Sigamos demostrando un amor que edifica
“Por lo tanto, sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo” (1 TES. 5:11).
1. ¿De qué tema importante habló Jesús la última noche que estuvo con sus discípulos?
LA ÚLTIMA noche que Jesús estuvo con sus discípulos, mencionó el amor casi treinta veces. Les dijo con claridad que debían amarse unos a otros (Juan 15:12, 17). Ese amor sería tan sobresaliente que los distinguiría como sus verdaderos seguidores (Juan 13:34, 35). El amor del que habló Jesús no es solo una emoción, sino una cualidad poderosa que se demuestra con actos desinteresados. Dijo: “Nadie tiene mayor amor que este: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando” (Juan 15:13, 14).
2. a) ¿Qué distingue hoy a los siervos de Dios? b) ¿Qué preguntas vamos a contestar en este artículo?
2 A los siervos de Dios de la actualidad los distingue un amor auténtico y desinteresado, así como una unidad inquebrantable (1 Juan 3:10, 11). Nos esforzamos por tener esa clase de amor sin importar cuál sea nuestra nacionalidad, tribu, idioma o crianza. Pero es posible que nos preguntemos: “¿Por qué es tan necesario hoy el amor? ¿Cómo nos fortalecen Jehová y Jesús? Y ¿cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús y manifestar un amor que ‘edifica’?” (1 Cor. 8:1).
POR QUÉ EL AMOR ES TAN NECESARIO HOY
3. ¿Qué efecto tienen estos “tiempos críticos” en las personas?
3 Como en estos “tiempos críticos” la vida está llena de “penoso afán y cosas perjudiciales”, una gran cantidad de personas sufren angustia emocional (2 Tim. 3:1-5; Sal. 90:10). Muchas pierden las ganas de vivir. Se calcula que todos los años se suicidan más de 800.000 personas, es decir, 1 cada 40 segundos. Tristemente, incluso algunos hermanos se han sentido así y se han quitado la vida.
4. ¿Qué personajes bíblicos dijeron que querían morir?
4 En tiempos bíblicos, algunos siervos fieles de Dios se sintieron tan agobiados que desearon morir. Por ejemplo, desesperado por el dolor, Job dijo que estaba asqueado de la vida y que deseaba la muerte (Job 7:16; 14:13). Como a Jonás las cosas no le salieron en su asignación como esperaba, se sintió muy decepcionado y dijo: “Ahora, oh Jehová, quita, por favor, mi alma de mí, porque mejor es mi morir que mi estar vivo” (Jon. 4:3). Y el profeta Elías se sintió tan mal en cierto momento que pidió a Dios que lo dejara morir. Dijo: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados” (1 Rey. 19:4). Sin embargo, Jehová valoraba a estos siervos fieles y deseaba que vivieran. No los condenó por sus sentimientos, sino que los consoló con amor y los ayudó a recuperar el deseo de vivir y de seguir sirviéndole fielmente.
5. ¿Por qué necesitan nuestros hermanos que los amemos en especial hoy día?
5 Aunque la mayor parte de nuestros hermanos no se dan por vencidos, muchos tienen que lidiar con situaciones muy tensas y necesitan nuestro cariño y consuelo. Algunos sufren persecución y son objeto de burlas. Otros tienen que aguantar que sus compañeros de trabajo hablen mal de ellos. O puede que estén agotados por tener que trabajar horas extras o porque su empleo es muy estresante. Y hay quienes sufren problemas familiares graves, pues quizá tienen un cónyuge no creyente que no deja de criticarlos. Como consecuencia de estas y otras presiones, muchos cristianos se sienten agotados en sentido físico y emocional. ¿Quién puede ayudarlos a seguir adelante?
EL AMOR DE JEHOVÁ NOS FORTALECE
6. ¿Cómo fortalece Jehová a sus siervos?
6 ¿Cómo fortalece Dios a sus siervos? Una manera es asegurándoles que no dejará de amarlos. El pueblo de Israel debió sentirse muy animado al escuchar estas palabras de Jehová: “Has sido precioso a mis ojos, se te ha considerado honorable, y yo mismo te he amado”. También le dijo: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo” (Is. 43:4, 5). Usted puede estar seguro de que Dios lo ama y lo considera muy valioso.a Jehová promete a su pueblo: “Como Poderoso, salvará. Se alborozará sobre ti con regocijo” (Sof. 3:16, 17).
