¿Estamos haciendo nuestros los pensamientos de Jehová?
“Transfórmense rehaciendo su mente” (ROM. 12:2).
CANCIONES: 34, 43
1, 2. Al ir madurando en sentido espiritual, ¿qué aprendemos a hacer? Dé un ejemplo.
CUANDO un niño recibe un regalo, sus padres le dicen: “¿Qué se dice?”, y él responde: “Gracias”, aunque de manera un tanto mecánica. Al irse haciendo mayor, empieza a comprender por qué sus padres consideran importante que sea agradecido. Ya nadie tiene que decirle que dé las gracias, pues le sale del corazón. ¿A qué se debe el cambio? A que ha aprendido a pensar como sus padres y a ser agradecido.
2 De manera parecida, cuando conocemos la verdad de la Biblia, comprendemos lo importante que es obedecer los requisitos básicos de Dios. Pero, al ir madurando en sentido espiritual, aprendemos más sobre su modo de pensar: lo que le gusta y lo que no, y cómo ve ciertos asuntos. Cuando aprendemos a razonar de forma similar a la de Jehová y dejamos que su modo de pensar influya en nuestras acciones y decisiones, demostramos que estamos haciendo nuestros sus pensamientos.
3. ¿Por qué puede ser difícil hacer nuestros los pensamientos de Jehová?
3 Aunque disfrutamos de aprender a pensar como Jehová, no siempre resulta fácil, pues somos imperfectos. Por ejemplo, es posible que nos cueste trabajo entender cómo ve Dios cosas como la limpieza moral, el materialismo, la predicación y el mal uso de la sangre. ¿Qué nos ayudará a seguir haciendo nuestros los pensamientos de Dios? Y ¿qué efecto tendrá esto en nuestras decisiones presentes y futuras?
CÓMO HACER NUESTROS LOS PENSAMIENTOS DE DIOS
4. ¿Qué significa rehacer la mente?
4 (Lea Romanos 12:2). El apóstol Pablo explica aquí lo que debemos hacer para aprender a pensar como Jehová. El artículo anterior nos ayudó a ver que, para dejar de amoldarnos “a este sistema de cosas”, tenemos que rechazar sus ideas y actitudes. Pero Pablo también mencionó la necesidad de rehacer la mente. Para ello, debemos estudiar la Biblia con el fin de captar los pensamientos de Dios, meditar en ellos y adaptar nuestro modo de pensar al suyo.
5. ¿Cuál es la diferencia entre el estudio y la lectura superficial?
5 Estudiar es más que leer algo de manera superficial y subrayar las respuestas a ciertas preguntas. Cuando estudiamos, analizamos lo que la información nos dice sobre Jehová y su manera de pensar y actuar. Tratamos de entender por qué manda unas cosas y condena otras. Además, pensamos en los cambios que debemos hacer en nuestra forma de pensar y en nuestra vida. Claro, quizá no nos sea posible reflexionar en todo esto cada vez que estudiamos. Pero es bueno que dediquemos un rato a meditar en la información, tal vez la mitad del tiempo de estudio (Sal. 119:97; 1 Tim. 4:15).
6. ¿Qué ocurre cuando meditamos en los pensamientos de Dios?
6 Si tenemos la costumbre de meditar en la Palabra de Dios, nos ocurre algo sorprendente. Comprobamos por nosotros mismos o nos convencemos de que los pensamientos de Jehová son perfectos. Empezamos a comprender su manera de ver las cosas y llegamos a hacerla nuestra. Cuando rehacemos la mente, nuestra forma de pensar se hace nueva. Poco a poco, llegamos a razonar como Jehová.
LO QUE PENSAMOS INFLUYE EN LO QUE HACEMOS
7, 8. a) ¿Cómo ve Jehová las cosas materiales? (Vea los dibujos del principio). b) Si pensamos como él, ¿a qué daremos siempre prioridad?
7 Lo que pensamos no solo influye en lo que sentimos, sino también en lo que hacemos (Mar. 7:21-23; Sant. 2:17). Para entenderlo mejor, veamos unos ejemplos. Primero, el punto de vista sobre las cosas materiales. Los Evangelios dejan muy claro qué piensa Jehová sobre ellas. Él escogió con cuidado a los padres que criarían a su Hijo en la Tierra, un matrimonio con pocos medios económicos (Lev. 12:8; Luc. 2:24). La Biblia dice que, cuando Jesús nació, María “lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en el lugar de alojamiento” (Luc. 2:7). Si lo hubiera deseado, Jehová no habría tenido ningún problema en suministrar un lugar mejor para el nacimiento de su Hijo. Pero lo que en realidad le importaba era que creciera en una familia que pusiera en primer lugar las cosas espirituales.
8 Al analizar este relato, nos damos cuenta de cómo ve Jehová las cosas materiales. Algunos padres se empeñan en darles lo mejor a sus hijos, aunque la salud espiritual de estos sufra las consecuencias. Sin embargo, es obvio que para Jehová lo más importante es lo espiritual. ¿Y nosotros? ¿Hemos llegado a pensar como él? ¿Qué revelan nuestras acciones? (Lea Hebreos 13:5).
