Hechos de apóstoles
1 El primer relato, oh Teófilo,+ lo compuse acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y también a enseñar,+ 2 hasta el día en que fue tomado arriba,+ después de haber dado mandamiento por espíritu santo a los apóstoles que escogió.+ 3 A estos también se les mostró vivo por muchas pruebas positivas después de haber sufrido,+ pues fue visto por ellos por espacio de cuarenta días, y dijo las cosas acerca del reino de Dios.+ 4 Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén,+ sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido,+ acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo+ no muchos días después de esto”.
6 Pues bien, cuando se hubieron congregado, se pusieron a preguntarle: “Señor,* ¿estás restaurando el reino+ a Israel en este tiempo?”. 7 Les dijo: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones*+ que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción;*+ 8 pero recibirán poder+ cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos*+ de mí tanto en Jerusalén+ como en toda Judea, y en Samaria,+ y hasta la parte más distante* de la tierra”.+ 9 Y después que hubo dicho estas cosas, estando ellos mirando, fue elevado,+ y una nube se lo llevó de la vista de ellos.+ 10 Y estando ellos mirando con fijeza al cielo mientras él se iba,+ también, ¡mira!, dos varones con prendas de vestir blancas*+ estuvieron de pie al lado de ellos, 11 y dijeron: “Varones de Galilea, ¿por qué están de pie mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al cielo, vendrá así de la misma manera+ como lo han contemplado irse al cielo”.*
12 Entonces ellos se volvieron+ a Jerusalén desde una montaña llamada el monte de los Olivos, que está cerca de Jerusalén, distante el camino de un sábado.*+ 13 Así, cuando hubieron entrado, subieron al aposento de arriba,+ donde estaban alojados, tanto Pedro como Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago [hijo] de Alfeo y Simón el celoso,* y Judas [hijo] de Santiago.+ 14 Todos estos persistían de común acuerdo en oración,+ junto con algunas mujeres+ y María la madre de Jesús, y con los hermanos de él.+
15 Ahora bien, durante estos días Pedro se levantó en medio de los hermanos y dijo (la muchedumbre* de personas era en conjunto como de ciento veinte): 16 “Varones, hermanos, era necesario que se cumpliera la escritura,+ que el espíritu santo+ habló de antemano por boca de David acerca de Judas,+ que se hizo guía de los que arrestaron a Jesús,+ 17 porque él había sido contado entre nosotros+ y obtuvo participación en este ministerio.+ 18 (Este mismo hombre, por tanto, compró+ un campo con el salario de la injusticia,+ y cayendo de cabeza,*+ reventó ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron derramados. 19 También llegó a ser conocido de todos los habitantes de Jerusalén, de modo que aquel campo fue llamado en su lenguaje Akéldama, es decir, Campo de Sangre.) 20 Porque está escrito en el libro de los Salmos: ‘Quede desolado su alojamiento, y no haya morador en él’,+ y: ‘Su puesto de superintendencia* tómelo otro’.+ 21 Por lo tanto, es necesario que de los varones que se reunieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús entró y salió* entre nosotros,+ 22 comenzando con su bautismo por Juan+ y hasta el día en que fue recibido arriba de entre nosotros,+ uno de estos hombres llegue a ser testigo, con nosotros, de su resurrección”.+
23 De modo que propusieron a dos: a José llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 24 Y oraron y dijeron: “Tú, oh Jehová,* que conoces los corazones de todos,+ designa cuál de estos dos hombres has escogido, 25 para que tome el lugar de este ministerio y apostolado,+ del cual Judas se desvió para ir a su propio lugar”. 26 De modo que echaron suertes+ sobre ellos, y la suerte cayó sobre Matías; y él fue contado junto con los once+ apóstoles.
2 Ahora bien, mientras estaba en progreso el día [de la fiesta] del Pentecostés,+ todos se hallaban juntos en el mismo lugar, 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte, y llenó toda la casa en la cual estaban sentados.+ 3 Y lenguas como de fuego+ se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor, y una se asentó sobre cada uno de ellos, 4 y todos se llenaron de espíritu santo+ y comenzaron a hablar en lenguas diferentes,+ así como el espíritu les concedía expresarse.
5 Sucedía que moraban en Jerusalén judíos,+ varones reverentes,+ de toda nación de las que hay bajo el cielo. 6 De modo que, cuando este sonido ocurrió, la multitud se juntó, y se azoraron, porque cada uno los oía hablar en su propio lenguaje. 7 En verdad, estaban pasmados, y empezaron a admirarse y a decir: “Pues miren, todos estos que están hablando son galileos,+ ¿verdad? 8 Y sin embargo, ¿cómo es que oímos, cada uno de nosotros, nuestro propio lenguaje en que nacimos? 9 Partos y medos+ y elamitas,+ y los habitantes de Mesopotamia, y de Judea+ y de Capadocia,+ de Ponto+ y del [distrito de] Asia,+ 10 y de Frigia+ y de Panfilia,+ de Egipto y de las partes de Libia, que está hacia Cirene, y residentes temporales procedentes de Roma, tanto judíos como prosélitos,*+ 11 cretenses+ y árabes,+ los oímos hablar en nuestras lenguas acerca de las cosas magníficas de Dios”. 12 Sí, todos estaban pasmados y perplejos, y se decían unos a otros: “¿Qué querrá decir esto?”. 13 Sin embargo, otros se mofaban de ellos y decían: “Están llenos de vino dulce”.+
14 Pero Pedro se puso de pie con los once+ y levantó la voz y les hizo esta expresión: “Varones de Judea y todos ustedes los que son habitantes de Jerusalén,+ séales conocido esto, y presten oído a mis dichos. 15 Estos, de hecho, no están borrachos,+ como suponen ustedes, pues es la hora tercera* del día. 16 Por el contrario, esto es lo que se dijo por medio del profeta Joel: 17 ‘“Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu*+ sobre toda clase de carne,* y sus hijos y sus hijas profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos* soñarán sueños;+ 18 y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán.+ 19 Y daré portentos presagiosos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo;+ 20 el sol+ será convertido en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová.*+ 21 Y todo el que invoque el nombre de Jehová* será salvo”’.+
22 ”Varones de Israel, oigan estas palabras: A Jesús el Nazareno,+ varón públicamente mostrado por Dios a ustedes mediante obras poderosas+ y portentos presagiosos y señales que Dios hizo mediante él en medio de ustedes,+ así como ustedes mismos lo saben, 23 a este [hombre], como uno entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios,+ ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados, y lo eliminaron.+ 24 Pero Dios lo resucitó+ desatando los dolores de la muerte,+ porque no era posible que él continuara retenido por ella.+ 25 Porque David dice tocante a él: ‘Tenía a Jehová* constantemente ante mis ojos; porque está a mi diestra para que yo nunca sea sacudido.+ 26 A causa de esto se alegró mi corazón y se regocijó mucho mi lengua. Además, hasta mi carne residirá en esperanza;+ 27 porque no dejarás mi alma en el Hades,* ni permitirás que el que te es leal vea corrupción.+ 28 Me has dado a conocer los caminos de la vida, me llenarás de alegría con tu rostro’.+
29 ”Varones, hermanos, es permisible hablarles con franqueza de expresión respecto al cabeza de familia David, que falleció+ y también fue sepultado, y su tumba está entre nosotros hasta este día. 30 Por lo tanto, porque era profeta y sabía que Dios* le había jurado con juramento que sentaría a uno del fruto de sus lomos* sobre su trono,+ 31 vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción.+ 32 A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos.+ 33 Por eso, debido a que fue ensalzado a* la diestra de Dios+ y recibió del Padre el espíritu santo prometido,+ él ha derramado esto que ustedes ven y oyen. 34 De hecho, David no ascendió a los cielos,+ sino que él mismo dice: ‘Jehová* dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra,+ 35 hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”’.+ 36 Por lo tanto, sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor+ y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero”.*+
37 Ahora bien, cuando aquellos oyeron esto se sintieron heridos en el corazón,+ y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?”.+ 38 Pedro les [dijo]: “Arrepiéntanse,+ y bautícese+ cada uno de ustedes en el nombre+ de Jesucristo para perdón+ de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita+ del espíritu santo. 39 Porque la promesa+ es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos,+ para cuantos llame a sí Jehová* nuestro Dios”.+ 40 Y con muchas otras palabras dio testimonio cabal y siguió exhortándolos, diciendo: “Sálvense de esta generación torcida”.+ 41 Por lo tanto, los que abrazaron su palabra de buena gana fueron bautizados,+ y en aquel día unas tres mil almas fueron añadidas.+ 42 Y continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles y a compartir [unos con otros],*+ a tomar comidas*+ y a oraciones.+
43 En realidad, empezó a sobrevenirle temor a toda alma, y muchos portentos presagiosos y señales ocurrían mediante los apóstoles.+ 44 Todos los que se hacían creyentes estaban juntos, teniendo todas las cosas en común,+ 45 y se pusieron a vender sus posesiones+ y propiedades y a distribuir el [producto] a todos, según la necesidad que cualquiera tuviera.+ 46 Y día tras día asistían constantemente y de común acuerdo al templo,+ y tomaban sus comidas en hogares particulares* y participaban del alimento con gran regocijo+ y sinceridad de corazón, 47 alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo.+ Al mismo tiempo, Jehová* continuó uniendo+ diariamente a ellos los que se iban salvando.+
3 Ahora bien, Pedro y Juan iban subiendo al templo para la hora de oración, la hora nona,*+ 2 y a cierto varón que era cojo desde la matriz de su madre+ lo llevaban, y diariamente lo ponían cerca de la puerta del templo que se llamaba Hermosa,+ para que pidiera dádivas de misericordia a los que entraban en el templo.+ 3 Cuando este alcanzó a ver a Pedro y a Juan, que estaban a punto de entrar en el templo, empezó a solicitar el recibir dádivas de misericordia.+ 4 Mas Pedro, junto con Juan, lo miró con fijeza+ y dijo: “Míranos”. 5 De modo que él fijó su atención en ellos, esperando conseguir algo de ellos. 6 Sin embargo, Pedro dijo: “Plata y oro no poseo, pero lo que tengo es lo que te doy:+ ¡En el nombre de Jesucristo el Nazareno,+ anda!”.+ 7 Con eso, lo asió de la mano derecha+ y lo levantó. Al instante se le pusieron firmes las plantas de los pies y los huesos de los tobillos;+ 8 y, dando un salto,+ se puso de pie y echó a andar, y entró con ellos en el templo,+ andando y saltando y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo+ alcanzó a verlo andando y alabando a Dios. 10 Además, empezaron a reconocerlo, que este era el hombre que solía sentarse para [pedir] dádivas de misericordia en la Puerta Hermosa+ del templo, y se llenaron de pasmo y éxtasis+ por lo que le había acontecido.
11 Entonces, mientras el hombre tenía asidos a Pedro y a Juan, todo el pueblo, sorprendido casi fuera de sí, concurrió a ellos en lo que se llamaba la columnata de Salomón.+ 12 Al ver esto Pedro, dijo al pueblo: “Varones de Israel, ¿por qué están admirados de esto, o por qué nos miran con fijeza como si fuera por poder personal o devoción piadosa que hubiéramos hecho que él anduviera?+ 13 El Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob,+ el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado+ a su Siervo,+ Jesús, a quien ustedes, por su parte, entregaron+ y repudiaron ante el rostro de Pilato, cuando él había decidido ponerlo en libertad.+ 14 Sí, ustedes repudiaron a aquel santo y justo,+ y pidieron que se les concediera de gracia un varón, un asesino,+ 15 mientras que mataron al Agente Principal de la vida.+ Pero Dios lo ha levantado de entre los muertos, del cual hecho nosotros somos testigos.+ 16 Por consiguiente, su nombre, por [nuestra] fe en su nombre, ha hecho fuerte a este hombre a quien ustedes contemplan y conocen, y la fe que es mediante él ha dado al hombre esta completa sanidad a vista de todos ustedes. 17 Y ahora, hermanos, yo sé que obraron por ignorancia,+ así como también lo hicieron sus gobernantes.+ 18 Pero Dios ha cumplido de esta manera las cosas que anunció de antemano por boca de todos los profetas, que su Cristo sufriría.+
19 ”Arrepiéntanse,+ por lo tanto, y vuélvanse+ para que sean borrados sus pecados,+ para que vengan tiempos* de refrigerio+ de parte de la persona* de Jehová* 20 y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí*+ hasta los tiempos de la restauración+ de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas+ de tiempo antiguo. 22 De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová* Dios les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí.+ Tienen que escucharle conforme a todas las cosas que él les hable.+ 23 En verdad, cualquier alma* que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo’.+ 24 Y todos los profetas, de hecho, desde Samuel en adelante y los que siguieron en sucesión, cuantos han hablado, también han declarado estos días patentemente.+ 25 Ustedes son los hijos+ de los profetas y del pacto que Dios pactó con sus antepasados, al decir a Abrahán: ‘Y en tu descendencia* serán bendecidas todas las familias de la tierra’.+ 26 A ustedes primero+ Dios, después de haber levantado a su Siervo, lo ha enviado para que los bendijera, apartando, a cada uno, de sus hechos inicuos.”
4 Ahora bien, mientras los [dos]* hablaban al pueblo, se les presentaron los sacerdotes principales y el capitán del templo+ y los saduceos,+ 2 molestos porque ellos enseñaban al pueblo y declaraban patentemente la resurrección de entre los muertos en el caso de Jesús;+ 3 y les echaron mano y los pusieron en custodia hasta el día siguiente,+ porque ya entraba la noche. 4 Sin embargo, muchos de los que habían escuchado el discurso creyeron,+ y el número de los varones llegó a ser como de cinco mil.+
5 Al día siguiente se efectuó en Jerusalén la reunión de sus gobernantes y de los ancianos* y de los escribas+ 6 (también de Anás+ el sacerdote principal, y de Caifás,+ y de Juan, y de Alejandro, y de cuantos eran de la parentela del sacerdote principal), 7 y los pusieron de pie en medio de ellos y empezaron a inquirir: “¿Con qué poder o en nombre de quién hicieron esto?”.+ 8 Entonces Pedro, lleno de espíritu santo,+ les dijo:
“Gobernantes del pueblo y ancianos, 9 si a nosotros se nos examina este día, sobre la base de una acción buena hecha a un hombre enfermizo,+ en cuanto a por quién ha recibido la salud* este, 10 séales conocido a todos ustedes y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno,+ a quien ustedes fijaron en un madero,*+ pero a quien Dios levantó de entre los muertos,+ por este* se halla este hombre de pie aquí sano delante de ustedes. 11 Esta es ‘la piedra que fue tratada por ustedes los edificadores como de ningún valor, que ha llegado a ser cabeza del ángulo’.+ 12 Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre+ debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”.+
13 Ahora bien, al contemplar la franqueza de Pedro y de Juan, y al percibir que eran hombres iletrados y del vulgo,+ se admiraban. Y empezaron a reconocer, acerca de ellos, que solían estar con Jesús;+ 14 y mirando al hombre que había sido curado, de pie con ellos,+ no tenían nada que replicar.+ 15 De modo que les mandaron salir fuera del salón del Sanedrín, y se pusieron a consultar unos con otros, 16 diciendo: “¿Qué haremos con estos hombres?+ Porque, de hecho, una señal notable ha ocurrido mediante ellos, una que les es manifiesta a todos los habitantes de Jerusalén;+ y no podemos negarlo. 17 Sin embargo, a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, digámosles con amenazas que ya no hablen sobre la base de este nombre a hombre alguno”.+
18 Con eso, los llamaron y les ordenaron que en ningún lugar hicieran expresión alguna ni enseñaran sobre la base del nombre de Jesús. 19 Pero, en respuesta, Pedro y Juan les dijeron: “Si es justo a vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, júzguenlo ustedes mismos. 20 Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído”.+ 21 Así que, habiéndolos amenazado de nuevo, los pusieron en libertad, puesto que no hallaban en qué basarse para castigarlos, y a causa del pueblo,+ porque todos estaban glorificando a Dios por lo que había sucedido; 22 porque el hombre en quien se había efectuado esta señal de curación tenía más de cuarenta años.
23 Después de haber sido puestos en libertad, ellos fueron a su propia gente+ e informaron las cosas que los sacerdotes principales y los ancianos les habían dicho. 24 Al oír esto, ellos levantaron la voz de común acuerdo a Dios+ y dijeron:
“Señor Soberano,*+ tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas [que hay] en ellos,+ 25 y que por espíritu santo dijiste por boca de nuestro antepasado David,+ tu siervo: ‘¿Por qué se pusieron tumultuosas las naciones, y los pueblos meditaron cosas vacías?+ 26 Los reyes de la tierra tomaron su posición y los gobernantes se reunieron en masa como uno solo contra Jehová* y contra su ungido’.*+ 27 De veras, pues, tanto Herodes como Poncio Pilato+ con [hombres de] naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo+ siervo Jesús, a quien tú ungiste,*+ 28 a fin de hacer cuantas cosas tu mano y consejo habían predeterminado que sucedieran.+ 29 Y ahora, Jehová,* da atención a sus amenazas,+ y concede a tus esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo,+ 30 mientras extiendes tú la mano para hacer curaciones y mientras ocurren señales y portentos presagiosos+ mediante el nombre+ de tu santo siervo+ Jesús”.
31 Y cuando hubieron hecho ruego, el lugar donde estaban reunidos fue sacudido;+ y todos sin excepción quedaron llenos del espíritu santo,+ y hablaban la palabra de Dios con denuedo.+
32 Además, la multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y alma,+ y ni siquiera uno de ellos decía que fuera suya propia cosa alguna de las que poseía; más bien, todas las cosas las tenían en común.+ 33 Además, con gran poder los apóstoles continuaron dando el testimonio acerca de la resurrección del Señor Jesús;+ y sobre todos ellos había bondad inmerecida en gran medida. 34 De hecho, no había ningún necesitado entre ellos;+ porque todos los que eran poseedores de campos o de casas los vendían, y traían los valores de las cosas vendidas 35 y los depositaban a los pies de los apóstoles.+ A su vez, se efectuaba distribución+ a cada uno, según tuviera necesidad. 36 Así fue como José, que había recibido de los apóstoles el sobrenombre de Bernabé,+ que traducido significa Hijo del Consuelo, levita, natural de Chipre, 37 puesto que poseía un terreno, lo vendió y trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles.+
5 Sin embargo, cierto varón, por nombre Ananías, junto con Safira su esposa, vendió una posesión 2 y retuvo secretamente parte del precio, de lo cual sabía también su esposa, y trajo solo una parte y la depositó a los pies de los apóstoles.+ 3 Pero Pedro dijo: “Ananías, ¿por qué te ha envalentonado* Satanás+ a tratar con engaño+ al espíritu santo+ y a retener secretamente parte del precio del campo? 4 Mientras permanecía contigo, ¿no permanecía tuyo?, y después que fue vendido, ¿no continuaba bajo tu control? ¿Por qué te propusiste un hecho de esta índole en tu corazón? No has tratado con engaño+ a los hombres, sino a Dios”.+ 5 Al oír estas palabras, Ananías cayó y expiró.+ Y gran temor+ vino sobre todos los que oyeron de ello. 6 Pero los hombres más jóvenes se levantaron, lo envolvieron en paños,+ y, sacándolo, lo enterraron.
7 Luego, después de un intervalo de como tres horas, entró su esposa, ignorando lo que había acontecido. 8 Pedro le dijo: “Dime, ¿vendieron ustedes [dos] el campo en tanto?” Ella dijo: “Sí, en tanto.” 9 Entonces le [dijo] Pedro: “¿Por qué convinieron entre ustedes [dos] en poner a prueba+ el espíritu de Jehová?* ¡Mira! Los pies de los que enterraron a tu esposo están a la puerta, y te sacarán a ti”. 10 Al instante ella cayó a los pies de él y expiró.+ Cuando los jóvenes entraron, la hallaron muerta, y la sacaron y la enterraron al lado de su esposo. 11 Por consiguiente, gran temor vino sobre toda la congregación* y sobre todos los que oyeron de estas cosas.
12 Además, mediante las manos de los apóstoles continuaron efectuándose muchas señales y portentos presagiosos entre el pueblo;+ y todos estaban de común acuerdo en la columnata de Salomón.+ 13 Cierto, ni uno solo de los demás tenía ánimo para unirse a ellos;+ sin embargo, el pueblo los elogiaba.+ 14 Más aún, siguieron añadiéndose creyentes en el Señor, multitudes de varones así como de mujeres;+ 15 de modo que sacaban a los enfermos hasta a los caminos anchos y los ponían allí sobre camitas y camillas, para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.+ 16 También, la multitud de las ciudades alrededor de Jerusalén siguió concurriendo, cargando a los enfermos y a los que eran perturbados por espíritus inmundos, y todos sin excepción eran curados.
17 Pero el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, la entonces existente secta de los saduceos, se levantaron llenos de celos,+ 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en el lugar público de custodia.+ 19 Pero durante la noche el ángel de Jehová*+ abrió las puertas de la prisión,+ los sacó y dijo: 20 “Váyanse, y, puestos de pie en el templo, sigan hablando al pueblo todos los dichos acerca de esta vida”.+ 21 Después de oír esto, ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar.
