GÁLATAS
Notas de estudio. Capítulo 2
Entonces, después de 14 años. Algunos biblistas explican que Pablo tal vez quiera decir aquí “en el año 14”, es decir, contando parte del primer año, luego 12 años completos y finalmente parte del último año (comparar con 1Re 12:5, 12; ver la nota de estudio de Gál 1:18). Este periodo probablemente vaya desde el año 36 de nuestra era, cuando Pablo visitó Jerusalén por primera vez después de hacerse cristiano, hasta el año 49, cuando viajó a Jerusalén con Tito y Bernabé para tratar el asunto de la circuncisión con los apóstoles y ancianos de la ciudad (Hch 15:2).
debido a una revelación. Pablo añade aquí un detalle que no aparece en el relato que hace Lucas en el libro de Hechos (Hch 15:1, 2). Parece que Cristo, como cabeza de la congregación cristiana, usó una revelación para indicarle a Pablo que fuera a Jerusalén a tratar el asunto de la circuncisión con los apóstoles y los ancianos (Ef 5:23). Esta reunión histórica tuvo lugar alrededor del año 49 de nuestra era. Al mencionar en este versículo que había recibido una revelación, Pablo rebatió nuevamente las acusaciones de los judaizantes, que insistían en que él no era un auténtico apóstol. El propio Jesús lo había comisionado directamente y le había dado instrucciones por medio de revelaciones. Eso probaba que, sin lugar a dudas, era un apóstol de verdad (Gál 1:1, 15, 16).
estoy predicando. La palabra griega básicamente significa ‘proclamar como heraldo’. Destaca la manera como se hace la proclamación: por lo común, de forma abierta y pública para que todo el mundo la oiga, más bien que con un sermón a un grupo limitado de personas. Ver la nota de estudio de Mt 3:1.
ni siquiera a Tito […] lo obligaron a circuncidarse. Cuando surgió en Antioquía la polémica sobre la circuncisión (alrededor del año 49 de nuestra era), Tito acompañó a Pablo y Bernabé a Jerusalén (Hch 15:1, 2; Gál 2:1). Él “era griego”, es decir, gentil incircunciso (ver la nota de estudio de griego en este versículo). Parece que, al hablar de que no “lo obligaron”, Pablo se refiere a “los hombres que eran muy respetados” del versículo 2. Esto podría dar a entender que, por el contrario, algunos judaizantes (cristianos que defendían que había que seguir algunas creencias y costumbres judías) sí habían intentado convencer a Tito de que se circuncidara. Sin embargo, durante la reunión que se celebró en Jerusalén, los apóstoles y los ancianos decidieron que los cristianos gentiles no tenían que circuncidarse (Hch 15:23-29). Pablo menciona aquí el caso de Tito porque añadía peso a su argumento de que las personas que se convertían al cristianismo no estaban bajo la Ley mosaica. Tito realizaba su ministerio principalmente entre la gente incircuncisa de las naciones, así que el hecho de que no estuviera circuncidado no creaba problemas (2Co 8:6; 2Ti 4:10; Tit 1:4, 5). Por lo tanto, su caso era distinto del de Timoteo, al que Pablo sí había circuncidado. Ver la nota de estudio de Hch 16:3.
griego. Pablo califica a Tito de “griego” (héllēn). Con eso tal vez quiera decir únicamente que era de origen griego. Sin embargo, algunos escritores del siglo primero usaban la forma plural (héllēnes) para referirse a personas que no eran griegas pero que habían adoptado la cultura y el idioma griegos. Es posible que Tito fuera “griego” en este último sentido más amplio. Ver la nota de estudio de Ro 1:16.
falsos hermanos. El término griego para “falso hermano” (pseudádelfos) solo aparece aquí y en 2Co 11:26. Un diccionario lo define como ‘cristiano solo de nombre’. Los judaizantes de las congregaciones de Galacia fingían ser hombres espirituales, pero en realidad pretendían imponer de nuevo la obediencia estricta a la Ley mosaica (ver la nota de estudio de Gál 1:6). Pablo dice que los judaizantes eran hombres “introducidos silenciosamente, que se infiltraron para espiar” la libertad cristiana. Con estas expresiones muestra que utilizaban tácticas encubiertas para difundir sus peligrosas enseñanzas. Comparar con 2Co 11:13-15.
la verdad de las buenas noticias. Esta expresión, que también aparece en el versículo 14, se refiere al conjunto de enseñanzas cristianas que se encuentran en la Palabra de Dios.
