborotada,+ 24 Jesús les dijo: “Váyanse de aquí, porque la pequeña no ha muerto, está dormida”.+ Al oír esto, comenzaron a reírse de él con desprecio. 25 Entonces, en cuanto hicieron salir de allí a la gente, él entró adonde estaba la niña y la tomó de la mano,+ y ella se levantó.+ 26 Y, claro, la noticia corrió por toda aquella región.
27 Cuando Jesús se iba de allí, lo siguieron dos ciegos+ que le gritaban: “¡Ten compasión* de nosotros, Hijo de David!”. 28 Al entrar Jesús en la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: “¿Tienen fe en que yo puedo curarlos?”.+ “Sí, Señor”, le contestaron. 29 Entonces les tocó los ojos+ y les dijo: “Que lo que pidieron se cumpla de acuerdo con la fe que tienen”. 30 Y sus ojos empezaron a ver. Pero Jesús les advirtió con firmeza: “Cuidado, que nadie se entere de esto”.+ 31 Sin embargo, después de salir de allí, fueron hablando de él por toda aquella región.
32 Ahora bien, cuando se iban, sucedió que la gente le trajo a Jesús un hombre mudo que estaba poseído por un demonio.+ 33 Después de que Jesús expulsó al demonio, el mudo habló.+ Las multitudes quedaron asombradas y decían: “Nunca se ha visto algo así en Israel”.+ 34 Pero los fariseos decían: “Por medio del gobernante de los demonios expulsa a los demonios”.+
35 Y Jesús comenzó a recorrer todas las ciudades y aldeas. Iba enseñando en sus sinagogas, predicando las buenas noticias del Reino y curando todo tipo de enfermedades y todo tipo de dolencias.+ 36 Cuando veía a las multitudes, se conmovía profundamente,+ porque estaban maltratadas y abandonadas* como ovejas sin pastor.+ 37 Entonces les dijo a sus discípulos: “Realmente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos.+ 38 Así que ruéguenle al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a su cosecha”.+
10 Entonces reunió a sus 12 discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus malignos*+ para expulsarlos y también para curar todo tipo de enfermedades y todo tipo de dolencias.
2 Estos son los nombres de los 12 apóstoles:+ primero Simón (al que llaman Pedro)+ y su hermano Andrés;+ Santiago hijo de Zebedeo y su hermano Juan;+ 3 Felipe y Bartolomé;+ Tomás+ y Mateo+ el cobrador de impuestos; Santiago hijo de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón el Cananita,* y Judas Iscariote (el que más tarde traicionó a Jesús).+
5 Jesús mandó a estos 12 con las siguientes instrucciones:+ “No vayan por el camino que lleva a otras naciones y no entren en ninguna ciudad de Samaria.+ 6 Más bien, vayan vez tras vez a buscar a las ovejas perdidas de la nación* de Israel.+ 7 Vayan predicando ‘El Reino de los cielos se ha acercado’.+ 8 Curen a los enfermos,+ resuciten* a los muertos, limpien* a los leprosos, expulsen a los demonios. Recibieron gratis, den gratis. 9 No lleven ni oro ni plata ni cobre en su cinturón,*+ 10 y tampoco lleven una bolsa de provisiones para el viaje ni dos prendas de vestir* ni sandalias ni bastón;+ porque el trabajador merece su alimento.+
11 ”Cuando entren en alguna ciudad o aldea, busquen hasta encontrar a alguien que merezca el mensaje, y quédense* allí hasta que se vayan de ese lugar.+ 12 Al entrar en una casa, saluden a los que estén en ella. 13 Si el hogar lo merece, que tenga la paz que le desean;+ pero, si no lo merece, que esa paz vuelva a ustedes. 14 Si en alguna casa o en alguna ciudad no los reciben ni escuchan sus palabras, al salir de allí, sacúdanse el polvo de los pies.+ 15 Les aseguro que el Día del Juicio le será más soportable a la tierra de Sodoma y Gomorra+ que a esa ciudad.
16 ”Miren que los estoy enviando como a ovejas en medio de lobos. Así que sean cautelosos como serpientes, pero también inocentes como palomas.+ 17 Cuidado con la gente, porque los van a entregar a los tribunales locales+ y les van a dar latigazos+ en sus sinagogas.+ 18 Y, por causa de mí, van a ser llevados ante gobernadores y reyes.+ Eso les servirá de testimonio a ellos y a las naciones.+ 19 Sin embargo, cuando los entreguen, no se angustien pensando en lo que van a decir o cómo lo van a decir, porque cuando llegue el momento se les indicará lo que deben decir.+ 20 Y es que no serán solo ustedes los que hablen: el espíritu de su Padre hablará por ustedes.+ 21 Además, el hermano entregará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se volverán contra sus padres y harán que los maten.+ 22 Toda la gente los odiará por causa de mi nombre.+ Pero el que aguante* hasta el fin será salvado.+ 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra;+ porque les aseguro que de ninguna manera van a terminar de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que llegue el Hijo del Hombre.
24 ”El estudiante no está por encima de su maestro, ni el esclavo por encima de su amo.+ 25 Ya es bastante para el estudiante llegar a ser como su maestro y, para el esclavo, llegar a ser como su amo.+ Si al señor de la casa lo han llamado Belcebú,*+ ¡cómo no van a llamar así a los de su casa! 26 Así que no les tengan miedo, porque no hay nada oculto que no vaya a ser descubierto ni nada secreto que no vaya a conocerse.+ 27 Lo que les digo en la oscuridad, díganlo a plena luz; y lo que escuchan al oído, predíquenlo desde las azoteas.*+ 28 Y no teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.*+ Más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en la Gehena.*+ 29 Se venden dos gorriones por una moneda de poco valor,* ¿no es cierto? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que su Padre lo sepa.+ 30 Pero, en el caso de ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. 31 Así que no tengan miedo. Ustedes valen más que muchos gorriones.+
32 ”Si alguien se declara a mi favor delante de la gente,+ yo también me declararé a su favor delante de mi Padre que está en los cielos.+ 33 Pero, si alguien me rechaza delante de la gente, yo también lo rechazaré delante de mi Padre que está en los cielos.+ 34 No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.+ 35 Porque vine a causar división. El hijo estará contra su padre, la hija contra su madre y la nuera contra su suegra.+ 36 Así es, los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. 37 El que quiere más* a su padre o a su madre que a mí no es digno de mí; y el que quiere más a su hijo o a su hija que a mí no es digno de mí.+ 38 Y el que no acepta su madero de tormento* y me sigue no es digno de mí.+ 39 El que encuentre su alma* la perderá, y el que pierda su alma* por causa de mí la encontrará.+
40 ”El que los recibe a ustedes me recibe también a mí, y el que me recibe a mí recibe también al que me envió.+ 41 El que reciba a un profeta porque es profeta tendrá la recompensa de un profeta,+ y el que reciba a un justo porque es justo tendrá la recompensa de un justo. 42 Y les digo la verdad: quien le dé aunque sea un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños porque es mi discípulo de ninguna manera se quedará sin su recompensa”.+
11 Cuando Jesús acabó de darles instrucciones a sus 12 discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en las otras ciudades.+
2 Pero Juan el Bautista, después de enterarse en la prisión+ de las obras que el Cristo hacía, mandó a sus discípulos+ 3 a preguntarle: “¿Eres tú el que tiene que venir, o tenemos que esperar a otro?”.+ 4 Jesús les respondió: “Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo:+ 5 ahora los ciegos ven,+ los lisiados caminan, los leprosos+ quedan limpios,* los sordos oyen, los muertos son resucitados* y a los pobres se les anuncian las buenas noticias.+ 6 Feliz el que no tropieza por mi causa”.*+
7 Mientras estos se iban, Jesús se puso a hablarles a las multitudes acerca de Juan. Les dijo: “¿Qué salieron a ver en el desierto?+ ¿Una caña sacudida por el viento?+ 8 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa fina?* ¡Si los que llevan ropa fina están en casas de reyes! 9 Pero, entonces, ¿a qué salieron? ¿A ver a un profeta? Les digo que sí, y mucho más que un profeta.+ 10 Es aquel de quien está escrito: ‘¡Mira! ¡Voy a enviar a mi mensajero delante de ti,* y él irá delante de ti preparándote el camino!’.+ 11 Les aseguro que, entre los seres humanos,* no ha habido nadie mayor que Juan el Bautista. Sin embargo, el que es menor en el Reino de los cielos es mayor que él.+ 12 Desde los días de Juan el Bautista, el Reino de los cielos es la meta hacia la que la gente avanza con empeño. Y los que avanzan con empeño logran alcanzarlo.*+ 13 Porque, hasta la llegada de Juan, tanto los Profetas como la Ley profetizaron lo que pasaría.+ 14 Quieran aceptarlo o no, él es el ‘Elías que tenía que venir’.+ 15 El que tenga oídos, que escuche con atención.
16 ”¿Con quién compararé a esta generación?+ Es como los niños que están sentados en las plazas de mercado y les gritan a sus compañeros de juegos: 17 ‘Les tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron; les cantamos canciones de duelo, pero ustedes no se golpearon el pecho de tristeza’. 18 Porque llegó Juan sin comer ni beber y la gente dice: ‘Tiene un demonio’. 19 Y llegó el Hijo del Hombre, que sí come y bebe,+ y la gente dice: ‘¡Miren! Un glotón y un bebedor de vino, que es amigo de cobradores de impuestos y pecadores’.+ En cualquier caso, la sabiduría queda demostrada por sus resultados”.*+
20 Entonces, empezó a reprender a las ciudades donde había hecho la mayoría de sus milagros,* porque no se habían arrepentido: 21 “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si los milagros* que se hicieron en ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que estas se habrían arrepentido con tela de saco y ceniza.+ 22 Les digo que el Día del Juicio les será más soportable a Tiro y a Sidón que a ustedes.+ 23 Y tú, Capernaúm,+ ¿acaso vas a ser elevada hasta el cielo? Bajarás hasta la Tumba.*+ Porque, si los milagros* que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad todavía existiría. 24 Te digo que el Día del Juicio le será más soportable a la tierra de Sodoma que a ti”.+
25 En aquella ocasión, Jesús dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los intelectuales y sabios, y se las has revelado a los niños pequeños.+ 26 Sí, Padre mío, porque te ha parecido bien hacerlo así”. 27 También dijo: “Mi Padre me ha entregado todas las cosas.+ Nadie conoce realmente al Hijo excepto el Padre.+ Y nadie conoce realmente al Padre excepto el Hijo y todo aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.+ 28 Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro y están sobrecargados, y yo los aliviaré. 29 Pónganse bajo mi yugo* y aprendan de mí, porque soy apacible* y humilde de corazón.+ Conmigo encontrarán alivio.* 30 Porque mi yugo es fácil de llevar* y mi carga pesa poco”.
12 Por aquel entonces, Jesús cruzó en sábado* los campos de cereales. Y a sus discípulos les dio hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas y a comerse los granos.+ 2 Al ver esto, los fariseos le dijeron: “¡Fíjate! Tus discípulos están haciendo lo que no está permitido hacer en sábado”.+ 3 Él les contestó: “¿Es que no han leído lo que hizo David cuando él y sus hombres tuvieron hambre?+ 4 ¿Acaso no entró en la casa de Dios y él y los que estaban con él se comieron los panes de la presentación?*+ Y eso era algo que no les estaba permitido hacer. Solo pueden comerlos los sacerdotes.+ 5 Además, ¿no leyeron en la Ley que los sábados los sacerdotes en el templo no respetan el sábado y no por eso se hacen culpables?+ 6 Pues yo les digo que tienen aquí algo más importante que el templo.+ 7 Si hubieran entendido qué significan las palabras ‘Lo que quiero es compasión,*+ no sacrificios’,+ no habrían condenado a los que no son culpables. 8 Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado”.+
9 Después de irse de aquel lugar, entró en la sinagoga de ellos, 10 y resulta que había allí un hombre que tenía una mano paralizada.*+ Así que, para tener algo de qué acusar a Jesús, le preguntaron: “¿Está permitido curar a alguien en sábado?”.+ 11 Él les respondió: “Si tienen una oveja y esta se cae en un hoyo en sábado, ¿quién de ustedes no la agarra y la saca de ahí?+ 12 ¡Un hombre vale mucho más que una oveja! De modo que está permitido hacer algo bueno en sábado”. 13 Entonces le dijo al hombre: “Extiende la mano”. Cuando él la extendió, la mano se le recuperó y quedó sana como la otra. 14 Pero los fariseos salieron y conspiraron contra él para matarlo. 15 Como Jesús se enteró, se fue de allí. Muchos lo siguieron,+ y él los curó a todos. 16 Pero les ordenó con firmeza que no le dijeran a nadie quién era él.+ 17 Así se cumplió lo que se había dicho por medio del profeta Isaías:
18 “Miren, este es mi siervo,+ a quien elegí; mi amado, quien tiene mi aprobación.*+ Pondré mi espíritu sobre él,+ y él les aclarará a las naciones lo que es la justicia. 19 No discutirá+ ni gritará. Y nadie oirá su voz en las calles principales. 20 No romperá la caña que está quebrada ni apagará la mecha que apenas arde,+ hasta que haga triunfar la justicia. 21 Realmente, las naciones pondrán su esperanza en el nombre de él”.+
22 Entonces le trajeron a un endemoniado que estaba ciego y mudo. Y Jesús lo curó, de manera que el mudo pudo hablar y ver. 23 Todas las multitudes quedaron impactadas y se pusieron a decir: “¿No será este el Hijo de David?”. 24 Al oír esto, los fariseos dijeron: “Este expulsa a los demonios por medio de Belcebú,* el gobernante de los demonios”.+ 25 Sabiendo lo que pensaban, él les dijo: “Todo reino dividido internamente va a la ruina y ninguna ciudad o familia* dividida internamente se mantendrá en pie. 26 De la misma manera, si Satanás expulsa a Satanás, está dividido internamente. En ese caso, ¿cómo podrá su reino mantenerse en pie? 27 Además, si yo expulso a los demonios por medio de Belcebú, ¿por medio de quién los expulsan los hijos* de ustedes? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 28 Pero, si yo expulso a los demonios por medio del espíritu de Dios, es que el Reino de Dios los ha tomado a ustedes desprevenidos.*+ 29 Además, si alguien quiere invadir la casa de un hombre fuerte y robarle sus cosas, primero tiene que atar al hombre, ¿no les parece? Solo entonces le podrá saquear la casa. 30 El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama.+
31 ”Por eso les digo que a los hombres se les perdonará todo tipo de pecado y blasfemia, pero la blasfemia contra el espíritu no se les perdonará.+ 32 Por ejemplo, al que diga algo contra el Hijo del Hombre, su pecado se le perdonará;+ pero al que hable contra el espíritu santo no se le perdonará, no, ni en este sistema ni en el* que va a venir.+
33 ”O hacen que sea un árbol bueno y su fruto bueno, o hacen que sea un árbol podrido y su fruto podrido. Porque el árbol se conoce por su fruto.+ 34 Crías de víboras,+ ¿cómo pueden hablar cosas buenas si son malos? Porque la boca habla+ de lo que abunda en el corazón. 35 La persona buena saca cosas buenas de su tesoro de bondad;* mientras que la persona mala saca cosas malas de su tesoro de maldad.*+ 36 Les digo que en el Día del Juicio la gente tendrá que dar cuenta+ de cualquier cosa inútil que diga. 37 Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado”.