Ahora bien, cuando llegaron el sumo sacerdote y los que con él estaban, convocaron el Sanedrín y toda la asamblea de los ancianos* de los hijos de Israel,+ y enviaron a la cárcel para que los trajeran. 22 Pero cuando los oficiales llegaron allá, no los hallaron en la prisión. De modo que volvieron y dieron informe, 23 diciendo: “La cárcel la hallamos cerrada con toda seguridad, y a los guardas de pie ante las puertas, pero al abrir no hallamos a nadie dentro”. 24 Pues bien, cuando el capitán del templo así como los sacerdotes principales oyeron estas palabras, quedaron perplejos tocante a estos asuntos, respecto a lo que vendría a resultar de ello.+ 25 Pero llegó cierto hombre y les informó: “¡Miren! Los varones que ustedes pusieron en la prisión están en el templo, puestos de pie y enseñando al pueblo”.+ 26 Entonces el capitán se fue con sus oficiales y procedió a traerlos, pero sin violencia, porque tenían miedo+ de que el pueblo los apedreara.
27 De modo que los trajeron y los pusieron de pie en el salón del Sanedrín. Y el sumo sacerdote los interrogó, 28 y dijo: “Les ordenamos+ positivamente que no siguieran enseñando sobre la base de este nombre, y sin embargo, ¡miren!, han llenado a Jerusalén con su enseñanza,+ y están resueltos a traer la sangre+ de este hombre sobre nosotros”. 29 En respuesta, Pedro y los [otros] apóstoles dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.+ 30 El Dios de nuestros antepasados levantó+ a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo en un madero.*+ 31 A este, Dios lo ensalzó a su diestra+ como Agente Principal+ y Salvador,+ para dar a Israel arrepentimiento+ y perdón de pecados.+ 32 Y nosotros somos testigos de estos asuntos,+ y también lo es el espíritu santo,+ el cual Dios ha dado a los que le obedecen como gobernante”.
33 Cuando oyeron esto, se sintieron cortados profundamente, y querían eliminarlos.+ 34 Pero se levantó cierto hombre en el Sanedrín, un fariseo de nombre Gamaliel,+ maestro de la Ley estimado por todo el pueblo, y dio mandato de que sacaran fuera a los hombres por un momento.+ 35 Y les dijo: “Varones de Israel,+ presten atención a ustedes mismos en cuanto a lo que piensan hacer respecto a estos hombres. 36 Por ejemplo, antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que él mismo era alguien,+ y un número de varones, como cuatrocientos, se unió a su partido.+ Pero él fue eliminado, y todos los que le obedecían fueron dispersados y vinieron a nada. 37 Después de él se levantó Judas el galileo en los días de la inscripción,+ y atrajo gente en pos de sí. Y sin embargo ese hombre pereció, y todos los que le obedecían fueron esparcidos por todas partes. 38 De modo que, en las presentes circunstancias, les digo: No se metan con estos hombres, sino déjenlos (porque si este proyecto o esta obra proviene de hombres, será derribada;+ 39 pero si proviene de Dios,+ no podrán derribarlos);+ de otro modo, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente contra Dios”.+ 40 De modo que le hicieron caso, y, mandando llamar a los apóstoles, los fustigaron,+ y les ordenaron que dejaran de hablar sobre la base del nombre de Jesús,+ y los dejaron ir.
41 Estos, por lo tanto, se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose+ porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor del nombre de él.+ 42 Y todos los días en el templo, y de casa en casa,*+ continuaban sin cesar enseñando+ y declarando las buenas nuevas* acerca del Cristo, Jesús.+
6 Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega*+ contra los judíos de habla hebrea,* porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución* diaria.+ 2 De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir [alimento]* a las mesas.+ 3 Por eso, hermanos, búsquense+ siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría,+ para que los nombremos sobre este asunto necesario; 4 pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”.+ 5 Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo,+ y a Felipe+ y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; 6 y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos.+
7 Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo,+ y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo+ en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes+ empezó a ser obediente+ a la fe.
8 Ahora bien, Esteban, lleno de gracia y de poder, ejecutaba grandes portentos presagiosos y señales+ entre el pueblo. 9 Pero se levantaron ciertos hombres de aquellos de la llamada Sinagoga de los Libertos,* y de los cireneos y alejandrinos+ y de los de Cilicia+ y Asia, para disputar con Esteban; 10 y, sin embargo, no podían mantenerse firmes contra la sabiduría+ y el espíritu con que él hablaba.+ 11 Entonces, en secreto, indujeron a unos varones a decir:+ “Le hemos oído hablar dichos blasfemos+ contra Moisés y contra Dios”. 12 Y alborotaron al pueblo y a los ancianos* y a los escribas, y, cayendo sobre él de repente, lo tomaron por la fuerza y lo condujeron al Sanedrín.+ 13 Y presentaron testigos falsos,+ que dijeron: “Este hombre no cesa de hablar cosas contra este lugar santo y contra la Ley.+ 14 Por ejemplo, le hemos oído decir que este Jesús el Nazareno derribará este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos transmitió”.
15 Y mientras todos los que estaban sentados en el Sanedrín lo miraban con fijeza,+ vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.+
7 Pero el sumo sacerdote dijo: “¿Son así estas cosas?”. 2 Él dijo: “Varones, hermanos y padres, oigan. El Dios de la gloria+ se apareció a nuestro antepasado Abrahán, cuando él estaba en Mesopotamia, antes que se domiciliara en Harán,+ 3 y le dijo: ‘Sal de tu tierra y de tus parientes y ve a la tierra que yo te mostraré’.+ 4 Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se domicilió en Harán. Y de allí, después que hubo muerto su padre,+ [Dios]* hizo que mudara su domicilio a esta tierra donde ustedes ahora moran.+ 5 Y, sin embargo, no le dio ninguna posesión heredable en ella, no, ni lo ancho de un pie;+ pero prometió dársela como posesión,+ y después de él a su descendencia,*+ cuando todavía no tenía hijo.+ 6 Además, Dios habló de esta manera: que su descendencia sería residente forastera+ en una tierra extranjera,+ y la esclavizarían y afligirían por cuatrocientos años.+ 7 ‘Y a esa nación a la cual servirán como esclavos la juzgaré+ yo —dijo Dios—, y después de estas cosas ellos saldrán y me rendirán servicio sagrado* en este lugar.’+
8 ”También le dio un pacto de circuncisión;+ y así él llegó a ser el padre de Isaac+ y lo circuncidó el día octavo;+ e Isaac, de Jacob; y Jacob, de los doce cabezas de familia.+ 9 Y los cabezas de familia se pusieron celosos+ de José y lo vendieron en [manos de] Egipto.+ Pero Dios estaba con él,+ 10 y lo libró de todas sus tribulaciones y le dio gracia y sabiduría a vista de Faraón rey de Egipto. Y él lo nombró para que gobernara a Egipto y a toda su casa.+ 11 Pero vino hambre sobre todo Egipto y Canaán, sí, gran tribulación; y nuestros antepasados no hallaban provisiones.+ 12 Pero Jacob oyó que había comestibles en Egipto,+ y envió a nuestros antepasados por primera vez.+ 13 Y durante la segunda vez José fue dado a conocer a sus hermanos;+ y la estirpe de José vino a serle manifiesta a Faraón.+ 14 De modo que José envió y mandó llamar a Jacob su padre y a todos sus parientes de aquel lugar,+ en número de setenta y cinco almas.*+ 15 Jacob bajó a Egipto.*+ Y falleció;+ e igualmente nuestros antepasados,+ 16 y fueron transferidos a Siquem*+ y fueron puestos en la tumba+ que con dinero de plata Abrahán había comprado a precio a los hijos de Hamor* en Siquem.+
17 ”Justamente cuando se iba acercando el tiempo para [el cumplimiento de] la promesa que Dios había declarado abiertamente a Abrahán, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,+ 18 hasta que se levantó sobre Egipto un rey diferente, que no sabía acerca de José.+ 19 Este empleó astucia estatal en contra de nuestra raza,*+ e injustamente obligó a los padres a exponer a sus criaturas, para que no fueran conservadas con vida.+ 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés,+ y era divinamente hermoso.*+ Y por tres meses fue criado en casa de [su] padre. 21 Mas cuando fue expuesto, lo recogió la hija de Faraón y lo crió como hijo suyo.+ 22 Por consiguiente, Moisés fue instruido en toda la sabiduría+ de los egipcios. De hecho, era poderoso en sus palabras+ y hechos.
23 ”Ahora bien, cuando estaba cumpliéndose el tiempo de su año cuadragésimo, le vino al corazón el inspeccionar a sus hermanos, los hijos de Israel.+ 24 Y cuando alcanzó a ver a alguien a quien se trataba injustamente, lo defendió, y ejecutó venganza a favor del maltratado, derribando al egipcio.+ 25 Suponía que sus hermanos comprenderían que por su mano Dios les daba salvación,+ pero ellos no [lo] comprendieron. 26 Y al día siguiente se presentó a ellos mientras estaban peleando, y trató de avenirlos en paz,+ diciendo: ‘Varones, ustedes son hermanos. ¿Por qué se tratan injustamente el uno al otro?’.+ 27 Pero el que estaba tratando injustamente a su prójimo lo echó de sí, diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros?+ 28 No querrás eliminarme de la misma manera como eliminaste al egipcio ayer, ¿verdad?’.+ 29 Ante esta palabra, Moisés huyó, y se hizo residente forastero en la tierra de Madián,+ donde llegó a ser padre de dos hijos.+
30 ”Y cuando se cumplieron cuarenta años, se le apareció un ángel* en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.+ 31 Pues bien, cuando Moisés vio aquello, se maravilló de la vista.+ Pero al acercarse para investigar, vino la voz de Jehová:* 32 ‘Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob’.+ Sobrecogido de temblor, Moisés no se atrevía a seguir investigando. 33 Jehová* le dijo: ‘Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás de pie es suelo santo.+ 34 Ciertamente he visto el maltrato de mi pueblo que está en Egipto,+ y he oído su gemido+ y he bajado para librarlos.+ Y ahora ven, te enviaré a Egipto’.+ 35 A este Moisés, a quien repudiaron, diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti gobernante y juez?’,+ a este hombre Dios lo envió+ como gobernante y también como libertador* por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este hombre los sacó+ después de efectuar portentos presagiosos y señales en Egipto+ y en el mar Rojo+ y en el desierto por cuarenta años.+
37 ”Este es el Moisés que dijo a los hijos de Israel: ‘Dios* les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí’.+ 38 Este es el+ que llegó a estar entre la congregación+ en el desierto, con el ángel+ que le habló en el monte Sinaí y con nuestros antepasados, y él recibió vivas y sagradas declaraciones formales+ para darlas a ustedes. 39 Nuestros antepasados rehusaron hacerse obedientes a él; antes bien, lo echaron a un lado,+ y en sus corazones se volvieron a Egipto,+ 40 diciendo a Aarón: ‘Haznos dioses que vayan delante de nosotros. Porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le habrá pasado’.+ 41 Así que hicieron un becerro en aquellos días+ y le trajeron un sacrificio al ídolo y se pusieron a gozar en las obras de sus manos.+ 42 De modo que Dios se volvió y los entregó+ a que rindieran servicio sagrado al ejército del cielo, así como está escrito en el libro de los profetas:+ ‘No fue a mí a quien ustedes ofrecieron víctimas y sacrificios por cuarenta años en el desierto, ¿verdad, oh casa de Israel?+ 43 Antes bien, fue la tienda de Moloc+ y la estrella+ del dios Refán lo que ustedes tomaron, las figuras que ustedes hicieron para adorarlas. Por consiguiente, los deportaré+ más allá de Babilonia’.*
44 ”Nuestros antepasados tenían en el desierto la tienda del testimonio,* así como él dio órdenes, cuando habló con Moisés, de que él la hiciera conforme al modelo* que había visto.+ 45 Y nuestros antepasados, que la recibieron en sucesión, también la introdujeron con Josué*+ en la tierra poseída por las naciones,+ a quienes Dios echó fuera de delante de nuestros antepasados.+ Allí permaneció hasta los días de David. 46 Él halló favor+ a vista de Dios y pidió [el privilegio de] proveer* habitación+ para el Dios de Jacob. 47 Sin embargo, Salomón le edificó casa.+ 48 No obstante, el Altísimo no mora en casas* hechas de mano;+ así como dice el profeta: 49 ‘El cielo es mi trono,+ y la tierra es el escabel de mis pies.+ ¿Qué clase de casa edificarán para mí?, dice Jehová.* ¿O cuál es el lugar de mi descanso?+ 50 Mi mano hizo todas estas cosas, ¿no es así?’.+
51 ”Hombres obstinados* e incircuncisos de corazón+ y de oídos, siempre están ustedes resistiendo el espíritu santo; como hicieron sus antepasados, así hacen ustedes.+ 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados?+ Sí, mataron+ a los que de antemano hicieron anuncio respecto a la venida del Justo,+ cuyos traidores y asesinos ustedes ahora han llegado a ser,+ 53 ustedes que recibieron la Ley según fue transmitida por ángeles,*+ pero no la han guardado”.
54 Pues bien, al oír estas cosas se sintieron cortados hasta el corazón,+ y se pusieron a crujir*+ los dientes contra él. 55 Mas él, estando lleno de espíritu santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios,+ 56 y dijo: “¡Miren! Contemplo los cielos abiertos,+ y al Hijo del hombre+ de pie a la diestra de Dios”.+ 57 Ante esto, ellos clamaron a voz en cuello y se pusieron las manos sobre los oídos+ y se precipitaron de común acuerdo sobre él. 58 Y después de echarlo fuera de la ciudad,+ se pusieron a arrojarle piedras.+ Y los testigos+ pusieron sus prendas de vestir exteriores a los pies de un joven llamado Saulo.+ 59 Y siguieron arrojándole piedras a Esteban mientras él hacía petición* y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”.+ 60 Entonces, doblando las rodillas, clamó con fuerte voz: “Jehová,* no les imputes este pecado”.+ Y después de decir esto, se durmió [en la muerte].
8 Saulo, por su parte, aprobaba el asesinato de él.+
En aquel día se levantó gran persecución+ contra la congregación que estaba en Jerusalén; todos salvo los apóstoles fueron esparcidos+ por las regiones de Judea y de Samaria. 2 Pero varones reverentes se llevaron a Esteban para sepultarlo,+ e hicieron gran lamentación+ sobre él. 3 Sin embargo, Saulo empezó a tratar atrozmente a la congregación. Iba invadiendo una casa tras otra y, sacando a rastras tanto a varones como a mujeres, los entregaba a la prisión.+
4 No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra.+ 5 Felipe, uno de estos, bajó a la ciudad de Samaria+ y se puso a predicarles al Cristo. 6 Las muchedumbres prestaban atención de común acuerdo a las cosas que Felipe decía, mientras escuchaban y miraban las señales que él ejecutaba. 7 Porque había muchos que tenían espíritus inmundos,+ y estos clamaban con voz fuerte y salían. Además, muchos paralíticos+ y cojos fueron curados. 8 De modo que llegó a haber mucho gozo en aquella ciudad.+
9 Ahora bien, en la ciudad había cierto varón, Simón por nombre, que, antes de esto, había estado practicando artes mágicas+ y asombrando a la nación de Samaria, mientras decía que él mismo era alguien grande.+ 10 Y todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. 11 De modo que le prestaban atención porque los había asombrado durante mucho tiempo con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios+ y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres.+ 13 Simón mismo también se hizo creyente, y, después de bautizarse, atendía constantemente a Felipe;+ y quedaba asombrado al contemplar las señales y grandes obras poderosas que se efectuaban.
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios,+ les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo.+ 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.+ 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos,+ y ellos empezaron a recibir espíritu santo.
18 Ahora bien, cuando Simón vio que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el espíritu, les ofreció dinero,+ 19 diciendo: “Denme a mí también esta autoridad, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba espíritu santo”. 20 Pero Pedro le dijo: “Perezca tu plata contigo, porque pensaste conseguir posesión de la dádiva gratuita de Dios mediante dinero.+ 21 No tienes tú ni parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto a vista de Dios.+ 22 Arrepiéntete, por lo tanto, de esta maldad tuya, y ruega intensamente a Jehová*+ que, si es posible, se te perdone el proyecto de tu corazón; 23 porque veo que eres* hiel venenosa+ y lazo de injusticia”.+ 24 En respuesta, Simón dijo: “Rueguen ustedes intensamente a Jehová* por mí+ para que no me sobrevenga ninguna de las cosas que han dicho”.
25 Por lo tanto, habiendo dado el testimonio cabalmente, y hablado la palabra de Jehová,* ellos se volvieron a Jerusalén, e iban declarando las buenas nuevas a muchas aldeas de los samaritanos.+
26 Sin embargo, el ángel de Jehová*+ habló a Felipe y dijo: “Levántate y ve hacia el sur, al camino que baja de Jerusalén a Gaza”. (Este es un camino por el desierto árido.) 27 Ante aquello, él se levantó y se fue, y, ¡mira!, un eunuco+ etíope,+ hombre en poder bajo Candace reina de los etíopes, y que estaba sobre todo el tesoro de ella. Él había ido a Jerusalén para adorar,+ 28 pero volvía, y estaba sentado en su carro y leía en voz alta al profeta Isaías.+ 29 De modo que el espíritu dijo+ a Felipe: “Acércate y únete a este carro”. 30 Felipe corrió al lado y le oyó leer en voz alta a Isaías el profeta, y dijo: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. 31 Él dijo: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Y suplicó a Felipe que subiera y se sentara con él. 32 Ahora bien, el pasaje de la Escritura que leía en voz alta era este: “Como oveja fue llevado al degüello; y como cordero que es mudo ante el que lo trasquila, así él no abre su boca.+ 33 Durante su humillación apartaron de él el juicio.+ ¿Quién referirá los detalles de su generación?* Porque su vida se quita de la tierra”.+
34 En respuesta, el eunuco dijo a Felipe: “Ruégote: ¿De quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro hombre?”. 35 Felipe abrió la boca+ y, comenzando por esta Escritura,+ le declaró las buenas nuevas acerca de Jesús. 36 Entonces, siguiendo por el camino, llegaron a cierta masa de agua, y el eunuco dijo: “¡Mira! Agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?”.+ 37* —— 38 Con eso, mandó parar el carro, y ambos bajaron al agua, tanto Felipe como el eunuco; y él lo bautizó. 39 Cuando hubieron subido del agua, el espíritu de Jehová* prontamente condujo a otro lugar a Felipe,+ y el eunuco no lo vio más, porque siguió su camino regocijándose. 40 Pero Felipe se halló en Asdod,* y pasó por el territorio y siguió declarando+ las buenas nuevas a todas las ciudades hasta que llegó a Cesarea.+
9 Pero Saulo, respirando todavía amenaza y asesinato+ contra los discípulos+ del Señor, fue al sumo sacerdote 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que pudiera traer atados a Jerusalén a cualesquiera que hallara que pertenecieran al Camino,*+ tanto a varones como a mujeres.
3 Ahora bien, al ir viajando se acercó a Damasco, cuando de repente una luz del cielo fulguró alrededor de él,+ 4 y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”.+ 5 Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo.+ 6 Sin embargo, levántate+ y entra en la ciudad, y se te dirá lo que tienes que hacer”. 7 Ahora bien, los varones que viajaban con él+ estaban parados sin poder hablar,+ oyendo, en realidad, el sonido de una voz,+ pero sin ver a nadie. 8 Entonces Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada.+ De modo que lo llevaron de la mano y lo condujeron a Damasco. 9 Y por tres días no vio nada,+ y ni comió ni bebió.
10 Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías,+ y el Señor le dijo en una visión: “¡Ananías!”. Él dijo: “Aquí estoy, Señor”. 11 El Señor le dijo: “Levántate, ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso.+ Porque, ¡mira!, está orando, 12 y en una visión* ha visto que un varón por nombre Ananías entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista”.+ 13 Pero Ananías contestó: “Señor, he oído de muchos acerca de este varón, cuántas cosas perjudiciales hizo a tus santos en Jerusalén. 14 Y aquí tiene autoridad de parte de los sacerdotes principales para poner en cadenas a todos los que invocan tu nombre”.+ 15 Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido+ para llevar mi nombre a las naciones+ así como a reyes+ y a los hijos de Israel. 16 Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”.+
17 De modo que Ananías se fue, y entró en la casa, y puso las manos sobre él y dijo: “Saulo, hermano, el Señor, el Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo”.+ 18 E inmediatamente cayó de los ojos de él lo que se parecía a escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado, 19 y tomó alimento y cobró fuerza.+
Estuvo por algunos días con los discípulos que había en Damasco,+ 20 e inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús,+ que Este es el Hijo de Dios. 21 Pero todos los que le oían quedaban pasmados y decían: “¿No es este el hombre que en Jerusalén asolaba+ a los que invocan este nombre, y que había venido acá con ese mismo propósito, para conducirlos atados a los sacerdotes principales?”.+ 22 Pero Saulo siguió adquiriendo tanto más poder, y confundía a los judíos que moraban en Damasco al probar lógicamente que este es el Cristo.+
23 Entonces, cuando se cumplía una buena cantidad de días, los judíos entraron en consejo para eliminarlo.+ 24 Sin embargo, el complot de ellos contra él llegó a serle conocido a Saulo. Pero también vigilaban cuidadosamente las puertas tanto de día como de noche para eliminarlo.+ 25 De modo que sus discípulos lo tomaron y lo bajaron de noche por una abertura en el muro, descolgándolo en un cesto.+
26 Al llegar a Jerusalén+ él se esforzó por unirse a los discípulos; pero todos le tenían miedo, porque no creían que fuera discípulo. 27 De modo que Bernabé vino en socorro de él+ y lo condujo a los apóstoles, y les dijo en detalle cómo en el camino este había visto al Señor,+ y que le había hablado,+ y cómo en Damasco+ había hablado denodadamente en el nombre de Jesús. 28 Y él continuó con ellos, entrando y saliendo* en Jerusalén, hablando denodadamente en el nombre del Señor;+ 29 y hablaba y disputaba con los judíos de habla griega.* Pero estos intentaron eliminarlo.+ 30 Cuando los hermanos descubrieron esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.+
31 Entonces, verdaderamente, la congregación+ por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, siendo edificada; y como andaba en el temor de Jehová*+ y en el consuelo del espíritu santo,+ siguió multiplicándose.