Dios. Los manuscritos griegos aquí usan “Dios”. Sin embargo, unas pocas traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo y otros idiomas emplean el nombre de Dios.
los incircuncisos. Lit. “[los] de la incircuncisión”, es decir, los no judíos.
tal como a Pedro. Pablo muestra aquí que los hermanos que dirigían la congregación cooperaban entre sí (ver la nota de estudio de Gál 2:9). El cuerpo gobernante de Jerusalén reconoció que a Pablo se le había dado la comisión de predicar principalmente a los no judíos, mientras que a Pedro se le había encargado que se centrara en los judíos. Sin embargo, ninguno de estos ministerios estaba limitado a uno de estos dos grupos. De hecho, fue Pedro el que inició la obra entre los gentiles (Hch 10:44-48; 11:18). Y Pablo dio testimonio a muchísimos judíos, pues Cristo le había mandado predicar “a las naciones, así como […] a los hijos de Israel” (Hch 9:15). Tanto el uno como el otro cumplieron obedientemente con su labor. Por ejemplo, Pedro viajó más tarde hacia el este para servir en Babilonia, ciudad en la que había una importante población judía y que era famosa como centro cultural del judaísmo (1Pe 5:13). Y Pablo realizó viajes misioneros en los que recorrió grandes distancias hacia el oeste, llegando tal vez hasta España.
los circuncisos. Lit. “[los] de la circuncisión”, es decir, los judíos.
le dio poder a Pedro para ser apóstol […] me dio poder a mí. El verbo griego energuéō se traduce aquí como “dar poder”. En otros casos se ha traducido como “actuar” y “llenar de energías” (Ef 2:2; 3:20; Flp 2:13; Col 1:29). Parece que en este contexto transmite la idea de que Dios no solo les dio a Pedro y a Pablo la autoridad para actuar como apóstoles, sino también la capacidad necesaria para llevar a cabo sus responsabilidades.
Cefas. Uno de los nombres del apóstol Pedro. Ver la nota de estudio de 1Co 1:12.
columnas. Las columnas literales sirven de apoyo a los edificios. De igual modo, los hombres a los que aquí se les llama columnas en sentido figurado eran una fuente de apoyo y fortaleza para la congregación. Esta misma palabra se emplea cuando se dice que la congregación cristiana es “columna y apoyo de la verdad” (1Ti 3:15) y cuando se describen las piernas de un ángel como columnas de fuego (Ap 10:1-3). Santiago, Cefas y Juan eran considerados columnas o pilares dentro de la congregación porque eran estables, espiritualmente fuertes y una fuente de apoyo sólida y confiable.
la mano derecha […] en señal de compañerismo. O “la mano derecha […] en señal de asociación”. Cuando alguien agarraba la mano de otra persona o le daba un apretón de manos, indicaba que participaba con ella en una misma labor o que era su compañero o socio (2Re 10:15). Alrededor del año 49 de nuestra era, el apóstol Pablo visitó Jerusalén para participar en la reunión del cuerpo gobernante donde se trataría el tema de la circuncisión (Hch 15:6-29). Parece que durante su visita se reunió con Santiago, Pedro y Juan para hablar de la comisión de predicar las buenas noticias que había recibido del Señor Jesucristo (Hch 9:15; 13:2; 1Ti 1:12). Pablo recuerda en este versículo el espíritu de unidad y cooperación que hubo durante esta reunión y después de esta. Los hermanos vieron claramente que todos participaban en la misma obra. Y estuvieron de acuerdo en que Pablo y Bernabé fueran a predicar a “las naciones” (es decir, a los gentiles), mientras que Santiago, Pedro y Juan se centrarían en “los circuncisos” (es decir, los judíos).
nos pidieron que nos acordáramos de los pobres. Alrededor del año 49 de nuestra era, Pedro, Santiago y Juan les dieron a Pablo y a su colaborador Bernabé una comisión (Gál 2:9). Mientras predicaban a las naciones, debían tener muy presentes las necesidades de los cristianos que habían caído en la pobreza. Y Pablo indica en este versículo que se había esforzado “con empeño” por hacerlo. Más tarde, cuando los cristianos de Judea se encontraron en necesidad, animó a las congregaciones de otros lugares a compartir sus bienes con los hermanos pobres de Jerusalén. Las cartas de Pablo demuestran que él se interesó mucho por este asunto. En las dos cartas inspiradas que escribió a los corintios (aproximadamente para el año 55) les habló de la colecta; les dijo que ya les había dado instrucciones “a las congregaciones de Galacia” sobre cómo realizarla (1Co 16:1-3; 2Co 8:1-8; 9:1-5; ver las notas de estudio de 1Co 16:1, 3; 2Co 8:2). Hacia el año 56, cuando Pablo escribió su carta a los cristianos de Roma, la colecta ya estaba casi completa (Ro 15:25, 26). Pablo terminó su encargo poco después, ya que más tarde le dijo al gobernador romano Félix: “Vine a traerles donativos a los de mi nación” (Hch 24:17). Ese amoroso interés por las necesidades de sus hermanos en la fe era una característica distintiva de los cristianos del siglo primero (Jn 13:35).