9, 10. ¿Cómo demostramos que pensamos igual que Jehová sobre hacer tropezar a otros?
9 Un segundo ejemplo tiene que ver con hacer tropezar a otros, es decir, hacer que pequen o dejen de servir a Jehová. ¿Qué piensa Dios al respecto? Jesús dijo: “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen, mejor le sería que se le pusiera alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y realmente fuera arrojado al mar” (Mar. 9:42). Está claro que esto era algo muy grave para Jesús. Y, como él refleja a la perfección la personalidad de su Padre, podemos estar seguros de que a Jehová le parece igual de mal que a alguien no le importe que sus acciones hagan tropezar a un seguidor de Cristo (Juan 14:9).
10 ¿Pensamos nosotros igual que Jehová y Jesús? ¿Qué revelan nuestras acciones? Supongamos que nos gusta vestirnos o arreglarnos de cierta manera, pero nos enteramos de que esta incomoda a algunos hermanos o de que puede despertar malos pensamientos. ¿Qué haremos? ¿Nos motivará el amor que sentimos por ellos a dejar a un lado nuestros gustos personales? (1 Tim. 2:9, 10).
11, 12. ¿Cómo nos protege del pecado ver la maldad como la ve Jehová y tener autodominio?
11 Veamos un tercer ejemplo: Jehová odia la injusticia y la maldad (Is. 61:8). Aunque sabe que tenemos malas inclinaciones porque somos imperfectos, nos manda odiar lo que es malo tal como él lo odia (lea Salmo 97:10). Meditar en por qué aborrece la maldad nos ayudará a verla como él y nos dará más fuerzas para rechazarla.
12 Llegar a pensar como Jehová sobre lo malo nos ayudará de otra manera. Entenderemos que algunas prácticas son incorrectas aunque no se mencionen directamente en la Biblia. Por ejemplo, en el mundo se está popularizando un tipo de baile obsceno conocido como lap dance. Algunos razonan que no es lo mismo que tener relaciones sexuales y que por eso no es incorrecto.a Pero ¿es así como lo ve Jehová? Recordemos que él odia todo tipo de maldad. Por tanto, alejémonos del pecado cultivando autodominio y odio a lo que Jehová odia (Rom. 12:9).
PENSEMOS DE ANTEMANO EN NUESTRAS DECISIONES FUTURAS
13. ¿Por qué debemos pensar de antemano en cómo ve Jehová las cosas?
13 Durante nuestro estudio, hacemos bien en meditar en cómo los pensamientos de Dios afectan las decisiones que tengamos que tomar en el futuro. De ese modo, si nos encontramos en una situación en la que debemos tomar una decisión rápida, no estaremos totalmente desprevenidos (Prov. 22:3). Examinemos algunos ejemplos de la Biblia.
14. ¿Qué aprendemos de la reacción de José cuando la esposa de Potifar trató de seducirlo?
14 Pensemos en lo que le ocurrió a José. La esposa de Potifar trató de seducirlo, pero él la rechazó de inmediato. Así demostró que había meditado en lo que Jehová piensa sobre la fidelidad en el matrimonio (lea Génesis 39:8, 9). Recordemos también lo que le dijo a esta mujer: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”. Esto indica que había hecho suyos los pensamientos de Jehová. Pensemos ahora en nuestro caso. Supongamos que un compañero de trabajo empieza a coquetear con nosotros o que recibimos en el teléfono un mensaje o una foto de claro contenido sexual.b Nos será más fácil ser leales si hemos pensado de antemano en cómo ve Jehová estas cosas, hemos adoptado su modo de pensar y hemos decidido de antemano cómo actuar.
15. ¿Cómo podemos nosotros, igual que los tres hebreos, resistir la presión para dejar de ser leales a Jehová?
15 Analicemos ahora el ejemplo de los tres hebreos conocidos como Sadrac, Mesac y Abednego. El rey Nabucodonosor erigió una imagen de oro y mandó que se la adorara. Pero los tres hebreos se negaron con firmeza. La clara respuesta que le dieron al rey demostró que habían pensado en lo que significa la fidelidad a Jehová (Éx. 20:4, 5; Dan. 3:4-6, 12, 16-18). Supongamos que nuestro jefe nos pidiera que diéramos dinero para una fiesta relacionada con la religión falsa. ¿Qué haríamos? En vez de esperar a que se presenten situaciones como esta, ¿por qué no meditamos ahora en lo que Jehová piensa al respecto? Entonces, nos resultará más fácil hacer y decir lo que es correcto, como sucedió en el caso de los tres hebreos.
16. ¿Cómo nos prepara para una emergencia médica entender bien lo que piensa Jehová?