32 Ahora bien, puesto que Pedro iba pasando por todas [partes], bajó también a los santos que moraban en Lida.+ 33 Allí halló a cierto hombre de nombre Eneas, que llevaba ocho años de yacer postrado en su camilla, pues era paralítico. 34 Y Pedro le dijo:+ “Eneas, Jesucristo te sana.+ Levántate y haz tu cama”. Y al instante él se levantó. 35 Y lo vieron todos los que habitaban en Lida y en la [llanura de] Sarón,*+ y estos se volvieron al Señor.+
36 Pero en Jope+ había cierta discípula de nombre Tabita, que, traducido, significa Dorcas.* Esta abundaba en buenos hechos+ y en dádivas de misericordia que hacía. 37 Pero en aquellos días sucedió que enfermó y murió. De modo que la lavaron y la pusieron en un aposento de arriba. 38 Ahora bien, como Lida estaba cerca de Jope,+ cuando los discípulos oyeron que Pedro estaba en esta ciudad le despacharon dos varones para suplicar[le]: “Por favor, no titubees* en venir hasta donde estamos”. 39 Ante aquello, Pedro se levantó y fue con ellos. Y cuando llegó, lo condujeron al aposento de arriba; y todas las viudas se le presentaron llorando y exhibiendo muchas prendas de vestir interiores y exteriores+ que Dorcas solía hacer mientras estaba con ellas.+ 40 Pero Pedro hizo salir a todos+ y, doblando las rodillas, oró, y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: “Tabita,* ¡levántate!”. Ella abrió los ojos y, alcanzando a ver a Pedro, se incorporó.+ 41 Dándole la mano, él la levantó,+ y llamó a los santos y a las viudas y la presentó viva.+ 42 Esto llegó a ser conocido por toda Jope, y muchos se hicieron creyentes en el Señor.+ 43 Por espacio de bastantes días él permaneció en Jope+ con cierto Simón, curtidor.+
10 Ahora bien, en Cesarea había cierto varón de nombre Cornelio, oficial del ejército*+ de la banda italiana,+ como se le llamaba, 2 hombre devoto+ y que temía+ a Dios junto con toda su casa, y hacía muchas dádivas de misericordia al pueblo+ y hacía ruego a Dios continuamente.+ 3 Como alrededor de la hora nona*+ del día vio claramente, en una visión,+ que un ángel+ de Dios entraba a donde él estaba, y le decía: “¡Cornelio!”. 4 El hombre lo miró con fijeza y, atemorizándose, dijo: “¿Qué hay, Señor?”. Le dijo: “Tus oraciones+ y dádivas de misericordia han ascendido como recuerdo delante de Dios.+ 5 De modo que ahora envía varones a Jope y manda llamar a cierto Simón que tiene por sobrenombre Pedro. 6 A este lo está hospedando cierto Simón, curtidor, que tiene su casa junto al mar”.+ 7 Luego que el ángel que le habló se fue, él llamó a dos de sus sirvientes de casa y a un soldado devoto de entre los que le atendían constantemente,+ 8 y les contó todo, y los despachó a Jope.+
9 Al día siguiente, mientras ellos iban caminando y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea+ para orar como a la hora sexta.*+ 10 Pero le dio mucha hambre y quiso comer. Mientras hacían preparaciones, a él le sobrevino un arrobamiento,+ 11 y contempló el cielo abierto,+ y cierta clase de receptáculo que descendía como una gran sábana de lino que era bajada por sus cuatro extremos sobre la tierra; 12 y en este había toda suerte de cuadrúpedos y criaturas de la tierra que se arrastran y aves del cielo.+ 13 Y le vino una voz: “¡Levántate, Pedro, degüella* y come!”.+ 14 Pero Pedro dijo: “De ninguna manera, Señor, porque jamás he comido cosa alguna contaminada e inmunda”.+ 15 Y le [habló] de nuevo la voz, por segunda vez: “Deja tú de llamar contaminadas+ las cosas que Dios ha limpiado”. 16 Esto ocurrió una tercera vez, y en seguida el receptáculo fue tomado arriba al cielo.+
17 Ahora bien, estando Pedro muy perplejo en su interior respecto a lo que pudiera significar la visión que había visto, ¡mira!, los varones que habían sido despachados por Cornelio habían preguntado por la casa de Simón y estaban de pie allí a la puerta.+ 18 Y, llamando a voces, preguntaron si se hospedaba allí Simón, que tenía por sobrenombre Pedro. 19 Mientras Pedro repasaba en su mente lo de la visión, el espíritu+ dijo: “¡Mira! Tres* varones te buscan. 20 Levántate, pues, baja y vete con ellos, sin dudar nada, porque yo los he despachado”.+ 21 De modo que Pedro bajó a donde estaban los varones y dijo: “¡Miren! Yo soy el que buscan. ¿Cuál es la causa por la que están presentes?”. 22 Ellos dijeron: “Cornelio, oficial del ejército, varón justo y que teme a Dios,+ y acerca de quien da buen informe+ toda la nación de los judíos, recibió instrucciones divinas,* mediante un santo ángel, de que te enviara a decir que vinieras a su casa y de que oyera las cosas que tú dijeras”. 23 Por lo tanto él los invitó a entrar y los hospedó.
Al día siguiente se levantó y se fue con ellos, y algunos de los hermanos que eran de Jope fueron con él. 24 El día después de aquello entró en Cesarea. Cornelio, por supuesto, los esperaba, y había convocado a sus parientes y a sus amigos íntimos. 25 Al momento en que entraba Pedro, Cornelio salió a su encuentro, cayó a sus pies y le rindió homenaje. 26 Pero Pedro lo alzó, y dijo: “Levántate; yo mismo también soy hombre”.+ 27 Y conversando con él, entró y halló reunidas a muchas personas, 28 y les dijo: “Bien saben ustedes cuán ilícito le es a un judío unirse o acercarse a un hombre de otra raza;+ y, no obstante, Dios me ha mostrado que no debo llamar contaminado o inmundo a ningún hombre.+ 29 Por lo tanto vine, verdaderamente sin oponerme, cuando se me mandó llamar. Así es que pregunto por qué razón mandaron a llamarme”.
30 Por consiguiente, Cornelio dijo: “Cuatro días atrás, contando desde esta hora, yo estaba orando en mi casa a la hora nona,*+ cuando, ¡mira!, un varón con ropaje brillante+ estuvo de pie delante de mí 31 y dijo: ‘Cornelio, tu oración ha sido oída favorablemente y tus dádivas de misericordia han sido recordadas delante de Dios.+ 32 Envía, pues, a Jope, y llama a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.+ Este está hospedado en casa de Simón, curtidor, junto al mar’.+ 33 Por eso en seguida envié a donde ti, e hiciste bien en venir acá. Y así es que ahora todos estamos presentes delante de Dios para oír todas las cosas que Jehová* te ha mandado decir”.+
34 Ante aquello, Pedro abrió la boca y dijo: “Con certeza percibo que Dios no es parcial,+ 35 sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.+ 36 Él envió la palabra+ a los hijos de Israel para declararles las buenas nuevas de paz+ mediante Jesucristo: Este es Señor de todos [los demás].+ 37 Ustedes conocen el tema acerca del cual se habló por toda Judea, comenzando desde Galilea después del bautismo que Juan predicó,+ 38 a saber, Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo+ y poder, y fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los [que eran] oprimidos por el Diablo;+ porque Dios estaba con él.+ 39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo tanto en el país de los judíos como en Jerusalén; pero ellos también lo eliminaron colgándolo en un madero.*+ 40 Dios levantó a Este al tercer día y le concedió manifestarse,+ 41 no a todo el pueblo, sino a testigos nombrados de antemano por Dios,+ a nosotros, que comimos y bebimos con él+ después que se levantó de entre los muertos. 42 También, nos ordenó que predicáramos+ al pueblo y que diéramos testimonio cabal de que este es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos y de muertos.+ 43 De él dan testimonio todos los profetas,+ que todo el que pone fe en él consigue perdón de pecados mediante su nombre”.+
44 Mientras Pedro todavía estaba hablando acerca de estos asuntos, el espíritu santo cayó sobre todos los que oían la palabra.+ 45 Y los fieles que habían venido con Pedro que eran de los circuncisos estaban asombrados, porque la dádiva gratuita del espíritu santo también estaba siendo derramada sobre gente de las naciones.+ 46 Pues los oían hablar en lenguas y engrandecer a Dios.+ Entonces Pedro respondió: 47 “¿Puede alguien negar el agua de modo que no sean bautizados estos,+ que han recibido el espíritu santo igual que nosotros?”. 48 Con eso, mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo.+ Entonces ellos le solicitaron que permaneciera algunos días.
11 Ahora bien, los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea oyeron que también gente de las naciones+ había recibido la palabra de Dios. 2 Por eso, cuando Pedro subió a Jerusalén, los [apoyadores] de la circuncisión+ se pusieron a contender con él, 3 diciendo que había entrado en casa de varones que no eran circuncisos y había comido con ellos. 4 Entonces Pedro comenzó y pasó a explicarles los detalles, diciendo:
5 “Yo estaba en la ciudad de Jope orando, y vi en un arrobamiento una visión: alguna clase de receptáculo que descendía como una gran sábana de lino que era bajada por sus cuatro extremos desde el cielo, y vino hasta mí. 6 Mirando en este con fijeza, hice observaciones, y vi cuadrúpedos de la tierra y bestias salvajes y criaturas que se arrastran y aves del cielo.+ 7 También oí una voz que me decía: ‘¡Levántate, Pedro, degüella y come!’.+ 8 Pero dije: ‘De ninguna manera, Señor, porque ninguna cosa contaminada o inmunda ha entrado jamás en mi boca’.+ 9 Por segunda vez la voz del cielo contestó: ‘Deja tú de llamar contaminadas las cosas que Dios ha limpiado’.+ 10 Esto ocurrió por tercera vez, y todo fue recogido de nuevo al cielo.+ 11 También, ¡miren!, en aquel instante tres varones estuvieron de pie delante de la casa donde estábamos, pues habían sido despachados a mí desde Cesarea.+ 12 De modo que el espíritu+ me dijo que fuera con ellos, sin dudar nada. Pero estos seis hermanos también fueron conmigo, y entramos en la casa del varón.+
13 ”Él nos informó cómo vio al ángel estar de pie en su casa y decir: ‘Despacha varones a Jope y envía a llamar a Simón que tiene por sobrenombre Pedro,+ 14 y él te hablará las cosas por las cuales se salven tú y toda tu casa’.+ 15 Pero cuando comencé a hablar, el espíritu santo cayó sobre ellos así como también había caído sobre nosotros en [el] principio.+ 16 Con esto recordé el dicho del Señor, cómo decía: ‘Juan, por su parte, bautizó con agua,+ pero ustedes serán bautizados en espíritu santo’.+ 17 Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma dádiva gratuita que también dio a nosotros los que hemos creído en el Señor Jesucristo,+ ¿quién era yo para poder estorbar a Dios?”.+
18 Ahora bien, cuando oyeron estas cosas, ellos asintieron,+ y glorificaron a Dios,+ y dijeron: “¡Conque Dios ha concedido también a gente de las naciones arrepentimiento con la vida como objeto!”.+
19 Por consiguiente, los que habían sido esparcidos+ por la tribulación que se había levantado a causa de Esteban pasaron hasta Fenicia+ y Chipre+ y Antioquía, pero no hablaban la palabra a nadie sino únicamente a los judíos.+ 20 Sin embargo, de entre ellos hubo algunos varones de Chipre y de Cirene que vinieron a Antioquía y se pusieron a hablar a la gente de habla griega,*+ declarando las buenas nuevas del Señor Jesús.+ 21 Además, con ellos estaba la mano de Jehová,*+ y un gran número de personas que se hicieron creyentes se volvió al Señor.+
22 El relato acerca de ellos llegó a los oídos de la congregación que estaba en Jerusalén, y estos enviaron a Bernabé+ hasta Antioquía. 23 Cuando él llegó y vio la bondad inmerecida+ de Dios, se regocijó+ y empezó a animar a todos a continuar en el Señor con propósito de corazón;+ 24 porque era un varón bueno y lleno de espíritu santo y de fe. Y se añadió una muchedumbre considerable al Señor.+ 25 Entonces él se fue a Tarso+ a buscar con detenimiento a Saulo+ 26 y, al hallarlo, lo trajo a Antioquía. Así sucedió que por un año entero se reunieron con ellos en la congregación y enseñaron a una muchedumbre bastante grande, y fue primero en Antioquía donde a los discípulos por providencia divina se les llamó* cristianos.*+
27 Ahora bien, en estos días unos profetas+ bajaron de Jerusalén a Antioquía. 28 Uno de ellos, por nombre Ágabo,+ se levantó, y por el espíritu procedió a indicar que una gran hambre estaba para venir sobre toda la tierra habitada;+ la cual, de hecho, tuvo lugar en el tiempo de Claudio. 29 Así que aquellos de los discípulos resolvieron, cada uno de ellos según los medios que tenía,+ enviar una ministración de socorro+ a los hermanos que moraban en Judea; 30 y lo hicieron, despachándola a los ancianos* por mano de Bernabé y de Saulo.+
12 Por aquel mismo tiempo, Herodes* el rey extendió las manos para maltratar+ a algunos de la congregación. 2 Con la espada+ eliminó a Santiago hermano de Juan.+ 3 Como vio que esto fue del agrado de los judíos,+ prosiguió a arrestar también a Pedro. (Sucedió que eran aquellos los días de las tortas no fermentadas.)+ 4 Y apoderándose de él, lo puso en la prisión,+ y lo entregó a cuatro relevos de cuatro soldados cada uno para que lo guardaran, puesto que tenía la intención de presentarlo al pueblo después de la pascua.+ 5 Por consiguiente, Pedro estaba guardado en la prisión; pero con intensidad la congregación se ocupaba en orar+ a Dios por él.
6 Entonces, cuando Herodes estaba a punto de presentarlo, aquella noche Pedro dormía sujetado con dos cadenas entre dos soldados, y guardas que estaban delante de la puerta guardaban la prisión. 7 Pero, ¡mira!, el ángel de Jehová* estuvo de pie+ allí, y una luz resplandeció en la celda de la prisión. Dando un golpe a Pedro en el costado, lo despertó,+ y dijo: “¡Levántate pronto!”. Y las cadenas se le cayeron+ de las manos. 8 El ángel+ le dijo: “Cíñete y átate las sandalias”. Así lo hizo. Por último le dijo: “Ponte tu prenda de vestir exterior+ y ven siguiéndome”. 9 Y él salió e iba siguiéndolo, pero no sabía que era realidad lo que estaba aconteciendo mediante el ángel. De hecho, suponía que estaba viendo una visión.+ 10 Pasando por la primera guardia de centinelas, y por la segunda, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, y esta se les abrió por sí misma.+ Y después de salir, siguieron adelante por una calle, y en seguida el ángel se apartó de él. 11 Y Pedro, volviendo en sí, dijo: “Ahora sé realmente que Jehová* envió su ángel+ y me libró+ de la mano de Herodes y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba”.
12 Y después de considerarlo, fue a la casa de María la madre de Juan el que tenía por sobrenombre Marcos,+ donde muchos estaban reunidos y orando. 13 Cuando tocó a la puerta de la entrada, una sirvienta de nombre Rode vino a atender a la llamada, 14 y, al reconocer la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corrió adentro e informó que Pedro estaba de pie delante de la entrada. 15 Ellos le dijeron: “Estás loca”. Pero ella siguió afirmando vigorosamente que era así. Ellos empezaron a decir: “Es su ángel”.+ 16 Pero Pedro permaneció allí tocando. Cuando abrieron, lo vieron, y quedaron pasmados. 17 Pero él les hizo señas+ con la mano para que callaran, y les dijo en detalle cómo Jehová* lo había sacado de la prisión, y dijo: “Informen estas cosas a Santiago+ y a los hermanos”. Con eso, salió y caminó a otro lugar.
18 Entonces, cuando se hizo de día,+ hubo una conmoción no pequeña entre los soldados sobre qué, verdaderamente, habría sido de Pedro. 19 Herodes+ lo buscó con diligencia y, al no hallarlo, sometió a examen a los guardas y mandó que se los llevaran [al castigo];+ y bajó de Judea a Cesarea y pasó algún tiempo allí.
20 Ahora él estaba con ánimos de pelear contra los tirios y sidonios. De modo que ellos vinieron* a él de común acuerdo y, habiendo persuadido a Blasto, que tenía a su cargo el dormitorio del rey, se pusieron a pedir la paz, porque su país se proveía de alimento+ del [país] del rey. 21 Pero en un día determinado Herodes se vistió de ropaje real y se sentó sobre el tribunal y empezó a pronunciarles un discurso público. 22 A su vez, el pueblo congregado empezó a gritar: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”.+ 23 Al instante el ángel de Jehová* lo hirió,+ porque no dio la gloria a Dios;+ y llegó a estar comido de gusanos, y expiró.
24 Pero la palabra+ de Jehová* siguió creciendo y difundiéndose.+
25 En cuanto a Bernabé+ y Saulo, después que hubieron llevado a cabo por completo la ministración de socorro+ en Jerusalén, volvieron y tomaron consigo a Juan,+ el que tenía por sobrenombre Marcos.
13 Ahora bien, había en Antioquía profetas+ y maestros en la congregación local: tanto Bernabé como Symeón, que se llamaba Niger, y Lucio+ de Cirene, y Manaén, que se había educado con Herodes el gobernante de distrito,* y Saulo. 2 Mientras ellos estaban ministrando+ públicamente a Jehová* y ayunando, el espíritu santo dijo: “De todas las personas apártenme a Bernabé y a Saulo+ para la obra a que los he llamado”. 3 Entonces ayunaron y oraron y les impusieron las manos+ y los dejaron ir.
4 Por consiguiente, estos hombres, enviados por el espíritu santo, bajaron a Seleucia, y de allí se embarcaron para Chipre. 5 Y cuando llegaron a estar en Salamina se pusieron a publicar la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían a Juan+ también como servidor.
6 Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, encontraron a cierto hombre, hechicero, falso profeta,+ un judío cuyo nombre era Bar-Jesús, 7 y él estaba con el procónsul* Sergio Paulo, varón inteligente. Llamando a sí a Bernabé y a Saulo, este hombre procuró solícitamente oír la palabra de Dios. 8 Pero Elimas el hechicero (así, de hecho, se traduce su nombre) empezó a oponerse a ellos,+ procurando apartar de la fe al procónsul. 9 Saulo, que también es Pablo,* llenándose de espíritu santo, lo miró fijamente 10 y dijo: “Oh hombre lleno de toda suerte de fraude y toda suerte de villanía, hijo del Diablo,+ enemigo de todo lo justo, ¿no cesarás de torcer los caminos correctos de Jehová?* 11 Ahora pues, ¡mira!, la mano de Jehová* está sobre ti, y estarás ciego, y no verás la luz del sol por un espacio de tiempo”. Al instante cayeron sobre él neblina espesa y oscuridad, y andaba alrededor buscando hombres que lo llevaran de la mano.+ 12 Entonces el procónsul,+ al ver lo que había acontecido, se hizo creyente, pues quedó atónito por la enseñanza de Jehová.*
13 Los hombres, junto con Pablo, entonces se hicieron a la mar desde Pafos y llegaron a Perga de Panfilia.+ Pero Juan+ se retiró de ellos y se volvió+ a Jerusalén. 14 Ellos, sin embargo, siguieron adelante desde Perga y llegaron a Antioquía de Pisidia y, entrando en la sinagoga+ en el día de sábado, tomaron asiento. 15 Después de la lectura pública de la Ley+ y de los Profetas, los presidentes+ de la sinagoga enviaron a decirles: “Varones, hermanos, si tienen alguna palabra de estímulo para el pueblo, díganla”. 16 Entonces Pablo se levantó, y haciendo señas+ con la mano, dijo:
“Varones, israelitas y ustedes [los demás] que temen a Dios, oigan.+ 17 El Dios de este pueblo Israel escogió a nuestros antepasados, y ensalzó al pueblo durante su residencia forastera en la tierra de Egipto, y con brazo alzado los sacó de ella.+ 18 Y por un período de como cuarenta años+ soportó su manera de actuar en el desierto. 19 Después de destruir a siete naciones en la tierra de Canaán, distribuyó por suerte la tierra de ellos:+ 20 todo eso durante unos cuatrocientos cincuenta años.
