LECCIÓN 8
¿Por qué vamos tan bien arreglados a las reuniones?
¿Ha visto en las fotografías de este folleto lo bien vestidos que los testigos de Jehová vamos a nuestras reuniones? ¿Por qué cuidamos tanto la indumentaria y el arreglo personal?
Por respeto a nuestro Dios. Es cierto que Dios no se deja llevar por las apariencias (1 Samuel 16:7). Sin embargo, cuando nos reunimos para adorarlo, nuestro deseo sincero es mostrar respeto por él y por nuestros hermanos. Si tuviéramos que comparecer ante un juez, de seguro prestaríamos especial atención a nuestro aspecto por el respeto que impone su cargo. Del mismo modo, nuestra apariencia en las reuniones demuestra que tenemos en gran estima tanto al “Juez de toda la tierra”, Jehová Dios, como el lugar donde lo adoramos (Génesis 18:25).
Para reflejar los valores por los que nos regimos. La Biblia exhorta a los cristianos a vestir “con modestia y buen juicio” (1 Timoteo 2:9, 10). Vestir “con modestia” significa llevar ropa que no llame la atención por ser ostentosa, provocativa o reveladora. Además, el “buen juicio” nos lleva a vestir de manera atractiva, no desaliñada o estrambótica. Dentro de estos principios, sin embargo, queda un amplio margen para la elección personal. Una imagen agradable y atractiva puede “[adornar] la enseñanza de nuestro Salvador, Dios”, y glorificarlo sin necesidad de decir una sola palabra (Tito 2:10; 1 Pedro 2:12). El que vayamos bien arreglados a las reuniones influye en la opinión que la gente se forme del pueblo de Jehová.
Para estar limpios y presentables no hace falta ropa cara o superelegante. Por eso, no deje que la cuestión del atuendo lo desanime de ir al Salón del Reino.
¿Por qué es importante la manera como vamos vestidos cuando adoramos a Dios?
¿Qué principios nos guían a la hora de decidir cómo arreglarnos?