Cefas. Uno de los nombres del apóstol Pedro. Ver la nota de estudio de 1Co 1:12.
me enfrenté a él. O “le opuse resistencia”. Al ver que, por temor al hombre, Pedro se negaba a relacionarse con hermanos no judíos, Pablo tomó la iniciativa y se enfrentó a él “cara a cara”, censurando su conducta delante de todos los presentes. El verbo griego para “enfrentarse” significa literalmente ‘ponerse de pie contra’ o ‘plantarse contra’ (Gál 2:11-14).
comer con gente de las naciones. Las comidas eran ocasiones para disfrutar de compañerismo y en las que habitualmente se hacían oraciones. Por eso, se comprende que, por lo general, los judíos no comieran con los gentiles. De hecho, a los israelitas se les mandó que nunca se mezclaran con las naciones que se habían quedado en la Tierra Prometida y que ni siquiera mencionaran los nombres de sus dioses (Jos 23:6, 7). Para el siglo primero de nuestra era, los líderes religiosos judíos habían añadido sus propias prohibiciones. Llegaban a afirmar que el judío que entraba en la casa de un gentil se volvía ceremonialmente impuro (Jn 18:28).
dejó de hacerlo y se separó de ellos. En el año 36 de nuestra era, Pedro, que era un cristiano de origen judío, utilizó la tercera de “las llaves del Reino”. Con ella les abrió a Cornelio y a los de su casa la oportunidad de convertirse en los primeros cristianos que no eran ni judíos ni prosélitos judíos (ver la nota de estudio de Mt 16:19). Pedro permaneció en casa de Cornelio algunos días, durante los que sin duda compartió varias comidas con los gentiles que lo hospedaban (Hch 10:48; 11:1-17). Y siguió manteniendo la actitud correcta y comiendo con cristianos gentiles. Sin embargo, unos 13 años más tarde, cuando visitó Antioquía de Siria, de repente “dejó de hacerlo”. Tenía miedo de cómo podrían reaccionar algunos cristianos judíos procedentes de Jerusalén. Esos hombres venían “de parte de Santiago”, lo que al parecer significa que se habían relacionado con Santiago, quien estaba en Jerusalén (ver la nota de estudio de Hch 15:13). A esos hombres les costaba aceptar los cambios y continuaban insistiendo en que se siguieran estrictamente la Ley mosaica y algunas costumbres judías (ver la nota de estudio de Hch 10:28). El comportamiento de Pedro durante su visita podría haberle quitado fuerza a la decisión que había tomado el cuerpo gobernante aquel mismo año (alrededor del 49). Esa decisión había confirmado que los cristianos gentiles no tenían la obligación de obedecer la Ley mosaica (Hch 15:23-29). En este versículo Pablo no repasa el incidente de Antioquía para avergonzar a Pedro, sino para corregir el punto de vista equivocado de algunos gálatas.
los del grupo de los circuncisos. Lit. “los (procedentes) de circuncisión”. Aquí se refiere a algunos cristianos judíos circuncisos de la congregación de Jerusalén que estaban de visita en Galacia. En otros casos, la misma expresión griega se ha traducido como “los defensores de la circuncisión”, “los circuncisos” y “los que se aferran a la circuncisión” (Hch 11:2; Col 4:11; Tit 1:10).
imitaron su hipocresía […] la hipocresía de ellos. Aquí se usan dos palabras griegas relacionadas entre sí: un verbo (synypokrínomai) y un sustantivo (hypókrisis). Originalmente se empleaban en el teatro griego para referirse a los actores que usaban máscaras cuando representaban un papel. La segunda vez que aparece “hipocresía” en este versículo, en el griego original se emplea el sustantivo. Este sustantivo se usa seis veces en las Escrituras Griegas Cristianas y se traduce siempre como “hipocresía” (Mt 23:28; Mr 12:15; Lu 12:1; 1Ti 4:2; 1Pe 2:1; para más información sobre la palabra relacionada hipócrita, ver las notas de estudio de Mt 6:2; Lu 6:42). Los diccionarios explican que el verbo griego que se traduce como “imitar su hipocresía” se usa aquí de manera figurada con el sentido de ‘participar con alguien en representar un papel o en fingir’ o ‘unirse a alguien en una ficción o farsa’.