38 Entonces algunos de los escribas y de los fariseos le dijeron: “Maestro, queremos que nos des una señal”.+ 39 Y él les respondió: “Esta generación infiel* y malvada siempre anda buscando una señal. Pero no se le dará ninguna excepto la señal de Jonás el profeta.+ 40 Porque, así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches,+ el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches.+ 41 En el juicio, los habitantes de Nínive se levantarán con esta generación y la condenarán. Porque ellos se arrepintieron al escuchar lo que Jonás predicó.+ Pero, fíjense, aquí tienen a alguien que es más que Jonás.+ 42 Y, en el juicio, la reina del sur se levantará con esta generación y la condenará. Porque ella vino desde el último rincón de la tierra para oír la sabiduría de Salomón.+ Pero, fíjense, aquí tienen a alguien que es más que Salomón.+
43 ”Cuando un espíritu maligno* sale de una persona, pasa por lugares resecos buscando un sitio donde descansar, pero no lo encuentra.+ 44 Entonces dice: ‘Volveré a mi casa, de la que me fui’. Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y decorada. 45 Entonces se va y lleva a otros siete espíritus todavía peores que él y, después de meterse dentro, ellos se quedan a vivir allí. Y la situación final de la persona resulta peor que la primera.+ Eso es lo que le pasará a esta generación malvada”.
46 Mientras él les hablaba a las multitudes, su madre y sus hermanos+ estaban afuera, y querían hablar con él.+ 47 Así que alguien le dijo: “Mira, tu madre y tus hermanos están de pie afuera y quieren hablar contigo”. 48 Él le respondió al que le había avisado: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?”. 49 Y, señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “¡Mira! ¡Estos son mi madre y mis hermanos!+ 50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre”.+
13 Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a la orilla del mar. 2 Y las multitudes que llegaron eran tan grandes que él se subió a una barca y se sentó, mientras toda la multitud estaba de pie en la playa.+ 3 Entonces les enseñó muchas cosas usando comparaciones.+ Les dijo: “¡Escuchen! Un sembrador salió a sembrar.+ 4 Y, al ir sembrando, algunas semillas cayeron junto al camino, y vinieron las aves y se las comieron.+ 5 Otras cayeron en terreno rocoso, donde había poca tierra, y brotaron enseguida porque la tierra no tenía profundidad.+ 6 Pero, cuando salió el sol, las plantas se quemaron y, como no tenían raíces profundas, se marchitaron. 7 Otras cayeron entre espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron.+ 8 Y otras cayeron en la tierra buena* y empezaron a dar fruto: unas dieron 100 veces más de lo que se había sembrado; otras 60, y otras 30.+ 9 El que tenga oídos, que escuche con atención”.+
10 De modo que los discípulos se acercaron y le preguntaron: “¿Por qué les hablas usando comparaciones?”.+ 11 Él les respondió: “A ustedes se les concede entender los secretos sagrados+ del Reino de los cielos, pero a ellos no. 12 Porque al que tiene se le dará más, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.+ 13 Por eso les hablo a ellos usando comparaciones, porque, aunque ven, en realidad no ven y, aunque oyen, en realidad no oyen ni tampoco comprenden nada.+ 14 En ellos se cumple esta profecía de Isaías: ‘Ustedes van a oír, pero jamás van a comprender. Van a mirar, pero jamás van a ver.+ 15 Porque el corazón de este pueblo se ha hecho insensible. Se han tapado los oídos* y han cerrado los ojos, para que nunca vean con los ojos ni oigan con los oídos ni comprendan con el corazón ni regresen a Dios* y yo los sane’.+
16 ”Sin embargo, felices los ojos de ustedes, que ven, y sus oídos, que oyen.+ 17 Porque les aseguro que muchos profetas y personas justas desearon ver las cosas que ustedes están observando, pero no las vieron,+ y oír las cosas que ustedes están oyendo, pero no las oyeron.
18 ”Así que ahora escuchen lo que significa el ejemplo del sembrador.+ 19 Cuando alguien oye la palabra* del Reino pero no la comprende, el Maligno+ viene y arranca lo que se sembró en su corazón. Esta es la semilla que se sembró junto al camino.+ 20 La semilla que se sembró en terreno rocoso es el que oye la palabra y enseguida la acepta con alegría.*+ 21 Pero no tiene raíces profundas en su interior y solo sigue adelante por un tiempo. Cuando surgen dificultades o persecución por causa de la palabra, enseguida tropieza.* 22 La semilla que se sembró entre los espinos es el que oye la palabra pero deja que las preocupaciones* de este sistema*+ y el poder engañoso de las riquezas la ahoguen, y por eso la palabra no da fruto.+ 23 Y la semilla que se sembró en la tierra buena son los que oyen la palabra y comprenden su significado. Estos sí dan fruto. Unos producen 100 veces más; otros 60, y otros 30”.+
24 Entonces les puso esta otra comparación: “El Reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró en su campo buena semilla. 25 Mientras los hombres dormían, vino su enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue. 26 Cuando los tallos brotaron y aparecieron las espigas, también apareció la mala hierba. 27 Así que los esclavos del señor de la casa vinieron y le dijeron: ‘Amo, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? Entonces, ¿por qué hay mala hierba?’. 28 Él les dijo: ‘Esto lo hizo un hombre, un enemigo’.+ Los esclavos le preguntaron: ‘¿Quieres que vayamos y la arranquemos?’. 29 Él les respondió: ‘No, no sea que al arrancar la mala hierba arranquen también el trigo. 30 Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y en la temporada de la cosecha les diré a los cosechadores que primero arranquen la mala hierba y la aten en manojos para quemarla y que luego recojan el trigo y lo guarden en mi granero’”.+
31 También les puso esta otra comparación: “El Reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.+ 32 Esta semilla es, sin duda, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece es la más grande de todas las plantas de huerto y se convierte en un árbol, y así las aves del cielo vienen a refugiarse entre sus ramas”.
33 Y les planteó otra comparación más: “El Reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló con tres grandes medidas* de harina. Al final, toda la masa fermentó”.+
34 Jesús les dijo todas estas cosas a las multitudes usando comparaciones.* De hecho, nunca les hablaba sin utilizar alguna comparación.+ 35 Así se cumplió lo que se había anunciado por medio del profeta, que dijo: “Abriré mi boca usando comparaciones; proclamaré cosas que han estado escondidas desde la fundación”.*+
36 Luego, después de despedir a las multitudes, entró en la casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: “Explícanos el ejemplo de la mala hierba en el campo”. 37 En respuesta, él explicó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo.+ La buena semilla son los hijos del Reino. La mala hierba son los hijos del Maligno+ 39 y el enemigo que la sembró es el Diablo. La cosecha es la conclusión* de un sistema* y los cosechadores son los ángeles. 40 De manera que, así como se arranca la mala hierba y se quema en el fuego, así pasará en la conclusión* del sistema.*+ 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y ellos sacarán de su Reino todas las cosas que llevan al pecado* y a las personas que violan la ley, 42 y las arrojarán en el horno de fuego.+ Ahí es donde llorarán y apretarán los dientes.* 43 En ese tiempo, los justos brillarán en el Reino de su Padre tanto como el sol.+ El que tenga oídos, que escuche con atención.
44 ”El Reino de los cielos es como un tesoro que estaba escondido en un campo y que un hombre encontró. El hombre lo volvió a esconder y, de la alegría que le dio, fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.+
45 ”El Reino de los cielos también es como un comerciante viajero que buscaba perlas finas. 46 Al encontrar una perla muy valiosa, se fue y enseguida vendió todas las cosas que tenía y la compró.+
47 ”El Reino de los cielos también es como una red de pesca* que bajaron al mar y recogió peces de todo tipo. 48 Cuando se llenó, la arrastraron hasta la playa, se sentaron y pusieron los peces buenos+ en recipientes, pero los que no servían+ los desecharon. 49 Eso es lo que pasará en la conclusión* del sistema.* Los ángeles saldrán, separarán a los malvados de los justos 50 y los echarán en el horno de fuego. Ahí es donde llorarán y apretarán los dientes.
51 ”¿Comprendieron ustedes el sentido de todo esto?”. Ellos le contestaron: “Sí”. 52 Entonces les dijo: “En ese caso, sepan esto: todo maestro* que ha sido instruido acerca del Reino de los cielos es como un hombre, el señor de la casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.
53 Después de ponerles estas comparaciones, Jesús se fue de allí. 54 Cuando llegó a su tierra,+ se puso a enseñar en la sinagoga de ellos, y dejó a la gente impactada. Decían: “¿Dónde consiguió este hombre esta sabiduría y el poder para hacer estos milagros?*+ 55 ¿No es el hijo del carpintero?+ ¿No es su madre la que se llama María? ¿Y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?+ 56 Y sus hermanas, ¿no viven todas aquí con nosotros? Entonces, ¿dónde consiguió él todas estas cosas?”.+ 57 Y esto se convirtió en un obstáculo para que creyeran en él.*+ Pero Jesús les dijo: “Al profeta se le honra en todos lados menos en su propia tierra y en su propia casa”.+ 58 Y, por la falta de fe de ellos, él no hizo muchos milagros* allí.
14 En aquel tiempo, Herodes,* el gobernante de distrito,* oyó lo que contaban de Jesús+ 2 y les dijo a sus sirvientes: “Es Juan el Bautista. Fue levantado de entre los muertos y por eso puede hacer esos milagros”.*+ 3 Herodes había arrestado a Juan y lo había encadenado y metido en prisión por Herodías, la esposa de su hermano Filipo.+ 4 Y es que Juan le había estado diciendo: “No te está permitido tenerla como esposa”.+ 5 Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la multitud, porque consideraban a Juan un profeta.+ 6 Pero, cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes,+ la hija de Herodías bailó para la ocasión, y Herodes quedó tan encantado+ 7 que prometió con un juramento que le daría cualquier cosa que ella pidiera. 8 Entonces ella, presionada por su madre, dijo: “Dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.+ 9 El rey se entristeció; pero, teniendo en cuenta sus juramentos y a sus invitados,* mandó que se la dieran. 10 Hizo que le cortaran la cabeza a Juan en la prisión. 11 Entonces trajeron la cabeza en una bandeja y se la dieron a la joven, y ella se la llevó a su madre. 12 Luego vinieron los discípulos de Juan y se llevaron el cadáver y lo enterraron. Después fueron a contárselo a Jesús. 13 Cuando Jesús recibió la noticia, se fue de allí y salió en una barca a un lugar retirado para estar solo. Pero las multitudes, al enterarse, lo fueron siguiendo a pie desde las ciudades.+
14 Cuando llegó a la orilla, vio una gran multitud* y, profundamente conmovido,+ curó a los que estaban enfermos.+ 15 Pero, al atardecer, sus discípulos se le acercaron y le dijeron: “Este lugar está retirado y ya es tarde. Despide a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren algo de comer”.+ 16 Pero Jesús les dijo: “No hace falta que se vayan. Denles de comer ustedes”. 17 Ellos le contestaron: “Lo único que tenemos aquí son cinco panes y dos pescados”. 18 “Tráiganmelos”, les dijo él. 19 Entonces les mandó a las multitudes que se sentaran en la hierba. Luego tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando hacia el cielo, hizo una oración.*+ Y, después de partir los panes, se los dio a los discípulos, quienes, a su vez, se los dieron a las multitudes. 20 De modo que todos comieron y quedaron satisfechos. Luego recogieron 12 canastas llenas de los pedazos que sobraron.+ 21 Comieron unos 5.000 hombres, además de las mujeres y los niños.+ 22 Entonces, sin demora, él hizo que sus discípulos se subieran a la barca y fueran cruzando a la otra orilla mientras él despedía a las multitudes.+
23 Después de despedir a las multitudes, subió solo a la montaña para orar.+ Cuando llegó la noche, él seguía allí a solas. 24 En ese momento, la barca ya estaba muy lejos* de la orilla, luchando contra las olas porque tenía el viento en contra. 25 Pero, en la cuarta vigilia de la noche,* Jesús fue hacia ellos caminando sobre el mar. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, se asustaron y dijeron: “¡Es un fantasma!”. Y se pusieron a gritar de miedo. 27 Pero enseguida Jesús les dijo: “¡Ánimo! Soy yo. No tengan miedo”.+ 28 Pedro le contestó: “Señor, si eres tú, ordéname que vaya hacia ti sobre el agua”. 29 Él le dijo: “¡Ven!”. Entonces Pedro se bajó de la barca y fue caminando sobre el agua hacia Jesús. 30 Pero, al fijarse en la fuerza del viento, le dio miedo. Y, como empezó a hundirse, gritó: “¡Señor, sálvame!”. 31 Jesús inmediatamente le extendió la mano, lo agarró y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué te dejaste vencer por la duda?”.+ 32 Después de que se subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le rindieron homenaje* y le dijeron: “Tú realmente eres el Hijo de Dios”. 34 Y terminaron de cruzar el mar y llegaron a la tierra de Genesaret.+
35 Al reconocerlo, los hombres del lugar divulgaron la noticia por toda aquella región, y la gente le trajo a todos los que estaban enfermos. 36 Y le suplicaban que les permitiera tocar al menos el borde de su manto,+ y todos los que lo tocaban quedaban completamente sanos.
