ARTÍCULO DE ESTUDIO 49
“Hay un tiempo determinado” para trabajar y para descansar
“Vengan [...] a un lugar retirado para que descansen un poco” (MAR. 6:31).
AVANCEa
1. ¿Cómo ven muchas personas el trabajo?
¿CÓMO ven el trabajo la mayoría de las personas donde vivimos? En muchos países, la gente trabaja más que nunca. Como consecuencia, muchos están tan ocupados que no tienen tiempo para descansar, estar con su familia ni satisfacer sus necesidades espirituales (Ecl. 2:23). Por otro lado, hay gente a la que no le gusta trabajar y pone excusas para no hacerlo (Prov. 26:13, 14).
2, 3. ¿Qué ejemplo nos ponen Jehová y Jesús?
2 Estas actitudes no son equilibradas. Pero ¿qué piensan Jehová y Jesús del trabajo? No hay duda de que a Jehová le gusta trabajar. Jesús lo dejó claro al decir: “Mi Padre hasta ahora sigue trabajando, y yo también sigo trabajando” (Juan 5:17). Pensemos en la innumerable cantidad de seres espirituales que hizo y en el inmenso universo, así como en las muchas cosas que creó en el hermoso planeta que habitamos. Con razón el salmista dijo: “¡Cuántas son tus obras, oh, Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus creaciones” (Sal. 104:24).
3 Jesús, la sabiduría personificada, copió el ejemplo de su Padre. Ayudó a Dios cuando este “preparó los cielos”, y estaba junto a él “como un obrero experto” (Prov. 8:27-31). Mucho tiempo después, cuando estuvo en la Tierra, hizo un magnífico trabajo. Este era para él como alimento, y todas sus obras demostraron que Dios lo había enviado (Juan 4:34; 5:36; 14:10).
4. ¿Qué aprendemos de Jehová y Jesús sobre el descanso?
4 ¿Indican los ejemplos de Jehová y Jesús que no es necesario que descansemos? Claro que no. Jehová no se cansa nunca, así que no necesita descansar como nosotros. Pero la Biblia dice que, después de crear los cielos y la Tierra, “dejó de trabajar y descansó” (Éx. 31:17). Estas palabras al parecer significan que dejó de crear y que dedicó tiempo a disfrutar de lo que había hecho. Y, en cuanto a Jesús, aunque trabajó mucho cuando estuvo en la Tierra, también pasó tiempo descansando y disfrutando de comer con sus amigos (Mat. 14:13; Luc. 7:34).
5. ¿Qué les resulta difícil a muchos?
5 La Biblia nos dice a los siervos de Dios que seamos trabajadores, no perezosos (Prov. 15:19). Puede que trabajemos para mantener a nuestra familia. Y todos los cristianos tenemos la obligación de predicar las buenas noticias. No obstante, también necesitamos descansar suficiente. ¿Nos resulta difícil equilibrar el tiempo que dedicamos al trabajo, al ministerio y al descanso? ¿Cómo sabemos cuánto trabajar y cuánto descansar?
CÓMO ENCONTRAR EL EQUILIBRIO
6. ¿Cómo demuestra Marcos 6:30-34 que Jesús era equilibrado respecto al trabajo y el descanso?
6 Es importante ser equilibrados respecto al trabajo. El rey Salomón escribió por inspiración que “hay un tiempo determinado [...] para cada actividad”, y mencionó entre otras cosas plantar, construir, llorar, reír y bailar (Ecl. 3:1-8). Está claro que trabajar y descansar son dos aspectos fundamentales de la vida. Jesús veía los dos con equilibrio. En una ocasión, los apóstoles regresaron de una gira de predicación. Estaban tan ocupados que “no tenían tiempo ni para comer”. Jesús les dijo: “Vengan conmigo; vamos solos a un lugar retirado para que descansen un poco” (lea Marcos 6:30-34). Ni él ni sus discípulos descansaban siempre todo lo que deseaban. Pero Jesús sabía que todos ellos necesitaban descansar.
7. ¿Cómo nos ayudará estudiar la ley del sábado?
7 A veces, hace falta descansar un poco o cambiar de actividad. Lo demuestra un mandato que Jehová dio a los israelitas en la Ley de Moisés: tenían que guardar el sábado semanal. Nosotros no estamos bajo la Ley mosaica, pero podemos sacar provecho de estudiar lo que decía sobre el sábado. Lo que aprendamos nos ayudará a analizar cómo vemos el trabajo y el descanso.
