Comenzaron a ir en pos de la paz
LA Biblia aconseja: “Busque la paz y vaya en pos de ella.” (1 Ped. 3:11) Es posible seguir ese consejo inspirado aun en esta era de violencia. Cada año decenas de miles de personas comienzan a hacerlo. Muchas de éstas en un tiempo no podían dominar su mal genio. Su vida de familia había sido arruinada por violentas reyertas. Algunos pensaban que deberían recurrir a la violencia para poner fin a los males sociales. ¿Por qué cambiaron de actitud esas personas y comenzaron a ir en pos de la paz? Fue su estudio de la Palabra de Dios con los testigos cristianos de Jehová y el aplicar las cosas aprendidas lo que produjo el cambio.
● En las Islas Británicas una señora irlandesa católica tenía un serio problema marital. Queriendo ayuda, buscó el consejo de una vecina, una testigo de Jehová. La Testigo le ofreció una ayuda para estudiar la Biblia, dirigiendo su atención al capítulo titulado “Edificando una vida de familia feliz.” La señora quedó tan impresionada con la información que animó a su esposo a leerla. “Si el libro es tan bueno en este tema, lo debe ser también en otros,” dijo él. Así es que comenzó por el capítulo titulado “¿Dónde están los muertos?”
Cuando la Testigo los visitó, él exclamó: “¡Los muertos están muertos! Deje que vea a ese sacerdote católico.” Tanto el hombre como su esposa convinieron en estudiar la Biblia. Pronto preguntaron acerca de concurrir a las reuniones de los testigos de Jehová. Fueron a la congregación para el estudio de la revista “La Atalaya.” En esa ocasión la consideración de las Escrituras tenía que ver con el gobierno de sí mismo y trataba de la borrachera. Aunque ambos tenían la costumbre de emborracharse los sábados por la noche, disfrutaron cabalmente del estudio.
Al sábado siguiente el esposo decidió no salir a beber sino llevar a su esposa y su familia al parque. Esta era la primera vez en años que hacían esto. También permaneció en el hogar ese sábado por la noche.
Con el tiempo dejó cierto negocio clandestino en el cual se había ocupado. Sin embargo halló que no le faltó dinero, porque había abandonado su costoso beber. Antes de mucho tiempo el hombre y su esposa fueron bautizados como testigos de Jehová. La familia de ellos en Irlanda se escandalizó al oír de ello. La madre irlandesa escribió: “Vayan y confiesen su terrible pecado al sacerdote y quemen su Biblia.” Les contó acerca de una señora católica que “se había hecho protestante y murió de cáncer el mismo año.” “Y,” advirtió ella, “en comparación con los testigos de Jehová, los protestantes no son ni la mitad de malos.” Pero el señor y su esposa se mantuvieron firmes. Están deleitados de que un estudio de la Biblia les haya ayudado a obtener una relación de familia pacífica.
● Un Testigo de un país de la América Central escribe: “Mientras esperaba a que la señora de la casa estuviera lista para un estudio de la Biblia, hablé con la criada. Ésta me dijo que su hijo maltrataba seriamente a su esposa, hasta pateándola y pegándole por no calentar apropiadamente las tortillas o las habichuelas. Le sugerí que le diera a su nuera uno de nuestros libros para estudiar la Biblia y la revista ‘La Atalaya’ que contenía los artículos ‘¿Por qué la infelicidad en la vida familiar?’ y ‘Disfrutando de verdadera felicidad en la vida familiar.’
“Tres días más tarde me encontré con la nuera. Ella dijo: ‘Estoy muy contenta de verlo, porque mi esposo leyó el libro y quiere hablar con usted.’ Lo visité el domingo y contesté sus preguntas desde las 10 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde. Él había leído el libro de cubierta a cubierta dos veces. A la semana siguiente se comenzó un estudio con él.” ¿Cuál fue el resultado?
Hizo un cambio notable. En solo tres semanas estaba diciendo a otros lo que él había aprendido y dejó completamente de pelear con su esposa y su madre.
● Un testigo de Jehová relata acerca de su actitud antes de comenzar a estudiar la Biblia en Chicago, Illinois: “Yo tenía tanto odio acumulado dentro de mí que realmente quería pelear en contra de lo que en aquel entonces llamaba ‘el establecimiento.’ Estaba listo y dispuesto para unirme a algún movimiento que quisiera traer un cambio por medios violentos. Mantenía armas cargadas para probarlo.” ¿Pero qué impulsó a este hombre a comenzar a ir en pos de la paz?