15 Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas que venían de Jerusalén+ y le dijeron: 2 “¿Por qué tus discípulos pasan por alto las tradiciones de los hombres de tiempos antiguos? Por ejemplo, ellos no se lavan las manos* antes de comer”.+
3 Él les respondió: “¿Y por qué pasan por alto ustedes los mandamientos de Dios por seguir sus propias tradiciones?+ 4 Por ejemplo, Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’,+ y ‘Al que hable con desprecio de* su padre o su madre se le dará muerte’.+ 5 Pero ustedes dicen: ‘El que le diga a su padre o a su madre “Todo lo que tengo que podría usar para ayudarte a ti es un regalo que está dedicado a Dios”,+ 6 ese ya no tiene ninguna obligación de honrar a sus padres’. Así es como ustedes, por seguir sus tradiciones, han anulado la palabra de Dios.+ 7 Hipócritas, con razón Isaías dijo proféticamente de ustedes:+ 8 ‘Este pueblo me honra de labios para afuera, pero su corazón está muy lejos de mí. 9 De nada sirve que me estén adorando, porque enseñan doctrinas que son mandatos de hombres’”.+ 10 Entonces le pidió a la multitud que se acercara y dijo: “Escuchen y comprendan lo que estoy diciendo:+ 11 lo que contamina a una persona no es lo que entra por su boca, sino lo que sale de su boca; eso es lo que la contamina”.+
12 Entonces se le acercaron los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos se ofendieron* al oír lo que dijiste?”.+ 13 Él les contestó: “Toda planta que no ha sido plantada por mi Padre celestial será arrancada de raíz. 14 Así que déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Y, si un ciego guía a otro ciego, los dos se van a caer en un hoyo”.+ 15 Pedro entonces le pidió: “Explícanos la comparación”.* 16 A lo que él dijo: “Pero ¿es que ustedes tampoco son capaces de entenderlo todavía?+ 17 ¿No se dan cuenta de que todo lo que entra por la boca pasa por el estómago y luego termina en la letrina? 18 En cambio, las cosas que salen por la boca vienen del corazón, y esas cosas contaminan a una persona.+ 19 Por ejemplo, del corazón salen razonamientos malvados:+ asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual,* robos, falsos testimonios y blasfemias. 20 Estas son las cosas que contaminan a una persona, pero comer sin lavarse las manos* no contamina a nadie”.
21 Jesús salió de allí y se fue a la región de Tiro y Sidón.+ 22 Y resulta que llegó una mujer fenicia* de esa región y gritó: “¡Ten compasión* de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está cruelmente poseída por un demonio”.+ 23 Pero él no le contestó ni una sola palabra. Así que sus discípulos se le acercaron y se pusieron a rogarle: “Dile que se vaya, porque no deja de gritar detrás de nosotros”. 24 Él respondió: “Solo se me envió a las ovejas perdidas de la nación* de Israel”.+ 25 Pero la mujer vino, se inclinó ante él* y le suplicó: “¡Señor, ayúdame!”. 26 Él le contestó: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. 27 “Cierto, Señor —admitió ella—, pero la verdad es que los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus dueños”.+ 28 Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué fe tan grande tienes! Que se te cumpla lo que deseas”. Y en ese momento su hija quedó sana.
29 Después de irse de allí, Jesús llegó a un lugar cercano al mar de Galilea+ y subió a la montaña. Mientras estaba ahí sentado, 30 se le acercaron grandes multitudes que le traían cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los ponían a sus pies, y él los curaba.+ 31 La gente se quedó asombrada al ver que los mudos hablaban, que los lisiados quedaban curados, que los cojos caminaban bien y que los ciegos veían, y le dieron gloria al Dios de Israel.+
32 Entonces, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me conmueve profundamente ver a esta multitud,+ porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero mandarlos de vuelta con hambre,* no sea que se desmayen por el camino”.+ 33 Pero los discípulos le dijeron: “Este es un lugar retirado... ¿De dónde vamos a sacar suficiente pan para dejar satisfecha a esta multitud tan grande?”.+ 34 Entonces, Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos le respondieron: “Siete, y unos cuantos pescaditos”. 35 Así que, después de mandarle a la multitud que se sentara en el suelo, 36 tomó los siete panes y los pescados, le dio gracias a Dios, los partió y comenzó a dárselos a los discípulos, quienes, a su vez, se los dieron a las multitudes.+ 37 Y todos comieron y quedaron satisfechos. Y recogieron siete canastas grandes* llenas de los pedazos que sobraron.+ 38 Comieron 4.000 hombres, además de las mujeres y los niños. 39 Finalmente, después de despedir a las multitudes, se subió a la barca y llegó a la región de Magadán.+
16 Allí se le acercaron los fariseos y los saduceos, y para ponerlo a prueba le pidieron que les mostrara alguna señal del cielo.+ 2 Él les respondió: “Al atardecer ustedes dicen ‘Hará buen tiempo, porque el cielo está rojo intenso’. 3 Y por la mañana dicen ‘Hoy tendremos un día frío y lluvioso, porque el cielo está rojo intenso pero sombrío’. Saben interpretar la apariencia del cielo, pero no son capaces de interpretar las señales de los tiempos. 4 Esta generación infiel* y malvada siempre anda buscando una señal. Pero no se le dará ninguna+ excepto la señal de Jonás”.+ Con eso se fue y los dejó.
5 Entonces cruzaron a la otra orilla, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.+ 6 Jesús les dijo: “Mantengan los ojos bien abiertos y tengan cuidado con la levadura de los fariseos y los saduceos”.+ 7 Así que se pusieron a comentar entre ellos: “No trajimos pan”. 8 Dándose cuenta de eso, Jesús les dijo: “Hombres de poca fe, ¿por qué están comentando entre ustedes que no tienen pan? 9 ¿Todavía no ven de qué se trata? ¿Es que no se acuerdan de los cinco panes que alcanzaron para alimentar a 5.000 hombres y de todas las canastas que recogieron?+ 10 ¿Y ya se olvidaron de los siete panes que alcanzaron para alimentar a 4.000 hombres y de cuántas canastas grandes* recogieron?+ 11 ¿Cómo es que no se dieron cuenta de que no les estaba hablando de pan? Lo que les dije es que tuvieran cuidado con la levadura de los fariseos y los saduceos”.+ 12 Ahí fue cuando comprendieron que no les había hablado de tener cuidado con la levadura del pan, sino con las cosas que enseñaban los fariseos y los saduceos.
13 Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús les preguntó a sus discípulos: “Según dice la gente, ¿quién es el Hijo del Hombre?”.+ 14 Ellos le respondieron: “Algunos dicen que es Juan el Bautista.+ Otros dicen que es Elías.+ Y otros, que es Jeremías o algún otro profeta”. 15 Él les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?”. 16 Simón Pedro le contestó: “Tú eres el Cristo,+ el Hijo del Dios vivo”.+ 17 Y Jesús le respondió: “Dichoso de ti, Simón hijo de Jonás, porque eso no te lo reveló ningún ser humano,* sino mi Padre que está en los cielos.+ 18 También te digo: tú eres Pedro,+ y sobre esta roca+ edificaré mi congregación, y las puertas de la Tumba* no la vencerán. 19 Yo te daré las llaves del Reino de los cielos. Cualquier cosa que ates en la tierra ya estará atada en los cielos, y cualquier cosa que desates en la tierra ya estará desatada en los cielos”. 20 Entonces les ordenó con firmeza a los discípulos que no le dijeran a nadie que él era el Cristo.+
21 A partir de ese momento, Jesús comenzó a explicarles a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, los sacerdotes principales y los escribas, y que también tenía que ser ejecutado y al tercer día ser resucitado.*+ 22 Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo: “¡Señor, no seas tan duro* contigo mismo! Eso jamás te va a pasar a ti”.+ 23 Pero él le dio la espalda a Pedro y le dijo: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres un estorbo* en mi camino, porque no estás pensando como piensa Dios, sino como piensa el hombre”.+
24 Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere ser mi seguidor, que renuncie a sí mismo,* que tome su madero de tormento* y me siga constantemente.+ 25 Porque el que quiera salvar su vida* la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí la encontrará.+ 26 En realidad, ¿de qué le sirve a alguien ganar el mundo entero si pierde la vida?+ ¿O qué puede dar alguien a cambio de su vida?+ 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces le pagará a cada uno según su modo de actuar.+ 28 Les aseguro que algunos de los que están aquí de ninguna manera probarán la muerte sin antes ver al Hijo del Hombre viniendo en su Reino”.+
17 Seis días después, Jesús se llevó a Pedro y también a Santiago y su hermano Juan a una montaña alta, donde estuvieron a solas.+ 2 Y Jesús se transfiguró* delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol y su ropa se volvió brillante* como la luz.+ 3 En eso se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. 4 Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno que estemos aquí! Si quieres, armo tres tiendas de campaña: una para ti, una para Moisés y otra para Elías”. 5 Él todavía estaba hablando..., cuando una nube brillante los cubrió y, de repente, de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; él tiene mi aprobación.+ Escúchenlo”.+ 6 Al oír esto, los discípulos cayeron rostro a tierra. Tenían muchísimo miedo. 7 Entonces Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense. No tengan miedo”. 8 Cuando levantaron la vista, no vieron a nadie, solo a Jesús. 9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie esta visión hasta que el Hijo del Hombre sea levantado de entre los muertos”.+
10 Pero los discípulos le preguntaron: “Entonces, ¿cómo es que los escribas dicen que Elías tiene que venir primero?”.+ 11 Él les respondió: “Es verdad, Elías tiene que venir primero y poner de nuevo todas las cosas en orden.*+ 12 Ahora bien, yo les digo que Elías ya vino, pero ellos no lo reconocieron, sino que hicieron con él lo que quisieron.+ Así también harán sufrir al Hijo del Hombre”.+ 13 Ahí fue cuando los discípulos se dieron cuenta de que se refería a Juan el Bautista.
14 Cuando llegaron adonde estaba la multitud,+ un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: 15 “Señor, ten compasión* de mi hijo, porque es epiléptico y está muy mal. Muchas veces cae en el fuego y muchas otras en el agua.+ 16 Se lo traje a tus discípulos, pero ellos no pudieron curarlo”. 17 En respuesta, Jesús dijo: “¡Esta generación retorcida y sin fe!+ ¿Hasta cuándo voy a tener que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo voy a tener que soportarlos? Tráiganmelo acá”. 18 Entonces Jesús reprendió al demonio, y este salió del muchacho, que en ese momento quedó curado.+ 19 Los discípulos luego se acercaron en privado a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué no pudimos expulsarlo nosotros?”. 20 Él les respondió: “Por la poca fe que tienen. Les aseguro que, si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña ‘Muévete para allá’, y se moverá; nada les será imposible”.+ 21 *
22 Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: “El Hijo del Hombre va a ser entregado* en manos de los hombres+ 23 y lo matarán, y al tercer día será resucitado”.*+ Eso llenó de tristeza a los discípulos.
24 Después de que ellos llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los hombres que cobran el impuesto de los dos dracmas* y le preguntaron: “¿Tu maestro no paga el impuesto de los dos dracmas?”.+ 25 Él les respondió: “Sí, lo paga”. Pero entonces entró en la casa y, antes de que él dijera nada, Jesús le preguntó: “¿Tú qué dirías, Simón? ¿A quiénes les cobran los reyes de la tierra impuestos y tributos?* ¿A sus hijos, o a los extraños?”. 26 Él le respondió: “A los extraños”. Y Jesús le dijo: “Eso quiere decir que los hijos están libres de pagar impuestos. 27 Pero, para no escandalizarlos,*+ vete al mar y echa el anzuelo. Cuando abras la boca del primer pez que saques, encontrarás una moneda de plata.* Tómala y dásela a ellos por mí y por ti”.
18 En esa ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “Entonces, ¿quién es el mayor en el Reino de los cielos?”.+ 2 Así que él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos 3 y les dijo: “Les aseguro que, a no ser que cambien* y lleguen a ser como niños,+ nunca van a entrar en el Reino de los cielos.+ 4 Por eso, el que se haga humilde como este niño es el mayor en el Reino de los cielos,+ 5 y el que recibe a un niño como este en mi nombre también me recibe a mí. 6 Pero a quien haga tropezar* a uno de estos pequeños que tienen fe en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una de esas piedras de molino que los burros hacen girar y lo hundieran en altamar.+
7 ”¡Ay del mundo por las cosas que hacen tropezar! Claro, es inevitable que vengan cosas que hagan tropezar, pero ¡ay del hombre por medio de quien vengan! 8 Por eso, si tu mano o tu pie te hacen tropezar,* córtatelos y échalos lejos.+ Es preferible que alcances la vida manco o cojo a que seas echado al fuego eterno con las dos manos o los dos pies.+ 9 También, si tu ojo te hace tropezar, arráncatelo y échalo lejos. Es preferible que alcances la vida con un solo ojo a que con los dos ojos seas echado a la Gehena* de fuego.+ 10 Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en el cielo siempre ven el rostro de* mi Padre que está en el cielo.+ 11 *
12 ”¿Qué opinan? Si un hombre tiene 100 ovejas y una de ellas se pierde,+ ¿no creen que dejará a las otras 99 en las montañas y se pondrá a buscar a la que anda perdida?+ 13 Y, si la encuentra, les aseguro que se alegrará más por ella que por las 99 que no se perdieron. 14 Lo mismo sucede con mi* Padre que está en el cielo: él no desea que ni uno solo de estos pequeños se pierda.+
15 ”Por lo tanto, si tu hermano comete un pecado contra ti, vete a hablar con él a solas+ y hazle ver su falta.* Si te escucha, habrás recuperado* a tu hermano.+ 16 Pero, si no escucha, vuelve acompañado de una o dos personas más para que todo asunto pueda confirmarse* con el testimonio* de dos o tres testigos.+ 17 Si no los escucha a ellos, infórmaselo a la congregación. Y, si ni siquiera escucha a la congregación, entonces considéralo como alguien de las naciones+ y como un cobrador de impuestos.+
18 ”Les aseguro que todas las cosas que aten en la tierra ya estarán atadas en el cielo, y todas las cosas que desaten en la tierra ya estarán desatadas en el cielo. 19 También les aseguro que, si dos de ustedes en la tierra están de acuerdo en pedir algo importante, se les hará realidad gracias a mi Padre que está en el cielo.+ 20 Porque, donde están dos o tres reunidos en mi nombre,+ allí estoy yo en medio de ellos”.
