Salmos
Para el director. De David. Salmo.
139 Oh, Jehová, tú me has examinado a fondo, tú me conoces.+
2 Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto.+
De lejos percibes mis pensamientos.+
4 Todavía no ha llegado una sola palabra a mi lengua,
pero resulta que tú, oh, Jehová, ya la conoces bien.+
5 Tú me rodeas por delante y por detrás,
y sobre mí pones tu mano.
6 Semejante conocimiento escapa a mi comprensión.*
Es tan elevado que no puedo alcanzarlo.*+
7 ¿Adónde puedo escapar de tu espíritu?
¿Y adónde puedo huir de tu rostro?+
9 Si volara con las alas del amanecer
para vivir junto al mar más lejano,
10 incluso allá tu mano me guiaría
y tu mano derecha me agarraría.+
11 Si yo dijera “¡Seguro que la oscuridad me oculta!”,
la noche a mi alrededor se transformaría en luz.
12 Ni siquiera la oscuridad sería demasiado oscura para ti,
sino que la noche sería tan luminosa como el día;+
para ti, la oscuridad es lo mismo que la luz.+
14 Te alabo porque estoy hecho de forma maravillosa, impresionante.+
Tus obras son maravillosas,+
y eso lo sé muy bien.
15 Mis huesos no estuvieron escondidos de ti
cuando fui hecho en secreto,
cuando fui tejido en las profundidades de la tierra.+
16 Tus ojos me vieron hasta cuando yo era un embrión;
todas sus partes estaban escritas en tu libro
—incluso los días en que se formarían—
antes de que existiera cualquiera de ellas.
17 Por eso, ¡qué preciosos son tus pensamientos para mí!+
Oh, Dios, ¡qué inmensa es su cantidad!+
18 Cuando intento contarlos, son más que los granos de arena.+
Me despierto, y todavía estoy contigo.*+
19 Oh, Dios, ¡ojalá mataras a los malvados!+
Así los hombres violentos* se apartarían de mí,
20 los que con intenciones perversas* hablan contra ti.
Son tus adversarios, que usan tu nombre de manera indigna.+
22 Odio es todo lo que siento por ellos;+
se han convertido en verdaderos enemigos para mí.