Miércoles 29 de junio
Evita la palabrería inútil que desprecia lo que es santo (1 Tim. 6:20).
En los días de Timoteo, algunos cristianos no valoraron el honor que tenían de colaborar con Dios. Entre ellos estuvieron Demas, Figelo, Hermógenes, Himeneo, Alejandro y Fileto (1 Tim. 1:19, 20; 2 Tim. 1:15; 2:16-18; 4:10). Por lo visto, todas estas personas estuvieron fuertes en sentido espiritual en algún momento, pero dejaron de valorar lo que de verdad era importante. ¿Qué tácticas usa Satanás para que descuidemos los tesoros que Jehová nos ha confiado? Veamos algunas. Se vale del entretenimiento y los medios de comunicación para fomentar valores y maneras de pensar y actuar que pudieran llevarnos a soltar la verdad. También se vale de la presión de grupo o de la persecución para intentar que sintamos miedo y dejemos de predicar. Y trata de engañarnos para que prestemos atención al “falsamente llamado conocimiento” de los apóstatas y abandonemos la verdad. Si no tenemos cuidado, podríamos ir soltando la verdad poco a poco (1 Tim. 6:21). w20.09 40:6-8
Jueves 30 de junio
Jehová oirá mi súplica; Jehová aceptará mi oración (Sal. 6:9).
¿Ha traicionado nuestra confianza un amigo o un miembro de nuestra familia? En ese caso, nos beneficiará repasar el relato de un hijo del rey David llamado Absalón (2 Sam. 15:5-14, 31; 18:6-14). Teniendo presente el relato, contémosle a Jehová cómo nos sentimos por que nos hayan tratado mal (Sal. 6:6-8). A continuación, imaginemos cómo debió sentirse David. Amaba a Absalón y confiaba en Ahitofel. Aun así, los dos lo traicionaron. Le causaron mucho dolor y hasta trataron de matarlo. David podría haber pensado que sus otros amigos también se habían unido a Absalón y haber desconfiado de ellos. Podría haberse centrado en sus sentimientos e intentar huir él solo del país. O, desesperado, podría haberse dado por vencido. Más bien, lo que hizo fue orarle a Jehová para pedirle su ayuda. También les pidió ayuda a sus amigos. Y, cuando tomaba decisiones, las llevaba a la práctica rápidamente, sin posponerlas. Siguió confiando en Jehová y en sus amigos. w21.03 11:7-8, 10-11
Viernes 1 de julio
Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra (Mat. 28:18).
Debemos ser amigos de Jesús para que nuestras oraciones reciban respuesta. Esto significa que no basta con decir mecánicamente “en el nombre de Jesús” cuando terminamos de orar. Debemos entender cómo usa Jehová a Jesús para contestar nuestras oraciones. Jesús les dijo a sus apóstoles: “Sea lo que sea que pidan en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13). Jehová es quien escucha y responde nuestras oraciones, pero le ha dado a su Hijo la autoridad para llevar a cabo lo que él decide. Antes de respondernos, se fija en si hemos obedecido los consejos de Jesús. Por ejemplo, él dijo: “Si ustedes les perdonan a otros sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes. Pero, si no les perdonan sus ofensas a los demás, su Padre tampoco perdonará las ofensas de ustedes” (Mat. 6:14, 15). ¿Verdad que es importante mostrar a otros la misma bondad que nos muestran Jehová y Jesús? w20.04 17:6