7. ¿En qué se parece el amor de Jehová al que siente una madre por su bebé? (Vea el dibujo del principio).
7 No importa cuáles sean las pruebas que afronten los siervos de Dios, él promete apoyarlos y consolarlos. En el libro de Isaías, dijo: “Ustedes ciertamente mamarán. Sobre el costado serán llevados, y sobre las rodillas serán acariciados. Como un hombre a quien su propia madre sigue consolando, así yo mismo seguiré consolándolos a ustedes” (Is. 66:12, 13). Estas palabras pintan una escena muy tierna: la de una madre que lleva a su bebé en brazos o juguetea con él. De esta manera, Jehová ejemplifica el profundo amor que siente por sus siervos. Nunca dudemos de que somos muy valiosos a sus ojos (Jer. 31:3).
8, 9. ¿Cómo nos da fuerzas el amor de Jesús?
8 Los cristianos verdaderos tenemos otra razón para estar seguros de que Jehová nos ama. Juan 3:16 dice: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. Y cuánto amor nos mostró Jesús al dar su vida por nosotros. La Palabra de Dios nos promete que ni siquiera las dificultades o la angustia podrán separarnos “del amor del Cristo” (Rom. 8:35, 38, 39). ¿Verdad que este amor nos motiva a seguir adelante?
9 Cuando afrontamos pruebas que nos agotan física, emocional o espiritualmente, recordar el amor que nos tiene Cristo puede darnos las fuerzas para aguantar (lea 2 Corintios 5:14, 15). Este amor nos motiva a seguir viviendo y sirviendo a Jehová. Puede impedir que nos demos por vencidos incluso ante los desastres naturales, la persecución, las desilusiones o la ansiedad.
LOS HERMANOS NECESITAN QUE LOS AMEMOS
10, 11. ¿Quién tiene la obligación de consolar a los que están desanimados? Explique.
10 Otro medio que usa Jehová para fortalecernos con amor es la congregación. Cuando amamos a los hermanos, demostramos que amamos a Dios. Hacemos todo lo posible por ayudarlos a ver que son valiosos para Jehová y que él los ama (1 Juan 4:19-21). El apóstol Pablo dijo a los cristianos: “Sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo” (1 Tes. 5:11). En efecto, todos nosotros, no solo los ancianos, podemos consolar y animar a los hermanos igual que hacen Jehová y Jesús (Rom. 15:1, 2).
11 Algunos hermanos con trastornos emocionales quizá necesiten ayuda profesional y medicación (Luc. 5:31). Tanto los ancianos como otros cristianos reconocen con modestia que no son profesionales de la salud mental. Sin embargo, saben que es fundamental obedecer este mandato: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas [es decir, a los deprimidos], den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos” (1 Tes. 5:14). Es necesario que todos demostremos amor, empatía y paciencia a los que están desanimados, y que les hablemos con cariño para consolarlos. Preguntémonos: “¿Soy yo una fuente de consuelo y ánimo? ¿Qué me permitirá ayudar mejor a mis hermanos?”.
12. Dé un ejemplo de cómo ayudó el amor de la congregación a una hermana.
12 ¿Qué efecto puede tener nuestro cariño en los que sufren dolor emocional? Una hermana de Europa dice: “A veces, tengo ideas suicidas. Pero cuento con una buena red de apoyo. Mi congregación me ha salvado la vida. Los hermanos siempre me dan ánimos y cariño. Solo unos pocos saben que tengo depresión, pero todos siempre están dispuestos a ayudarme. Hay un matrimonio que me cuida como si fueran mis padres. Están dispuestos a ayudarme a cualquier hora del día o de la noche”. Es verdad que no todos pueden ayudar al mismo grado. Pero nuestras expresiones de apoyo sincero pueden significar mucho para los que sufren trastornos emocionales.b
CÓMO FORTALECER CON AMOR A LOS HERMANOS
13. ¿Qué es esencial para fortalecer a los hermanos?
