¿Qué ha logrado el hombre moderno?

¿NECESITA realmente a Dios el hombre moderno? De hecho, muchas personas dicen hoy día: ‘No, me las puedo arreglar sin Dios. En realidad él no es necesario para mi vida y felicidad.’

Muchos se sienten así debido a los fantásticos logros técnicos y científicos del hombre moderno. Estos logros, según se piensa, hacen innecesario a Dios.

Además, muchas personas, viendo las terribles condiciones en que se halla el mundo, piensan que pueden arreglárselas sin un Dios que permite que estas cosas existan.

¿Son éstas, razones válidas para creer que no necesitamos a Dios?

Bueno, es verdad que muchos de los logros del hombre moderno igualan lo que la gente en tiempos anteriores creía que solo Dios podía hacer. Usando la tecnología moderna, el hombre puede erigir rascacielos, represar poderosos ríos e iluminar a ciudades enteras. Personas en lugares opuestos del globo terráqueo pueden levantar el auricular telefónico y hablar unas con otras. De hecho, a medida que los acontecimientos suceden en cualquier lugar de la Tierra, el hombre los puede observar en la TV desde la comodidad de su sala.

En muchos lugares la persona de término medio vive mejor que algunos reyes de tiempos antiguos. Disfruta de los beneficios de la calefacción central, de aire acondicionado, cocinas eléctricas, refrigeradores y otras comodidades semejantes. Los automóviles y los aeroplanos transportan a las personas en rápido orden a lugares distantes. ¡El hombre hasta puede viajar a la Luna!

Estos y otros logros han hecho que muchas personas lleguen a la conclusión de que, mientras que en tiempos antiguos el hombre quizás haya necesitado a Dios, el hombre moderno se las puede arreglar sin él.

Pero, ¿es solo a los hombres que se debe dar crédito por sus logros? ¿De dónde obtuvo el hombre su maravilloso cerebro para hallar el modo de hacer las cosas? ¿Y de dónde obtuvo él las materias primas para hacer refrigeradores, automóviles y otros inventos? ¿Las creó el hombre? Esto es algo que hay que considerar.

Hay algo más que también debemos considerar. Aunque el hombre ha logrado cosas notables en los campos de la ciencia y de la tecnología, ¿por qué ha sido él semejante fracaso al tratar de lograr paz duradera en los asuntos humanos?

Mire a su alrededor hoy día. Hay una creciente proporción de divorcios, hogares rotos, inmoralidad sexual y enfermedades venéreas. La vida de familia y la moralidad se están desmoronando. ¡Se calcula que en algunas escuelas la mitad de los estudiantes contraerán una enfermedad venérea!

Además, las ciudades están deteriorándose. De hecho, la delincuencia y la violencia en las calles hace peligroso para millones de personas hasta el ir a comprar pan a la tienda de la esquina. “El temor merodea por las calles. . . . La gente huye de las calles al oscurecer y, más y más hasta durante el día,” observó el senador de los Estados Unidos Mike Mansfield. Informó el Times de Nueva York: “En casi cada rincón de la Tierra se manifiesta un espíritu de desafuero interno.”

En una escala mayor, constantemente brotan en la Tierra guerras, revoluciones y rompimientos. Muchas personas temen, y con buena razón, la amenaza de una destrucción nuclear.

¿Indican estas condiciones que realmente no necesitamos a Dios? O ¿radica el problema en que el hombre ha tratado de resolver sus dificultades sin considerar los propósitos de Dios? ¿Y podría ser que una razón por la que Dios ha permitido estos problemas por un tiempo es para mostrar al hombre que sí necesita a Dios?