”Y después de estas cosas* les dio jueces hasta Samuel el profeta.+ 21 Pero desde entonces demandaron un rey,+ y Dios les dio a Saúl hijo de Quis, varón de la tribu de Benjamín,+ por cuarenta años. 22 Y después de removerlo,+ les levantó a David como rey,+ acerca de quien dio testimonio y dijo: ‘He hallado a David hijo de Jesé,+ varón agradable a mi corazón,+ que hará todas las cosas que yo deseo’.+ 23 De la prole+ de este [hombre], según su promesa, Dios ha traído a Israel un salvador,+ Jesús, 24 después que Juan,+ antes de la entrada de Aquel,+ había predicado públicamente a todo el pueblo de Israel bautismo [en símbolo] de arrepentimiento. 25 Pero cuando Juan estaba cumpliendo su carrera, decía: ‘¿Qué suponen que soy? No soy él.* Pero, ¡miren!, después de mí viene uno de quien no soy digno de desatar las sandalias de sus pies’.+
26 ”Varones, hermanos, ustedes los hijos de la cepa de Abrahán y los [demás] entre ustedes que temen a Dios, la palabra de esta salvación ha sido enviada a nosotros.+ 27 Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no conocieron a Este,+ sino que, al ejercer las funciones de jueces, cumplieron las cosas dichas por voz de los Profetas,+ las cuales se leen en voz alta todos los sábados, 28 y, aunque no hallaron en él causa alguna de muerte,+ exigieron de Pilato que fuera ejecutado.+ 29 Ahora bien, cuando hubieron llevado a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él,+ lo bajaron del madero*+ y lo pusieron en una tumba conmemorativa.+ 30 Pero Dios lo levantó de entre los muertos;+ 31 y por muchos días se hizo visible a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son testigos de él al pueblo.+
32 ”De modo que nosotros estamos declarándoles las buenas nuevas acerca de la promesa hecha a los antepasados,+ 33 que Dios la ha cumplido enteramente para con nosotros los hijos de ellos* al haber resucitado a Jesús;+ así como está escrito en el salmo segundo: ‘Tú eres mi hijo, este día he llegado a ser tu Padre’.+ 34 Y ese hecho de que lo resucitó de entre los muertos destinado a nunca más volver a la corrupción, lo ha declarado de esta manera: ‘Les daré las bondades amorosas para con David, que son fieles’.+ 35 Por eso también dice en otro salmo: ‘No permitirás que el que te es leal vea corrupción’.+ 36 Porque David,+ por una parte, sirvió según la voluntad expresa de Dios en su propia generación, y se durmió [en la muerte], y fue puesto con sus antepasados y sí vio corrupción.+ 37 Por otra parte, aquel a quien Dios levantó no vio corrupción.+
38 ”Por lo tanto, séales conocido, hermanos, que mediante Este se les está publicando perdón de pecados;+ 39 y que de todas las cosas de las cuales no podían ser declarados sin culpa mediante la ley de Moisés,+ todo el que cree es declarado sin culpa por medio de Este.+ 40 Por lo tanto, cuiden que no les sobrevenga lo que se dice en los Profetas: 41 ‘Contémplenlo, escarnecedores, y admírense de ello, y desaparezcan, porque obro una obra en sus días, una obra que ustedes de ninguna manera creerán aunque alguien se la contara en detalle’”.+
42 Ahora bien, cuando ellos iban saliendo, la gente se puso a suplicar que se le hablara de estos asuntos el sábado siguiente.+ 43 De modo que, una vez disuelta la asamblea de la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos que adoraban [a Dios]* siguieron a Pablo y a Bernabé,+ los cuales, al hablarles, los instaban+ a continuar en la bondad inmerecida de Dios.+
44 El sábado siguiente casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra de Jehová.*+ 45 Cuando los judíos alcanzaron a ver las muchedumbres, se llenaron de celos,+ y se pusieron a contradecir con blasfemias las cosas que Pablo hablaba.+ 46 De modo que, hablando con denuedo, Pablo y Bernabé dijeron: “Era necesario que la palabra de Dios se les hablara primero a ustedes.+ Puesto que la están echando+ de ustedes y no se juzgan dignos de vida eterna, ¡miren!, nos volvemos a las naciones.+ 47 De hecho, Jehová* nos ha impuesto el mandamiento con estas palabras: ‘Te he nombrado como luz de naciones,+ para que seas una salvación hasta la extremidad* de la tierra’”.+
48 Al oír esto los de las naciones, empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová,*+ y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes.+ 49 Además, la palabra de Jehová* siguió llevándose por todo el país.+ 50 Pero los judíos+ alborotaron a las mujeres estimables que adoraban [a Dios],* y a los hombres prominentes de la ciudad, y levantaron una persecución+ contra Pablo y Bernabé, y los echaron fuera de sus límites. 51 Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos+ y se fueron a Iconio. 52 Y los discípulos continuaron llenos de gozo+ y de espíritu santo.
14 Ahora bien, en Iconio+ entraron juntos en la sinagoga+ de los judíos y hablaron de tal manera que una gran multitud tanto de judíos como de griegos+ se hicieron creyentes. 2 Pero los judíos que no creyeron alborotaron+ las almas de gente de las naciones contra los hermanos e influyeron en ellas de mala manera.+ 3 Por lo tanto, ellos pasaron bastante tiempo hablando con denuedo por la autoridad de Jehová,* quien daba testimonio de la palabra de su bondad inmerecida, concediendo que mediante las manos de ellos ocurrieran señales y portentos presagiosos.+ 4 Sin embargo, la multitud de la ciudad se dividió, y algunos estaban por los judíos, pero otros por los apóstoles. 5 Ahora bien, cuando se produjo un esfuerzo violento tanto de parte de gente de las naciones como de judíos con sus gobernantes, para tratarlos con insolencia y tirarles piedras,+ 6 ellos, cuando esto se les informó, huyeron+ a las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe y su comarca; 7 y allí siguieron declarando las buenas nuevas.+
8 Ahora bien, en Listra estaba sentado cierto varón imposibilitado de los pies, cojo desde la matriz de su madre,+ y no había andado nunca. 9 Este estaba escuchando hablar a Pablo, el cual, mirándolo fijamente, y viendo que tenía fe+ para recibir la salud,* 10 dijo con voz fuerte: “Levántate erguido sobre tus pies”. Y él se levantó de un salto, y echó a andar.+ 11 Y las muchedumbres, viendo lo que Pablo había hecho, levantaron la voz y dijeron en la lengua licaónica: “¡Los dioses+ se han hecho como humanos y han bajado a nosotros!”. 12 Y se pusieron a llamar Zeus* a Bernabé, pero Hermes* a Pablo, puesto que este era el que llevaba la delantera al hablar. 13 Y el sacerdote de Zeus, cuyo [templo] estaba delante de la ciudad,* trajo toros y guirnaldas a las puertas, y deseaba ofrecer sacrificios+ con las muchedumbres.
14 Sin embargo, cuando los apóstoles Bernabé y Pablo oyeron de ello, se rasgaron las prendas de vestir exteriores y se lanzaron entre la muchedumbre, clamando 15 y diciendo: “Varones, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos+ que tenemos sufrimientos+ igual que ustedes, y les estamos declarando las buenas nuevas, para que se vuelvan de estas cosas vanas+ al Dios vivo,+ que hizo el cielo+ y la tierra y el mar y todas las cosas [que hay] en ellos. 16 En las generaciones pasadas él permitió a todas las naciones seguir adelante en sus caminos,+ 17 aunque, verdaderamente, no se dejó a sí mismo sin testimonio, por cuanto hizo bien,+ dándoles lluvias+ desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría”.+ 18 Y aun diciendo estas cosas, apenas pudieron hacer que las muchedumbres desistieran de hacerles sacrificios.
19 Pero unos judíos llegaron de Antioquía y de Iconio y persuadieron a las muchedumbres,+ y apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, imaginándose que estaba muerto.+ 20 Sin embargo, cuando los discípulos lo cercaron, él se levantó y entró en la ciudad. Y al día siguiente partió con Bernabé para Derbe.+ 21 Y después de declarar las buenas nuevas a aquella ciudad y de hacer una buena cantidad de discípulos,+ volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo las almas de los discípulos,+ animándolos a permanecer en la fe, y [diciendo]: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”.+ 23 Además, les nombraron* ancianos+ en cada congregación y, haciendo oración con ayunos,+ los encomendaron a Jehová,*+ en quien habían llegado a creer.
24 Y pasaron a través de Pisidia y entraron en Panfilia,+ 25 y, después de hablar la palabra* en Perga, bajaron a Atalia. 26 Y de allí se embarcaron para Antioquía,+ donde habían sido encomendados a la bondad inmerecida de Dios para la obra que habían ejecutado completamente.+
27 Cuando hubieron llegado y hubieron reunido a la congregación, procedieron a contar+ las muchas cosas que Dios había hecho mediante ellos, y que había abierto a las naciones la puerta a* la fe.+ 28 De modo que pasaron no poco tiempo con los discípulos.
15 Y ciertos hombres bajaron de Judea+ y se pusieron a enseñar a los hermanos: “A menos que se circunciden+ conforme a la costumbre de Moisés,+ no pueden ser salvos”. 2 Pero cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé con ellos, hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos* en Jerusalén+ respecto a esta disputa.
3 Por consiguiente, habiendo sido acompañados parte del camino por la congregación,+ estos hombres continuaron su camino a través de Fenicia y también de Samaria, contando en detalle la conversión* de gente de las naciones,+ y ocasionaban gran gozo a todos los hermanos.+ 4 Llegados a Jerusalén, fueron amablemente recibidos+ por la congregación y por los apóstoles y los ancianos, y refirieron las muchas cosas que Dios había hecho por medio de ellos.+ 5 Sin embargo, algunos de los de la secta de los fariseos que habían creído se levantaron de sus asientos y dijeron: “Es necesario circuncidarlos+ y ordenarles que observen la ley de Moisés”.+
6 Y los apóstoles y los ancianos se reunieron para ver acerca de este asunto.+ 7 Ahora bien, cuando se hubo disputado+ mucho, se levantó Pedro y les dijo: “Varones, hermanos, bien saben ustedes que desde los primeros días Dios hizo de entre ustedes la selección de que, por mi boca, gente de las naciones oyera la palabra de las buenas nuevas y creyera;+ 8 y Dios, que conoce el corazón,+ dio testimonio dándoles el espíritu santo,+ así como nos lo dio también a nosotros. 9 Y no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos,+ sino que purificó los corazones de ellos por fe.+ 10 Ahora, pues, ¿por qué están ustedes poniendo a Dios a una prueba, imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo+ que ni nuestros antepasados ni nosotros fuimos capaces de cargar?+ 11 Por el contrario, confiamos en ser salvados mediante la bondad inmerecida+ del Señor Jesús de la misma manera como esa gente también”.+
12 Ante aquello, toda la multitud calló, y empezaron a escuchar a Bernabé y a Pablo contar las muchas señales y portentos presagiosos que Dios había hecho mediante ellos entre las naciones.+ 13 Después que cesaron de hablar, Santiago contestó, y dijo: “Varones, hermanos, óiganme.+ 14 Symeón*+ ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre.+ 15 Y con esto convienen las palabras de los Profetas, así como está escrito: 16 ‘Después de estas cosas volveré y reedificaré la cabaña* de David que está caída; y reedificaré sus ruinas y la erigiré de nuevo,+ 17 para que los que queden de los hombres busquen solícitamente a Jehová,* junto con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre,* dice Jehová,* que está haciendo estas cosas,+ 18 conocidas desde la antigüedad’.*+ 19 Por lo tanto, es mi decisión el no perturbar a los de las naciones que están volviéndose a Dios,+ 20 sino escribirles que se abstengan* de las cosas contaminadas por los ídolos,+ y de la fornicación,*+ y de lo estrangulado,*+ y de la sangre.*+ 21 Porque desde tiempos antiguos* Moisés ha tenido en ciudad tras ciudad quienes lo prediquen, porque es leído en voz alta en las sinagogas todos los sábados”.+
22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos,* junto con toda la congregación, enviar a varones escogidos de entre ellos a Antioquía junto con Pablo y Bernabé, a saber, a Judas, que se llamaba Barsabás,+ y a Silas, varones prominentes entre los hermanos; 23 y por mano de ellos escribieron:
“Los apóstoles y los ancianos, hermanos, a los hermanos de Antioquía+ y Siria y Cilicia+ que son de las naciones: ¡Saludos! 24 Dado que hemos oído que algunos de entre nosotros los han perturbado con discursos,+ tratando de subvertir sus almas, aunque nosotros no les dimos instrucción alguna,+ 25 hemos llegado a un acuerdo unánime*+ y nos ha parecido bien escoger a unos varones para enviarlos a ustedes junto con nuestros amados, Bernabé y Pablo,+ 26 hombres que han entregado sus almas* por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.+ 27 Por lo tanto estamos despachando a Judas y a Silas,+ para que ellos también de palabra informen acerca de las mismas cosas.+ 28 Porque al espíritu santo+ y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga,+ salvo estas cosas necesarias: 29 que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos,+ y de sangre,+ y de cosas estranguladas,*+ y de fornicación.*+ Si se guardan cuidadosamente de estas cosas,+ prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”.*
30 Por consiguiente, cuando a estos hombres se les dejó ir, bajaron a Antioquía, y reunieron a la multitud y les entregaron la carta.+ 31 Después de leerla, ellos se regocijaron por el estímulo.+ 32 Y Judas y Silas, puesto que ellos mismos también eran profetas,+ animaron a los hermanos con muchos discursos, y los fortalecieron.+ 33 Entonces, cuando hubieron pasado algún tiempo, los hermanos los dejaron ir en paz+ a los que los habían enviado. 34* —— 35 Sin embargo, Pablo y Bernabé continuaron pasando tiempo en Antioquía+ enseñando y declarando, con muchos otros también, las buenas nuevas de la palabra de Jehová.*+
36 Ahora bien, después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: “Sobre todo, volvamos y visitemos a los hermanos en cada una de las ciudades en las cuales publicamos la palabra de Jehová,* para ver cómo están”.+ 37 Por su parte, Bernabé estaba resuelto a llevar consigo también a Juan, que se llamaba Marcos.+ 38 Pero a Pablo no le pareció propio tomar consigo a este, puesto que se había apartado de ellos desde Panfilia+ y no había ido con ellos a la obra. 39 Ante esto, ocurrió un agudo estallido de cólera, de modo que se separaron el uno del otro; y Bernabé+ tomó consigo a Marcos y se embarcó para Chipre.+ 40 Pablo seleccionó a Silas+ y se fue, después de haber sido encomendado por los hermanos a la bondad inmerecida de Jehová.*+ 41 Pero pasó por Siria y Cilicia, fortaleciendo a las congregaciones.+
16 De modo que llegó a Derbe y también a Listra.+ Y, ¡mira!, estaba allí cierto discípulo de nombre Timoteo,+ hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego, 2 y los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes acerca de él. 3 Pablo expresó el deseo de que este saliera con él, y lo tomó y lo circuncidó+ a causa de los judíos que había en aquellos lugares, porque todos sabían que su padre era griego. 4 Ahora bien, a medida que iban viajando por las ciudades entregaban a los de allí, para que los observaran, los decretos sobre los cuales habían tomado decisión los apóstoles y ancianos* que estaban en Jerusalén.+ 5 Por lo tanto, en realidad, las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe+ y aumentando en número de día en día.
6 Además, atravesaron Frigia y el país de Galacia,+ porque* el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el [distrito de] Asia. 7 Además de eso, al bajar a Misia, se esforzaron por entrar en Bitinia,+ pero el espíritu de Jesús no se lo permitió. 8 De modo que pasaron por alto a Misia y bajaron a Troas.+ 9 Y durante la noche le apareció a Pablo una visión:+ cierto varón macedonio estaba de pie y le suplicaba y decía: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. 10 Ahora bien, luego que hubo visto la visión, procuramos salir para Macedonia,+ pues llegamos a la conclusión de que Dios nos había mandado llamar para declararles las buenas nuevas.*
11 Por lo tanto, nos hicimos a la mar desde Troas y fuimos con rumbo directo a Samotracia, mas al día siguiente a Neápolis, 12 y de allí a Filipos,+ una colonia, que es la ciudad principal del distrito de Macedonia.+ Continuamos en esta ciudad, pasando algunos días. 13 Y el día de sábado salimos fuera de la puerta junto a un río, donde pensábamos que había un lugar de oración; y nos sentamos y empezamos a hablar a las mujeres que se habían congregado. 14 Y cierta mujer por nombre Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira+ y adoradora de Dios, estaba escuchando, y Jehová* le abrió el corazón+ ampliamente para que prestara atención a las cosas que Pablo estaba hablando. 15 Ahora bien, cuando fueron bautizadas ella y su casa,+ ella dijo con súplica: “Si ustedes me han juzgado fiel a Jehová,* entren en mi casa y quédense”.+ Y sencillamente nos obligó a aceptar.+
16 Y aconteció que, yendo nosotros al lugar de oración, nos encontró cierta sirvienta que tenía un espíritu,+ un demonio de adivinación.*+ Ella proporcionaba mucha ganancia+ a sus amos practicando el arte de la predicción. 17 Esta [muchacha] seguía detrás de Pablo y de nosotros y gritaba,+ usando estas palabras: “Estos hombres son esclavos del Dios Altísimo, los cuales les están publicando el camino de la salvación”. 18 Esto lo siguió haciendo por muchos días. Por fin Pablo se cansó de ello+ y se volvió y dijo al espíritu: “Te ordeno en el nombre de Jesucristo que salgas de ella”.+ Y salió en aquella misma hora.+
19 Pues bien, cuando sus amos vieron que se les había ido su esperanza de ganancia,+ se apoderaron de Pablo y de Silas y los arrastraron a los gobernantes+ en la plaza de mercado,* 20 y, conduciéndolos a los magistrados civiles, dijeron: “Estos hombres están turbando+ muchísimo a nuestra ciudad, judíos como son, 21 y están publicando costumbres+ que no nos es lícito adoptar ni practicar, puesto que somos romanos”. 22 Y la muchedumbre se levantó a una contra ellos; y los magistrados civiles, habiéndoles arrancado las prendas de vestir exteriores, dieron el mandato de que los golpearan con varas.+ 23 Después de haberles descargado muchos golpes,+ los echaron en la prisión, y ordenaron al carcelero que los guardara con seguridad.+ 24 Porque recibió tal orden, este los echó en la prisión interior+ y les aseguró los pies en el cepo.+
25 Mas como a la mitad de la noche,+ Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción;+ sí, los presos los oían. 26 De repente ocurrió un gran terremoto, de modo que se sacudieron los fundamentos de la cárcel. Además, se abrieron al instante todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.+ 27 El carcelero, despertando del sueño y viendo abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada y estaba a punto de quitarse la vida,+ imaginándose que los presos se habían escapado.+ 28 Pero Pablo clamó con voz fuerte, y dijo: “¡No te hagas ningún daño,+ porque todos estamos aquí!”. 29 De modo que él pidió luz y entró de un salto y, sobrecogido de temblor, cayó+ ante Pablo y Silas. 30 Y los sacó fuera y dijo: “Señores, ¿qué tengo que hacer+ para salvarme?”. 31 Ellos dijeron: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo,+ tú y tu casa”.+ 32 Y le hablaron la palabra de Jehová* junto con todos los que estaban en su casa.+ 33 Y él los tomó consigo en aquella hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron bautizados+ sin demora. 34 Y los introdujo en su casa y les puso la mesa, y se regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios.
35 Cuando se hizo de día, los magistrados civiles+ despacharon a los alguaciles a decir: “Pon en libertad a aquellos hombres”. 36 De modo que el carcelero informó sus palabras a Pablo: “Los magistrados civiles han despachado hombres para que ustedes [dos] sean puestos en libertad. Ahora, pues, salgan y sigan su camino en paz”. 37 Pero Pablo les dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos hombres romanos,+ y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”. 38 De modo que los alguaciles informaron estos dichos a los magistrados civiles. Estos tuvieron temor al oír que los hombres eran romanos.+ 39 Por consiguiente, vinieron y les suplicaron y, después de sacarlos, les solicitaron que partieran de la ciudad. 40 Pero ellos salieron de la prisión y fueron a casa de Lidia, y, cuando vieron a los hermanos, los animaron,+ y partieron.
17 Entonces viajaron a través de Anfípolis y Apolonia y llegaron a Tesalónica,+ donde había una sinagoga de los judíos. 2 Así que, según tenía por costumbre Pablo,+ pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras,+ 3 explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera+ y se levantara de entre los muertos,+ y [decía]: “Este es el Cristo,+ este Jesús que yo les estoy publicando”. 4 Como resultado, algunos de ellos se hicieron creyentes+ y se asociaron con Pablo y con Silas,+ y una gran multitud de los griegos que adoraban [a Dios], y no pocas de las mujeres prominentes, lo hicieron.
5 Pero los judíos, poniéndose celosos,+ tomaron como compañeros a ciertos varones inicuos de los haraganes de la plaza de mercado, y formaron una chusma y procedieron a alborotar la ciudad.+ Y asaltando la casa de Jasón,+ procuraban hacer que los sacaran a la gentuza. 6 Como no los hallaron, arrastraron a Jasón y a ciertos hermanos ante los gobernantes de la ciudad,* clamando: “Estos hombres que han trastornado+ la tierra habitada están presentes aquí también, 7 y Jasón los ha recibido con hospitalidad. Y todos estos actúan en oposición a los decretos+ de César,* diciendo que hay otro rey,+ Jesús”. 8 Verdaderamente agitaron a la muchedumbre y a los gobernantes de la ciudad, cuando estos oyeron estas cosas; 9 y después de primero tomar suficiente fianza* de Jasón y de los demás, los dejaron ir.
10 Inmediatamente, de noche,+ los hermanos enviaron a Pablo, así como a Silas, hacia Berea, y estos, al llegar, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado+ las Escrituras+ diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.+ 12 Por lo tanto, muchos de ellos se hicieron creyentes, y también no pocas de las mujeres griegas estimables,+ y no pocos de los varones. 13 Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también en Berea Pablo publicaba la palabra de Dios, fueron también allá para incitar+ y agitar+ a las masas. 14 Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo para que se fuera hasta el mar;+ pero tanto Silas como Timoteo permanecieron atrás, allá. 15 Sin embargo, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas y, después de recibir mandato de que Silas y Timoteo+ vinieran a él cuanto antes, partieron.
