Viernes 13 de junio
Ya no tengas miedo (Luc. 5:10).
Jesús sabía que el apóstol Pedro podía mantenerse fiel. Así que bondadosamente le dijo: “Ya no tengas miedo”. Ver la confianza que Jesús tenía en él le dejó una profunda huella. Más adelante, Pedro y su hermano Andrés dejaron el negocio de la pesca para dedicarse por completo a seguir al Mesías. Gracias a esta decisión, recibieron maravillosas bendiciones (Mar. 1:16-18). Como discípulo de Cristo, Pedro vivió magníficas experiencias. Vio a Jesús curar enfermos, expulsar demonios y hasta resucitar muertos (Mat. 8:14-17; Mar. 5:37, 41, 42). También fue testigo de una visión de la gloria que tendría Jesús en el Reino. Aquel suceso marcó su vida (Mar. 9:1-8; 2 Ped. 1:16-18). Así es, Pedro vio cosas que nunca se hubiera imaginado. ¡Cuánto debió alegrarse de no haber cedido a sus sentimientos negativos! Se habría perdido todas esas bendiciones. w23.09 40:4, 5
Sábado 14 de junio
Jesús le contestó: “No, no te digo hasta 7 veces, sino hasta 77 veces” (Mat. 18:22).
En su primera carta, el apóstol Pedro usó la expresión “amor intenso”. Ese amor no solo cubre unos cuantos pecados, sino “una multitud de pecados” (1 Ped. 4:8). Al escribir esto, Pedro tal vez recordó lo que Jesús le había enseñado sobre el perdón en una conversación que tuvieron años antes. Cuando Pedro le dijo que estaría dispuesto a perdonar a alguien “hasta 7 veces”, probablemente pensó que estaba siendo muy generoso. Pero Jesús le enseñó que tendría que perdonar “hasta 77 veces”, es decir, sin poner un límite. Y esa es una lección para nosotros también (Mat. 18:21). ¿Se le hace difícil poner en práctica este consejo? No se dé por vencido. Como somos imperfectos, a todos los siervos de Jehová alguna vez nos ha costado mucho perdonar. Entonces, ¿qué puede hacer? Lo importante es que haga todo lo posible por perdonar a su hermano y hacer las paces con él. w23.09 41:12
Domingo 15 de junio
Llamé a Jehová, y él me respondió (Jon. 2:2).
Mientras estaba en el vientre del pez, Jonás sabía que Jehová escucharía su humilde oración y lo ayudaría, pues estaba arrepentido. Después, cuando volvió a tierra firme, estaba listo para aceptar su misión y cumplir con ella (Jon. 2:10-3:4). Al pasar por una prueba, ¿se siente usted a veces tan angustiado que se le hace muy difícil orar? ¿O le parece que no tiene fuerzas para estudiar? Recuerde que Jehová entiende perfectamente por lo que está pasando. Por eso, incluso cuando le hace una oración sencilla, puede estar convencido de que él le dará justo lo que necesita (Efes. 3:20). Si debido al dolor físico o emocional se le hace cuesta arriba leer y estudiar, una buena idea podría ser escuchar las grabaciones de la Biblia o de nuestras publicaciones. Otra cosa que podría ayudarlo es poner alguna de nuestras canciones o un video de jw.org. Cuando le ora a Jehová y busca la respuesta a sus oraciones en los regalos espirituales que él da, es como si le dijera “Por favor, dame fuerzas”. w23.10 43:6, 9