Él continúa: “La primera vez que me visitó un Testigo, simplemente escuché por cortesía. Le dije lo que pronto me proponía hacer debido a toda la maldad de nuestra sociedad. Me explicó que, aunque yo hiciera volar un edificio o dos y matara a unas pocas personas, al fin y al cabo me darían muerte o me pondrían preso y en realidad nada se habría logrado. Las cosas continuarían igual prescindiendo de quién estuviera en el poder en este sistema de cosas. Entonces comencé a ver en realidad qué pequeño e insignificante era yo. Cuando el testigo me mostró un libro que explicaba la respuesta a la pregunta, ‘¿Por qué ha permitido Dios la iniquidad hasta nuestro día?’ y leímos juntos en la Biblia lo que Dios se propone hacer al respecto, realmente me puse a pensar.
“Nunca me había dado cuenta de que la Biblia prometía que Dios pondría fin a la iniquidad al debido tiempo. De hecho, hasta ese momento nunca antes había leído la Biblia.”
Después de esta conversación inicial con un testigo de Jehová, este hombre hizo excelente progreso en su entendimiento de la verdad bíblica. Pronto comenzó a ayudar a otros a ver que el reino de Dios, no los violentos intentos humanos de derrocar a los gobiernos existentes, es el medio por el cual todas las injusticias llegarán a su fin.
● Relata un testigo de Jehová de El Salvador: “Mi esposa dejó una ayuda para un estudio de la Biblia en un negocio con una señora que mostró interés. La revisita produjo pocos resultados, pues la mujer estaba ocupada con el negocio. Sin embargo, dijo que quería que su esposo estudiara la Biblia para que cambiara sus prácticas. Por eso decidí visitarlo.
“Cuando lo visité, él estaba dándose un baño. Su esposa dijo que, si yo podía esperar solamente unos pocos minutos, podría hablar con él. Una hora más tarde todavía estaba esperando. Finalmente ella me dijo que su esposo había desaparecido. Esto me dejó bastante desanimado, y me dije que no iba a volver más. Pero poco tiempo después, por casualidad, vi al hombre en el patio, enfrente de su negocio. Fue amigable y mostró un sincero interés en la Biblia.
“Después de cierto tiempo al fin se comenzó un estudio de la Biblia. No se celebraba con regularidad. La mayoría de las veces el hombre no estaba. Finalmente le dije que tenía que decidir: ¿Era el negocio su dios, o quería adorar al Dios verdadero, Jehová? Desde entonces el estudio fue conducido con regularidad.”
Entonces sus cuatro hijos comenzaron a estudiar la Biblia con la ayuda del libro “De paraíso perdido a paraíso recobrado.” Sintiéndose excluida, la mujer también quiso estudiar. El Testigo escribe: “Mi esposa comenzó un estudio con ella un día diferente cuando el esposo podía cuidar del negocio.”
El progreso fue rápido, especialmente en el caso de los niños. Toda la familia comenzó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová. Pero todavía había problemas que vencer. Aunque vivían juntos desde hacía unos veinte años, tanto el hombre como la mujer estaban legalmente vinculados a otros cónyuges. Además, el hombre había sido un borracho y había participado en otras prácticas malas. Sus juergas del sábado por la noche eran el escándalo de la pequeña aldea. Se paraba en la calle sin camisa y disparaba su pistola al aire. Consideraba a su pistola como su mejor amigo y siempre la llevaba consigo. Aun cuando comenzó a ir al Salón del Reino, siempre llevaba la pistola en su maletín. Sin embargo, empezó a molestarle su conciencia y poco a poco dejó la pistola en casa.
Con el tiempo, debido a aplicar lo que estaba aprendiendo de la Biblia, este hombre comenzó a disminuir gradualmente su hábito de beber. También se esforzó por dominar su mal genio y evitar la violencia.
Después de dos años, y a un gran costo, pudieron finalmente legalizar su matrimonio. El hombre se deshizo de su “mejor amigo,” la pistola. Y tanto él como su esposa y también dos de sus hijos llegaron a ser testigos, dedicados y bautizados, de Jehová. Los dos hijos más jóvenes también están compartiendo la verdad de la Biblia con otros.
En su aldea los miembros de esta familia fueron los primeros que aceptaron el mensaje de la Biblia que proclaman los testigos de Jehová. Ahora hay muchos otros Testigos en esta zona. Unas sesenta personas concurren al estudio de la Biblia que se conduce allí con la ayuda de la revista “La Atalaya.”
Verdaderamente la Biblia puede ayudar a la gente a cultivar gobierno de sí misma, a remover el odio de su corazón y a llevarse pacíficamente con otros. Si es su deseo mejorar su relación con otros, y particularmente “con el Dios de paz,” a los testigos de Jehová les dará gusto ayudarlo con un estudio de la Santa Biblia.