16 Ahora bien, mientras Pablo los esperaba en Atenas, se le irritó el espíritu en su interior+ al contemplar que la ciudad estaba llena de ídolos. 17 Por consiguiente, se puso a razonar en la sinagoga con los judíos+ y con las otras personas que adoraban [a Dios], y todos los días en la plaza de mercado+ con los que por casualidad se hallaban allí. 18 Pero ciertos individuos, filósofos de los epicúreos así como de los estoicos,+ entablaban conversación polémica con él, y algunos decían: “¿Qué es lo que este charlatán* quisiera contar?”.+ Otros: “Parece que es publicador de deidades* extranjeras”. Esto se debió a que declaraba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección.+ 19 De modo que se apoderaron de él y lo condujeron al Areópago,* y dijeron: “¿Podemos llegar a saber qué es esta nueva enseñanza+ que hablas? 20 Porque presentas algunas cosas que son extrañas a nuestros oídos. Por lo tanto deseamos llegar a saber qué se da a entender por estas cosas”.+ 21 De hecho, todos los atenienses y los extranjeros que residían allí temporalmente no pasaban su tiempo libre en ninguna otra cosa sino en decir algo o escuchar algo nuevo. 22 Pablo entonces se puso de pie en medio del Areópago+ y dijo:
“Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor a las deidades.*+ 23 Por ejemplo, al ir pasando y observando cuidadosamente sus objetos de veneración, también hallé un altar sobre el cual se había inscrito: ‘A un Dios Desconocido’. Por lo tanto, aquello a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas [que hay] en él, siendo, como es Este, Señor del cielo y de la tierra,+ no mora en templos* hechos de manos,+ 25 ni es atendido por manos humanas como si necesitara algo,+ porque él mismo da a toda [persona] vida+ y aliento+ y todas las cosas. 26 E hizo de un solo [hombre]+ toda nación+ de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra,+ y decretó los tiempos señalados+ y los límites fijos de la morada de [los hombres],+ 27 para que busquen a Dios,+ por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban,+ aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque por* él tenemos vida y nos movemos y existimos,+ aun como ciertos* poetas+ de entre ustedes han dicho: ‘Porque también somos linaje de él’.
29 ”Visto, pues, que somos linaje de Dios,+ no debemos imaginarnos que el Ser Divino*+ sea semejante a oro, o plata, o piedra, semejante a algo esculpido por el arte e ingenio del hombre.+ 30 Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia;+ sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan.+ 31 Porque ha fijado un día en que se propone juzgar+ la tierra habitada* con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía* con haberlo resucitado+ de entre los muertos”.
32 Pues bien, al oír de una resurrección de muertos, algunos empezaron a mofarse,+ mientras que otros dijeron: “Te oiremos acerca de esto hasta en otra ocasión”. 33 Así que Pablo salió de en medio de ellos, 34 pero algunos varones se unieron a él y se hicieron creyentes, entre los cuales también estuvieron Dionisio, juez del tribunal del Areópago,*+ y una mujer de nombre Dámaris, y otros además de ellos.
18 Después de estas cosas, él partió de Atenas y llegó a Corinto. 2 Y halló a cierto judío de nombre Áquila,+ un natural del Ponto que recientemente había llegado de Italia,+ y a Priscila su esposa, por el hecho de que Claudio+ había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma. De modo que fue a ellos 3 y, por ser del mismo oficio, se quedó en su casa, y trabajaban,+ porque el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña. 4 Sin embargo, todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga+ y persuadía a judíos y a griegos.*
5 Pues bien, cuando Silas+ y también Timoteo+ hubieron bajado de Macedonia, Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo.+ 6 Pero como ellos siguieron oponiéndose y hablando injuriosamente,+ sacudió sus prendas de vestir+ y les dijo: “Esté la sangre de ustedes+ sobre sus propias cabezas. Yo estoy limpio.+ Desde ahora me iré a gente de las naciones”.+ 7 Por consiguiente, se transfirió de allí y entró en la casa de uno de nombre Ticio Justo, adorador de Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga. 8 Pero Crispo,+ el presidente de la sinagoga, se hizo creyente en el Señor, y también toda su casa. Y muchos de los corintios que oyeron empezaron a creer y a bautizarse. 9 Además, de noche el Señor dijo a Pablo+ mediante una visión: “No temas, sino sigue hablando y no calles, 10 porque yo estoy contigo+ y nadie te asaltará para hacerte daño; porque tengo mucha gente en esta ciudad”. 11 De modo que se quedó establecido allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la palabra de Dios.
12 Ahora bien, mientras Galión era procónsul*+ de Acaya,* los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal,+ 13 diciendo: “Contrario a la ley, este persuade+ a los hombres a otra manera de adorar a Dios”. 14 Pero cuando Pablo estaba a punto de abrir la boca, Galión dijo a los judíos: “Si fuera, en realidad, alguna injusticia o un acto inicuo de villanía, oh judíos, yo tendría razón para soportarlos con paciencia. 15 Pero si es de controversias sobre palabras y sobre nombres+ y sobre la ley+ entre ustedes, ustedes mismos tienen que atender a ello. Yo no deseo ser juez de estas cosas”. 16 Con eso, los echó del tribunal. 17 De modo que todos se apoderaron de Sóstenes+ el presidente de la sinagoga y se pusieron a golpearlo enfrente del tribunal. Pero Galión no se interesaba en ninguna de estas cosas.
18 Sin embargo, Pablo, después de quedarse bastantes días más, se despidió de los hermanos y procedió a embarcarse para Siria, y con él Priscila y Áquila, puesto que en Cencreas*+ él se había hecho cortar al rape el pelo de la cabeza,+ porque tenía un voto. 19 De modo que llegaron a Éfeso, y a ellos los dejó allí; pero él mismo entró en la sinagoga+ y razonó con los judíos. 20 Aunque seguían solicitándole que permaneciera por más tiempo, no consintió, 21 sino que se despidió+ y agregó: “Volveré otra vez a ustedes, si Jehová* quiere”.+ Y se hizo a la mar desde Éfeso 22 y bajó a Cesarea. Y subió* y saludó a la congregación, y bajó a Antioquía.
23 Y cuando hubo pasado algún tiempo allí, partió y fue de lugar en lugar a través del país de Galacia+ y de Frigia,+ fortaleciendo+ a todos los discípulos.
24 Ahora bien, cierto judío de nombre Apolos,+ natural de Alejandría, varón elocuente, llegó a Éfeso; y estaba bien versado en las Escrituras.+ 25 Este había sido instruido oralmente en el camino de Jehová* y, puesto que estaba fulgurante con el espíritu,+ iba hablando y enseñando con exactitud las cosas acerca de Jesús, pero conocía solamente el bautismo+ de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila,+ lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios. 27 Además, porque deseaba pasar a Acaya, los hermanos escribieron a los discípulos, exhortándolos a recibirlo amablemente. De modo que, cuando llegó allá, ayudó mucho+ a los que habían creído a causa de la bondad inmerecida [de Dios];+ 28 porque con intensidad probó cabalmente en público que los judíos estaban equivocados, mientras demostraba por las Escrituras+ que Jesús era el Cristo.+
19 En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos+ estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso,+ y halló a algunos discípulos; 2 y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo+ cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”.+ 3 Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan”.+ 4 Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo [en símbolo] de arrepentimiento,+ diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él,+ es decir, en Jesús”. 5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús.+ 6 Y cuando Pablo les impuso las manos,+ vino sobre ellos el espíritu santo, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.+ 7 En conjunto, eran unos doce varones.
8 Entrando en la sinagoga,+ él habló con denuedo por tres meses, pronunciando discursos y usando persuasión respecto al reino+ de Dios. 9 Pero cuando algunos persistieron en endurecerse y en no creer,+ y hablaban perjudicialmente acerca del Camino+ delante de la multitud, se retiró de ellos+ y separó de ellos a los discípulos,+ y pronunciaba discursos diariamente en [la sala de conferencias de] la escuela de Tirano.* 10 Esto se efectuó por dos años,+ de modo que todos los que habitaban en el [distrito de] Asia+ oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos.
11 Y Dios siguió ejecutando obras extraordinarias de poder mediante las manos de Pablo,+ 12 de manera que hasta llevaban paños y delantales de su cuerpo a los dolientes,+ y las dolencias los dejaban, y los espíritus inicuos salían.+ 13 Pero ciertos individuos de los judíos ambulantes que practicaban la expulsión de demonios+ también intentaron nombrar el nombre del Señor Jesús+ sobre los que tenían espíritus inicuos, diciendo: “Les ordeno solemnemente+ por Jesús a quien Pablo predica”. 14 Ahora bien, había siete hijos de cierto Esceva, sacerdote principal judío, que hacían esto. 15 Pero, en respuesta, el espíritu inicuo les dijo: “Conozco a Jesús,+ y sé quién es Pablo;+ pero ustedes, ¿quiénes son?”. 16 Con eso, el hombre en quien estaba el espíritu inicuo se echó sobre ellos de un salto,+ logró el dominio de uno tras otro,* y prevaleció contra ellos, de modo que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Esto llegó a ser conocido de todos, tanto de los judíos como de los griegos que moraban en Éfeso; y cayó temor+ sobre todos ellos, y el nombre del Señor Jesús siguió siendo engrandecido.+ 18 Y muchos de los que se habían hecho creyentes venían y confesaban+ e informaban acerca de sus prácticas abiertamente. 19 De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas+ juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata. 20 Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová* siguió creciendo y prevaleciendo.+
21 Ahora bien, cuando estas cosas se habían completado, Pablo se propuso en su espíritu que, después de pasar por Macedonia+ y Acaya, haría el viaje a Jerusalén,+ y dijo: “Después que llegue allá tengo que ver también a Roma”.+ 22 De modo que despachó a Macedonia a dos de los que le servían, Timoteo+ y Erasto,+ pero él mismo se detuvo por algún tiempo en el [distrito de] Asia.
23 En aquel mismo tiempo surgió un disturbio no pequeño+ acerca del Camino.*+ 24 Porque cierto hombre, de nombre Demetrio, platero, haciendo en plata templetes* de Ártemis,* proporcionaba a los artífices no poca ganancia;+ 25 y reunió a estos y a los que trabajaban en cosas semejantes+ y dijo: “Varones, bien saben ustedes que de este negocio nos viene nuestra prosperidad.+ 26 También, contemplan y oyen cómo, no solo en Éfeso,+ sino en casi todo el [distrito de] Asia, este Pablo ha persuadido a una muchedumbre considerable y los ha vuelto a otra opinión, diciendo que no son dioses los que son hechos con las manos.+ 27 Además, existe el peligro, no solo de que esta ocupación nuestra caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Ártemis+ sea tenido en nada, y hasta su magnificencia que todo el [distrito de] Asia y la tierra habitada adora esté a punto de ser reducida a nada”. 28 Al oír esto y llenarse de cólera, los hombres empezaron a gritar, diciendo: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”.
29 De modo que la ciudad se llenó de confusión, y de común acuerdo entraron precipitadamente en el teatro, llevando consigo por la fuerza a Gayo y a Aristarco,+ macedonios, compañeros de viaje de Pablo. 30 Por su parte, Pablo quería ir adentro a la gente, pero los discípulos no se lo permitían. 31 Hasta algunos de los comisionados de fiestas y juegos,* que eran amigables con él, enviaron a donde él y empezaron a suplicarle que no se arriesgara en el teatro. 32 Lo cierto es que unos gritaban una cosa y otros otra;+ porque la asamblea estaba en confusión, y la mayoría de ellos no sabía por qué razón se habían reunido. 33 Así que, juntos, sacaron a Alejandro de entre la muchedumbre, empujado por los judíos hacia el frente; y Alejandro hizo señas con la mano y quería presentar su defensa ante el pueblo. 34 Pero cuando reconocieron que era judío, se levantó un mismo grito de parte de todos, y ellos vociferaron por unas dos horas: “¡Grande+ es Ártemis de los efesios!”.
35 Por fin, cuando el registrador de la ciudad hubo aquietado+ a la muchedumbre, dijo: “Varones de Éfeso, ¿quién verdaderamente hay de la humanidad que no sepa que la ciudad de los efesios es la guardiana del templo de la gran Ártemis y de la imagen que cayó del cielo?* 36 Por lo tanto, puesto que estas cosas son indiscutibles, es conveniente que ustedes se mantengan sosegados y que no obren precipitadamente.+ 37 Porque han traído a estos varones, que ni son saqueadores de templos ni blasfemadores de nuestra diosa. 38 Por lo tanto, si Demetrio+ y los artífices que están con él sí tienen causa contra alguien, hay días en que los tribunales+ celebran sesiones, y hay procónsules;+ presenten cargos unos contra otros. 39 Sin embargo, si ustedes están buscando algo más allá de eso, tendrá que decidirse* en una asamblea formal. 40 Porque verdaderamente estamos en peligro de ser acusados de sedición por el asunto de hoy, pues no existe ni una sola causa que nos permita dar razón de esta chusma desordenada”. 41 Y cuando hubo dicho estas cosas,+ despidió a la asamblea.+
20 Ahora bien, después que se hubo apaciguado el alboroto, Pablo envió a llamar a los discípulos, y cuando los hubo animado y se hubo despedido de ellos,+ salió en viaje a Macedonia.+ 2 Después de pasar por aquellas partes, y de animar con muchas palabras+ a los de allí, entró en Grecia. 3 Y cuando hubo pasado tres meses allí, puesto que los judíos fraguaron un complot+ contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria, se resolvió a volverse por Macedonia. 4 Le acompañaban Sópater+ hijo de Pirro, de Berea, Aristarco+ y Segundo, de los tesalonicenses, y Gayo de Derbe, y Timoteo,+ y, del [distrito de] Asia, Tíquico+ y Trófimo.+ 5 Estos fueron adelante y se quedaron esperándonos en Troas;+ 6 pero nosotros nos hicimos a la mar desde Filipos, después de los días de las tortas no fermentadas,+ y dentro de cinco días llegamos a ellos en Troas;+ y allí pasamos siete días.
7 El primer día+ de la semana, estando nosotros reunidos para tomar una comida,* Pablo se puso a disertar con ellos, puesto que iba a partir al día siguiente; y prolongó su discurso hasta la medianoche. 8 De modo que había muchas lámparas en el aposento de arriba+ donde estábamos reunidos. 9 Sentado a la ventana, cierto joven de nombre Eutico se abismó en profundo sueño mientras Pablo seguía hablando, y, desplomándose en el sueño, cayó desde el tercer piso abajo, y lo alzaron muerto. 10 Pero Pablo bajó, se echó sobre él+ y lo abrazó, y dijo: “Dejen de hacer estruendo, porque su alma* está en él”.+ 11 Entonces subió y empezó la comida* y tomó alimento, y después de conversar por largo tiempo, hasta el amanecer, por fin partió. 12 De modo que se llevaron al muchacho vivo y quedaron inconmensurablemente consolados.
13 Nosotros entonces seguimos adelante al barco y nos hicimos a la vela para Asón, donde nos proponíamos tomar a bordo a Pablo, pues, después de dar instrucciones de que así se hiciera, él mismo se proponía ir a pie. 14 Por lo tanto, cuando nos alcanzó en Asón, lo tomamos a bordo y fuimos a Mitilene; 15 y, haciéndonos a la vela desde allí al día siguiente, llegamos hasta el lugar opuesto a Quíos, pero al otro día tocamos en Samos, y al día siguiente arribamos a Mileto. 16 Porque Pablo había decidido pasar de largo a Éfeso,+ para no pasar tiempo en el [distrito de] Asia; porque se apresuraba para llegar a Jerusalén+ el día de la [fiesta del] Pentecostés por si de algún modo le era posible.
17 Sin embargo, desde Mileto envió a Éfeso y mandó llamar a los ancianos*+ de la congregación. 18 Cuando llegaron a él, les dijo: “Bien saben ustedes cómo desde el primer día que puse pie en el [distrito de] Asia+ estuve con ustedes todo el tiempo,+ 19 sirviendo como esclavo+ al Señor con la mayor humildad mental+ y con lágrimas y con las pruebas que me sobrevinieron por los complots+ de los judíos; 20 mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles+ públicamente y de casa+ en casa.* 21 Antes bien, di testimonio cabalmente,+ tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento+ para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús. 22 Y ahora, ¡miren!, atado en el espíritu,+ estoy de viaje a Jerusalén, aunque no sé las cosas que me acontecerán en ella, 23 salvo que de ciudad en ciudad el espíritu santo+ me da testimonio repetidamente, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones.+ 24 Sin embargo, no hago mi alma* de valor alguno como preciada para mí,+ con tal que termine mi carrera+ y el ministerio+ que recibí+ del Señor Jesús, de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios.+
25 ”Y ahora, ¡miren!, sé que todos ustedes entre quienes anduve predicando* el reino* no verán más mi rostro. 26 Por eso los llamo para que este mismo día sean testigos de que estoy limpio de la sangre+ de todo hombre, 27 porque no me he retraído de decirles todo el consejo+ de Dios. 28 Presten atención+ a sí mismos+ y a todo el rebaño,+ entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes,*+ para pastorear la congregación de Dios,*+ que él compró con la sangre+ del [Hijo] suyo.* 29 Yo sé que después de mi partida entrarán entre ustedes lobos opresivos+ y no tratarán al rebaño con ternura, 30 y de entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas+ para arrastrar a los discípulos tras de sí.+
31 ”Por lo tanto, manténganse despiertos, y recuerden que por tres años,+ noche y día, no cesé de amonestar+ a cada uno con lágrimas. 32 Y ahora los encomiendo a Dios*+ y a la palabra de su bondad inmerecida, la cual [palabra] puede edificarlos+ y darles la herencia entre todos los santificados.+ 33 No he codiciado la plata, ni el oro, ni la vestidura de nadie.+ 34 Ustedes mismos saben que estas manos han atendido a las necesidades mías+ y a las de los que andan conmigo. 35 En todas las cosas les he exhibido que por medio de laborar+ así tienen que prestar ayuda a los que son débiles,+ y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar+ que en recibir’”.
36 Y cuando hubo dicho estas cosas, se arrodilló+ con todos ellos y oró. 37 En realidad, prorrumpió gran llanto entre todos ellos, y se echaron sobre el cuello de Pablo+ y lo besaron tiernamente,+ 38 porque especialmente les causaba dolor la palabra que había hablado en el sentido de que no iban a contemplar más su rostro.+ Así que procedieron a acompañarlo+ hasta el barco.
21 Ahora bien, cuando nos hubimos arrancado de ellos y hecho a la mar, marchamos con rumbo directo y llegamos a Cos, pero al [día] siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2 Y habiendo hallado un barco que hacía la travesía a Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la vela. 3 Después de avistar la [isla de] Chipre,+ la dejamos atrás a la izquierda y seguimos navegando a Siria,+ e hicimos escala en Tiro, porque allí el barco había de descargar [su] cargamento.+ 4 Tras hacer una búsqueda, hallamos a los discípulos, y permanecimos allí siete días. Pero por el espíritu+ le decían repetidamente a Pablo que no pusiera pie en Jerusalén. 5 De modo que, cuando hubimos completado los días, salimos y nos pusimos en camino; pero nos acompañaron todos ellos, junto con las mujeres y los niños, hasta fuera de la ciudad. Y, arrodillándonos+ en la playa, hicimos oración 6 y nos despedimos+ los unos de los otros, y nosotros subimos al barco, pero ellos se volvieron a sus hogares.