21 Entonces Pedro se le acercó y le preguntó: “Señor, si mi hermano peca contra mí, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta 7 veces?”. 22 Jesús le contestó: “No, no te digo hasta 7 veces, sino hasta 77 veces.+
23 ”Por eso el Reino de los cielos puede compararse a un rey que quiso ajustar cuentas con sus esclavos. 24 Cuando comenzó a ajustarlas, le trajeron a uno que le debía 10.000 talentos.* 25 Como el esclavo no tenía con qué pagarle, su amo ordenó que lo vendieran a él, a su esposa y a sus hijos, así como todas las cosas que tenía, para que se pagara la deuda.+ 26 Pero el esclavo cayó a sus pies, se inclinó ante él* y le suplicó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. 27 Esto conmovió mucho al amo, así que dejó que el esclavo se fuera y le perdonó la deuda.+ 28 Pero aquel esclavo salió y encontró a uno de sus compañeros de esclavitud, que le debía 100 denarios.* Él lo agarró y comenzó a estrangularlo. Le decía: ‘¡Paga todo lo que debes!’. 29 Y este compañero suyo cayó a sus pies y le suplicó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré’. 30 Pero él no quiso escucharlo. Se fue y mandó que lo metieran en prisión hasta que pudiera pagar la deuda. 31 Cuando los demás compañeros esclavos se enteraron de lo que había pasado, se disgustaron mucho y fueron a contárselo todo a su amo. 32 Entonces su amo lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Esclavo malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda cuando me lo suplicaste. 33 ¿No deberías haber tenido misericordia de tu compañero igual que yo tuve misericordia de ti?’.+ 34 Su amo se indignó tanto que se lo entregó a los carceleros hasta que pagara todo lo que debía. 35 Así es como mi Padre celestial los tratará a ustedes+ si no perdonan de corazón a sus hermanos”.+
19 Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, salió de Galilea y llegó a los límites de Judea, al otro lado del Jordán.+ 2 Grandes multitudes lo siguieron, y él curó allí a los enfermos.
3 Entonces se le acercaron unos fariseos que querían ponerlo a prueba y le preguntaron: “¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?”.+ 4 Él les respondió: “¿No leyeron que el que los creó en el principio los hizo hombre y mujer,+ 5 y dijo ‘Por esa razón, el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a* su esposa y los dos serán una sola carne’?+ 6 Así que ya no son dos, sino una sola carne.* Por lo tanto, lo que Dios ha unido,* que no lo separe ningún hombre”.+ 7 Ellos le dijeron: “Entonces, ¿por qué ordenó Moisés que el hombre le diera un certificado de divorcio a su esposa y la despidiera?”.+ 8 Él les respondió: “Moisés les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas por la terquedad* de ustedes.+ Pero al principio eso no era así.+ 9 Yo les digo que todo el que se divorcie de su esposa —a menos que sea por inmoralidad sexual—* y se case con otra comete adulterio”.+
10 Los discípulos le dijeron: “Si esta es la situación del hombre con su esposa, es mejor no casarse”. 11 Él les dijo: “No todos pueden cumplir con* estas palabras, solo los que tienen el don.+ 12 Algunos eunucos ya nacieron así. A otros los hicieron eunucos los hombres. Pero hay otros que se han hecho eunucos ellos mismos por el Reino de los cielos. Quien pueda cumplir con* esto, que lo haga”.+
13 Entonces le trajeron algunos niños para que pusiera las manos sobre ellos* y orara por ellos. Pero los discípulos los reprendieron.+ 14 Sin embargo, Jesús dijo: “Dejen tranquilos a los niños. No traten de impedirles que se acerquen a mí, porque el Reino de los cielos es de los que son como ellos”.+ 15 Luego puso las manos sobre ellos y se fue de allí.
16 Entonces se le acercó un hombre y le preguntó: “Maestro, ¿qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?”.+ 17 Él le dijo: “¿Por qué me preguntas a mí sobre lo que es bueno? Solo hay uno que es bueno.+ De todos modos, si quieres alcanzar la vida, tienes que obedecer siempre los mandamientos”.+ 18 “¿Cuáles?”, le preguntó él. Y Jesús le contestó: “No asesines,+ no cometas adulterio,+ no robes,+ no des falso testimonio,+ 19 honra a tu padre y a tu madre,+ y ama a tu prójimo como te amas a ti mismo”.+ 20 El joven le dijo: “Yo todo esto siempre lo he obedecido. ¿Qué me queda por hacer?”. 21 Jesús le contestó: “Si quieres ser perfecto,* ve a vender lo que tienes y dales el dinero a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo.+ Luego ven y sé mi seguidor”.+ 22 Al oír eso, el joven se fue muy triste, ya que tenía muchas posesiones.+ 23 Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Les aseguro que será difícil para un rico entrar en el Reino de los cielos.+ 24 De nuevo les digo que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios”.+
25 Cuando los discípulos oyeron eso, se quedaron totalmente impactados y dijeron: “Entonces, ¿quién se podrá salvar?”.+ 26 Mirándolos fijamente, Jesús les dijo: “Para los humanos esto es imposible, pero para Dios todo es posible”.+
27 Entonces Pedro le respondió: “Mira que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué vamos a recibir?”.+ 28 Jesús les dijo: “Les aseguro que, cuando llegue el tiempo de hacerlo todo nuevo* y el Hijo del Hombre se siente en su trono glorioso, ustedes, los que me han seguido, se sentarán en 12 tronos y juzgarán a las 12 tribus de Israel.+ 29 Y todo el que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por causa de mi nombre recibirá 100 veces más y heredará la vida eterna.+
30 ”Pero muchos que son primeros serán últimos, y muchos que son últimos serán primeros.+
20 ”Porque el Reino de los cielos es como el dueño de una propiedad que salió muy temprano por la mañana para contratar trabajadores para su viña.+ 2 Después de ponerse de acuerdo con los trabajadores en que les pagaría un denario* al día, los envió a su viña. 3 Cerca de la hora tercera* volvió a salir y vio en la plaza de mercado a otros que estaban allí de pie sin trabajo. 4 Así que les dijo: ‘Vayan también ustedes a la viña, que les pagaré lo que sea justo’. 5 Y ellos fueron. Él salió de nuevo cerca de la hora sexta,* y también de la hora novena,* y volvió a hacer lo mismo. 6 Finalmente, salió cerca de la hora undécima* y encontró a otros más que estaban allí parados, así que les preguntó: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajo?’. 7 Le contestaron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Él les dijo: ‘Vayan ustedes también a la viña’.
8 ”Cuando anocheció, el dueño de la viña le dijo a su encargado: ‘Llama a los trabajadores y págales.+ Empieza por los últimos y termina por los primeros’. 9 Cuando se presentaron los trabajadores de la hora undécima, cada uno de ellos recibió un denario.* 10 Por eso los primeros, cuando se presentaron, esperaban recibir más, pero a ellos también se les pagó un denario.* 11 Al recibirlo, empezaron a quejarse del dueño de la propiedad 12 y le dijeron: ‘¡Estos últimos han trabajado apenas una hora y tú los tratas igual que a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor abrasador!’. 13 Pero él le respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no me he portado mal contigo. Quedamos en que te pagaría un denario,* ¿no es cierto?+ 14 Toma lo tuyo y vete. Quiero darle al último lo mismo que a ti. 15 ¿Acaso no tengo derecho a hacer lo que quiera con lo que es mío? ¿O es que tienes envidia porque soy generoso* con ellos?’.+ 16 Así, los últimos serán primeros y los primeros serán últimos”.+
17 Mientras iban subiendo a Jerusalén, Jesús se llevó aparte a los 12 discípulos y les dijo por el camino:+ 18 “Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y allí el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sacerdotes principales y a los escribas. Lo condenarán a muerte+ 19 y lo entregarán a hombres de las naciones, que se burlarán de él, le darán latigazos y lo ejecutarán en un madero;+ y al tercer día será resucitado”.*+
20 Entonces, la madre de los hijos de Zebedeo+ se acercó a Jesús con sus dos hijos y se inclinó ante él* para pedirle algo.+ 21 Él le preguntó: “¿Qué es lo que quieres?”. Ella le respondió: “Manda que mis dos hijos se sienten contigo en tu Reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda”.+ 22 Jesús contestó: “Ustedes no saben lo que están pidiendo. ¿Acaso pueden beber de la copa de la que yo estoy a punto de beber?”.+ “Sí podemos”, le respondieron. 23 Él les dijo: “Sí, ustedes van a beber de mi copa,+ pero yo no soy el que dice quiénes van a sentarse a mi derecha y a mi izquierda. Esos lugares son para aquellos para quienes mi Padre los ha preparado”.+
24 Cuando los otros 10 se enteraron de esto, se indignaron con los dos hermanos.+ 25 Pero Jesús los reunió a todos y les dijo: “Saben que los gobernantes de las naciones dominan al pueblo y que los hombres importantes tienen autoridad sobre la gente.+ 26 Entre ustedes no debe ser así.+ Más bien, el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que servir a* los demás+ 27 y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de los demás.+ 28 Eso fue lo que hizo el Hijo del Hombre. Él no vino para que le sirvieran, sino para servir+ a los demás y para dar su vida* como rescate a cambio de muchas personas”.+
29 Cuando salían de Jericó, una gran multitud lo siguió. 30 Y resulta que dos ciegos que estaban sentados junto al camino oyeron que Jesús estaba pasando por ahí y gritaron: “¡Señor, Hijo de David, ten compasión* de nosotros!”.+ 31 Entonces la gente los reprendió y les dijo que se callaran, pero ellos gritaban más fuerte todavía: “¡Señor, Hijo de David! ¡Ten compasión de nosotros!”. 32 Así que Jesús se detuvo, los llamó y les preguntó: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”. 33 Ellos le respondieron: “Señor, que se nos abran los ojos”. 34 Y Jesús, profundamente conmovido, les tocó los ojos.+ Enseguida volvieron a ver, y lo siguieron.
21 Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagué, en el monte de los Olivos, Jesús mandó a dos discípulos+ 2 con estas instrucciones: “Vayan a la aldea que ven allí. Apenas lleguen, encontrarán una burra atada y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, contesten: ‘El Señor los necesita’. Enseguida dejará que se los lleven”.
4 Todo esto de hecho pasó para que se cumpliera lo que se había anunciado por medio del profeta, que dijo: 5 “Díganle a la hija de Sion: ‘¡Mira! Tu rey viene hacia ti.+ Es apacible+ y va montado en un burro, sí, en un burrito, la cría de un animal de carga’”.+
6 Así que los discípulos se fueron e hicieron tal como Jesús les había ordenado.+ 7 Le trajeron la burra y su burrito, y pusieron sus mantos sobre ellos, y él se sentó encima.+ 8 La mayor parte de la multitud extendía sus mantos en el camino;+ otros cortaban ramas de los árboles y las extendían por el camino. 9 Además, las multitudes que iban delante de él y las que iban siguiéndolo gritaban: “¡Salva, rogamos,* al Hijo de David!+ ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová!*+ ¡Sálvalo, rogamos, en las alturas!”.+
10 Cuando él entró en Jerusalén, la ciudad entera se alborotó y la gente preguntaba: “¿Quién es este?”. 11 Las multitudes respondían: “¡Es el profeta Jesús,+ de Nazaret de Galilea!”.
12 Jesús entró en el templo y echó a todos los que vendían y compraban allí. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los bancos de los que vendían palomas.+ 13 Y les dijo: “Está escrito ‘Mi casa será llamada casa de oración’,+ pero ustedes la están convirtiendo en una cueva de ladrones”.+ 14 También se le acercaron ciegos y cojos en el templo, y él los curó.
15 Los sacerdotes principales y los escribas se indignaron+ al ver las maravillas que hacía y a los niños gritando en el templo “¡Salva, rogamos, al Hijo de David!”.+ 16 Así que le dijeron a Jesús: “¿Oyes lo que están diciendo?”. Él les respondió: “Sí, lo oigo. ¿Es que ustedes nunca leyeron esto: ‘Has hecho que de la boca de los pequeños y de los niños de pecho salga alabanza’?”.+ 17 Y, dejándolos allí, salió de la ciudad y se fue a Betania, donde pasó la noche.+
18 Cuando volvía a la ciudad temprano por la mañana, le dio hambre.+ 19 Entonces vio una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada, solo hojas.+ Y le dijo: “Que nunca más vuelvas a dar fruto”.+ Al instante la higuera se secó. 20 Cuando los discípulos vieron esto, se quedaron asombrados y dijeron: “¿Cómo es posible que la higuera se secara de golpe?”.+ 21 Jesús les respondió: “Les aseguro que, si tienen fe y no dudan, no solo harán lo que yo le hice a la higuera, sino que también le dirán a esta montaña ‘Levántate y lánzate al mar’ y así pasará.+ 22 Y todo lo que pidan al orar, si tienen fe, lo recibirán”.+
23 Después de que entró en el templo, los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras estaba enseñando y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces tú estas cosas? ¿Y quién te autorizó a hacerlas?”.+ 24 Jesús les respondió: “Yo también les preguntaré algo. Si me lo contestan, les diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 El bautismo que Juan realizaba, ¿de dónde venía? ¿Del cielo, o de los hombres?”.* Ellos empezaron a razonar sobre el asunto unos con otros. Decían: “Si le contestamos que venía del cielo, él nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’.+ 26 Pero, si decimos que venía de los hombres, nos da miedo la reacción de la multitud. Porque todos consideran a Juan un profeta”. 27 Así que le respondieron: “No lo sabemos”. A su vez, Jesús les dijo: “Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago estas cosas.
