Salmos
Maskil. De Asaf.+
2 Abriré mi boca y diré un proverbio.
Presentaré enigmas de hace mucho tiempo.+
3 Las cosas que hemos oído y sabemos
—que nuestros padres nos han contado—,+
4 no las esconderemos de sus hijos;
se las contaremos a la siguiente generación,+
las acciones de Jehová, dignas de alabanza, su fuerza,+
las cosas maravillosas que él ha hecho.+
5 Él estableció una norma* en Jacob
y creó una ley en Israel;
les dio órdenes a nuestros antepasados
para que les dieran a conocer estas cosas a sus hijos,+
6 para que la próxima generación,
los hijos que aún no habían nacido, las conocieran.+
Ellos, a su vez, se las contarían a sus hijos.+
7 Entonces, estos pondrían su confianza en Dios.
8 Así, no serían como sus antepasados,
una generación terca y rebelde,+
una generación de corazón cambiante*+
y de espíritu infiel a Dios.
9 Los efraimitas estaban armados con sus arcos,
pero retrocedieron en el día de la batalla.
11 Además, se olvidaron de lo que él había hecho,+
de las obras maravillosas que él les había mostrado.+
12 Hizo cosas maravillosas a la vista de sus antepasados,+
en la tierra de Egipto, la región de Zoan.+
14 De día los guio con una nube
y toda la noche con la luz de un fuego.+
15 Partió rocas en el desierto,
los dejó beber hasta saciarse, como si bebieran de aguas profundas.+
16 Sacó arroyos de un peñasco,
hizo que aguas fluyeran como ríos.+
17 Pero ellos siguieron pecando contra él
al rebelarse contra el Altísimo en el desierto;+
18 desafiaron* a Dios en su corazón+
al exigir la comida que deseaban con ansias.*
19 Así que hablaron contra Dios.
Decían: “¿Acaso puede Dios preparar una mesa en el desierto?”.+
20 ¡Miren! Él golpeó una roca
para que fluyeran aguas y se desbordaran arroyos.+
“¿Acaso también puede darnos pan
o puede suministrarle carne a su pueblo?”.+
21 Cuando Jehová los oyó, se enfureció;+
un fuego+ ardió contra Jacob,
la furia se encendió contra Israel,+
22 porque no pusieron su fe en Dios,+
no confiaron en que él era capaz de salvarlos.
23 De modo que él les dio órdenes a los cielos nublados, allá arriba,
y abrió las puertas del cielo.
24 Hizo llover maná una y otra vez para que comieran;
les dio el grano del cielo.+
25 Hombres comieron el pan de los poderosos;*+
él les dio lo suficiente para que quedaran satisfechos.+
26 Levantó el viento del este en los cielos
y, con su poder, hizo que soplara un viento del sur.+
27 Hizo que lloviera carne sobre ellos como si fuera polvo,
aves como la arena a la orilla del mar.
28 Las hizo caer en medio de su campamento,
alrededor de sus tiendas de campaña.
29 Y ellos comieron hasta hartarse;
él les dio lo que deseaban.+
30 Pero, antes de que ellos calmaran por completo sus ansias,
cuando todavía tenían la comida en la boca,
31 la ira de Dios se encendió contra ellos.+
Él ejecutó a sus hombres más fuertes;+
derribó a los hombres jóvenes de Israel.
33 Así que él acabó con sus días como si fueran un simple soplo+
y con terrores repentinos puso fin a sus años.
34 Pero, cada vez que él sembraba la muerte entre ellos, ellos lo buscaban;+
regresaban en busca de Dios
35 recordando que Dios era su Roca,+
36 Sin embargo, trataban de engañarlo con su boca
y, con su lengua, le mentían.
38 Pero él era misericordioso:+
perdonaba* sus errores y no los exterminaba.+
Muchas veces contuvo su furia+
en vez de desatar toda su ira.
40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en la tierra árida!+
¡Cuántas veces hirieron sus sentimientos en el desierto!+
42 No se acordaron de su poder,*
del día en que él los rescató* del adversario,+
43 de cómo realizó sus señales en Egipto,+
sus milagros en la región de Zoan,
44 y de cómo convirtió en sangre los canales del Nilo+
para que no pudieran beber de sus corrientes de agua.
46 Les dio sus cosechas a las voraces langostas,
el fruto de su trabajo a la plaga de langostas.+
47 Destruyó sus vides con granizo+
y sus sicómoros con piedras de granizo.
49 Lanzó sobre ellos su ardiente furia,
furor, indignación y angustia,
batallones de ángeles que traían calamidad.
50 Abrió un camino para su furia.
No los libró de la muerte;
los entregó* a la epidemia.
51 Por último, acabó con todos los primogénitos de Egipto,+
los primeros frutos de su capacidad reproductiva en las tiendas de Cam.
52 Después sacó a su pueblo como a un rebaño+
y los guio como a una manada por el desierto.
53 Los dirigió con seguridad,
no sintieron ningún temor.+
A sus enemigos los cubrió el mar.+
54 Y a ellos se los llevó a su territorio santo,+
esta región montañosa que con su mano derecha consiguió.+
55 Expulsó a las naciones que tenían delante;+
a ellos les asignó una herencia con el cordón de medir;+
estableció a las tribus de Israel en sus hogares.+
56 Pero siguieron desafiando* a Dios, el Altísimo, y rebelándose contra él;+
no prestaron atención a sus recordatorios.+
57 Además, se descarriaron y fueron tan traicioneros como sus antepasados.+
Eran tan poco confiables como un arco flojo.+
58 Una y otra vez lo irritaron con sus lugares altos+
59 Dios oyó esto y se enfureció,+
así que rechazó por completo a Israel.
60 Finalmente, abandonó el tabernáculo de Siló,+
la tienda en la que había residido entre los hombres.+
61 Permitió que el símbolo de su fuerza fuera al cautiverio,
que su esplendor cayera en manos del adversario.+
62 Entregó su pueblo a la espada+
y se puso furioso con su herencia.
63 Un fuego devoró a sus hombres jóvenes
y no se cantaron canciones de boda para sus vírgenes.*
65 Entonces Jehová despertó como quien está dormido,+
como un hombre poderoso+ que vuelve en sí después de haber bebido vino.
66 Hizo retroceder a sus adversarios;+
los deshonró para siempre.
67 Rechazó a los descendientes* de José;
no eligió a la tribu de Efraín,
68 sino que eligió a la tribu de Judá,+
el monte Sion, al que ama.+
69 Hizo su santuario tan duradero como los cielos,*+
como la tierra, que él ha establecido para siempre.+