EL SÁBADO ERA UN DÍA PARA DESCANSAR Y ADORAR A DIOS
8. Según Éxodo 31:12-15, ¿qué debían hacer los israelitas el sábado?
8 La Palabra de Dios dice que después de seis “días” Jehová dejó de hacer obras creativas en la Tierra (Gén. 2:2). No obstante, a Jehová le gusta trabajar, así que ha seguido haciéndolo en otros aspectos (Juan 5:17). La ley del sábado seguía un modelo parecido al descrito en Génesis, es decir, trabajar seis días y descansar el séptimo. Dios dijo que el sábado era una señal entre él e Israel. Era un día “de descanso completo” y “santo para Jehová” (lea Éxodo 31:12-15). Todo el mundo tenía prohibido trabajar, incluidos los niños y los esclavos. Ni siquiera podían trabajar los animales domésticos (Éx. 20:10). Esto les permitía a los israelitas dar más atención a los asuntos espirituales.
9. ¿Qué ideas erróneas sobre el sábado había en los días de Jesús?
9 El sábado era bueno para los siervos de Dios. Sin embargo, muchos líderes religiosos de los días de Jesús impusieron normas muy rígidas sobre cómo guardarlo. Decían que no estaba permitido ni siquiera arrancar unas espigas o curar a un enfermo (Mar. 2:23-27; 3:2-5). Estas ideas no reflejaban el modo de pensar de Jehová, y Jesús lo dejó claro a quienes lo escuchaban.
10. ¿Qué nos enseña Mateo 12:9-12 sobre cómo veía Jesús el sábado?
10 Jesús y sus seguidores judíos descansaban el sábado porque obedecían la Ley de Moisés.b Pero Jesús mostró por lo que hizo y dijo que había que ser razonables y que ese día estaba permitido hacer obras buenas. Dijo claramente: “Está permitido hacer algo bueno en sábado” (lea Mateo 12:9-12). No consideraba que realizar una buena acción violaba la ley del sábado. Sus obras pusieron de relieve un importante motivo para no trabajar ese día. Como los israelitas descansaban de sus labores diarias, podían centrarse en las actividades espirituales. La familia de Jesús aprovechaba el sábado para adorar a Dios, como lo prueba lo que leemos sobre lo que él hizo en la ciudad de Nazaret. La Biblia dice: “Como era su costumbre en sábado, entró en la sinagoga y se puso de pie para leer” (Luc. 4:15-19).
¿CUÁL ES NUESTRA ACTITUD HACIA EL TRABAJO?
11. ¿Quién le puso a Jesús un buen ejemplo de lo que es trabajar duro?
11 Seguramente, mientras José le enseñaba el oficio de carpintero a Jesús, su hijo adoptivo, aprovechó para enseñarle cómo ve Dios el trabajo (Mat. 13:55, 56). Y Jesús debió ver a José trabajar mucho un día tras otro para mantener a su numerosa familia. Cabe destacar que Jesús les dijo a sus discípulos tiempo después: “El trabajador merece su paga” (Luc. 10:7). Así que él sabía lo que era trabajar duro.
12. ¿Qué textos muestran lo que enseña la Biblia sobre trabajar duro?
12 El apóstol Pablo también sabía lo que era trabajar duro. Se dedicaba sobre todo a dar testimonio del nombre y el mensaje de Jesús. Pero también trabajaba para mantenerse. Los tesalonicenses sabían que había trabajado “día y noche sin descanso y con mucho esfuerzo a fin de no ser una carga económica” para nadie (2 Tes. 3:8; Hech. 20:34, 35). Con estas palabras, tal vez se refería a lo que hizo en Corinto. Allí se quedó con Áquila y Priscila y “trabajó con ellos”, pues “su oficio era hacer tiendas de campaña”. El que dijera que trabajó “día y noche” no significa que no parara. Por ejemplo, aprovechaba los sábados para predicar a los judíos, que tampoco trabajaban ese día (Hech. 13:14-16, 42-44; 16:13; 18:1-4).
13. ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Pablo?