28 ”¿Qué piensan de esto? Un hombre que tenía dos hijos se acercó al primero y le dijo: ‘Hijo, vete a trabajar hoy en la viña’. 29 El hijo le respondió: ‘No quiero ir’. Pero después se arrepintió y fue. 30 Luego el hombre se acercó al otro hijo y le pidió lo mismo. Y este le respondió: ‘Sí, señor, yo voy’. Pero después no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?”. Ellos le contestaron: “El primero”. Jesús les dijo: “Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes al Reino de Dios.* 32 Porque Juan vino y les mostró el buen camino,* pero ustedes no le creyeron. En cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron.+ Y ustedes vieron eso, pero ni siquiera así se arrepintieron y creyeron en él.
33 ”Escuchen otra comparación.* Un hombre, el dueño de un terreno, plantó una viña+ y la rodeó con una cerca. Además, excavó un lagar allí y construyó una torre.+ Luego les alquiló la viña a unos agricultores y viajó al extranjero.+ 34 Cuando llegó la temporada de la vendimia, envió sus esclavos a los agricultores para recibir su parte del fruto. 35 Pero los agricultores agarraron a los esclavos y a uno le dieron una paliza, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.+ 36 El dueño volvió a enviar esclavos, más que la primera vez. Pero les hicieron lo mismo.+ 37 Por último les envió a su hijo, porque decía: ‘Respetarán a mi hijo’. 38 Pero, cuando vieron al hijo, los agricultores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero.+ ¡Vamos, matémoslo, y así nos quedamos con su herencia!’. 39 De modo que lo agarraron, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.+ 40 Entonces, cuando llegue el dueño de la viña, ¿qué les hará a los agricultores?”. 41 Los que estaban escuchando le contestaron: “Por ser tan malos, acabará por completo con ellos y les alquilará la viña a otros agricultores, quienes le darán los frutos a su debido tiempo”.
42 Jesús les dijo: “Las Escrituras dicen: ‘La piedra que los constructores rechazaron, esa ha llegado a ser la principal piedra angular.*+ Esta ha venido de Jehová* y para nosotros es maravillosa’. ¿Es que ustedes nunca lo leyeron?+ 43 Por eso les digo que el Reino de Dios se les quitará a ustedes y se le dará a una nación que produzca los frutos esperados. 44 Además, el que caiga sobre esta piedra quedará destrozado.+ Y, si esta piedra le cae encima a alguien, lo dejará hecho pedazos”.+
45 Cuando los sacerdotes principales y los fariseos oyeron sus comparaciones, se dieron cuenta de que hablaba de ellos.+ 46 Querían arrestarlo, pero les tenían miedo a las multitudes, porque estas lo consideraban un profeta.+
22 Una vez más, Jesús les habló usando comparaciones.* Les dijo: 2 “El Reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de boda+ para su hijo. 3 Envió a sus esclavos para que llamaran a los invitados al banquete de boda, pero estos no quisieron venir.+ 4 Luego envió a otros esclavos más con estas instrucciones: ‘Díganles a los invitados: “Miren, tengo la comida preparada. Ya han matado mis toros y mis animales engordados. Todo está listo. Vengan al banquete de boda”’. 5 Pero ellos se fueron sin hacer caso, uno a su campo, otro a sus negocios;+ 6 y los demás agarraron a los esclavos, los maltrataron y los mataron.
7 ”Entonces el rey se enfureció y envió a sus tropas; acabó con aquellos asesinos y quemó su ciudad.+ 8 Luego les dijo a sus esclavos: ‘El banquete de boda está listo, pero los que fueron invitados no se lo merecían.+ 9 Por eso, vayan a los caminos que salen de la ciudad e inviten al banquete de boda a todo el que encuentren’.+ 10 Así que los esclavos salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, tanto a buenos como a malos. Y la sala de bodas se llenó de invitados.*
11 ”Cuando el rey entró para ver a los invitados, se fijó en un hombre que no llevaba traje de boda. 12 Así que le dijo: ‘Amigo, ¿cómo te presentas aquí sin traje de boda?’. El hombre se quedó callado. 13 Entonces el rey les dijo a sus sirvientes: ‘Átenlo de pies y manos y échenlo afuera, a la oscuridad. Ahí es donde llorará y apretará los dientes’.*
14 ”Porque muchos son invitados, pero pocos son elegidos”.
15 Entonces, los fariseos se fueron y conspiraron para ver cómo atrapar a Jesús en sus propias palabras.+ 16 Por lo tanto, enviaron a unos discípulos de ellos, junto con unos miembros del partido de Herodes,+ para decirle: “Maestro, sabemos que siempre dices la verdad, que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad y que no buscas la aprobación de nadie, porque no te fijas en la apariencia de la gente. 17 Así que, dinos, ¿qué opinas? ¿Está permitido* que le paguemos tributo* a César, o no?”. 18 Pero Jesús, que conocía su maldad, les dijo: “Hipócritas, ¿por qué me ponen a prueba? 19 Muéstrenme la moneda del impuesto”. Y ellos le trajeron un denario.* 20 Él les preguntó: “¿De quién es esta imagen y el nombre que está aquí escrito?”. 21 “De César”, le respondieron. Y enseguida él les dijo: “Entonces, páguenle a César lo que es de César, pero a Dios lo que es de Dios”.+ 22 Al oír esto, se quedaron asombrados. Y lo dejaron tranquilo y se fueron.
23 Ese mismo día vinieron los saduceos —que dicen que no hay resurrección—+ y le preguntaron:+ 24 “Maestro, Moisés dijo: ‘Si un hombre muere sin tener hijos, su hermano debe casarse con la viuda para darle descendencia al hermano que murió’.+ 25 Pues resulta que hubo entre nosotros siete hermanos. El primero se casó, pero luego se murió y, como no había tenido descendencia, la viuda quedó para su hermano. 26 Lo mismo pasó con el segundo, con el tercero..., hasta llegar al séptimo. 27 Y, después de todos ellos, se murió la mujer. 28 Dinos, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será esposa? Porque todos estuvieron casados con ella”.
29 Jesús les respondió: “Ustedes están equivocados porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios.+ 30 Porque, en la resurrección, los hombres no se casan ni las mujeres son entregadas en matrimonio, sino que son como los ángeles en el cielo.+ 31 Y, sobre la resurrección de los muertos, ¿no leyeron que Dios a ustedes les dijo 32 ‘Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’?+ Él no es el Dios de los muertos, sino el de los vivos”.+ 33 Al oírlo, las multitudes quedaron impactadas con su enseñanza.+
34 Cuando los fariseos se enteraron de que él había dejado callados a los saduceos, se juntaron y formaron un solo grupo. 35 Y uno de ellos, que era experto en la Ley, le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba: 36 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”.+ 37 Él le contestó: “‘Ama a Jehová* tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma* y con toda tu mente’.+ 38 Este es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo, que es parecido, dice: ‘Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo’.+ 40 En estos dos mandamientos se basan toda la Ley y los Profetas”.+
41 Luego, mientras los fariseos estaban ahí reunidos, Jesús les preguntó:+ 42 “¿Qué piensan del Cristo? ¿De quién es hijo?”. Ellos le contestaron: “De David”.+ 43 Él les preguntó: “Entonces, ¿cómo es que David, guiado por el espíritu,+ lo llama Señor? Porque él dijo: 44 ‘Jehová* le dijo a mi Señor: “Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies”’.+ 45 Si David lo llama Señor, ¿cómo puede ser su hijo?”.+ 46 Nadie pudo responderle nada. Y, desde ese día, ninguno se atrevió a hacerle más preguntas.
23 Entonces Jesús les habló a las multitudes y a sus discípulos. Les dijo: 2 “Los escribas y los fariseos se han sentado en el lugar de Moisés. 3 Por eso hagan y cumplan todo lo que les digan, pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos dicen pero no hacen.+ 4 Preparan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de la gente,+ pero ellos no están dispuestos a moverlas ni con un dedo.+ 5 Todo lo que hacen lo hacen para que la gente los vea.+ Agrandan las cajitas con porciones de las Escrituras que llevan como amuletos*+ y le ponen flecos más largos a su ropa.+ 6 Les gusta ocupar el lugar más destacado en las cenas y los asientos del frente* en las sinagogas,+ 7 y que los estén saludando en las plazas de mercado y los llamen rabí.* 8 Pero ustedes no dejen que los llamen rabí, porque uno solo es su Maestro+ y ustedes son todos hermanos. 9 Además, no llamen padre a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre,+ el del cielo. 10 Tampoco permitan que los llamen líder, porque su Líder es uno, el Cristo. 11 Más bien, que el más grande entre ustedes sirva a* los demás.+ 12 El que se engrandece será humillado,+ pero el que actúa con humildad será engrandecido.+
13 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas! Porque le cierran a la gente la entrada al Reino de los cielos. Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que están intentando entrar.+ 14 *
15 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas!+ Porque atraviesan tierra y mar para convertir a una sola persona* y, cuando esta ya se ha convertido, hacen que merezca la Gehena* el doble que ustedes.
16 ”¡Ay de ustedes, guías ciegos!+ Porque dicen: ‘Si alguien jura por el templo, eso no significa nada; pero, si alguien jura por el oro del templo, queda obligado a cumplir su juramento’.+ 17 ¡Insensatos y ciegos! En realidad, ¿qué es más importante? ¿El oro, o el templo que ha hecho que el oro sea sagrado? 18 Además, ustedes dicen: ‘Si alguien jura por el altar, eso no significa nada; pero, si alguien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado a cumplir su juramento’. 19 ¡Están ciegos! En realidad, ¿qué es más importante? ¿La ofrenda, o el altar que hace que la ofrenda sea sagrada? 20 Por eso, el que jura por el altar está jurando por el altar y por todas las cosas que están sobre él; 21 el que jura por el templo está jurando por el templo y por Dios, que reside en él,+ 22 y el que jura por el cielo está jurando por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
23 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas! Porque dan la décima parte de la menta,* del eneldo y del comino,+ y sin embargo han descuidado los asuntos más importantes de la Ley: la justicia,+ la misericordia+ y la fidelidad. Era obligatorio hacer lo primero, pero sin descuidar estas otras cosas.+ 24 ¡Guías ciegos,+ que cuelan el mosquito+ pero se tragan el camello!+
25 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas! Porque limpian por fuera la copa y el plato,+ pero por dentro estos están llenos de codicia*+ y de deseos descontrolados.+ 26 Fariseo ciego, primero limpia la copa y el plato por dentro, y así también quedará limpio lo de afuera.
27 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas!+ Porque parecen sepulcros blanqueados,+ que se ven muy bonitos por fuera, pero que por dentro están llenos de huesos de muertos y de todo tipo de impureza.* 28 Así son ustedes: por fuera, ante la gente, parecen personas justas, pero por dentro están llenos de hipocresía y maldad.*+
29 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas!+ Porque les construyen sepulcros a los profetas y les adornan las tumbas* a los justos+ 30 y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices suyos en derramar la sangre de los profetas’. 31 Con eso dan testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de los que asesinaron a los profetas.+ 32 Así que, adelante, terminen lo que sus antepasados empezaron.*
33 ”Serpientes, crías de víboras,+ ¿cómo escaparán del juicio* de la Gehena?*+ 34 Por lo tanto, voy a enviarles profetas,+ sabios y maestros.*+ A algunos los matarán+ y los ejecutarán en maderos, y a otros les darán latigazos+ en sus sinagogas y los perseguirán+ de una ciudad a otra. 35 Así, ustedes acabarán pagando por* toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel+ hasta la sangre de Zacarías hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar.+ 36 Les aseguro que esta generación tendrá que pagar por* todas estas cosas.
37 ”Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella...,+ ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron.+ 38 ¡Miren! Su casa queda abandonada y se les deja a ustedes.*+ 39 Porque les digo que de ahora en adelante ustedes no me verán más hasta que digan ‘¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová!’”.*+
24 Cuando Jesús iba saliendo del templo, sus discípulos se le acercaron y le señalaron los edificios del templo. 2 Entonces, él les dijo: “¿Ven todas estas cosas? Les aseguro que de ninguna manera va a quedar aquí piedra sobre piedra. Todo será demolido”.+
3 Mientras él estaba sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron en privado y le preguntaron: “Dinos, ¿cuándo pasarán esas cosas, y qué señal habrá de tu presencia*+ y de la conclusión* del sistema?”.*+
4 Jesús les contestó: “Tengan cuidado. Que nadie los engañe,*+ 5 porque van a venir muchos usando mi nombre y diciendo ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a mucha gente.+ 6 Ustedes oirán de guerras y noticias de guerras. Cuidado, no se alarmen, porque estas cosas tienen que suceder, pero todavía no es el fin.+
7 ”Porque peleará* nación contra nación y reino contra reino,+ y habrá hambre+ y terremotos en un lugar tras otro.+ 8 Todo esto es el principio de grandes sufrimientos.*
9 ”Entonces los perseguirán*+ y los matarán,+ y todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre.+ 10 Y entonces muchos perderán la fe,* se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. 11 Aparecerán muchos falsos profetas que engañarán a mucha gente+ 12 y, al aumentar la maldad,* se enfriará el amor de la mayoría. 13 Pero el que aguante* hasta el fin será salvado.+ 14 Y las buenas noticias del Reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones,+ y entonces vendrá el fin.