7 Entonces completamos la navegación desde Tiro y llegamos a Tolemaida, y saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente partimos, y llegamos a Cesarea,+ y entramos en casa de Felipe el evangelizador,* que era uno de los siete hombres,+ y nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban.+ 10 Pero mientras permanecíamos allí bastantes días, bajó de Judea cierto profeta de nombre Ágabo,+ 11 y viniendo a nosotros y tomando el cinturón de Pablo, se ató los pies y las manos y dijo: “Así dice el espíritu santo: ‘Al varón a quien pertenece este cinturón los judíos lo atarán+ de esta manera en Jerusalén, y lo entregarán+ en manos de gente de las naciones’”. 12 Pues, cuando oímos esto, nos pusimos a suplicarle, tanto nosotros como los de aquel lugar, que no subiera+ a Jerusalén. 13 Entonces Pablo contestó: “¿Qué están haciendo al llorar+ y hacerme débil de corazón?+ Pueden estar seguros: estoy listo no solo para ser atado, sino también para morir+ en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús”. 14 Como no se dejaba disuadir, asentimos con las palabras: “Efectúese la voluntad+ de Jehová”.*
15 Entonces, después de estos días, nos preparamos para el viaje y empezamos a subir a Jerusalén.+ 16 Pero también fueron con nosotros algunos de los discípulos de Cesarea,+ para llevarnos al hombre en cuya casa habíamos de hospedarnos, cierto Mnasón de Chipre, antiguo discípulo. 17 Cuando llegamos a Jerusalén,+ los hermanos nos recibieron con gozo.+ 18 Mas al [día] siguiente Pablo entró con nosotros [a ver] a Santiago;+ y estaban presentes* todos los ancianos.* 19 Y él los saludó y se puso a hacerles un relato detallado+ de las cosas que Dios había hecho entre las naciones mediante su ministerio.+
20 Después de oír esto, ellos empezaron a glorificar a Dios, y le dijeron: “Contemplas, hermano, cuántos millares* de creyentes hay entre los judíos; y todos son celosos por la Ley.+ 21 Pero ellos han oído que se rumorea acerca de ti que has estado enseñando a todos los judíos entre las naciones una apostasía* contra Moisés,+ diciéndoles que ni circunciden+ a sus hijos ni anden en las costumbres [solemnes]. 22 Entonces, ¿qué ha de hacerse acerca de ello? En todo caso van a oír que has llegado. 23 Por lo tanto, haz esto que te decimos: Tenemos cuatro varones que tienen sobre sí un voto. 24 Toma a estos contigo+ y límpiate ceremonialmente con ellos y hazte cargo de sus gastos,+ para que se les rape la cabeza.+ Y así sabrán todos que no son ciertos los rumores que se les contaron acerca de ti, sino que estás andando ordenadamente, tú mismo también guardando la Ley.+ 25 En cuanto a los creyentes de entre las naciones, hemos enviado* [aviso], habiendo dictado nuestra decisión de que se guarden de lo sacrificado a los ídolos+ así como también de la sangre+ y de lo estrangulado*+ y de la fornicación”.+
26 Entonces Pablo tomó consigo a los varones, al día siguiente, y se limpió ceremonialmente junto con ellos,+ y entró en el templo, para notificar en cuanto a los días que habían de cumplirse+ para el limpiamiento ceremonial, hasta que se presentara la ofrenda+ por cada uno de ellos.+
27 Entonces, cuando estaban para acabarse los siete+ días, los judíos de Asia, al contemplarlo en el templo, empezaron a revolver a toda la muchedumbre,+ y le echaron mano, 28 clamando: “¡Varones de Israel, ayuden! Este es el hombre que enseña a todos en todas partes contra el pueblo+ y contra la Ley y contra este lugar, y, además de esto, hasta introdujo a griegos en el templo y ha contaminado este lugar santo”.+ 29 Porque antes habían visto a Trófimo,+ efesio, en la ciudad con él, pero se imaginaban que Pablo lo había introducido en el templo. 30 Y la ciudad entera se alborotó,+ y hubo un agolpamiento del pueblo; y se apoderaron de Pablo y lo arrastraron fuera del templo.+ E inmediatamente fueron cerradas las puertas. 31 Y mientras ellos procuraban matarlo, al comandante* de la banda subió información de que toda Jerusalén estaba revuelta;+ 32 y al instante él tomó soldados y oficiales del ejército* y bajó corriendo a ellos.+ Cuando alcanzaron a ver al comandante militar+ y a los soldados, cesaron de golpear a Pablo.
33 Entonces el comandante militar se acercó y lo asió y dio mandato de que lo sujetaran con dos cadenas;+ y procedió a inquirir quién era y qué había hecho. 34 Pero algunos de la muchedumbre gritaban una cosa, y otros otra.+ Así que, no pudiendo él mismo enterarse de ninguna cosa cierta a causa del tumulto, mandó que lo llevaran al cuartel de los soldados.+ 35 Pero cuando llegó a las escaleras, la situación llegó a tal punto que los soldados iban llevándolo en peso a causa de la violencia de la muchedumbre; 36 porque la multitud del pueblo venía siguiendo, y clamaba: “¡Quítalo!”.*+
37 Y estando ya para ser conducido dentro del cuartel de los soldados, Pablo dijo al comandante militar: “¿Se me permite decirte algo?”. Él dijo: “¿Hablas griego? 38 ¿No eres tú, en realidad, el egipcio que antes de estos días promovió una sedición+ y condujo al desierto a los cuatro mil varones de puñal?”.* 39 Entonces Pablo dijo: “Soy, de hecho, judío,+ de Tarso+ en Cilicia, ciudadano de una ciudad no oscura. Así es que te ruego: permíteme hablar al pueblo”. 40 Después que se le dio permiso, Pablo, de pie sobre las escaleras, hizo señas+ con la mano al pueblo. Cuando cayó un gran silencio, les dirigió la palabra en el lenguaje hebreo,+ y dijo:
22 “Varones, hermanos+ y padres, oigan mi defensa+ dirigida a ustedes ahora”. 2 (Pues, cuando oyeron que les dirigía la palabra en el lenguaje hebreo,+ guardaron mayor silencio, y él dijo:) 3 “Yo soy judío,+ nacido en Tarso de Cilicia,+ pero educado en esta ciudad a los pies de Gamaliel,+ instruido conforme al rigor+ de la Ley de nuestros antepasados, siendo celoso+ por Dios así como todos ustedes lo son este día. 4 Y perseguí de muerte este Camino,+ atando y entregando a las prisiones+ tanto a varones como a mujeres, 5 como puede dar testimonio de mí el sumo sacerdote así como toda la asamblea de ancianos.*+ De ellos también obtuve cartas+ para los hermanos de Damasco, y estaba en camino para también traer atados a Jerusalén a los que estaban allí, para que fueran castigados.
6 ”Mas al ir caminando y acercándome ya a Damasco, hacia el mediodía, de repente fulguró desde el cielo una gran luz en derredor de mí,+ 7 y caí al suelo y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?’.+ 8 Contesté: ‘¿Quién eres, Señor?’. Y me dijo: ‘Soy Jesús el Nazareno, a quien estás persiguiendo’.+ 9 Ahora bien, los hombres que estaban conmigo+ contemplaron, en realidad, la luz, pero no oyeron* la voz del que me hablaba.+ 10 Entonces dije: ‘¿Qué haré,*+ Señor?’. El Señor me dijo: ‘Levántate, sigue tu camino a Damasco, y allí se te dirá acerca de todo lo que te está señalado hacer’.+ 11 Pero como yo no veía nada a causa de la gloria de aquella luz, llegué a Damasco, conducido por la mano de los que estaban conmigo.+
12 ”Entonces Ananías, cierto varón reverente según la Ley, acerca de quien daban buen informe+ todos los judíos que allí moraban, 13 vino a mí y, puesto de pie a mi lado, me dijo: ‘¡Saulo, hermano, recobra la vista!’.*+ Y levanté la vista hacia él en aquella misma hora. 14 Él dijo: ‘El Dios de nuestros antepasados+ te ha escogido+ para que llegues a conocer su voluntad y veas+ al Justo+ y oigas la voz de su boca,+ 15 porque has de ser testigo a todos los hombres acerca de cosas que has visto y oído.+ 16 Y ahora, ¿por qué te demoras? Levántate, bautízate+ y lava+ tus pecados mediante invocar* su nombre’.+
17 ”Pero cuando hube vuelto a Jerusalén+ y estaba orando en el templo, me sobrevino un arrobamiento*+ 18 y lo vi que me decía: ‘Date prisa y sal pronto de Jerusalén, porque no convendrán+ en tu testimonio acerca de mí’. 19 Y dije: ‘Señor, ellos mismos bien saben que yo solía encarcelar+ y fustigar de sinagoga en sinagoga a los que creían en ti;+ 20 y cuando se estaba vertiendo la sangre de tu testigo Esteban,+ yo mismo también estuve de pie allí, y aprobando,+ y guardando las prendas de vestir exteriores de los que lo eliminaban’. 21 Y sin embargo me dijo: ‘Ponte en camino, porque yo te enviaré a naciones lejanas’”.+
22 Ahora bien, siguieron escuchándolo hasta esta palabra, y levantaron la voz, y dijeron: “¡Quita de la tierra a tal [hombre], porque no ha debido vivir!”.+ 23 Y como estaban gritando y arrojando sus prendas de vestir exteriores y lanzando polvo al aire,+ 24 el comandante militar* dio órdenes de llevarlo dentro del cuartel de los soldados y dijo que lo interrogaran sometiéndolo a azotes, para saber cabalmente por qué causa vociferaban+ así contra él. 25 Mas cuando lo hubieron estirado para darle los latigazos,* Pablo dijo al oficial del ejército* que estaba de pie allí: “¿Les es lícito azotar a un hombre que es romano+ y no condenado?”. 26 Pues, al oír esto el oficial del ejército, fue al comandante militar e informó de ello, diciendo: “¿Qué piensas hacer? ¡Este hombre es romano!”. 27 De modo que el comandante militar se acercó y le dijo: “Dime: ¿Eres romano?”.+ Él dijo: “Sí”. 28 El comandante militar respondió: “Yo compré estos derechos como ciudadano* por una gran suma [de dinero]”. Pablo dijo: “Pero yo hasta nací+ [en ellos]”.*
29 Por lo tanto, inmediatamente se retiraron de él los hombres que iban a interrogarlo con tormento; y al comandante militar le dio miedo cuando averiguó que era romano+ y que él lo había atado.
30 Así que, al día siguiente, deseando saber con certeza exactamente por qué lo estaban acusando los judíos, lo desató, y mandó que se congregaran los sacerdotes principales y todo el Sanedrín. E hizo bajar a Pablo y lo puso de pie en medio de ellos.+
23 Mirando fijamente al Sanedrín, Pablo dijo: “Varones, hermanos, yo me he portado delante de Dios con conciencia perfectamente limpia+ hasta este día”. 2 Ante esto, el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban de pie cerca de él que le hirieran+ en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: “Dios te va a herir a ti, pared blanqueada.+ ¿A un mismo tiempo te sientas tú a juzgarme según la Ley+ y, violando la Ley,+ me mandas herir?”. 4 Los que estaban parados allí cerca dijeron: “¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?”. 5 Y Pablo dijo: “Hermanos, no sabía que era sumo sacerdote. Porque está escrito: ‘No debes hablar perjudicialmente de un gobernante de tu pueblo’”.+
6 Entonces, cuando Pablo notó que una parte era de saduceos,+ pero la otra de fariseos, procedió a clamar en el Sanedrín: “Varones, hermanos, yo soy fariseo,+ hijo de fariseos. Respecto a la esperanza de la resurrección+ de los muertos se me está juzgando”.+ 7 Porque dijo esto, se suscitó una disensión+ entre los fariseos y los saduceos, y la multitud se dividió. 8 Porque los saduceos+ dicen que no hay ni resurrección,+ ni ángel, ni espíritu, pero los fariseos los declaran todos* públicamente. 9 De modo que estalló una gran gritería,+ y se levantaron algunos de los escribas del partido de los fariseos y empezaron a contender ferozmente, diciendo: “No hallamos nada malo en este hombre;+ pero si un espíritu o un ángel le habló+...”. 10 Entonces, cuando se hizo grande la disensión, al comandante militar le dio miedo de que Pablo fuera despedazado por ellos, y mandó que el cuerpo de soldados+ bajara y lo arrebatara de en medio de ellos y lo llevara al cuartel de los soldados.+
11 Pero a la noche siguiente el Señor se puso de pie a su lado+ y dijo: “¡Ten ánimo!+ Porque como has estado dando testimonio cabal+ de las cosas acerca de mí en Jerusalén, así también tienes que dar testimonio en Roma”.+
12 Ahora bien, cuando se hizo de día, los judíos formaron una conspiración+ y se comprometieron con maldición,+ diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo.+ 13 Eran más de cuarenta hombres los que habían formado esta conspiración juramentada; 14 y fueron a los sacerdotes principales+ y a los ancianos* y dijeron: “Nos hemos comprometido solemnemente con maldición a no tomar un bocado de comida hasta que hayamos matado a Pablo. 15 Ahora, por lo tanto, ustedes junto con el Sanedrín aclárenle al comandante militar por qué debe bajarlo a ustedes como si tuvieran la intención de indagar con más exactitud los asuntos referentes a él.+ Pero antes que él se acerque estaremos listos para eliminarlo”.+
16 Sin embargo, el hijo de la hermana de Pablo oyó de la acechanza,+ y vino y entró en el cuartel de los soldados y se lo informó a Pablo. 17 De modo que Pablo llamó a sí a uno de los oficiales del ejército y dijo: “Conduce a este joven al comandante militar, porque tiene algo que informarle”. 18 Por lo tanto, este lo tomó y lo condujo al comandante militar y dijo: “El preso Pablo me llamó a sí y solicitó que condujera a este joven a ti, porque tiene algo que decirte”. 19 El comandante militar lo tomó+ de la mano, y se retiró y se puso a inquirir en privado: “¿Qué tienes que informarme?”. 20 Él dijo: “Los judíos han convenido en solicitarte que mañana hagas bajar a Pablo al Sanedrín como si fuera con la intención de averiguar algo más exacto acerca de él.+ 21 Sobre todo, no te dejes persuadir por ellos, porque lo acechan+ más de cuarenta varones de ellos, y se han comprometido con maldición a ni comer ni beber hasta que lo hayan eliminado;+ y ya están listos, esperando la promesa de tu parte”. 22 Por tanto el comandante militar dejó ir al joven después de ordenarle: “No vayas a divulgar a nadie que me has aclarado estas cosas”.
23 Y mandó llamar a ciertos dos de los oficiales del ejército y dijo: “Alisten doscientos soldados para marchar hasta Cesarea, también setenta jinetes y doscientos lanceros, a la hora tercera* de la noche. 24 También, provean bestias de carga para que ellos hagan cabalgar a Pablo y lo lleven con seguridad a Félix el gobernador”. 25 Y escribió una carta que tenía esta forma:
26 “Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix:+ ¡Saludos! 27 Este varón fue prendido por los judíos y estaba a punto de ser eliminado por ellos, pero vine yo de repente con un cuerpo de soldados y lo libré,+ porque me enteré de que era romano.+ 28 Y deseando averiguar la causa por la cual estaban acusándolo, lo hice bajar al Sanedrín de ellos.*+ 29 Lo hallé acusado respecto de cuestiones de la Ley de ellos,+ pero sin tener cargo contra él de una sola cosa que mereciera muerte o cadenas.+ 30 Pero como me ha sido expuesto un complot+ que va a armarse contra el varón, te lo envío inmediatamente, y mando a los acusadores que hablen contra él delante de ti”.+
31 Por tanto, estos soldados+ tomaron a Pablo según sus órdenes y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Al día siguiente permitieron que los jinetes siguieran con él, y ellos se volvieron al cuartel de los soldados. 33 Los [jinetes] entraron en Cesarea+ y entregaron la carta al gobernador y también le presentaron a Pablo. 34 De modo que él la leyó e inquirió de qué provincia era él, y averiguó+ que era de Cilicia.+ 35 “Te daré audiencia cabal —dijo— cuando lleguen también tus acusadores.”+ Y mandó que lo tuvieran bajo guardia en el palacio pretoriano de Herodes.
24 Cinco días después bajó el sumo sacerdote Ananías+ con algunos ancianos* y un orador público, cierto Tértulo, y dieron información+ al gobernador+ contra Pablo. 2 Al ser llamado, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo:
“Puesto que por ti gozamos de mucha paz+ y por providencia tuya se están efectuando reformas en esta nación, 3 en todo tiempo y también en todo lugar lo recibimos, oh excelentísimo+ Félix, con suma gratitud. 4 Pero a fin de no estorbarte más, ruégote que nos oigas brevemente en tu amabilidad. 5 Porque hemos hallado que este varón es un individuo pestilente+ y que promueve sediciones+ entre todos los judíos por toda la tierra habitada, y es vanguardia* de la secta* de los nazarenos,+ 6 uno que también trató de profanar el templo,+ y a quien prendimos. 7* —— 8 De él, haciendo un examen, tú mismo podrás enterarte respecto de todas estas cosas de que nosotros lo acusamos”.
9 Con eso, los judíos también tomaron parte en el ataque, afirmando que estas cosas eran así. 10 Y Pablo, cuando el gobernador le hizo señas con la cabeza de que hablara, contestó:
“Sabiendo bien que hace muchos años que esta nación te tiene de juez, de buena gana hablo en mi defensa+ las cosas acerca de mí mismo, 11 puesto que puedes averiguar en cuanto a mí que no hace más de doce días subí a Jerusalén a adorar;+ 12 y ni en el templo+ me hallaron discutiendo con nadie ni ocasionando un agolpamiento de la chusma,+ ni en las sinagogas, ni por la ciudad. 13 Tampoco pueden probarte+ las cosas de que me están acusando ahora mismo. 14 Pero esto sí te confieso, que, según el camino que ellos llaman ‘secta’, de esta manera estoy rindiendo servicio sagrado* al Dios de mis antepasados,+ puesto que creo todas las cosas expuestas en la Ley+ y escritas en los Profetas; 15 y tengo esperanza+ en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección*+ así de justos+ como de injustos.+ 16 En cuanto a esto, realmente, me ejercito continuamente para tener conciencia+ de no haber cometido ofensa contra Dios ni contra los hombres. 17 Así que, después de muchos años, vine para traer dádivas de misericordia a mi nación, y ofrendas.+ 18 Estando yo en estos asuntos, me hallaron ceremonialmente limpio en el templo,+ mas no con muchedumbre ni con tumulto. Pero había ciertos judíos del [distrito de] Asia, 19 que debieran estar presentes delante de ti y acusarme si tuvieran alguna cosa contra mí.+ 20 O que digan por sí mismos los aquí presentes qué hallaron de mal cuando yo estuve de pie ante el Sanedrín, 21 a no ser que tenga que ver con esta sola expresión que clamé estando de pie entre ellos: ‘¡Respecto a la resurrección de los muertos se me está juzgando hoy ante ustedes!’”.+
22 Sin embargo, Félix,+ que conocía con bastante exactitud los asuntos respecto a este Camino,+ empezó a dar largas a los [hombres] diciendo: “Cuando baje Lisias+ el comandante militar,* decidiré sobre estos asuntos que tienen que ver con ustedes”. 23 Y ordenó al oficial del ejército* que fuera guardado el hombre, y que se le relajara algo [la custodia], y que no le prohibiera a ninguno de los suyos el atenderlo.+
24 Algunos días después llegó Félix+ con Drusila su esposa, que era judía,+ y envió a llamar a Pablo y lo escuchó acerca de la creencia en Cristo Jesús.+ 25 Mas al hablar él sobre la justicia+ y el autodominio+ y el juicio+ venidero, Félix se atemorizó y contestó: “Por ahora vete, pero cuando tenga un tiempo conveniente te enviaré a llamar otra vez”. 26 Al mismo tiempo, sin embargo, esperaba que Pablo le diera dinero.+ A causa de eso, lo enviaba a llamar aún más frecuentemente, y conversaba con él.+ 27 Pero, cuando hubieron transcurrido dos años, Félix tuvo por sucesor a Porcio Festo; y porque Félix deseaba ganarse el favor+ de los judíos, dejó a Pablo en cadenas.
25 Por lo tanto, Festo, después de entrar+ en [el gobierno de] la provincia,* a los tres días subió de Cesarea a Jerusalén;+ 2 y los sacerdotes principales y los hombres prominentes de los judíos le dieron información+ contra Pablo. Así que se pusieron a suplicarle, 3 pidiendo para sí, como favor contra el [hombre], que enviara para que él viniera a Jerusalén, puesto que ellos le estaban poniendo una emboscada+ para eliminarlo por el camino. 4 Sin embargo, Festo contestó que Pablo había de ser guardado en Cesarea, y que él mismo iba a partir para allá en breve. 5 “Por lo tanto, los que están en el poder entre ustedes —dijo él— bajen conmigo y acúsenlo,+ si hay algo impropio en el varón.”
6 Entonces, cuando hubo pasado no más de ocho o diez días entre ellos, bajó a Cesarea, y al día siguiente se sentó en el tribunal+ y mandó que trajeran a Pablo. 7 Al llegar él, los judíos que habían bajado de Jerusalén se pusieron de pie en derredor de él, presentando muchos y graves cargos+ contra él, para los cuales no podían mostrar prueba.
8 Pero Pablo dijo en defensa: “Ni contra la Ley de los judíos, ni contra el templo,+ ni contra César* he cometido pecado alguno”.+ 9 Festo, deseando ganarse el favor+ de los judíos, dijo en respuesta a Pablo: “¿Deseas subir a Jerusalén y ser juzgado allí delante de mí respecto a estas cosas?”.+ 10 Pero Pablo dijo: “Estoy de pie delante del tribunal de César,+ donde debo ser juzgado. No he hecho ningún mal a los judíos,+ como tú también estás descubriendo bastante bien. 11 Si, por una parte, realmente soy delincuente+ y he cometido algo que merece la muerte,+ no ruego que se me exima de la muerte; por otra parte, si ninguna de las cosas de que estos me acusan existe, nadie puede entregarme a ellos a manera de favor. ¡Apelo a César!”.+ 12 Entonces Festo, después de hablar con la asamblea de consejeros, respondió: “A César has apelado; a César irás”.
13 Ahora bien, cuando hubieron pasado algunos días, Agripa* el rey y Berenice* llegaron a Cesarea para hacer una visita de cumplimiento a Festo. 14 Entonces, como iban a pasar allí varios días, Festo puso ante el rey los asuntos acerca de Pablo, y dijo:
“Hay cierto varón que Félix dejó preso, 15 y cuando estuve en Jerusalén los sacerdotes principales y los ancianos* de los judíos presentaron información+ acerca de él, pidiendo contra él juicio de condenación. 16 Pero yo les respondí que no es proceder romano entregar a manera de favor a ningún hombre antes que el acusado se encuentre cara a cara con sus acusadores+ y tenga la oportunidad de hablar en defensa de sí mismo respecto a la queja. 17 Por eso, cuando se juntaron aquí, no puse dilación, sino que al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer al varón. 18 Puestos de pie, los acusadores no produjeron cargo alguno+ de las cosas inicuas que yo había supuesto respecto a él. 19 Simplemente tuvieron con él ciertas disputas respecto a su propia adoración+ de la deidad* y respecto a cierto Jesús que estaba muerto, pero que Pablo seguía afirmando que estaba vivo.+ 20 Entonces, estando yo perplejo en cuanto a la disputa sobre estos asuntos, procedí a preguntarle si quería ir a Jerusalén y ser juzgado allí respecto a estos asuntos.+ 21 Pero cuando Pablo apeló+ para que se le guardara para la decisión del Augusto,* mandé que se le guardara hasta que lo envíe a César”.