Cefas. Uno de los nombres del apóstol Pedro. Ver la nota de estudio de 1Co 1:12.
se declara justo. En las Escrituras Griegas Cristianas, el verbo griego dikaióō y los sustantivos relacionados dikáiōma y dikáiōsis (tradicionalmente traducidos como “justificar” y “justificación”) transmiten el sentido básico de absolver a alguien de cualquier cargo, considerarlo libre de culpa y, como resultado, declararlo justo y finalmente tratarlo como justo (ver la nota de estudio de Ro 3:24). En las congregaciones de Galacia había algunos hermanos que se estaban dejando influir por los judaizantes, quienes trataban de establecer su propia justicia mediante las obras de la Ley de Moisés (Gál 5:4; ver la nota de estudio de Gál 1:6). Sin embargo, Pablo destacó que “solo por la fe en Jesucristo” se puede ser considerado justo por Dios. Y es que Jesús sacrificó su vida perfecta y así puso la base para que los que demuestren fe en él puedan ser declarados justos por Dios (Ro 3:19-24; 10:3, 4; Gál 3:10-12, 24).
las cosas que antes derrumbé. En el pasado, Pablo había mostrado mucho celo por el judaísmo, creyendo que Dios lo declararía justo por realizar las obras que exigía la Ley mosaica (ver la nota de estudio de Gál 1:13). Pero, por decirlo así, Pablo derrumbó esa creencia cuando se hizo cristiano (Gál 2:15, 16). Sus enemigos afirmaban que los cristianos obtendrían la salvación únicamente si seguían la Ley de forma estricta (Gál 1:9; 5:2-12). Sin embargo, en este versículo Pablo explica que si él —o cualquier otro cristiano de origen judío— se sometiera de nuevo a la Ley, estaría reconstruyendo las cosas que antes había derrumbado. Y también volvería a ser “un transgresor” de esa Ley y quedaría condenado por ella. Ver la nota de estudio de Gál 3:19.
mediante la ley, he muerto para la ley. Estas palabras de Pablo forman parte del razonamiento que utiliza para explicar que él no podía ser declarado justo por Dios mediante “las obras de la ley” (Gál 2:16). La Ley mosaica condenaba a Pablo como pecador que merecía la muerte, ya que no era capaz de cumplirla a la perfección (Ro 7:7-11). Ahora bien, cuando Pablo dice “He muerto para la ley”, habla en sentido figurado y se refiere a que había quedado libre de la Ley. Y es que el pacto de la Ley se había anulado legalmente con la muerte de Jesús en el madero de tormento (Col 2:13, 14). Por eso, Pablo les escribió a los cristianos de Roma: “A ustedes también se les hizo morir con respecto a la Ley mediante el cuerpo del Cristo” (Ro 7:4). Al demostrar fe en el sacrificio de Cristo, los cristianos morían “para la ley”. Y, como la Ley lo había conducido a Cristo, Pablo podía decir: “Mediante la ley, he muerto para la ley”. Ver las notas de estudio de Gál 3:24 y 3:25.
Estoy clavado al madero con Cristo. Aquí se usa el mismo verbo griego (synstauróō) que se emplea en los Evangelios para hablar de los que fueron ejecutados literalmente junto a Jesús (Mt 27:44; Mr 15:32; Jn 19:32; ver la nota de estudio de Ro 6:6). Como cualquier otro cristiano, Pablo vivía “por la fe en el Hijo de Dios” (Gál 3:13; Col 2:14). Al demostrar fe en el Cristo ejecutado, los cristianos judíos vivían como seguidores de Cristo, y no de la Ley (Ro 10:4; 2Co 5:15). Ver la nota de estudio de Gál 2:19.
en este cuerpo. Lit. “en la carne”. En otras palabras, como ser humano.
quien me amó y se entregó por mí. Aquí Pablo usa los pronombres “me” y “mí” para destacar que el regalo que hizo Cristo beneficia individualmente a cada persona que decide demostrar fe en él (ver la nota de estudio de Jn 3:16). Pablo comprendía y aceptaba que Cristo le había mostrado a nivel personal un amor inmenso, y por eso se sentía impulsado a tratar a los demás con cariño y generosidad (ver la nota de estudio de 2Co 5:14; comparar con 2Co 6:11-13; 12:15). Estaba muy agradecido de que Jesús lo hubiera llamado para ser discípulo suyo a pesar de que antes había perseguido a los cristianos. Y entendía que Jesús, movido por el amor, no solo había dado su vida por los justos, sino también por los que vivían agobiados por el peso del pecado (comparar con Mt 9:12, 13). Aunque Pablo resalta aquí que el sacrificio de Cristo lo beneficiaba personalmente, comprendía muy bien que el rescate beneficiaría a una innumerable cantidad de seres humanos.
entonces de nada sirvió que Cristo muriera. Pablo destaca aquí que, si hubiera sido posible que las personas fueran declaradas justas “por medio de la ley” (es decir, realizando las obras de la Ley mosaica), la muerte de Cristo habría sido innecesaria. En este versículo, Pablo explica que todo el que intenta ganarse por sí mismo el regalo de la vida está, en la práctica, rechazando la bondad inmerecida de Dios (Ro 11:5, 6; Gál 5:4).