15 ”Por lo tanto, cuando vean la cosa repugnante y devastadora, de la que habló el profeta Daniel, de pie en un lugar santo+ (que el lector* tenga discernimiento), 16 entonces los que estén en Judea, que huyan a las montañas.+ 17 El que esté en la azotea,* que no baje a su casa a sacar sus cosas, 18 y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto.* 19 ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o amamantando en esos días! 20 Oren vez tras vez para que no tengan que huir en invierno o en sábado. 21 Porque entonces habrá una gran tribulación.*+ Desde el principio del mundo hasta ahora, no ha habido una tribulación igual, y nunca más la habrá.+ 22 De hecho, si ese tiempo no se acortara, nadie* se salvaría; pero por causa de los escogidos ese tiempo será acortado.+
23 ”Entonces, si alguien les dice ‘¡Miren, el Cristo está aquí!’+ o ‘¡Está allá!’, no lo crean.+ 24 Porque se presentarán falsos cristos y falsos profetas,+ y harán grandes milagros* y cosas impresionantes* para engañar,+ de ser posible, hasta a los escogidos. 25 Miren que los he avisado de antemano. 26 Por eso, si les dicen ‘¡Miren, está en el desierto!’, no vayan; si les dicen ‘¡Miren, está en las habitaciones de la casa!’, no lo crean.+ 27 Porque, así como el relámpago sale del este y resplandece hasta el oeste, así será la presencia* del Hijo del Hombre.+ 28 Donde esté el cadáver, ahí se juntarán las águilas.+
29 ”Inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá,+ la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos.+ 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre y todos los pueblos* de la tierra se golpearán el pecho de dolor+ y verán al Hijo del Hombre+ viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.+ 31 Y él enviará a sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a sus escogidos desde los cuatro vientos,* desde un extremo de los cielos hasta el otro.+
32 ”Aprendan de esta comparación con* la higuera. En cuanto su rama nueva se pone tierna y echa hojas, ustedes saben que el verano está cerca.+ 33 Lo mismo ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él* está cerca, a las puertas.+ 34 Les aseguro que esta generación de ningún modo desaparecerá hasta que sucedan todas estas cosas. 35 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.+
36 ”Ahora bien, el día y la hora no los sabe nadie,+ ni los ángeles de los cielos ni el Hijo; solo el Padre.+ 37 Porque, tal como eran los días de Noé,+ así será la presencia* del Hijo del Hombre.+ 38 Porque en aquellos días antes del Diluvio la gente comía y bebía, los hombres se casaban y a las mujeres las entregaban en matrimonio... hasta el día en que Noé entró en el arca;+ 39 y no hicieron caso hasta que vino el Diluvio y los barrió a todos.+ Así será en la presencia del Hijo del Hombre. 40 Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado. 41 Dos mujeres estarán moliendo con el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada.+ 42 Así que estén siempre vigilantes, porque no saben en qué día viene su Señor.+
43 ”Tengan en cuenta una cosa: si el dueño de una casa supiera en qué momento de la noche* va a venir el ladrón,+ se quedaría despierto y no permitiría que se metiera en su casa.+ 44 Por eso ustedes también estén preparados,+ porque el Hijo del Hombre viene a la hora en que menos se lo esperan.
45 ”¿Quién es en realidad el esclavo fiel y prudente* a quien su amo puso a cargo de los sirvientes de la casa* para darles su alimento al tiempo debido?+ 46 ¡Feliz ese esclavo si su amo, cuando venga, lo encuentra haciendo eso!+ 47 Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.
48 ”Pero, si ese esclavo resulta ser malo y* alguna vez dice en su corazón ‘Mi amo está tardando’+ 49 y se pone a golpear a sus compañeros y a comer y beber con los borrachos empedernidos, 50 el amo de ese esclavo vendrá un día en que él no lo espera y a una hora que él no sabe,+ 51 y le dará el peor de los castigos y lo pondrá con los hipócritas. Ahí es donde llorará y apretará los dientes.*+
25 ”Entonces, el Reino de los cielos podría compararse a 10 vírgenes que tomaron sus lámparas+ y salieron a encontrarse con el novio.+ 2 Cinco de ellas eran insensatas y cinco eran prudentes.*+ 3 Las insensatas tomaron sus lámparas pero no llevaron aceite, 4 mientras que las prudentes, además de sus lámparas, llevaron frascos con aceite. 5 Como el novio tardaba, a todas les dio sueño y se quedaron dormidas. 6 Pero en mitad de la noche se oyó un grito: ‘¡El novio ya está aquí! ¡Salgan a recibirlo!’. 7 Entonces todas las vírgenes se levantaron y prepararon sus lámparas.+ 8 Y las insensatas les dijeron a las prudentes: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas están a punto de apagarse’. 9 Las prudentes les contestaron: ‘Tal vez no haya suficiente para nosotras y ustedes. Mejor vayan a quienes lo venden y cómprenselo’. 10 Pero, mientras iban a comprarlo, vino el novio. Las vírgenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda,+ y la puerta se cerró. 11 Después vinieron las otras vírgenes y dijeron: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’.+ 12 Pero él les respondió: ‘Les aseguro que yo a ustedes no las conozco’.
13 ”Así que estén siempre vigilantes,+ porque no saben ni el día ni la hora.+
14 ”El Reino es también como un hombre que, justo antes de viajar al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les confió sus bienes.+ 15 Le dio a uno cinco talentos,* a otro dos y a otro uno, a cada uno según su capacidad, y se fue al extranjero. 16 El que recibió los cinco talentos enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. 17 Igualmente, el que recibió dos ganó otros dos. 18 Pero el que recibió solo uno se fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero* de su amo.
19 ”Mucho tiempo después, el amo de aquellos esclavos vino y ajustó cuentas con ellos.+ 20 El que había recibido cinco talentos se presentó con cinco talentos más y dijo: ‘Amo, me confiaste cinco talentos y, mira, gané otros cinco’.+ 21 Su amo le respondió: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Como te encargaste fielmente de unas pocas cosas, te pondré a cargo de muchas.+ Ven y comparte la felicidad de tu amo’.+ 22 Luego se presentó el que había recibido dos talentos y dijo: ‘Amo, me confiaste dos talentos y, mira, gané otros dos’.+ 23 Su amo le respondió: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Como te encargaste fielmente de unas pocas cosas, te pondré a cargo de muchas. Ven y comparte la felicidad de tu amo’.
24 ”Por último se presentó el que había recibido un talento y dijo: ‘Amo, yo sabía que eres un hombre exigente, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no aventaste.+ 25 Por eso me dio miedo y fui a esconder tu talento en la tierra. Mira, aquí tienes lo tuyo’. 26 Su amo le respondió: ‘Esclavo malo y perezoso. ¿Conque sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no aventé? 27 Entonces tendrías que haberles llevado mi dinero a los banqueros. Así, al venir yo, lo habría recuperado con intereses’.
28 ”Luego dijo: ‘Quítenle el talento y dénselo al que tiene los 10 talentos.+ 29 Porque a todo el que tiene se le dará más, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.+ 30 Y al esclavo que no sirve para nada, échenlo afuera, a la oscuridad. Ahí es donde llorará y apretará los dientes’.*
31 ”Cuando el Hijo del Hombre+ venga en su gloria, y todos los ángeles con él,+ entonces se sentará en su glorioso trono. 32 Todas las naciones serán reunidas delante de él, y él separará a las personas unas de otras, igual que el pastor separa a las ovejas de las cabras. 33 Pondrá a las ovejas+ a su derecha, pero a las cabras a su izquierda.+
34 ”Entonces el Rey les dirá a los que están a su derecha: ‘Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el Reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer. Tuve sed y me dieron de beber. Era un extraño y me recibieron con hospitalidad.+ 36 Estuve desnudo* y me vistieron.+ Me enfermé y me cuidaron. Estuve en la cárcel y vinieron a verme’.+ 37 Entonces los justos le contestarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer, o con sed y te dimos de beber?+ 38 ¿Cuándo fuiste un extraño y te recibimos con hospitalidad? ¿Cuándo vimos que estabas desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?’. 40 Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que todo lo que le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños me lo hicieron a mí’.+
41 ”A los que están a su izquierda entonces les dirá: ‘Aléjense de mí,+ ustedes, los que han sido maldecidos. Váyanse al fuego eterno+ preparado para el Diablo y sus ángeles.+ 42 Porque tuve hambre, pero ustedes no me dieron de comer. Y tuve sed, pero no me dieron de beber. 43 Era un extraño, pero no me recibieron con hospitalidad. Estuve desnudo, pero no me vistieron. Estuve enfermo y en la cárcel, pero no me cuidaron’. 44 Entonces ellos también contestarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o fuiste un extraño, o estuviste desnudo o enfermo o en la cárcel y no te atendimos?’. 45 Él entonces les responderá: ‘Les aseguro que lo que no le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños no me lo hicieron a mí’.+ 46 Estos irán a la destrucción* eterna,+ pero los justos irán a la vida eterna”.+
26 Ahora bien, después de haber dicho todas esas cosas, Jesús les dijo a sus discípulos: 2 “Como ustedes saben, dentro de dos días es la Pascua+ y el Hijo del Hombre va a ser entregado para que lo ejecuten en el madero”.+
3 Entonces los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,+ 4 y juntos conspiraron+ para atrapar* a Jesús con astucia* y para matarlo. 5 Pero decían: “Durante la fiesta no, no sea que el pueblo se alborote”.
6 Cuando Jesús estaba en Betania, en casa de Simón el leproso,+ 7 se le acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un aceite perfumado muy caro. Y, mientras él estaba comiendo,* ella comenzó a derramárselo en la cabeza. 8 Al ver esto, los discípulos se indignaron y dijeron: “¿A qué viene este desperdicio? 9 Se podría haber vendido por una buena cantidad de dinero para dárselo a los pobres”. 10 Jesús, que se dio cuenta, les dijo: “¿Por qué quieren causarle problemas a esta mujer? Ella ha hecho algo muy bueno por mí. 11 Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes,+ pero a mí no me van a tener siempre.+ 12 Cuando ella me puso este aceite perfumado en el cuerpo, me estaba preparando para mi entierro.+ 13 Les aseguro que, en todo el mundo, en cualquier lugar donde se prediquen estas buenas noticias, también se contará lo que hizo esta mujer, y así será recordada”.+
14 Entonces uno de los Doce, el que se llamaba Judas Iscariote,+ fue a ver a los sacerdotes principales+ 15 y les preguntó: “¿Qué me darán si les entrego* a Jesús?”.+ Quedaron en darle 30 monedas de plata.+ 16 Así que, a partir de ahí, Judas anduvo buscando una buena oportunidad para traicionarlo.
17 El primer día de la Fiesta de los Panes Sin Levadura,+ los discípulos de Jesús vinieron a preguntarle: “¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la Pascua?”.+ 18 Él les contestó: “Vayan a la ciudad, busquen a Fulano y díganle: ‘El Maestro dice: “Se acerca mi hora.* Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa”’”. 19 Los discípulos hicieron lo que Jesús les ordenó y lo prepararon todo para la Pascua.
20 Cuando anocheció,+ él estaba sentado* a la mesa con los 12 discípulos.+ 21 Y mientras comían les dijo: “Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar”.+ 22 Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza, y todos sin excepción se pusieron a decirle: “Señor, no seré yo, ¿verdad?”. 23 Él les respondió: “El que mete la mano conmigo en la fuente es el que me va a traicionar.+ 24 Es verdad que el Hijo del Hombre se va, tal como se escribió acerca de él. Pero ¡ay+ del que va a traicionar al Hijo del Hombre!+ Más le valdría no haber nacido”.+ 25 Judas, que estaba a punto de traicionarlo, le preguntó: “No seré yo, ¿verdad, Rabí?”. Jesús le contestó: “Sí, tú mismo lo has dicho”.
26 Mientras seguían comiendo, Jesús tomó un pan y, después de hacer una oración,* lo partió,+ se lo dio a los discípulos y les dijo: “Tomen, coman. Esto representa mi cuerpo”.+ 27 Y tomó una copa, le dio gracias a Dios y se la dio a ellos diciendo: “Beban de ella, todos ustedes,+ 28 porque esto representa mi sangre,+ ‘la sangre del pacto’,+ que va a ser derramada en beneficio de muchas personas,+ para que sus pecados sean perdonados.+ 29 Pero les digo que no volveré a beber más de este producto de la vid hasta el día en que beba vino nuevo con ustedes en el Reino de mi Padre”.+ 30 Por último, después de cantar alabanzas,* se fueron al monte de los Olivos.+
31 Entonces Jesús les dijo: “Esta noche, todos ustedes van a fallar* por mi causa, porque está escrito: ‘Heriré al pastor y las ovejas del rebaño serán dispersadas’.+ 32 Pero, después de ser resucitado,* iré delante de ustedes camino a Galilea”.+ 33 Pedro le respondió: “Aunque todos los demás fallen* por tu causa, ¡yo nunca fallaré!”.+ 34 Jesús le dijo: “Te aseguro que esta noche, antes de que cante un gallo, tú negarás tres veces que me conoces”.+ 35 Pedro le dijo: “Aunque tenga que morir contigo, yo nunca negaré conocerte”.+ Y todos los demás discípulos dijeron lo mismo.
