¿Qué dice el movimiento de Liberación de la Mujer?
“EN LA actualidad el estado de ánimo subyacente de la mujer en los Estados Unidos es uno de conflicto, frustración, profunda división y cambio.”
Esa conclusión es el resultado de una encuesta efectuada entre hombres y mujeres. Refleja el estado de ánimo entre las mujeres de varias partes del mundo, especialmente en los Estados Unidos.
¿Significa esto que antes de nuestra época todas las mujeres estaban contentas con su suerte en la vida? No, porque por siglos muchas de ellas se han quejado. Entonces, ¿cómo es diferente la situación hoy?
Lo relativamente nuevo es la amplitud y los muchos aspectos de la vida abarcados por los agravios, así como lo persistente del clamor. Además, comenzando con la segunda mitad de los años 1960 muchas mujeres comenzaron a organizarse y a tomar acción definida como nunca antes lo habían hecho. Ahora exigen cambios para corregir lo que consideran injusticias ampliamente esparcidas en contra de su sexo. Dicen que ya pasó el día en que se sometían pasivamente a la injusticia.
A este movimiento generalmente se le llama “Liberación de la Mujer.” Un diccionario define la palabra liberación, como la acción de ser puesto en libertad de un cautiverio, la cualidad o estado de ser libre, teniendo los derechos legales y políticos de un ciudadano. A las que apoyan la liberación de la mujer a veces se les llama “feministas.”
¿Qué clase de libertades desean las mujeres que integran este movimiento? Aunque las libertades deseadas varían en detalle de un grupo a otro, existen varias tendencias principales entre la mayoría de las que apoyan el movimiento. Una es resentimiento a ser tratadas por los hombres como meros objetos de placer sexual. Además se oponen a la excesiva o ciega creencia en la superioridad masculina, tildándola de “patriotería masculina.”
Otra fuerte objeción es en contra del hecho de que cuando las mujeres trabajan por un salario, por lo común no obtienen la misma paga que los hombres reciben cuando hacen el mismo trabajo. También, consideran injusto el que las mujeres sean excluidas de muchas ocupaciones y puestos acaparados por los hombres.
Algunas de las mujeres demandan los mismos derechos en el hogar. Quieren que el esposo comparta de manera equitativa en los quehaceres domésticos para que la esposa pueda tener un empleo. Ellas consideran que el trabajo de la casa es ‘inferior’ y prefieren trabajar fuera del hogar en trabajos que consideran más interesantes, desafiantes, o aun más ‘fascinantes.’
Muchas mujeres exigen el derecho de tener un aborto legal si deciden terminar con una preñez. Piensan que esto las liberta de entrar en esclavitud a otra persona, el niño indeseado.
Otra demanda pide que las agencias gubernamentales establezcan centros para el cuidado de los niños. Las madres que trabajan como único sostén de la familia quieren que alguien cuide sus hijos. Prefieren trabajar por un sueldo razonable más bien que aceptar una asistencia social que apenas les permita existir.
Decenas de miles de mujeres ya han marchado por las calles de las ciudades para dar a conocer sus demandas. En Nueva York, alrededor de sesenta mujeres ‘se apoderaron’ de la Estatua de la Libertad y la cubrieron con un estandarte que decía: “¡Mujeres del mundo, uníos!” Según una de las mujeres, escogieron a la Srta. Libertad porque “es irónico el que una mujer simbolice la idea abstracta de la libertad, puesto que en realidad nosotras no somos libres.”
En los Países Bajos un grupo de mujeres prendió fuego a un corsé delante de la estatua de una famosa sufragista holandesa. Entonces irrumpieron en los lavabos públicos para hombres para dramatizar su queja de la falta de tales lavabos para mujeres. Silbaron a los hombres en las esquinas de las calles y discutieron en voz alta sus puntos buenos y malos. Las mujeres holandesas exigieron el mismo salario, división equitativa de los quehaceres domésticos, legalización del aborto, educación sexual en las escuelas y píldoras anticoncepcionales para las adolescentes.
Las mujeres noruegas dejaron pasmados a los hombres de su país al aparecerse en grandes números para votar por sus propias candidatas femeninas durante las elecciones locales. En las zonas donde la mayoría de sus candidatas ganaron, varios consejos municipales llegaron a estar bajo el control de las mujeres.
Sin embargo, no debemos pensar de la liberación de la mujer como un movimiento unido, internacional, dirigido por un control central. Hay muchos grupos e individuos incluidos y existen amplias diferencias de opinión entre éstos. Hay desacuerdos entre las mujeres de diferentes países y distintos antecedentes raciales. Aun dentro de una misma nación o grupo racial hay amplias zonas de desacuerdo.
Por ejemplo, algunas quieren poner a las mujeres en posiciones de poder en la sociedad actual por medio de colaborar con “El Establecimiento.” Pero otras quieren desmantelar por completo la sociedad establecida y reemplazarla con un orden distinto. Mientras algunas quieren más igualdad en el matrimonio, otras quieren abandonar por completo el matrimonio. Están las que quieren completa libertad sexual, y la aceptación del lesbianismo para las mujeres y la homosexualidad para los hombres. Pero otras se oponen a eso.
Las mujeres en este movimiento no están seguras en cuanto a qué dirección política adoptar. The National Observer declaró acerca de las reuniones de miembros del movimiento de liberación de la mujer: “Los talleres de trabajo vibraban con argumentos. En uno, un grupo de mujeres jóvenes . . . entabló una discusión a gritos con delegadas de mayor edad acerca de procedimientos y estrategia política.” Una mujer protestó: ‘Miren, no manejé 900 kilómetros para venir a discutir.’
Aunque los desacuerdos son comunes, al mismo tiempo las mujeres advierten que no debe menospreciarse la profundidad y extensión de sus sentimientos. Otros están de acuerdo. The National Observer hizo notar: “Ya es hora que los que todavía no lo han hecho, tomen en serio la liberación de la mujer.”
Esto se debe a que, aunque hay muchos desacuerdos entre los que favorecen la liberación de la mujer, son más los puntos en los que existe acuerdo. Por ejemplo, en Europa el clamor es el mismo que en los Estados Unidos: que las mujeres son ciudadanos de segunda clase y que sufren discriminación en el matrimonio, educación, entrenamiento vocacional y empleos. También, exigen una misma paga por un mismo trabajo, reforma a los abortos, escuelas para niños pequeños y centros para el cuidado diurno de los niños.
¿Qué hay entonces de las demandas de las que apoyan el movimiento de liberación de la mujer? ¿Tienen razón? ¿Hay verdad en lo que están diciendo?