22 Entonces Agripa [dijo] a Festo: “Yo mismo también quisiera oír al hombre”.+ “Mañana —dijo él— lo oirás.” 23 Por eso, al día siguiente vinieron Agripa y Berenice con mucha pompa,+ y entraron en la audiencia junto con comandantes militares* así como varones de eminencia de la ciudad, y cuando Festo dio mandato, Pablo fue traído. 24 Y Festo dijo: “Rey Agripa, y todos ustedes los varones que están presentes con nosotros, ustedes contemplan a este hombre respecto de quien toda la multitud de los judíos junta ha recurrido a mí, tanto en Jerusalén como aquí, diciendo a voces que no debe seguir viviendo.+ 25 Pero yo percibí que él no había cometido nada que mereciera la muerte.+ Por eso, cuando este [hombre] mismo apeló+ al Augusto, decidí enviarlo. 26 Mas respecto a él no tengo ninguna cosa segura que escribir a [mi] Señor.* Por eso lo traje ante ustedes, y especialmente ante ti, rey Agripa, a fin de que, habiéndose efectuado el examen judicial,+ consiga yo algo que escribir. 27 Porque me parece irrazonable enviar a un preso y no significar también los cargos contra él”.
26 Agripa+ dijo a Pablo: “Se te permite hablar a favor de ti mismo”. Entonces Pablo extendió la mano+ y procedió a decir en su defensa:+
2 “Acerca de todas las cosas de que soy acusado+ por judíos, rey Agripa, me considero feliz de que sea ante ti ante quien haya de presentar mi defensa este día, 3 especialmente por cuanto eres perito en todas las costumbres+ así como también en las controversias entre los judíos. Por eso te ruego que me oigas con paciencia.
4 ”En realidad, en cuanto al modo de vivir+ desde joven que desde [el] principio llevé entre mi nación y en Jerusalén, todos los judíos 5 que me han conocido de antes, desde el principio, saben, si tan solo desean dar testimonio, que conforme a la secta más estricta+ de nuestra forma de adoración* yo viví fariseo.+ 6 Y sin embargo, ahora, por la esperanza+ de la promesa+ que fue hecha por Dios a nuestros antepasados me hallo en pie llamado a juicio; 7 puesto que nuestras doce tribus esperan alcanzar el cumplimiento de esta promesa rindiéndole servicio sagrado* asiduamente noche y día.+ Respecto a esta esperanza me acusan+ judíos, oh rey.
8 ”¿Por qué se juzga increíble entre ustedes el que Dios levante a los muertos?+ 9 Yo, personalmente, en realidad, pensé dentro de mí que debía cometer muchos actos de oposición contra el nombre de Jesús el Nazareno; 10 lo cual, en realidad, hice en Jerusalén, y a muchos de los santos encerré en prisiones,+ pues había recibido autoridad de los sacerdotes principales;+ y cuando habían de ser ejecutados, yo echaba mi voto* contra ellos. 11 Y castigándolos muchas veces en todas las sinagogas,+ trataba de obligarlos a hacer una retractación; y estando sumamente enojado contra ellos, fui hasta el extremo de perseguirlos hasta en las ciudades de afuera.
12 ”Empeñado en estas actividades, mientras viajaba a Damasco+ con autoridad y una comisión de parte de los sacerdotes principales, 13 vi al mediodía en el camino, oh rey, una luz que fulguró desde el cielo en derredor de mí y de los que conmigo iban,+ y su resplandor sobrepasaba el del sol. 14 Y cuando todos habíamos caído a tierra oí una voz que me decía en el lenguaje hebreo: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo? Te resulta duro seguir dando coces contra los aguijones’.+ 15 Pero yo dije: ‘¿Quién eres, Señor?’. Y el Señor dijo: ‘Yo soy Jesús, a quien estás persiguiendo.+ 16 No obstante, levántate y ponte sobre tus pies.+ Porque con este fin me he hecho visible a ti, para escogerte como servidor y testigo+ tanto de cosas que has visto como de cosas que haré que veas respecto a mí; 17 mientras te libro de [este] pueblo y de las naciones, a quienes te envío,+ 18 para abrirles los ojos,+ para volverlos de la oscuridad+ a la luz+ y de la autoridad de Satanás+ a Dios, a fin de que reciban perdón de pecados+ y una herencia+ entre los santificados+ por [su] fe en mí’.
19 ”Por lo cual, rey Agripa, no me hice desobediente a la vista celestial,+ 20 sino que, tanto a los de Damasco,+ primeramente, como a los de Jerusalén,+ y por todo el país de Judea, y a las naciones,+ fui llevando el mensaje de que se arrepintieran y volvieran a Dios, e hicieran obras propias del arrepentimiento.*+ 21 Por estas cosas los judíos me prendieron en el templo e intentaron matarme.+ 22 Sin embargo, porque he obtenido la ayuda+ que proviene de Dios, continúo hasta este día dando testimonio tanto a pequeño como a grande, pero no diciendo ninguna cosa salvo las que los Profetas+ así como Moisés+ declararon que habían de efectuarse: 23 que el Cristo había de sufrir+ y, como el primero en ser resucitado*+ de entre los muertos, iba a publicar luz+ tanto a este pueblo como a las naciones”.+
24 Ahora bien, mientras él decía estas cosas en su defensa, Festo dijo con voz fuerte: “¡Estás volviéndote loco,+ Pablo! ¡El gran saber te está impulsando a la locura!”. 25 Pero Pablo dijo: “No estoy volviéndome loco, excelentísimo Festo, sino que expreso dichos de verdad y de buen juicio. 26 En realidad, el rey a quien hablo con franqueza de expresión bien sabe de estas cosas; porque estoy persuadido de que ni siquiera una de estas cosas hay de la que él no se dé cuenta, porque esto no se ha hecho en un rincón.+ 27 ¿Crees tú, rey Agripa, a los Profetas? Yo sé que crees”.+ 28 Pero Agripa dijo a Pablo: “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano”.* 29 A esto Pablo dijo: “Desearía de Dios que, fuera en poco tiempo o en mucho tiempo, no solo tú, sino también todos los que me oyen hoy llegaran a ser tales hombres como lo que yo también soy, a excepción de estas cadenas”.
30 Y se levantó el rey, y lo mismo hicieron el gobernador y Berenice y los hombres que con ellos estaban sentados. 31 Pero al retirarse iban hablando los unos con los otros, y decían: “Este hombre no practica nada que merezca muerte+ o cadenas”. 32 Además, Agripa dijo a Festo: “Este hombre podría haber sido puesto en libertad si no hubiera apelado+ a César”.*
27 Entonces, como se decidió que navegáramos a Italia,+ procedieron a entregar a Pablo así como a ciertos otros presos a un oficial del ejército* de nombre Julio, de la banda de Augusto. 2 Subiendo en un barco de Adramitio que estaba a punto de zarpar para los lugares costaneros del [distrito de] Asia, nos hicimos a la vela, y con nosotros estaba Aristarco,+ macedonio de Tesalónica. 3 Y al día siguiente arribamos a Sidón, y Julio trató a Pablo con bondad humana*+ y le permitió ir a donde sus amigos y disfrutar de [su] atención.+
4 Y, haciéndonos a la mar desde allí, navegamos al [abrigo de] Chipre, por ser contrarios los vientos; 5 y navegamos por alta mar a lo largo de Cilicia y Panfilia, e hicimos escala en Mira de Licia. 6 Pero allí el oficial del ejército halló un barco* de Alejandría+ que navegaba hacia Italia, y nos hizo subir a bordo. 7 Entonces, después de navegar bastantes días lentamente, y de llegar con dificultad a Cnido, porque el viento no nos dejaba seguir adelante, navegamos al [abrigo de] Creta junto a Salmone, 8 y, costeándola con dificultad, llegamos a cierto lugar llamado Bellos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
9 Como había transcurrido bastante tiempo, y para ahora era peligroso el navegar, porque ya había pasado hasta el ayuno [del día de la expiación+],* Pablo hizo una recomendación, 10 y les dijo: “Varones, percibo que el navegar va a ser con daño y gran pérdida, no solo del cargamento y del barco, sino también de nuestras almas”.*+ 11 Sin embargo, el oficial del ejército hacía caso al piloto y al dueño de la nave más bien que a las cosas que Pablo decía. 12 Ahora bien, como la bahía era incómoda para invernar, la mayoría aconsejó hacerse a la mar desde allí, para ver si de algún modo lograban llegar a Fenice, bahía de Creta que mira al nordeste y al sudeste,* para invernar allí.
13 Además, cuando el viento del sur sopló suavemente, pensaron que podía darse por realizado su propósito, y levaron anclas y fueron costeando a Creta cerca de la orilla. 14 Después de no mucho tiempo, sin embargo, se desató contra ella un viento tempestuoso+ llamado euroaquilón.* 15 Puesto que el barco fue prendido por la violencia y no pudo mantenerse proa al viento, cedimos y nos dejamos llevar. 16 Luego marchamos al [abrigo de] cierta isleta llamada Cauda, y sin embargo apenas pudimos tomar posesión del esquife+ [que estaba en la popa]. 17 Pero después de alzarlo a bordo empezaron a emplear ayudas para ceñir el barco por debajo; y temiendo encallar en la Sirte,* arriaron los aparejos, y así fueron llevados. 18 Sin embargo, debido a que nos sacudía violentamente la tempestad, al [día] siguiente empezaron a alijar+ la nave; 19 y al tercer [día], con sus propias manos, arrojaron las jarcias del barco.
20 Pues bien, cuando no aparecieron ni sol ni estrellas por muchos días, y teníamos encima una tempestad no pequeña,+ toda esperanza de salvarnos por fin se nos iba acabando. 21 Y cuando hubo durado mucho tiempo la abstención de alimentos, entonces Pablo se puso de pie en medio de ellos+ y dijo: “Varones, ciertamente debieran haber tomado mi consejo y no haberse hecho a la mar desde Creta y haber sufrido este daño y pérdida.+ 22 Sin embargo, ahora les recomiendo que estén alegres, porque no se perderá ni un alma* de entre ustedes, sino solo el barco. 23 Porque esta noche estuvo de pie cerca de mí un ángel+ del Dios a quien yo pertenezco y a quien rindo servicio sagrado,*+ 24 y dijo: ‘No temas, Pablo. Tienes que estar de pie ante César,+ y, ¡mira!, Dios te ha dado de gracia a todos los que navegan contigo’. 25 Por lo tanto, estén alegres, varones; porque creo a Dios+ que será exactamente como se me ha dicho. 26 Sin embargo, tenemos que ser echados en cierta isla”.+
27 Ahora bien, como llegó la decimocuarta noche y nos hallábamos arrojados de acá para allá en el [mar de] Adria,* a la medianoche los marineros empezaron a sospechar que estaban acercándose a alguna tierra. 28 Y sondearon la profundidad y hallaron veinte brazas;* de modo que siguieron adelante una corta distancia y volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas. 29 Y porque temían que fuéramos a ser echados en algún lugar sobre los escollos, echaron de la popa cuatro anclas, y deseaban que se hiciera de día. 30 Pero cuando los marineros empezaron a procurar escapar del barco y bajaron el esquife al mar so pretexto de que iban a largar las anclas desde la proa, 31 Pablo dijo al oficial del ejército y a los soldados: “A menos que estos hombres permanezcan en el barco, ustedes no pueden salvarse”.+ 32 Entonces los soldados cortaron las cuerdas del esquife+ y lo dejaron caer.
33 Ahora bien, faltando ya poco para que se hiciera de día, Pablo empezó a animar a todos sin excepción a que tomaran alimento, diciendo: “Hoy es el decimocuarto día que ustedes han estado vigilando y continúan sin alimento, por no haber tomado nada. 34 Por lo tanto, los animo a que tomen algún alimento, porque esto es en el interés de su seguridad; porque no perecerá un cabello+ de la cabeza de ninguno de ustedes”. 35 Después que dijo esto, también tomó un pan, dio gracias+ a Dios ante todos ellos, y lo partió y comenzó a comer. 36 De modo que todos se alegraron, y ellos mismos empezaron a tomar algún alimento. 37 Ahora bien, en conjunto, éramos doscientas setenta y seis* almas* en el barco. 38 Cuando hubieron quedado satisfechos de alimento, procedieron a alijar+ el barco, echando el trigo al mar.
39 Por fin, cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero observaban cierta ensenada con una playa, y en esta se resolvieron a varar,+ si podían, el barco. 40 Así que, cortando las [cuerdas de las] anclas, las dejaron caer en el mar, y al mismo tiempo aflojaron las amarraduras de los remos timoneros y, después de izar el trinquete al viento, hicieron rumbo a la playa. 41 Cuando descansaron sobre un bajío, bañado por el mar por ambos lados, encallaron la nave, y la proa se hincó y quedó inmóvil, pero la popa empezó a hacerse pedazos debido a la violencia [del mar].+ 42 Entonces llegó a ser la resolución de los soldados matar a los presos, para que nadie se echara a nadar y escapara. 43 Pero el oficial del ejército deseaba que Pablo saliera a salvo, y los restringió de su propósito. Y mandó que los que pudieran nadar se echaran al mar y llegaran a tierra primero, 44 y que los demás lo hicieran, algunos en tablas y algunos en ciertas cosas del barco. Y así sucedió que todos fueron llevados a salvo a tierra.+
28 Y cuando nos hubimos puesto a salvo, entonces nos enteramos de que la isla se llamaba Malta.*+ 2 Y la gente de habla extranjera* nos mostró extraordinaria bondad humana,*+ pues encendieron un fuego y nos recibieron a todos servicialmente a causa de la lluvia que estaba cayendo y a causa del frío.+ 3 Pero cuando Pablo juntó cierto manojo de leña menuda y lo puso en el fuego, salió una víbora debido al calor, y se le prendió en la mano. 4 Cuando los de habla extranjera alcanzaron a ver la criatura venenosa colgando de su mano, empezaron a decirse unos a otros: “De seguro este hombre es asesino, y aunque logró salir a salvo del mar, la justicia vindicativa no le ha permitido seguir viviendo”. 5 Sin embargo, él sacudió a la criatura venenosa en el fuego y no sufrió daño alguno.+ 6 Pero ellos estaban esperando que se hincharía de inflamación o caería muerto de repente. Después que esperaron largo tiempo y contemplaron que no le acontecía nada perjudicial, mudaron de parecer y empezaron a decir que era un dios.+
7 Ahora bien, en las cercanías de aquel lugar tenía terrenos el hombre prominente de la isla, de nombre Publio; y él nos recibió con hospitalidad y nos hospedó tres días benévolamente. 8 Pero aconteció que el padre de Publio estaba acostado, angustiado con fiebre y disentería, y Pablo entró a donde él y oró, puso las manos+ sobre él, y lo sanó.+ 9 Después que esto sucedió, los demás de la isla que tenían enfermedades también empezaron a venir a él y ser curados.+ 10 Y también nos honraron con muchas dádivas y, cuando nos hicimos a la vela, nos cargaron de cosas para satisfacer nuestras necesidades.
11 Tres meses después, nos hicimos a la vela en un barco de Alejandría+ que había invernado en la isla y que llevaba el mascarón de proa “Hijos de Zeus”.* 12 Y, haciendo escala en Siracusa, permanecimos allí tres días, 13 desde donde rodeamos y arribamos a Regio. Y un día después se levantó un viento del sur, y al segundo día llegamos a Puteoli.* 14 Aquí hallamos hermanos, y se nos suplicó que permaneciéramos con ellos siete días; y así nos acercamos a Roma. 15 Y de allí los hermanos, al oír las noticias acerca de nosotros, vinieron a nuestro encuentro hasta la Plaza del Mercado de Apio* y las Tres Tabernas* y, cuando alcanzó a verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo.+ 16 Por fin, cuando entramos en Roma, a Pablo se le permitió+ alojarse solo con el soldado que lo guardaba.
17 Sin embargo, tres días después él convocó a los que eran los hombres prominentes de los judíos. Cuando se hubieron congregado, procedió a decirles: “Varones, hermanos, sin haber hecho yo nada contrario al pueblo, ni contrario a las costumbres de nuestros antepasados,+ desde Jerusalén fui entregado como preso en manos de los romanos.+ 18 Y estos, después de haber efectuado un examen,+ deseaban ponerme en libertad,+ puesto que no había en mí causa alguna de muerte.+ 19 Pero como los judíos siguieron hablando en contra de ello, me vi obligado a apelar+ a César,* mas no como que tuviera yo alguna cosa de que acusar a mi nación. 20 En verdad, por esta causa supliqué poder verlos y hablarles, porque a causa de la esperanza+ de Israel estoy rodeado de esta cadena”.+ 21 Ellos le dijeron: “Ni hemos recibido nosotros cartas acerca de ti de Judea, ni ninguno de los hermanos que han llegado ha informado ni hablado ninguna cosa inicua acerca de ti. 22 Pero nos parece propio oír de ti cuáles son tus pensamientos, porque, verdaderamente, en lo que toca a esta secta+ nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella”.+
23 Entonces hicieron los arreglos para un día con él, y vinieron a él en mayor número a su alojamiento. Y él les explicó el asunto, dando testimonio cabal respecto al reino de Dios+ y tratando de persuadirlos respecto a Jesús, tanto por la ley de Moisés+ como por los Profetas,+ desde la mañana hasta el atardecer. 24 Y algunos creían+ las cosas que se decían; otros no creían.+ 25 Así, porque estaban en desacuerdo unos con otros, empezaron a irse, mientras Pablo hacía este único comentario:
“Aptamente habló el espíritu santo por Isaías el profeta a los antepasados de ustedes, 26 diciendo: ‘Ve a este pueblo y di: “Oyendo, oirán, pero de ningún modo entenderán; y, mirando, mirarán, pero de ningún modo verán.+ 27 Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir,* y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni entiendan con el corazón y se vuelvan, y yo los sane”’.+ 28 Por lo tanto, séales conocido que esto, el medio por el cual Dios salva,* ha sido enviado a las naciones;+ ellas sí lo escucharán”.+ 29 * ——
30 De modo que permaneció dos años enteros en su propia casa alquilada,+ y recibía amablemente a todos los que venían a él, 31 predicándoles* el reino de Dios y enseñando las cosas respecto al Señor Jesucristo con la mayor franqueza de expresión,+ sin estorbo.
O: “Amo”.
O: “tiempos señalados”. Gr.: kai·róus.
Lit.: “autoridad”. Gr.: e·xou·sí·ai.
“Testigos.” Gr.: már·ty·res; lat.: té·stes.
“Parte más distante.” O: “extremidad”. Gr.: e·skjá·tou; J17,18,22(heb.): qetséh. Véanse Jer 25:31, 33, nn. Compárese con Mt 12:42, n.
O: “brillantes; resplandecientes”.
“Cielo.” Gr.: ou·ra·nón; lat.: caé·lum; J17(heb.): hasch·scha·má·yemah, “hacia el cielo”.
Según fuentes rabínicas basadas en Jos 3:4, esto era aproximadamente 2.000 codos (890 m; 2.920 pies).
“El celoso.” Véase Lu 6:15, n.
O: “cantidad”.
O: “e hinchándose”.
“Puesto de superintendencia.” Gr.: e·pi·sko·pén; J17,18(heb.): u·fequd·da·thóh, “y su puesto de superintendencia”. Véase 2Re 11:18, n.
O: “efectuó sus actividades”.
Véase Ap. 1D.
O: “conversos”.
Es decir, aproximadamente las 9 de la mañana, al contar desde la salida del sol.
O: “fuerza activa”. Gr.: pnéu·ma·tos; lat.: Spí·ri·tu; J17,18,22(heb.): ru·jí, “mi espíritu”. Véase Gé 1:2, n: “Activa”.
O: “sobre toda carne”. Gr.: e·pí pá·san sár·ka; lat.: cár·nem; J17,18,22(heb.): ba·sár.
O: “ancianos”. Gr.: pre·sbý·te·roi.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Hades”, אAB; J7,8,11-18,22: “Seol”. Véase Ap. 4B.
“Dios”, אAB; J7,8,10: “Jehová”.
O: “uno de entre su prole”.
O: “por”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 5C.
Véase Ap. 1D.
O: “asociarse”.
Lit.: “al quebrar del pan”.
O: “de casa en casa”. Gr.: kat’ ói·kon. Véase 5:42, n: “Casa”.
Véase Ap. 1D.
Es decir, aproximadamente las 3 de la tarde, al contar desde la salida del sol.
O: “tiempos señalados”. Gr.: kai·rói.
Lit.: “desde rostro”.
Véase Ap. 1D.
O: “tiene que recibir”.
“Jehová”, J7,8,10-18,20,22-24,28 y LXXP. Fouad Inv. 266 en Dt 18:15; gr.: Ký·ri·os. Véase Ap. 1D.
O: “toda alma”.
O: “prole; simiente”.
Lit.: “mientras ellos”.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: tous pre·sby·té·rous.
O: “ha sido salvo”.
Véase Ap. 5C.
O: “en este nombre”.
“Señor Soberano.” Gr.: Dé·spo·ta; lat.: Dó·mi·ne; J17,18(heb.): ’Adho·nái. Véase Ap. 1E.
