40 Pero Pedro hizo salir a todos+ y, doblando las rodillas, oró, y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: “Tabita,* ¡levántate!”. Ella abrió los ojos y, alcanzando a ver a Pedro, se incorporó.+
16 Por lo tanto, confiesen+ abiertamente sus pecados unos a otros y oren unos por otros, para que sean sanados.+ El ruego del hombre justo, cuando está en acción,* tiene mucho vigor.+