El dinero no garantiza la felicidad
En un artículo sobre cómo lograr una vida mejor en los años ochenta, la Dra. Joyce Brothers explicó que el dinero puede “comprar la felicidad” solo en el sentido de que con él se puede pagar por necesidades tales como el alimento y la ropa. Agregó:
“Puede ser que una persona con un ingreso de 100.000 dólares viva más cómodamente, esté mejor vestida y lleve mejor clase de vida que alguien que tenga un ingreso de 20.000 dólares, pero no será notablemente más feliz.
“El hombre o la mujer que gane 20.000 dólares al año probablemente exprese sorpresa al leer esto, pero los hechos demuestran que un salario razonablemente adecuado sí resulta en felicidad y que esto rara vez sucede cuando se ganan grandes sumas de dinero.
“El dinero es un engaño. También puede ser un lazo, una trampa que impide a la persona alcanzar sus más anheladas metas. . . . El dinero es un medio de lograr un fin, no es un fin en sí.”—“Post” de Nueva York, 21 de enero de 1980.
En confirmación de esto, el mismo periódico, con fecha de 16 de marzo de 1979, dijo lo siguiente: “Los cálculos más recientes del censo indican que de las 50.000 a 70.000 personas que se suicidan en este país en un año, casi el 80 por ciento gana ingresos altos. No cabe duda de que la mayoría de estas personas padecen de alguna forma ligera o severa de enfermedad depresiva que no ha sido diagnosticada.”