Domingo 8 de junio
Jehová no los dejará ni los abandonará (Deut. 31:6).
Podemos tener un corazón firme ante cualquier prueba que se nos presente. Así que confiemos en Jehová. Pensemos en el juez Barac y en lo bien que le fue por seguir las instrucciones de Jehová sin dudar. En esa época, los israelitas no estaban preparados para ir a la batalla. No tenían ni un escudo ni una lanza. A pesar de todo, Jehová le dijo a Barac que se fuera a pelear contra Sísara y su ejército cananeo, que estaban armados hasta los dientes (Juec. 5:8). La profetisa Débora le dijo a Barac que bajara del monte Tabor a la llanura para enfrentarse con Sísara y sus 900 carros. Aunque en terreno llano los carros tendrían ventaja, Barac obedeció. Mientras los soldados bajaban del monte, Jehová mandó un fuerte aguacero. Los carros se atascaron en el lodo, y Jehová le dio a Barac la victoria (Juec. 4:1-7, 10, 13-16). Lo mismo puede decirse de nosotros: Jehová nos dará la victoria si confiamos en él y seguimos las instrucciones que nos da mediante su organización. w23.07 31:17, 18
Lunes 9 de junio
El que aguante hasta el fin será salvado (Mat. 24:13).
La paciencia es imprescindible para obtener la salvación. Igual que los siervos fieles del pasado, tenemos que esperar con paciencia a que Dios cumpla sus promesas (Heb. 6:11, 12). La Biblia nos compara a un agricultor (Sant. 5:7, 8). El agricultor trabaja duro plantando y regando, pero no sabe con exactitud cuándo crecerá la cosecha. Así que espera con paciencia, convencido de que recogerá fruto. Lo mismo hacen los cristianos: trabajan duro para Jehová aunque “no saben en qué día viene su Señor” (Mat. 24:42). Así es, esperamos con paciencia, convencidos de que a su debido tiempo Jehová cumplirá todo lo que ha prometido. Si nos impacientáramos, podríamos cansarnos de esperar y alejarnos poco a poco de la verdad. Además, podríamos empezar a centrarnos en cosas que solo nos den una satisfacción inmediata. En cambio, si somos pacientes, aguantaremos hasta el fin y seremos salvados (Miq. 7:7). w23.08 35:7
Martes 10 de junio
Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro (Dan. 2:42).
Al comparar la profecía de Daniel 2:41-43 con otras de Daniel y de Apocalipsis, llegamos a la conclusión de que los pies representan a la alianza formada por el Reino Unido y Estados Unidos, que es la potencia mundial dominante en nuestros días. Cuando Daniel le explicó a Nabucodonosor el significado de su sueño, dijo lo siguiente sobre esta potencia mundial: “El reino será en parte fuerte y en parte frágil”. ¿Por qué en parte frágil? Porque la gente común, representada por el barro húmedo, no lo deja actuar con la fuerza del hierro. Lo que dice Daniel sobre la estatua del sueño nos ayuda a entender varias verdades importantes. Primero, la potencia mundial formada por el Reino Unido y Estados Unidos ha demostrado que es fuerte. Por ejemplo, contribuyó de forma decisiva a la victoria del bando ganador en la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Pero esta potencia se ha debilitado y seguirá debilitándose debido a los conflictos internos que hay entre sus ciudadanos. Segundo, esta será la última potencia mundial que exista antes de que el Reino de Dios acabe con todos los gobiernos humanos. w23.08 34:12, 13