Miércoles 13 de febrero
Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento (Prov. 3:13).
Los hermanos que enseñan desde la plataforma deben asegurarse de que la Biblia sea lo más importante de su discurso (Juan 7:16). Procure que la manera de presentarlo o las historias o ejemplos que use no les quiten protagonismo a los versículos que lea. Además, recuerde que no es lo mismo leer de la Biblia que enseñar de la Biblia. De hecho, si usa demasiados textos, la mayoría de las personas no los recordarán. Por eso, escoja con cuidado los textos y dedique tiempo a leerlos, explicarlos, ilustrarlos y aplicarlos (Neh. 8:8). Trate de entender la relación entre las frases del bosquejo y los textos que las acompañan. Pero lo más importante es que le pida ayuda a Jehová para transmitir las valiosas enseñanzas de su Palabra (Esd. 7:10). w17.09 4:11, 12
Jueves 14 de febrero
Vuelvan a mí, y yo volveré a ustedes (Zac. 1:3).
El año 537 antes de nuestra era fue muy feliz para el pueblo de Jehová. Había estado cautivo en Babilonia durante setenta largos años, pero ahora era libre. Los israelitas estaban entusiasmados de poder volver a Jerusalén para reconstruir el templo y adorar allí a Dios. En 536, pusieron los cimientos del templo. Dieciséis años después, la reconstrucción se había detenido por completo. Jehová tuvo que recordarles a los israelitas que dejaran de poner en primer lugar sus propios intereses. Así que en el año 520 Jehová envió al profeta Zacarías para recordarle a su pueblo por qué lo había liberado de Babilonia. Es interesante que el nombre Zacarías significa “Jehová Ha Recordado”. Esto tal vez les hizo pensar a los israelitas en una verdad muy importante: aunque ellos se habían olvidado de lo que Jehová había hecho a su favor, él no los había olvidado a ellos (Zac. 1:3, 4). Dios les prometió con cariño que los ayudaría a restablecer la adoración verdadera. Pero también les advirtió con firmeza que solo aceptaría que lo adoraran si lo hacían de corazón. w17.10 3:2, 3
Viernes 15 de febrero
Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos (Efes. 4:32).
Según los expertos en salud mental, mostrar compasión puede mejorar nuestra salud y nuestras relaciones personales. Cuando ayudamos a los que sufren, somos más felices y optimistas, nos sentimos menos solos y tenemos menos pensamientos negativos. Sin duda, ser compasivos nos reporta muchos beneficios. Si amamos a los demás y buscamos maneras de ayudarlos, tendremos una buena conciencia porque sabremos que estamos haciendo lo que Jehová quiere. Y esto nos hará mejores padres, esposos y amigos. Además, quienes muestran compasión por lo general reciben ayuda y apoyo cuando lo necesitan (Mat. 5:7; Luc. 6:38). Por supuesto, no solo mostramos compasión porque nos reporta beneficios. Lo hacemos sobre todo porque queremos imitar y dar gloria a Jehová, la Fuente del amor y la compasión (Prov. 14:31). w17.09 2:16, 17