Oriente es Oriente y Occidente es Occidente
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Taiwan
CUANDO un amigo extiende la mano en dirección a usted con la palma hacia abajo y hace señas en esa misma dirección con los dedos o toda la mano, ¿qué quiere decir? Esto depende de su amigo, si es de Oriente u Occidente. Al oriental inequívocamente significa “¡Ven acá!” Pero al occidental probablemente significa “¡Quédate allí!” o, tal vez, “¡Bájate!” Hay muchos detallitos en que Oriente difiere de Occidente.
Por lo general, los modales occidentales dictan que al masticar uno debe mantener la boca cerrada y evitar hacer más ruido de lo necesario. Una misionera recién llegada al Japón descubrió que esto no le agradó a su anfitrión, un médico con quien ella estaba estudiando la Biblia. Al quedarse después del estudio a un almuerzo de fideos, trató de comer silenciosamente y de usar los palillos diestramente. Por fin el médico mostró su disgusto y dijo: “Ni siquiera puede hacer un ruido cuando come fideos, ¿verdad?” La misionera sorprendida explicó que estaban muy sabrosos pero que se le hacía difícil comerlos silenciosamente aunque estaba tratando de hacerlo así. Él entonces explicó que ella debería hacer un ruido... ¡que mientras más ruido hiciera mejor, porque eso mostraría que ella estaba disfrutando de los fideos! Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo por ajustar su modo de pensar, pero con el tiempo esta misionera aprendió a ingerir su sopa y fideos con un ruido suficientemente impresionante. Pero en el transcurso de cinco años se enfrentó con otro problema. Al visitar el país de sus parientes, los ofendió con su ruidoso modo de comer. De nuevo se dio cuenta de que realmente existe una diferencia entre Oriente y Occidente.
Igualmente, el eructar después de una comida como seña de satisfacción por lo general provoca un seño en Occidente. Pero el hacer eso en Taiwan y en otros países de Oriente es hacer un cumplido excelente sobre la calidad y cantidad de la comida.
También hay una diferencia señalada en el modo de usar las herramientas. El carpintero oriental tira la garlopa, mientras que el carpintero occidental la empuja. Al emplear un serrucho, el occidental efectúa el corte con el movimiento empujador, pero el oriental con el movimiento tirador. Correspondientemente, hay diferencia en los serruchos. El serrucho de Occidente es más pesado y largo que el de Oriente y es ancho cerca de la manija. El serrucho de Oriente es más ancho en el extremo lejano y por lo general tiene dos conjuntos de dientes, finos en una orilla y más gruesos en la otra. Sin embargo, cuando se considera el producto terminado, ambas herramientas tienen sus méritos y sirven igualmente bien para lograr el trabajo.
En Occidente es común la expresión “primero las damas.” Pero en Oriente una camarera que no está muy acostumbrada a servir a los extraños puede estar sirviendo primero al hombre y de repente disculparse y mover todo al lugar de la dama. Sí, en Oriente el hombre recibe primera consideración en casi todo. Él es el que entra primero por una puerta o en un vehículo. En tiempos más remotos, una esposa no se atrevía a andar al lado de su esposo, sino que andaba un paso o dos detrás de él. Aunque esto ya ha desaparecido casi por completo, el hombre todavía acostumbra preceder a la mujer.
Estos ejemplos ilustran por qué se ha dicho que ‘Oriente es Oriente y Occidente Occidente y ambos extremos jamás se tocarán.’ Pero se pueden hacer ajustes que les faciliten a las personas de diferentes costumbres a sentirse cómodas las unas con las otras. Esta ha sido la experiencia de los testigos de Jehová que sirven de misioneros en campos extranjeros. Han llegado a comprender la importancia de no insistir en atenerse a las costumbres de sus países natales, sino a apreciar las costumbres de otros pueblos. Tratan de imitar el ejemplo del apóstol Pablo quien dijo de sí mismo: “Aunque soy libre respecto de toda persona, me he hecho el esclavo de todos, para ganar el mayor número de personas. Y por eso a los judíos me hice como judío, para ganar a judíos . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para que de todos modos salve a algunos. Mas hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros.” (1 Cor. 9:19-23) Y estos misioneros también han descubierto que el proceder así y ajustarse a las diferentes costumbres agrega interés y color a la vida de uno y promueve un espíritu sano de amigabilidad y comprensión.