13 El apóstol Pablo dio un buen ejemplo. A pesar de que tuvo que trabajar, se aseguró de participar con regularidad “en la obra santa de las buenas noticias de Dios” (Rom. 15:16; 2 Cor. 11:23). Animó a los demás a hacer lo mismo que él. Por consiguiente, Áquila y Priscila fueron sus “colaboradores en Cristo Jesús” (Rom. 12:11; 16:3). Pablo aconsejó a los corintios que estuvieran “muy ocupados en la obra del Señor” (1 Cor. 15:58; 2 Cor. 9:8). Y escribió por inspiración: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Tes. 3:10).
14. ¿Qué quiso decir Jesús con las palabras de Juan 14:12?
14 La obra más importante en estos últimos días es la de predicar y hacer discípulos. Jesús predijo que sus seguidores harían obras mayores que las suyas (lea Juan 14:12). No quería decir que harían milagros, igual que él, sino que predicarían y enseñarían en un territorio más extenso, a más gente y durante más tiempo que él.
15. ¿Qué preguntas debemos hacernos, y por qué?
15 Si tenemos un empleo, preguntémonos: “¿Se me conoce como un buen trabajador? ¿Termino mi trabajo a tiempo y lo hago lo mejor que sé?”. Si nuestra respuesta es afirmativa, es probable que nuestro jefe confíe en nosotros y que nuestros compañeros estén más dispuestos a escuchar el mensaje de las buenas noticias. Por otro lado, con relación a nuestra obra de predicar y hacer discípulos, preguntémonos: “¿Se me conoce como alguien que se esfuerza mucho en el ministerio? ¿Me preparo bien las visitas iniciales? ¿Vuelvo a visitar enseguida a las personas que muestran interés? Y ¿participo con regularidad en las diversas facetas del ministerio?”. Si respondemos afirmativamente, es probable que disfrutemos de nuestra labor.
¿CUÁL ES NUESTRA ACTITUD HACIA EL DESCANSO?
16. ¿Qué diferencia hay entre la actitud hacia el descanso de Jesús y los apóstoles y la de muchas personas de la actualidad?
16 Jesús sabía que tanto él como sus apóstoles necesitaban descansar de vez en cuando. Pero en aquel tiempo, igual que hoy, muchas personas tenían una actitud como la del hombre rico de una parábola de Jesús. Este hombre se decía: “Tómatelo con calma, come, bebe, disfruta” (Luc. 12:19; 2 Tim. 3:4). Lo más importante para aquel hombre eran el descanso y los placeres. En cambio, Jesús y los apóstoles no se centraban en disfrutar de los placeres de la vida.
17. ¿Qué hacemos con nuestro tiempo libre?
17 Tratamos de imitar a Jesús utilizando nuestro tiempo libre no solo para descansar, sino para predicar y asistir a las reuniones. De hecho, consideramos tan importantes estas dos actividades sagradas que hacemos todo lo posible por llevarlas a cabo con regularidad (Heb. 10:24, 25). Es más, asistimos a las reuniones y buscamos oportunidades de hablar de la verdad con las personas incluso cuando estamos de vacaciones, no importa dónde (2 Tim. 4:2).
18. ¿Qué desea nuestro Rey, Jesucristo, que hagamos?
18 Cuánto agradecemos que nuestro Rey, Jesucristo, sea razonable y nos ayude a tener una actitud equilibrada hacia el trabajo y el descanso (Heb. 4:15). Desea que descansemos lo necesario. Y también desea que trabajemos duro para cubrir nuestras necesidades y que nos esforcemos por participar en la agradable obra de hacer discípulos. En el próximo artículo, vamos a ver qué ha hecho Jesús para liberarnos de una cruel forma de esclavitud.
a Las Santas Escrituras nos enseñan a ver el trabajo y el descanso con equilibrio. Este artículo nos ayudará a analizar nuestra actitud hacia estos dos aspectos de la vida. Para ello, examinaremos la ley que se dio a los israelitas de guardar el sábado, el día de descanso semanal.
b Los discípulos respetaban tanto la ley del sábado que detuvieron hasta el día siguiente la preparación de las especias aromáticas y aceites perfumados con los que untarían el cuerpo de Jesús (Luc. 23:55, 56).
c DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. José lleva a su familia a la sinagoga en sábado.
d DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Un padre que trabaja para mantener a su familia emplea el tiempo libre para las actividades espirituales, incluso cuando él y su familia están de vacaciones.