36 Después Jesús fue con ellos al lugar llamado Getsemaní+ y les dijo: “Quédense aquí sentados mientras yo voy allá a orar”.+ 37 Entonces se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y empezó a sentirse triste y muy angustiado.+ 38 Les dijo: “Estoy tan angustiado que siento que me muero.* Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo”.+ 39 Luego se alejó un poco de ellos, cayó rostro a tierra y oró así:+ “Padre mío, si es posible, aparta de mí esta copa.+ Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”.+
40 Después volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos. Y le preguntó a Pedro: “¿Es que no pudieron mantenerse despiertos conmigo ni siquiera una hora?+ 41 Manténganse despiertos+ y oren constantemente+ para que no caigan en la tentación.+ Claro, el espíritu está dispuesto, pero la carne* es débil”.+ 42 De nuevo, por segunda vez, se fue y oró así: “Padre mío, si no es posible apartar esto de mí sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad”.+ 43 Volvió otra vez y los encontró durmiendo, porque tenían los ojos cargados de sueño. 44 Así que de nuevo los dejó y se fue a orar por tercera vez. Y repitió lo mismo que antes. 45 Entonces volvió adonde estaban los discípulos y les dijo: “¡Están durmiendo y descansando en un momento como este! ¡Miren! Se ha acercado la hora para que el Hijo del Hombre sea entregado* en manos de pecadores. 46 Levántense, vámonos. Miren, ya está llegando el que me va a traicionar”. 47 En ese momento, mientras él todavía estaba hablando, apareció Judas, uno de los Doce, y con él venía una gran multitud armada con espadas y garrotes, enviada por los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo.+
48 Ahora bien, el traidor les había dado esta señal: “Al que yo bese, ese es; deténganlo”. 49 Así que fue directamente hacia Jesús, le dijo “¡Hola, Rabí!” y le dio un beso cariñoso. 50 Pero Jesús le preguntó: “Amigo, ¿a qué has venido?”.+ Entonces se acercaron a Jesús, lo agarraron y lo detuvieron. 51 De pronto, uno de los que estaban con Jesús se llevó la mano a la espada y la sacó, atacó al esclavo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.+ 52 Jesús entonces le dijo: “Guarda tu espada,+ porque todos los que usan la espada morirán a espada.+ 53 ¿O crees que no puedo rogarle a mi Padre que me mande ahora mismo más de 12 legiones de ángeles?+ 54 Pero, si hiciera eso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que es así como tiene que pasar?”. 55 En ese momento, Jesús le dijo a la multitud: “¿Salieron con espadas y garrotes para arrestarme como si yo fuera un ladrón? Día tras día me sentaba para enseñar en el templo+ y ustedes no me detuvieron.+ 56 Pero todo esto ha pasado para que se cumpla lo que escribieron* los profetas”.+ Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.+
57 Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a la casa del sumo sacerdote Caifás,+ que estaba reunido allí con los escribas y los ancianos.+ 58 Pedro fue siguiéndolo de lejos hasta el patio del sumo sacerdote y, después de entrar, se sentó con los sirvientes de la casa para ver en qué terminaba todo.+
59 Los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban algún testimonio falso contra Jesús para que lo mataran.+ 60 Pero no encontraban ninguno, y eso que se presentaron muchos testigos falsos.+ Por fin se presentaron dos 61 que declararon: “Este hombre dijo: ‘Puedo derribar el templo de Dios y volver a construirlo en tres días’”.+ 62 Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le preguntó: “¿No respondes nada? ¿Qué hay de lo que estos hombres testifican contra ti?”.+ 63 Pero Jesús se quedó callado.+ Así que el sumo sacerdote le dijo: “¡Te ordeno que nos digas bajo juramento delante del Dios vivo si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!”.+ 64 Jesús le respondió: “Sí, tú mismo lo has dicho. Pero yo les digo: de aquí en adelante verán al Hijo del Hombre+ sentado a la derecha del poder+ y viniendo en las nubes del cielo”.+ 65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó la ropa y dijo: “¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Miren, ustedes acaban de oír la blasfemia! 66 ¿Cuál es su opinión?”. Le respondieron: “¡Merece morir!”.+ 67 Entonces le escupieron en la cara+ y le dieron puñetazos.+ Otros le daban bofetadas+ 68 y le decían: “Profetiza para nosotros, Cristo. ¿Quién te pegó?”.
69 Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y le dijo: “¡Tú también andabas con Jesús el galileo!”.+ 70 Pero él lo negó ante todos. Dijo: “No sé de qué me hablas”. 71 Entonces, cuando salió hacia la entrada del patio, otra muchacha lo vio y les dijo a los que estaban allí: “Este hombre andaba con Jesús el Nazareno”.+ 72 Y él lo negó otra vez. Juró: “¡No conozco a ese hombre!”. 73 Poco después, los que estaban por allí se acercaron a Pedro y le dijeron: “No hay duda de que tú también eres uno de ellos; de hecho, tu dialecto* te delata”. 74 Entonces él empezó a maldecir y a jurar: “¡Yo no conozco a ese hombre!”. Y al instante un gallo cantó. 75 Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: “Antes de que cante un gallo, tú negarás tres veces que me conoces”.+ Y salió afuera y lloró amargamente.
27 Cuando llegó la mañana, todos los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reunieron para decidir qué hacer para darle muerte a Jesús.+ 2 Y, después de atarlo, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.+
3 Entonces Judas, el que lo traicionó, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y fue a devolverles las 30 monedas de plata a los sacerdotes principales y a los ancianos,+ 4 y les dijo: “Pequé al traicionar sangre inocente”. Pero ellos le respondieron: “¿Y a nosotros qué nos importa? ¡Eso es cosa tuya!”. 5 Así que él arrojó las monedas de plata en el templo y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.+ 6 Pero los sacerdotes principales recogieron las monedas de plata y dijeron: “No está permitido ponerlas en el tesoro sagrado, porque es dinero manchado* de sangre”. 7 Después de hablarlo entre ellos, compraron con ese dinero el campo del alfarero para enterrar allí a los extraños. 8 Por eso, a ese campo todavía hoy lo llaman Campo de Sangre.+ 9 Entonces se cumplió lo que se había dicho por medio del profeta Jeremías: “Y tomaron las 30 monedas* de plata, el precio que le pusieron al hombre, el precio que le pusieron algunos de los hijos de Israel, 10 y con ellas compraron el campo del alfarero, como me había ordenado Jehová”.*+
11 Jesús estaba ante el gobernador, y este le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. A lo que Jesús le respondió: “Sí, tú mismo lo estás diciendo”.+ 12 Pero no contestó nada mientras lo acusaban los sacerdotes principales y los ancianos.+ 13 Entonces Pilato le preguntó: “¿Es que no oyes cuántas cosas testifican contra ti?”. 14 Pero él no le contestó nada, ni una palabra. Y esto sorprendió mucho al gobernador.
15 Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba poner en libertad a un preso, el que la gente quisiera.+ 16 Por aquel entonces había un preso muy conocido llamado Barrabás. 17 Así que Pilato le preguntó a la gente que se había reunido allí: “¿A quién quieren que les ponga en libertad: a Barrabás, o a Jesús, al que llaman Cristo?”. 18 Y es que Pilato se daba cuenta de que lo habían entregado por envidia. 19 Además, mientras estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió este mensaje: “No tengas nada que ver con ese hombre justo. Hoy sufrí mucho en un sueño a causa de él”. 20 Pero los sacerdotes principales y los ancianos convencieron a las multitudes de que pidieran la libertad para Barrabás+ y la muerte para Jesús.+ 21 El gobernador les volvió a preguntar: “¿A cuál de los dos quieren que les ponga en libertad?”. Y ellos respondieron: “¡A Barrabás!”. 22 Pilato les dijo: “Entonces, ¿qué hago con Jesús, al que llaman Cristo?”. Todos contestaron: “¡Al madero con él!”.+ 23 Él les dijo: “Pero ¿por qué? ¿Qué mal ha hecho?”. Con todo, ellos gritaban más alto todavía: “¡Al madero con él!”.+
24 Al ver que no conseguía nada, sino que se estaba armando un alboroto, Pilato tomó agua, se lavó las manos delante de la gente y dijo: “Soy inocente de la sangre de este hombre. Ahora es cosa de ustedes”. 25 Al oír esto, todo el pueblo respondió: “¡Nosotros y nuestros hijos nos hacemos responsables de su muerte!”.*+ 26 Así que él les puso en libertad a Barrabás, pero hizo que a Jesús le dieran latigazos,+ y lo entregó para que lo ejecutaran en el madero.+
27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús dentro de la residencia del gobernador y reunieron a toda la tropa alrededor de él.+ 28 Después de quitarle la ropa, le pusieron un manto rojo escarlata,+ 29 y trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza. Y en la mano derecha le pusieron una caña. Luego, arrodillándose delante de él, se burlaban y le decían: “¡Viva el rey de los judíos!”. 30 Entonces le escupieron,+ le quitaron la caña y se pusieron a pegarle con ella en la cabeza. 31 Finalmente, cuando terminaron de burlarse de él, le quitaron el manto, volvieron a ponerle su ropa y se lo llevaron para clavarlo al madero.+
32 Al salir de allí, se encontraron con un hombre de Cirene que se llamaba Simón y lo obligaron a prestar el servicio de cargar con el madero de tormento.*+ 33 Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota —es decir, Lugar de la Calavera—,*+ 34 le dieron a Jesús vino mezclado con hiel.*+ Pero, cuando lo probó, él se negó a beberlo. 35 Después de clavarlo al madero, echaron suertes para repartirse su ropa+ 36 y se sentaron allí a vigilarlo. 37 Además, encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: “Este es Jesús, el rey de los judíos”.+
38 Junto a él fijaron en maderos a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.+ 39 Y los que pasaban por allí lo insultaban+ meneando la cabeza+ 40 y diciendo: “¡Tú, el que iba a derribar el templo y a construirlo en tres días,+ sálvate! Si eres hijo de Dios, ¡bájate del madero de tormento!”.+ 41 Los sacerdotes principales junto con los escribas y los ancianos empezaron a burlarse de él de la misma manera. Decían:+ 42 “¡Salvó a otros, pero a sí mismo no se puede salvar! Él es rey de Israel;+ que baje ahora del madero de tormento y creeremos en él. 43 Ha puesto su confianza en Dios; que ahora Dios lo rescate si quiere ayudarlo,+ ya que él dijo ‘Soy el Hijo de Dios’”.+ 44 Igualmente, hasta los ladrones que estaban al lado suyo en los maderos lo insultaban.+
45 Desde la hora sexta* hasta la hora novena,* toda aquella tierra se cubrió de oscuridad.+ 46 Cerca de la hora novena, Jesús gritó con fuerza: “Éli, Éli, ¿láma sabakhtháni?” —es decir, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”—.+ 47 Al oír esto, algunos de los que estaban por allí se pusieron a decir: “Este hombre está llamando a Elías”.+ 48 Y uno de ellos enseguida fue corriendo a buscar una esponja, la empapó en vino agrio, la puso en una caña y se la acercó para que bebiera.+ 49 Pero los demás dijeron: “¡Déjalo! A ver si viene Elías a salvarlo”. 50 Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu.*+
51 De pronto, la cortina del santuario+ se rasgó en dos,+ de arriba abajo,+ y la tierra tembló y las rocas se partieron. 52 Las tumbas* se abrieron y muchos cuerpos de los santos que se habían dormido* fueron levantados,* 53 y mucha gente los vio. (Después de que él fue levantado, algunas personas que venían de las tumbas entraron en la ciudad santa). 54 Cuando el oficial del ejército y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y las cosas que pasaban, tuvieron muchísimo miedo y dijeron: “Está claro que era el Hijo de Dios”.+
55 Muchas mujeres, que habían acompañado a Jesús desde Galilea para atenderlo, estaban allí mirando desde lejos.+ 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de Josés, y la madre de los hijos de Zebedeo.+
57 Hacia el final de la tarde, llegó un hombre rico de Arimatea que se llamaba José y que también se había hecho discípulo de Jesús.+ 58 Este hombre habló con Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.+ Pilato entonces mandó que se lo entregaran.+ 59 Y José tomó el cuerpo, lo envolvió en una tela limpia de lino de calidad+ 60 y lo puso en una tumba* nueva+ de su propiedad, que había excavado en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada de la tumba y se fue. 61 Pero María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas frente a la tumba.+
62 Al otro día —que era el día siguiente al de la preparación—+ los sacerdotes principales y los fariseos se reunieron ante Pilato 63 y le dijeron: “Señor, recordamos que, cuando aún vivía, ese impostor dijo: ‘A los tres días seré resucitado’.*+ 64 Por lo tanto, manda que aseguren la tumba hasta el tercer día, no sea que sus discípulos vengan a robar el cuerpo+ y le digan al pueblo: ‘¡Ha sido levantado de entre los muertos!’. Ese engaño sería peor que el primero”. 65 Pilato les dijo: “Pueden llevarse una guardia de soldados; vayan y aseguren la tumba lo mejor que puedan”. 66 Así que se fueron y, para asegurar la tumba, sellaron la piedra y dejaron allí a la guardia de soldados.
28 Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver la tumba.+
2 Y resultó que había ocurrido un gran terremoto, porque el ángel de Jehová* había bajado del cielo, se había acercado a la tumba y había hecho rodar la piedra; y ahora estaba sentado en ella.+ 3 El ángel brillaba como un relámpago y su ropa era blanca como la nieve.+ 4 De hecho, los guardias se asustaron tanto que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.
5 El ángel les dijo a las mujeres: “No tengan miedo; sé que buscan a Jesús, el que fue ejecutado en el madero.+ 6 No está aquí, porque ha sido resucitado,* tal como él dijo.+ Vengan, miren el lugar donde estaba tendido. 7 Y ahora vayan rápido y díganles a sus discípulos: ‘Ha sido levantado de entre los muertos y, fíjense, va delante de ustedes camino a Galilea;+ allí lo verán’. Esto es lo que vine a decirles”.+
8 Así que ellas, asustadas pero rebosantes de felicidad, se fueron rápido de la tumba* y corrieron a contárselo a los discípulos.+ 9 En eso, Jesús las encontró por el camino y les dijo: “¡Hola!”. Ellas se le acercaron, le rindieron homenaje* y se abrazaron a sus pies. 10 Entonces Jesús les dijo: “No tengan miedo. Vayan, avisen a mis hermanos para que vayan a Galilea; allí me verán”.