Véase Ap. 1D.
O: “su Cristo”.
O: “tú hiciste Cristo”. Gr.: é·kjri·sas.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “ecclesía”. Gr.: ek·kle·sí·an; lat.: ec·clé·si·a; J17,18(heb.): haq·qa·hál, “la congregación”.
Véase Ap. 1D.
O: “y todo el Senado”.
O: “árbol”. Gr.: xý·lou; J22(heb.): ‛ets. Véase 2:36 y n.
Lit.: “según casa”. Gr.: kat’ ói·kon. Aquí ka·tá se usa con el acusativo sing. en sentido distributivo. R. C. H. Lenski, en su obra The Interpretation of The Acts of the Apostles, Minneápolis (1961), hizo el siguiente comentario sobre Hch 5:42: “Ni por un momento cesaron los apóstoles de efectuar su obra bendita. ‘Todos los días’ continuaron, y esto abiertamente ‘en el Templo’, donde el Sanedrín y la policía del Templo podía verlos y oírlos, y, por supuesto, también κατ’ οἴκον, que es distributivo, ‘de casa en casa’, y no simplemente adverbial, ‘en casa’”.
O: “declarando el evangelio (las buenas noticias)”. Gr.: eu·ag·gue·li·zó·me·noi; lat.: e·van·ge·li·zán·tes, “evangelizando”.
Lit.: “de los helenistas”. Gr.: ton Hel·le·ni·stón; lat.: Grae·có·rum.
Lit.: “los hebreos”. Gr.: tous E·brái·ous; lat.: He·braé·os.
O: “en la ministración”. Gr.: en tei di·a·ko·ní·ai; lat.: in mi·ni·sté·ri·o.
O: “para estar ministrando”. Gr.: di·a·ko·néin; lat.: mi·ni·strá·re.
Lit.: “Libertinos”. Arm.: “Libios”.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rous.
Lit.: “Él”, con referencia al “Dios de la gloria” del v. 2.
O: “prole; posteridad; simiente”.
“Rendirán servicio sagrado.” Gr.: la·tréu·sou·sín; J17,18,22(heb.): weya·‛av·dhú·ni, “y me servirán (adorarán)”. Véase Éx 3:12, n.
“A Egipto.” B omite esta frase.
“Siquem”, SyhJ17,18,22; אAB: “Syquem”.
Lit.: “Hemmor”.
“Raza.” Gr.: gué·nos; diferente de gue·ne·á, “generación”, como en Mt 24:34.
O: “extremadamente hermoso”. Lit.: “hermoso ante el Dios”. Gr.: a·stéi·os toi The·ói. Compárese con Jon 3:3, n: “Dios”.
“Un ángel”, P74אABCVg; DSyp: “un ángel de[l] Señor”; J7,8,10-17,28: “el ángel de Jehová”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
O: “y [...] redentor”. Gr.: kai ly·tro·tén; lat.: et re·dem·ptó·rem; J17(heb.): wegho·’él.
“Dios”, אABVg; CSyp: “El Señor Dios”; J7,8,10-17: “Jehová su Dios”; J28: “Jehová Dios”.
Gr.: Ba·by·ló·nos; J17,18,22(heb.): me·há·le’ah leVa·vél, “más allá de Babel”.
O: “el tabernáculo del testimonio”.
O: “tipo”. Gr.: tý·pon.
“Jehosúa”, J17,18,22; אAB: “Jesús”.
O: “hallar”.
O: “cosas; lugares”.
Véase Ap. 1D.
O: “de dura cerviz; tercos”.
Lit.: “la Ley como transmisiones de ángeles”. J17: “la Ley de manos de comisiones de ángeles”; lat.: lé·gem in dis·po·si·ti·ó·nem an·ge·ló·rum, “la Ley por la disposición de ángeles”. En 2Cr 23:18 Vg usa iúx·ta dis·po·si·ti·ó·nem en la traducción “por las manos de”.
O: “rechinar; apretar”.
O: “invocación; oración”.
Véase Ap. 1D.
“Jehová”, J18,22,23; gr.: tou Ky·rí·ou; VgSyp: “Dios”. Véase Ap. 1D.
“Estás en una”, D*Vg.
“Jehová”, J7,8,10,13,15-18,22,23; אAB(gr.): ton Ký·ri·on; DVgmssSyh,p: “Dios”. Véase Ap. 1D.
“De Jehová”, J7,8,10,17,18; אBCD(gr.): tou Ky·rí·ou; P74ASyp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
O: “manera de vivir”.
P45,74אABCVgSyp omiten el v. 37; ItVgcArm: “Felipe le dijo: ‘Si crees con todo tu corazón, es permisible’. En respuesta él dijo: ‘Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios’”.
Véase Ap. 1D.
“Asdod”, J17,18,22; אAB: “Azoto”.
“El Camino.” Gr.: tes ho·dóu.
“En una visión”, BCSyh,pArm; P74אAVg omiten esta frase.
O: “llevando su vida cotidiana”.
Lit.: “los helenistas”. J17: “los judíos griegos”.
Véase Ap. 1D.
“Sarón”, אAB; J17,18,22: “Sharón”.
“Dorcas” (gr.) corresponde a “Tabita” (aram.); ambos nombres significan: “Gacela”.
O: “no demores”.
Véase v. 36, n.
O: “centurión”, al mando de 100 soldados.
Es decir, aproximadamente las 3 de la tarde, al contar desde la salida del sol.
Es decir, aproximadamente las 12 de la mañana, al contar desde la salida del sol.
O: “sacrifica”.
“Tres”, P74אACVgSyp; B: “Dos”.
“Recibió instrucciones divinas”, אAB; J18: “recibió un mandato de Jehová”.
Véase v. 3, n.
“Jehová”, J17,18,23; P45אABC(gr.): tou Ky·rí·ou; P74DSyp: “Dios”. Véase Ap. 1D.
O: “árbol”. Véase Ap. 5C.
“Gente de habla griega.” Lit.: “helenistas”. AD*: “griegos”.
Véase Ap. 1D.
O: “dio el nombre de”.
“Cristianos.” Gr.: Kjri·sti·a·nóus; lat.: Chri·sti·á·ni; J17,18,22 (heb.): Meschi·ji·yím, “mesianistas”.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rous.
Es decir, Herodes Agripa I.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
O: “ellos empezaron a presentarse”. Lit.: “ellos estaban al lado de”.
Véase Ap. 1D.
“De Jehová”, J7,8,10,23; B(gr.): tou Ky·rí·ou; P74אADSyp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
Lit.: “el tetrarca”, un príncipe territorial representante del emperador.
Véase Ap. 1D.
Un gobernador provincial representante del Senado romano.
Que posiblemente significa: “Pequeño”. Gr.: Páu·los.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Durante unos cuatrocientos cincuenta años. Y después de estas cosas”, P74אABCVg.
O: “Lo que suponen que yo soy, no lo soy”.
O: “árbol”. Véase Ap. 5C.
“Para con nosotros los hijos de ellos”, Syp; P74אABC*DVg: “para con nuestros hijos”.
“Que adoraban (temían) a Dios”, Syp; J18: “que temían a Jehová”.
“De Jehová”, J17,22; P74אABc(gr.): tou Ky·rí·ou; B*CSyh,p: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Extremidad.” O: “parte más distante”. Gr.: e·skjá·tou. Véase 1:8, n: “Distante”.
“De Jehová”, J7,8,10,13,15-17,22,23; P45,74אAC(gr.): tou Ky·rí·ou; BD: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Que adoraban (temían) a Dios”, Syp; J7,8,10,18: “que temían a Jehová”.
Véase Ap. 1D.
O: “para ser salvo”.
O: “Júpiter”. Gr.: Dí·a; lat.: Ió·vem.
O: “Mercurio”. Gr.: Her·mén; lat.: Mer·cú·ri·um.
Lit.: “el (que) estaba delante de la ciudad”.
Lit.: “habiendo nombrado [por mano extendida]”.
Véase Ap. 1D.
“Palabra”, BD; אACVgSyp: “palabra del Señor”; P74: “palabra de Dios”; J17,28: “palabra de Jehová”.
O: “de”.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rous; J17,18,22(heb.): wehaz·zeqe·ním, “y los hombres mayores”. Véase Nú 11:25, n: “Ancianos”.
Lit.: “volverse sobre”. Gr.: e·pi·stro·fén; lat.: con·ver·si·ó·nem.
Una forma heb. del nombre Simón (Pedro). Véase Mt 10:2, n.
O: “la tienda”.
Véase Ap. 1D.
O: “sobre quienes ha sido llamado mi nombre”.
Véase Ap. 1D.
O: “que ha estado haciendo que estas cosas (18) sean conocidas desde la antigüedad”.
Lit.: “estar absteniéndose”. Gr.: a·pé·kje·sthai; lat.: ab·stí·ne·ant.
“Fornicación.” Gr.: por·néi·as; lat.: for·ni·ca·ti·ó·ne. Véase Ap. 5A.
O: “de lo que se mata sin desangrarlo”.
“Sangre.” Gr.: hái·ma·tos; lat.: sán·gui·ne; J17,18,22(heb.): u·min-had·dám, “y de la sangre”.
Lit.: “procedente de generaciones originales”.
Véase v. 2, n.
Lit.: “de igual mente”. Gr.: ho·mo·thy·ma·dón; lat.: in ú·num, “en unidad”.
O: “vidas”. Gr.: psy·kjás; lat.: á·ni·mas; J17,18,22(heb.): naf·schám, “sus almas”.
Véase v. 20, n: “Estrangulado”.
Véase Ap. 5A.
O: “¡Que les vaya bien!”. J22(heb.): scha·lóhm la·kjém, “¡Que tengan paz!”.
P74אAB omiten el v. 34; CDVgc añaden, con variaciones: “Pero a Silas le pareció bien permanecer allí más tiempo; sin embargo Judas partió solo para Jerusalén”.
“De Jehová”, J17,18,22,23; gr.: tou Ky·rí·ou; Syp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
“De Jehová”, J7,8,10,17,18,22,23; gr.: tou Ky·rí·ou; Syp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
“De Jehová”, J17,18,22; gr.: tou Ky·rí·ou; Vgc,sSyp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
O léase: “hombres mayores”. Véase 15:2, n.
O: “y”.
“Declarar[...] las buenas nuevas.” Gr.: eu·ag·gue·lí·sa·sthai; lat.: e·van·ge·li·zá·re.
Véase Ap. 1D.
“A Jehová”, J7,8,10; אAB(gr.): toi Ky·rí·oi; D: “a Dios”. Véase Ap. 1D.
Lit.: “con un espíritu de pitón”, término relacionado con el oráculo de Delfos. Gr.: é·kjou·san pnéu·ma pý·tho·na.
“La plaza de mercado.” O: “el foro”. Gr.: a·go·rán; lat.: fó·rum. Un lugar de reuniones públicas.
“De Jehová”, J7,8,10,17,18,22,23,28; P45,74-אcAC(gr.): tou Ky·rí·ou; א*B: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
Lit.: “politarcas”. Gr.: po·li·tár·kjas, gobernadores de los ciudadanos.
O: “del emperador”. Gr.: Kái·sa·ros.
O: “suficiente garantía”. Lat.: sá·tis, “suficiente”.
Lit.: “recogedor de semillas”.
Lit.: “demonios”. Gr.: dai·mo·ní·on.
O: “la Colina de Ares; la Colina de Marte”. Gr.: Á·rei·on Pá·gon; lat.: A·ri·ó·pa·gum.
H “Más entregados [...] al temor a las deidades.” Lit.: “más llenos del pavor a los demonios”. Gr.: dei·si·dai·mo·nesté·rous; lat.: su·per·sti·ti·o·si·ó·res. Los griegos creían que los demonios eran deidades, buenas o malas. Compárese con 25:19, n.
O: “habitaciones (moradas) divinas”. Gr.: na·óis; J17,22(heb.): beheh·kja·lóhth, “en palacios (templos)”.
O: “en”.
“Ciertos”, a saber, Arato y Cleantes. La cita de Pablo es de Los fenómenos, por Arato, y de Himno a Zeus, por Cleantes.
“Ser Divino.” Gr.: Théi·on, relacionado con The·ós, “Dios”; lat.: Di·ví·num.
“Tierra habitada.” Lit.: “habitada”. Gr.: oi·kou·mé·nen, fem. sing., refiriéndose a la tierra; lat.: ór·bem, “círculo”, es decir, de la tierra. Véase Isa 13:11, n: “Productiva”.
O: “fe”.
O: “Dionisio, un areopagita”.
Lit.: “helenos”. Gr.: Hél·le·nas.
Un gobernador provincial representante del Senado romano.
La provincia romana de Grecia meridional, cuya capital era Corinto.
El puerto de Corinto para viajar hacia puntos orientales.
Véase Ap. 1D.
A Jerusalén, aparentemente.
Véase Ap. 1D.
DItmss añaden: “desde la hora quinta hasta la décima”, es decir, desde aproximadamente las 11 de la mañana hasta más o menos las 4 de la tarde.
Lit.: “de ambos”.
“De Jehová”, J7,8,10,13,15-18,23; gr.: tou Ky·rí·ou; VgSyp: “de Dios”. Véase Ap. 1D.
“El Camino”, אAB; Vgc: “el camino del Señor”; Syp: “el camino de Dios”; J17,18: “el camino de Jehová”.
O: “habitaciones (moradas) divinas”. Gr.: na·óus; J17(heb.): heh·kjelóhth, “palacios; templos”.
O: “Diana”. Gr.: Ar·té·mi·dos; lat.: Di·á·nae.
Lit.: “algunos de los asiarcas”.
“Que cayó del cielo.” Lit.: “caída desde Zeus (Júpiter)”.
O: “se decidirá”.
Lit.: “para quebrar pan”.
O: “vida”. Véase Ap. 4A.
Lit.: “habiendo quebrado el pan”.
“Ancianos.” O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rous.
O: “y en casas particulares”. Lit.: “y según casas”. Gr.: kai kat’ ói·kous. Aquí ka·tá se usa con el acusativo pl. en sentido distributivo. Compárese con 5:42, n: “Casa”.
O: “vida”.
O: “anunciando; pregonando”. Gr.: ke·rýs·son; lat.: praé·di·cans. Compárese con Da 5:29, n: “Anunciaron”.
“Reino”, אAB; VgSyp: “reino de Dios”; J17: “reino de Jehová”.
“Superintendentes.” Gr.: e·pi·skó·pous; J17(heb.): lif·qi·dhím, “como superintendentes”. Véase Ne 11:9, n.
“Dios”, אBVg; AD: “el Señor”.
Para una consideración de “la sangre del [Hijo] suyo”, véase Ap. 6C.
“Dios”, אADVgSypJ8,17,18,22; B: “el Señor”.
O: “misionero”. Gr.: eu·ag·gue·li·stóu; lat.: e·van·ge·lí·stae.
Véase Ap. 1D.
O: “vinieron allí”.
O léase: “hombres mayores”.
Lit.: “miríadas; decenas de miles”.
“Una apostasía.” Gr.: a·po·sta·sí·an (del verbo a·fí·ste·mi, “pararse lejos de”). El sustantivo tiene el sentido de deserción, abandono o rebelión. Véanse Jos 22:22; 2Cr 29:19; 2Te 2:3.
“Enviado”, BD; P74אAVg: “escrito”.
O: “lo que se mata sin desangrarlo”.
Lit.: “quiliarca”, jefe de 1.000 soldados.
Lit.: “centuriones”; oficiales, cada uno al mando de 100 soldados.
O: “¡Mátalo!”.
Lit.: “sicarios; asesinos”. Gr.: si·ka·rí·on.
O: “asamblea de hombres mayores; presbiterio”. Gr.: pre·sby·té·ri·on.
O léase: “oyeron con entendimiento”, como lo hizo Pablo en el v. 7.
O: “debo hacer”.
O: “hermano, ¡mira hacia arriba!”.
O: “lava tus pecados e invoca”.
“Me sobrevino un arrobamiento”, אAB; J13,14,17,22: “la mano de Jehová estuvo sobre mí”; J18: “el espíritu de Jehová me vistió”.
Lit.: “quiliarca”, jefe de 1.000 soldados.
O: “estirado con las tiras [de cuero]”.
Lit.: “centurión”, jefe de 100 soldados.
O: “Yo compré esta ciudadanía”.
O: “[en ella]”.
Lit.: “ambas (cosas)”.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rois.
Es decir, aproximadamente las 9 de la noche, al contar desde la puesta del sol.
“Lo hice bajar al Sanedrín de ellos”, P74אAVgSyp; B* omite esta frase.
O léase: “hombres mayores”.
O: “caudillo (líder) principal”.
“Secta.” Gr.: hai·ré·se·os; lat.: séc·tae.
P74אABVg omiten lo que sigue desde los vv. 6-8, que dicen, según VgcSyh,pArm: “y quisimos juzgar según nuestra Ley. (7) Pero Lisias el comandante militar subió y con gran fuerza nos lo quitó de las manos, (8) y mandó a sus acusadores que vinieran a ti”.
“Estoy rindiendo servicio sagrado.” Gr.: la·tréu·o; J17,18(heb.): ’aní ‛o·védh, “estoy sirviendo (adorando)”. Véase Éx 3:12, n.
“Resurrección.” Gr.: a·ná·sta·sin, “levantarse; ponerse de pie” (de a·ná, “arriba”, y stá·sis, “parar”); lat.: re·sur·rec·ti·ó·nem.
Lit.: “el quiliarca”, jefe de 1.000 soldados.
Lit.: “el centurión”, jefe de 100 soldados.
Es decir, de Judea, donde Cesarea servía de residencia del gobernador.
O: “el emperador”.
Es decir, Herodes Agripa II.
La hermana de Herodes Agripa II, pero quien vivía incestuosamente con él.
O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sbý·te·roi.
“Adoración de la deidad.” Lit.: “pavor a demonios”. Gr.: dei·si·dai·mo·ní·as; lat.: su·per·sti·ti·ó·ne; J17,18: “servicio a su Dios”. Véase 17:22, n.
O: “de Augusto; del emperador”. Gr.: Se·ba·stóu; lat.: Au·gú·sti. El título de Nerón César, cuarto en sucesión desde Octavio, quien fue el primero en llevar ese título.
Lit.: “con quiliarcas”.
O: “al Señor”.
O: “secta [...] de nuestra religión”. Lat.: séc·tam nó·strae re·li·gi·ó·nis.
Lit.: “rindiendo servicio sagrado”. J13-17: “sirviendo (adorando) a Jehová”.
Lit.: “piedrecita [de votación]”. Gr.: psé·fon. Véase Rev 2:17, n: “Piedrecita”.
Lit.: “cambio de mente”. Gr.: me·ta·nói·as.
Lit.: “primero fuera de resurrección”.
“Cristiano.” Gr.: Kjri·sti·a·nón; lat.: Chri·sti·á·num.
O: “al emperador”.
O: “al centurión”, jefe de 100 soldados.
Lit.: “con cariño humano”. Gr.: fi·lan·thró·pos.
Una embarcación para el transporte de granos.
O: “el ayuno [otoñal]”. J22(heb.): yohm hak·kip·pu·rím, “el día de la expiación”.
O: “vidas”.
O: “mira por el viento del sudoeste y por el viento del noroeste”.
“Euroaquilón.” Gr.: Eu·ra·ký·lon; lat.: eu·ro·á·qui·lo; un viento del nordeste.
Dos grandes golfos de poca profundidad, llenos de bancos de arena inestables, en la costa de Libia, África del Norte.
O: “una vida”.
Lit.: “estoy rindiendo servicio sagrado”. Gr.: la·tréu·o; J17(heb.): ’aní ‛o·védh, “sirvo (adoro)”. Véase Éx 3:12, n.
Que en aquel tiempo abarcaba lo que ahora es el mar Adriático, el mar Jónico y la parte del mar Mediterráneo entre Sicilia y Creta.
“Brazas.” Gr.: or·gui·ás. Comúnmente se considera que una braza es igual a cuatro codos (c. 1,8 m; 6 pies).
“Doscientas setenta y seis”, אItmssVgSyh,p; A: “doscientas setenta y cinco”; B: “unas setenta y seis”. En WH la palabra gr. ὡς (hos, “unas”) está marcada con medios corchetes superiores, y en el margen aparece la palabra gr. di·a·kó·si·ai, “doscientas”. El copista de B probablemente cometió un error al combinar la Omega final, ῳ (oi), de la palabra gr. precedente, πλοίῳ (plói·oi), con la letra siguiente, Sigma, ς (s), que representa el número 200, para formar la palabra gr. ὡς (hos, “unas”). Por eso, el número verdadero es 276 en vez de 76.
O: “personas”.
“Melita”, אAB.
O: “los bárbaros”.
Lit.: “cariño a la humanidad”. Gr.: fi·lan·thro·pí·an. Compárese con Tit 3:4, n.
O: “Dióscuros”, los hermanos gemelos Cástor y Pólux.
Llamado ahora Pozzuoli.
O: “el Foro de Apio”. Lat.: Áp·pi·i Fó·rum.
O: “Tres Tabernae”. Vgc(lat.): tres Ta·bér·nas.
O: “al emperador”.
Lit.: “fue engrosado (engordado)”.
O: “esta salvación de Dios”.
אAB omiten el v. 29; ItmssVgc: “Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, con mucha disputa entre sí”.
O: “anunciándoles; pregonándoles”. Gr.: ke·rýs·son; lat.: praé·di·cans. Compárese con Da 5:29, n: “Anunciaron”.