Miércoles 24 de diciembre
“Sean fuertes, porque yo estoy con ustedes” —afirma Jehová de los ejércitos— (Ageo 2:4).
Cuando los judíos que salieron de Babilonia llegaron a Jerusalén, tuvieron que enfrentarse a una situación económica y política inestable, y a la oposición de sus enemigos. Con tantos problemas, a algunos se les hizo difícil dedicarse de lleno a la reconstrucción del templo de Jehová. Por eso, Jehová envió a los profetas Ageo y Zacarías para reavivar el entusiasmo del pueblo, y su labor fue un éxito (Ageo 1:1; Zac. 1:1). Sin embargo, casi 50 años después, los judíos volvieron a caer en el desánimo. Fue entonces cuando Esdras, un hábil copista de la Ley, regresó de Babilonia a Jerusalén para animarlos y ayudarlos a poner en primer lugar la adoración verdadera (Esd. 7:1, 6). Las profecías de Ageo y Zacarías ayudaron a los siervos de Dios del pasado a seguir confiando en Jehová a pesar de la oposición, y también pueden ayudarnos a nosotros a seguir confiando en que Jehová nos ayudará pase lo que pase (Prov. 22:19). w23.11 14 párrs. 2, 3
Jueves 25 de diciembre
Vístanse de amor, porque es un lazo de unión perfecto (Col. 3:14).
¿Cómo podemos exteriorizar el amor que sentimos por nuestra familia espiritual? Una manera de lograrlo es consolando a nuestros hermanos. Y, para seguirlo haciendo, necesitamos sentir compasión (1 Tes. 4:18). ¿Cómo podemos mantener fuerte el amor que nos tenemos? Haciendo todo lo posible por perdonar los errores de los demás. ¿Por qué es tan importante mostrarnos amor hoy en día? Fijémonos en lo que dijo Pedro: “El fin de todas las cosas se ha acercado. Por lo tanto, [...] sientan amor intenso unos por otros” (1 Ped. 4:7, 8). ¿Qué podemos esperar que suceda a medida que se acerca el fin? Hablando de sus discípulos, Jesús predijo: “Todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre” (Mat. 24:9). Para seguir sirviendo a Jehová a pesar de que nos odien, debemos permanecer unidos. Satanás quiere dividirnos, pero no se saldrá con la suya si nos amamos unos a otros (Filip. 2:1, 2). w23.11 13 párrs. 18, 19
Viernes 26 de diciembre
Somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).
Las verdades de la Biblia tienen un poder tremendo. Cuando le enseñamos a la gente quién es Jehová y cómo es, pasan cosas extraordinarias. A medida que se libran de las mentiras satánicas que los tenían cegados, abren los ojos y comienzan a ver a nuestro Padre como lo vemos nosotros. Se quedan impresionados al pensar en su imponente poder (Is. 40:26). Su justicia perfecta los hace sentir seguros (Deut. 32:4). Les maravilla conocer su profunda sabiduría (Is. 55:9; Rom. 11:33). Y sienten un gran consuelo al aprender que él es el amor en persona (1 Juan 4:8). Al acercarse a Jehová, se convencen de que pueden vivir para siempre y convertirse en sus hijos. ¿Verdad que ayudar a la gente a acercarse a su Padre celestial es un honor incomparable? Además, cuando lo hacemos, Jehová nos considera sus “colaboradores” (1 Cor. 3:5). w24.02 12 párr. 15