11 Mientras ellas iban de camino, algunos de los guardias+ fueron a la ciudad y les contaron a los sacerdotes principales todo lo que había pasado. 12 Entonces estos, después de reunirse con los ancianos para decidir qué hacer, les dieron a los soldados una buena cantidad de monedas de plata 13 y les dijeron: “Ustedes digan: ‘Sus discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo mientras nosotros dormíamos’.+ 14 Y, si esto llega a oídos del gobernador, nosotros se lo explicamos.* Ustedes no tendrán de qué preocuparse”. 15 Así que ellos se quedaron con las monedas de plata e hicieron lo que les habían indicado. Y esa es la versión que todavía circula hoy entre los judíos.
16 Por su parte, los 11 discípulos fueron a Galilea,+ a la montaña donde Jesús les había dicho que se encontrarían.+ 17 Cuando lo vieron, le rindieron homenaje.* Pero algunos tuvieron sus dudas. 18 Jesús se acercó y les dijo: “Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra.+ 19 Así que vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones.+ Bautícenlos+ en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu santo. 20 Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado.+ Y, recuerden, estaré con ustedes todos los días hasta la conclusión* del sistema”.*+
O “genealogía”, “lista de antepasados”.
O “Jesús el Mesías”. Los títulos Cristo y Mesías significan ‘ungido’ o ‘elegido’.
Lit. “se halló que estaba”.
O “la fuerza activa”, es decir, el poder de Dios en acción.
Ver glosario, ¡mira!
Esta es la primera de las 237 veces que aparece el nombre de Dios, Jehová, en el texto principal de las Escrituras Griegas Cristianas de esta versión. Ver apén. A5.
O “engendrado”.
Este nombre se corresponde con el nombre hebreo Jesúa, o Josué, que significa ‘Jehová es salvación’.
Ver apén. A5.
Ver apén. A5.
Ver glosario.
O “magos”.
O “a inclinarnos ante él”.
O “Mesías”, “Ungido”.
O “se inclinaron ante él”.
Ver apén. A5.
Ver apén. A5.
Ver apén. A5.
O “buscaban el alma del”.
Probablemente viene de una expresión hebrea que significa ‘brote’.
Ver apén. A5.
Un insecto parecido al saltamontes o chapulín.
O “sumergía”, “zambullía”.
O “hechos”.
Posiblemente se refiere a Juan.
Lit. “él”.
Ver apén. A5.
O “las almenas”, “el pretil”.
Ver apén. A5.
Ver apén. A5.
O “dale servicio sagrado”.
O “de personas”.
O “las buenas nuevas”, “el evangelio”.
O “la región de las Diez Ciudades”.
O “los que se dan cuenta de que necesitan a Dios”. Lit. “los mendigos del espíritu”.
O “mansos”.
O “quedarán satisfechos”.
O “compasivos”.
O “los pacíficos”.
O “por hacer lo que es correcto”.
O “gozo”.
O “cesta de medir”. Recipiente para medir productos secos.
O “destruir”.
O “más obedientes”.
Es decir, el tribunal local.
Ver glosario.
Lit. “el último cuadrante”. Ver apén. B14.
O “pecar”.
Ver glosario.
O “que ella le haya sido infiel”. En griego, pornéia. Ver glosario.
O “las promesas”.
Ver apén. A5.
O “prenda de vestir interior”.
O “prenda de vestir exterior”.
Ver glosario.
Se refiere a prestar sin cobrar intereses.
Aquí el verbo griego indica acción continua.
Aquí el verbo griego indica acción continua.
O “completos”.
Lit. “practicar su justicia”.
O “hagas dádivas de misericordia”.
O “sea tenido por sagrado”, “sea tratado como santo”.
Lit. “no nos metas”.
O “sálvanos”, “rescátanos”.
O “descuidan su apariencia”.
O “Si tu visión es clara”. Lit. “Si tu ojo es sencillo”.
O “estará lleno de luz”.
Es decir, si buscan muchas cosas. Lit. “si tu ojo es malvado”.
O “inquietarse”.
O “alma”.
Ver apén. B14.
Es decir, ni elaboran hilo.
Es decir, la gente que no sirve a Dios.
Ver glosario.
O “estrecha”.
O “hechos”.
O “lo que quiere”.
O “muchas obras poderosas”.
O “le rindió homenaje”.
O “purificar”, “curar”.
O “se reclinarán”.
Un gesto de rabia y desesperación.
O “se acobardan”.
O “de entre las tumbas conmemorativas”.
O “manada”.
O “por la pendiente”.
O “se llenaron de temor”.
O “reclinado a la mesa”.
Lit. “misericordia”.
O “le rindió homenaje”.
O “flujo de sangre”.
Lit. “misericordia”.
Lit. “despellejadas y desparramadas”.
Lit. “impuros”.
O “el Entusiasta”, “el Celoso”.
Lit. “casa”.
Lit. “levanten”.
O “purifiquen”, “curen”.
Un cinturón que tenía un espacio para llevar dinero.
O “una prenda de más”.
O “sigan hospedados”.
O “el que haya aguantado (perseverado)”.
O “Beelzebub”. Un nombre aplicado a Satanás, el príncipe o gobernante de los demonios.
O “terrazas”.
O “la vida”, es decir, la posibilidad de vivir otra vez en el futuro.
Ver glosario.
Lit. “por un asarion”. Ver apén. B14.
O “le tiene más cariño”.
Ver glosario.
O “intente salvar su vida”.
O “vida”.
O “purificados”, “curados”.
Lit. “levantados”.
O “no tiene obstáculos para poner su fe en mí”.
Lit. “suave”.
Lit. “de tu rostro”.
Lit. “los nacidos de mujeres”.
Lit. “se apoderan de él”.
O “queda probada justa por sus obras”.
O “sus obras poderosas”.
O “las obras poderosas”.
O “Hades”. Es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.
O “las obras poderosas”.
O “Tomen sobre sí mi yugo”.
O “manso”.
O “descanso para sus almas”.
O “suave”.
Ver glosario.
O “el pan de la presencia”.
Lit. “misericordia”.
Lit. “seca”.
O “él es a quien mi alma ha aprobado”.
O “Beelzebub”. Un nombre aplicado a Satanás.
Lit. “casa”.
O “seguidores”, “discípulos”.
O “ya les ha llegado”.
O “ni en esta era ni en la”. Ver glosario, sistema.
O “almacén de bondad”, “buen tesoro”.
O “almacén de maldad”, “tesoro malvado”.
Lit. “adúltera”.
Lit. “impuro”.
O “excelente”.
O “Sus oídos han oído sin hacer caso”.
O “ni se vuelvan”.
O “el mensaje”.
O “gozo”.
O “abandona la fe”.
O “la inquietud”.
O “esta era”. Ver glosario, sistema.
Lit. “medidas de sea”. Un sea equivalía a 7,33 L (6,66 dry qt). Ver apén. B14.
O “parábolas”, “ilustraciones”.
O quizás “fundación del mundo”.
O “parte final”.
O “una era”. Ver glosario, sistema.
O “parte final”.
O “de la era”. Ver glosario, sistema.
O “que hacen tropezar”.
Un gesto de rabia y desesperación.
O “red barredera”.
O “parte final”.
O “de la era”. Ver glosario, sistema.
O “instructor público”.
O “estas obras poderosas”.
O “Y empezaron a tropezar por causa de él”.
O “muchas obras poderosas”.
Es decir, Herodes Antipas. Ver glosario.
Lit. “el tetrarca”.
O “actúan en él esas obras poderosas”.
O “los que estaban reclinados con él a la mesa”.
O “gran muchedumbre”.
O “pronunció una bendición”.
Lit. “a muchos estadios”. Un estadio equivalía a 185 m (606,95 ft).
Más o menos entre las 3 de la madrugada y el amanecer (cerca de las 6 de la mañana).
O “se inclinaron ante él”.
Se refiere a la limpieza ceremonial de las manos.
O “injurie a”, “maldiga a”.
O “tropezaron”.
O “parábola”, “ilustración”.
Aquí la palabra griega pornéia aparece en plural. Ver glosario.
Se refiere a la limpieza ceremonial de las manos.
O “cananea”.
Lit. “misericordia”.
Lit. “casa”.
O “le rindió homenaje”.
O “en ayunas”.
O “cestas de provisiones”.
Lit. “adúltera”.
O “cestas de provisiones”.
Lit. “carne y sangre”.
O “el poder de la muerte”. Lit. “las puertas del Hades”, es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.
Lit. “levantado”.
O “sé bondadoso”.
O “tropiezo”.
O “deje de vivir para sí mismo”.
Ver glosario.
O “alma”.
O “cambió de aspecto”.
O “blanca”.
O “restaurar todas las cosas”.
Lit. “misericordia”.
Ver apén. A3.
O “traicionado”.
Lit. “levantado”.
Lit. “los didracmas”, o dracmas dobles. Ver apén. B14.
O “y la capitación”, es decir, el impuesto por persona.
O “no hacerlos tropezar”.
Lit. “un estater”. Se cree que es un tetradracma. Ver apén. B14.
O “que se vuelvan”.
Ver glosario.
O “pecar”.
Ver glosario.
O “tienen acceso a”.
Ver apén. A3.
O quizás “su”.
Lit. “y repréndelo”.
O “ganado”.
O “establecerse”.
Lit. “por boca”.
Los 10.000 talentos de plata equivalían a 60 millones de denarios. Ver apén. B14.
O “le rindió homenaje”.
Ver apén. B14.
Ver Gé 2:24, nota.
O “un solo ser”.
O “ha puesto bajo el mismo yugo”.
Lit. “dureza de corazón”.
O “que ella le haya sido infiel”. En griego, pornéia. Ver glosario.
Lit. “hacen lugar para”.
Lit. “hacer lugar para”.
Es decir, para que los bendijera.
O “ser completo”, “cumplir realmente bien con todo”.
O “en la re-creación”.
Ver apén. B14.
Es decir, cerca de las 9 de la mañana.
Es decir, cerca de las 12 del mediodía.
Es decir, cerca de las 3 de la tarde.
Es decir, cerca de las 5 de la tarde.
Ver apén. B14.
Ver apén. B14.
Ver apén. B14.
Lit. “tu ojo es malvado porque yo soy bueno”.
Lit. “levantado”.
O “le rindió homenaje”.
O “ser ministro de”.
O “alma”.
Lit. “misericordia”.
En griego, hōsanná. Esta expresión se usaba para pedir salvación a Dios y también para expresar alegría.
Ver apén. A5.
O “era de origen humano”.
O “están más cerca de entrar en el Reino de Dios que ustedes”.
Lit. “vino a ustedes en camino de justicia”.
O “parábola”, “ilustración”.
Lit. “la cabeza del ángulo”.
Ver apén. A5.
O “parábolas”, “ilustraciones”.
O “de los que se reclinaban a la mesa”.
Un gesto de rabia y desesperación.
O “Es correcto”.
O “la capitación”, es decir, el impuesto por persona.
Ver apén. B14.
Ver apén. A5.
Ver glosario.
Ver apén. A5.
O “Ensanchan sus filacterias”.
O “los mejores asientos”.
O “maestro”.
O “sea ministro de”.
Ver apén. A3.
O “hacer un solo prosélito”.
Ver glosario.
O “hierbabuena”.
O “saqueo”, “robo”.
O “inmundicia”.
Lit. “violación de la ley”.
O “tumbas conmemorativas”.
Lit. “llenen la medida de sus padres”.
O “castigo”.
Ver glosario.
O “e instructores públicos”.
O “vendrá sobre ustedes”.
O “sobre esta generación vendrán”.
O quizás “se les deja desierta”.
Ver apén. A5.
Ver glosario.
O “parte final”.
O “de la era”. Ver glosario, sistema.
O “desvíe”, “extravíe”.
Lit. “se levantará”.
Lit. “de dolores de parto”.
Lit. “los entregarán a tribulación”.
O “sufrirán tropiezo”.
Lit. “la violación de la ley”, es decir, el desprecio por las leyes de Dios.
O “el que haya aguantado (perseverado)”.
Es decir, el lector de la profecía de Daniel.
O “terraza”.
O “prenda de vestir exterior”.
O “gran angustia”.
Lit. “ninguna carne”.
Lit. “señales”.
O “prodigios”.
Ver glosario.
Lit. “todas las tribus”.
Es decir, los cuatro puntos cardinales.
O “parábola de”, “ilustración de”.
Es decir, el Hijo del Hombre.
Ver glosario.
Lit. “qué vigilia”.
O “sensato”, “sabio”, “discreto”.
O “sus domésticos”.
O “si ese esclavo malo”.
Un gesto de rabia y desesperación.
O “sensatas”, “sabias”.
Un talento griego equivalía a 20,4 kg (654 oz tr). Ver apén. B14.
Lit. “la plata”.
Un gesto de rabia y desesperación.
O “No llevaba suficiente ropa”.
Lit. “al cortamiento”, “a la poda”.
O “arrestar”.
O “tendiéndole una trampa”.
O “reclinado a la mesa”.
O “traiciono”.
O “tiempo fijado”.
O “reclinado”.
O “pronunciar una bendición”.
O “himnos”, “salmos”.
O “sufrir tropiezo”.
Lit. “levantado”.
O “sufran tropiezo”.
O “Mi alma está sumamente triste, hasta la muerte”.
O “la intención es buena, pero el cuerpo”.
O “traicionado”.
O “se cumplan las Escrituras de”.
O “acento”.
Lit. “es precio”.
O “piezas”.
Ver apén. A5.
Lit. “La sangre de él sobre nosotros y sobre nuestros hijos”.
Ver glosario.
O “del Cráneo”.
Un líquido amargo.
Es decir, cerca de las 12 del mediodía.
Es decir, cerca de las 3 de la tarde.
O “expiró”, “dio su último suspiro”.
O “tumbas conmemorativas”.
O “muerto”.
O “arrojados afuera”.
O “tumba conmemorativa”.
Lit. “levantado”.
Ver apén. A5.
Lit. “levantado”.
O “tumba conmemorativa”.
O “se inclinaron ante él”.
O “lo convencemos”.
O “se inclinaron ante él”.
O “parte final”.
O “de la era”. Ver glosario, sistema.