16 Meditar de antemano en la necesidad de ser leales a Dios puede ser útil en una emergencia médica. Es cierto que estamos resueltos a rechazar las transfusiones de sangre completa o de uno de sus cuatro componentes principales (Hech. 15:28, 29). Pero hay otros procedimientos relacionados con la sangre sobre los que hay que tomar una decisión personal. Para ello, debemos analizar los principios bíblicos que revelan lo que piensa Jehová. Claro, el momento ideal para sopesar estos asuntos no es cuando estamos en el hospital, quizá con dolor o bajo presión para que tomemos una decisión rápida. Ahora es cuando debemos investigar el tema, poner por escrito nuestros deseos en un documento médico legal y hablar con el médico.c
17-19. ¿Por qué es importante aprender ahora cómo piensa Jehová? Dé un ejemplo de una situación para la que necesitamos estar preparados.
17 Por último, pensemos en la respuesta inmediata de Jesús cuando Pedro le dio el siguiente consejo equivocado: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor”. Es obvio que Jesús había pensado mucho en lo que Dios quería que hiciera y en las profecías sobre su vida y muerte en la Tierra. Esto fortaleció su decisión de ser fiel y dar su vida por la humanidad sin dudarlo (lea Mateo 16:21-23).
18 Hoy día, Jehová desea que seamos sus amigos y hagamos lo máximo posible en su obra (Mat. 6:33; 28:19, 20; Sant. 4:8). Pero puede que nos pase como a Jesús, que alguien con buenas intenciones trate de desviarnos. Por ejemplo, imaginemos que nuestro jefe nos ofrece un ascenso en el trabajo con un sueldo mucho mayor. El problema es que el nuevo puesto va a interferir con nuestro servicio a Jehová. O, si eres un joven, supón que te dan la oportunidad de seguir tus estudios, pero para ello tienes que irte de casa. ¿Sería ese el momento de pedir la guía de Jehová, investigar en las publicaciones y hablar con la familia y los ancianos a fin de tomar una decisión? ¿No sería mejor investigar ahora lo que piensa Jehová y esforzarnos por hacer nuestros sus pensamientos? De ese modo, si alguna vez se nos presentan este tipo de ofertas, no serán para nosotros una tentación. Tendremos claras nuestras metas espirituales y estaremos resueltos a seguir tras ellas. Solo nos quedará hacer lo que sabemos que es correcto.
19 Quizá se nos ocurran otras situaciones que puedan surgir de repente. Claro, no podemos prepararnos para todo caso imaginable. Pero, si aprovechamos nuestro estudio personal para reflexionar en cómo piensa Jehová, será más probable que recordemos lo que hemos estudiado y lo pongamos en práctica en cualquier situación que se presente. Por tanto, esforcémonos por conocer los pensamientos de Dios, hagámoslos nuestros y meditemos en cómo influirán en las decisiones que tomemos hoy y en el futuro.
LOS PENSAMIENTOS DE JEHOVÁ Y NUESTRO FUTURO
20, 21. a) ¿Por qué no será ilimitada nuestra libertad en el nuevo mundo? b) ¿Cómo podemos ser relativamente felices incluso ahora?
20 Estamos deseando que llegue el nuevo mundo. La mayoría de nosotros espera vivir para siempre en el Paraíso aquí en la Tierra. El Reino de Dios nos librará de las penas propias de este sistema de cosas. Por supuesto, incluso allí seguiremos ejerciendo nuestra libertad de elección y tomaremos decisiones según nuestros gustos y deseos.
21 Pero esa libertad no será ilimitada. Las personas mansas que vivan entonces tomarán sus decisiones sobre lo que es bueno o malo basándose en las leyes y los pensamientos de Jehová. Esto resultará en gran alegría y paz abundante (Sal. 37:11). Pero incluso ahora podemos ser relativamente felices si hacemos nuestros los pensamientos de Jehová.
a Se define lap dancing como “una actividad en la que un bailarín o bailarina, por lo general medio desnudo, se sienta en el regazo de un cliente y se mueve sensualmente”. Dependiendo de los hechos de cada caso, podría considerarse inmoralidad sexual, y por ello ser necesario que los ancianos formaran un comité judicial. Si un cristiano ha participado en este baile, debe pedir ayuda a los ancianos (Sant. 5:14, 15).
b El sexteo o sexting es la práctica de enviar por teléfono mensajes, fotos o videos de claro contenido sexual. Dependiendo de las circunstancias de cada caso, quizá sea necesario formar un comité judicial. En algunas ocasiones, se ha acusado de delitos sexuales a los menores implicados en casos de sexteo. Encontraremos más información en el artículo del sitio jw.org “¿Tiene algo de malo el sexteo?” (en ENSEÑANZAS BÍBLICAS > JÓVENES > LOS JÓVENES PREGUNTAN) y en el artículo “Cómo advertirles sobre el sexteo”, del número de ¡Despertad! de noviembre de 2013, páginas 4 y 5.
c En nuestras publicaciones, se han explicado principios bíblicos pertinentes. Por ejemplo, podemos consultar el libro Continúe en el amor de Dios, páginas 246 a 249.