13 Sepamos escuchar (Sant. 1:19). Escuchar con empatía es una muestra de amor. ¿Cómo fortalecemos a quien está desanimado? Tratemos de pensar en cómo nos sentiríamos en su lugar y hagámosle preguntas con tacto a fin de comprender lo que siente. Las expresiones de nuestro rostro deben reflejar interés sincero y cariñoso. Si el hermano siente la necesidad de explicarnos con lujo de detalles lo que le pasa, seamos pacientes y no lo interrumpamos. Es más probable que comprendamos sus sentimientos si lo escuchamos con paciencia. Por otro lado, él confiará más en nosotros y estará más dispuesto a escuchar lo que le digamos. Cuando demostramos interés sincero, somos una fuente de mucho consuelo.
14. ¿Por qué no debemos ser críticos?
14 No seamos críticos. Si a una persona deprimida le parece que la criticamos, sentirá aún más dolor. Y, aunque nuestros esfuerzos sean sinceros, será más difícil que la fortalezcamos. La Biblia dice: “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación” (Prov. 12:18). Por supuesto, nuestra intención no es herir a nadie con nuestras palabras, pero lo cierto es que lo haremos si hablamos sin pensar. Para fortalecer a otros con amor, hagamos lo posible por ponernos en su situación (Mat. 7:12).
15. ¿Qué valiosa herramienta podemos usar para consolar a otros con amor?
15 Usemos la Palabra de Dios (lea Romanos 15:4, 5). La Biblia es una fuente valiosa de consuelo, pues proviene del “Dios que suministra aguante y consuelo”. Para usar bien esta herramienta tenemos el Índice de las publicaciones Watch Tower y la Guía de estudio para los testigos de Jehová, que pueden ayudarnos a encontrar textos y publicaciones con los que consolar a los hermanos.
16. ¿Qué cualidades necesitamos cuando animamos a alguien deprimido?
16 Seamos amables y cariñosos. Jehová mismo es “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo”, y siente “tierna compasión” por los que le sirven (2 Corintios 1:3-6; Luc. 1:78; Rom. 15:13). Pablo nos dio un buen ejemplo en manifestar estas cualidades porque imitó a Jehová. Escribió: “Nos hicimos amables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos. Así, teniéndoles tierno cariño, nos fue de mucho agrado impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados” (1 Tes. 2:7, 8). Si somos cariñosos igual que Dios, podemos convertirnos en la respuesta a los ruegos de una persona angustiada.
17. ¿Cómo debemos ver a los hermanos a fin de fortalecerlos con amor?
17 No esperemos perfección de los hermanos. Debemos verlos con equilibrio. Esperar que no cometan ningún error es poco realista y nos desilusionará (Ecl. 7:21, 22). Recordemos que Jehová es razonable con nosotros. Si copiamos su ejemplo, estaremos listos para soportar las imperfecciones de los demás (Efes. 4:2, 32). No les demos a entender que no se esfuerzan lo suficiente ni los comparemos con otros, pues se frustrarán. En vez de eso, tengamos la costumbre de felicitarlos por lo que hacen. Eso los animará y los ayudará a servir felices a Jehová (Gál. 6:4).
18. ¿Por qué deseamos edificar a nuestros hermanos con amor?
18 Para Jehová, todas sus ovejas son muy valiosas. Y también lo son para Jesús, que dio su vida en sacrificio (Gál. 2:20). Amamos con todo el corazón a nuestros hermanos y queremos cuidarlos con cariño. A fin de ser una fuente de consuelo para ellos, “sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Rom. 14:19). Cuánto deseamos que llegue el Paraíso, donde nunca más tendremos motivos para sentirnos desanimados. Las enfermedades, las guerras, la muerte debida al pecado, las persecuciones, los problemas familiares y las desilusiones habrán desaparecido. Cuando terminen los mil años, los seres humanos serán perfectos. Jehová adoptará como sus hijos terrestres a los que pasen la prueba final, que tendrán “la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rom. 8:21). Sigamos demostrando el amor que edifica y ayudémonos unos a otros a entrar en el maravilloso nuevo mundo que Dios ha prometido.
a Vea el capítulo 24 del libro Acerquémonos a Jehová.
b Encontrará ideas prácticas sobre qué hacer cuando se tienen pensamientos suicidas en estos artículos de la revista w13 15/08 5:1-8, w13 15/08 6:1-7 y Recuadro, w13 15/08 7:1-11 y Recuadro.