Salmos
3 Llega a ser para mí un fuerte de rocas en el cual entrar constantemente.+
Tienes que dar mandato para salvarme,+
porque tú eres mi peñasco y mi plaza fuerte.+
4 Oh Dios mío, provéeme escape de la mano del inicuo,+
de la palma de la mano del que obra injusta y opresivamente.+
5 Porque tú eres mi esperanza,+ oh Señor Soberano Jehová, mi confianza desde mi juventud.+
6 En ti me he sostenido desde el vientre;+
tú eres Aquel que me desprendió hasta de las entrañas de mi madre.+
En ti está mi alabanza constantemente.+
10 Porque mis enemigos han dicho respecto de mí,+
y los mismísimos que vigilan en espera de mi alma conjuntamente se han dado consejos,+
11 diciendo: “Dios mismo lo ha dejado.+
Persigue y préndelo, porque no hay libertador”.+
13 Que sean avergonzados, que se acaben, los que están resistiendo a mi alma.+
Que se cubran de oprobio y humillación los que andan buscando calamidad para mí.+
15 Mi propia boca relatará tu justicia;+
todo el día, tu salvación,+
pues no he llegado a saber las cantidades [de ellas].+
17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud en adelante,+
y hasta ahora sigo informando acerca de tus maravillosas obras.+
18 Y aun hasta la vejez y canicie, oh Dios, no me dejes,+
hasta que informe acerca de tu brazo a la generación;+
a todos los que han de venir, acerca de tu poderío.+
19 Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta la altura;+
en lo que toca a las grandes cosas que tú has hecho,+
oh Dios, ¿quién es como tú?+
20 Porque me* has hecho ver muchas angustias y calamidades,+
quieras volver a hacerme revivir;+
y de las profundidades acuosas* de la tierra quieras volver a hacerme subir.+
22 Yo también, yo te elogiaré con un instrumento de los de cuerdas,+
en cuanto a tu apego a la verdad, oh Dios mío.+
Te celebraré con melodía, sí, con el arpa, oh Santo de Israel.+