¿Disfruta usted de la lectura?
Si no le gusta leer... ¡esto es para usted!
¿Realmente le gusta a usted leer? A muchas personas no les gusta. Opinan que el leer es aburrido y no entienden la razón por la cual a muchas personas les gusta leer tanto.
Yo solía ser así. Leía despacio, así que pronto perdía el interés. No me gustaba leer, por eso no leía mucho. Puesto que no leía mucho, nunca practiqué lo suficiente como para convertirme en buen lector.
¡Oh!, leía lo que me asignaban en la escuela a fin de graduarme, y obtuve buenas calificaciones, pero no le veía la gracia a la lectura. Recuerdo que contaba las páginas que quedaban hasta el final del capítulo para ver cuán pronto podía irme a jugar al patio. Recuerdo que pensaba: “Todavía me quedan dos páginas y media. ¡No voy a terminar nunca!”.
Mi esposa no podía entender esto. Ella dice: “Mi madre me leía ávidamente... no solo de la Biblia, sino de cualquier publicación que ella creyera que estaba al nivel de mi edad. Con el tiempo me llevó a la biblioteca y me introdujo al placer de tomar libros prestados para leerlos”.
Puesto que mi esposa tuvo un buen comienzo, ella lee muchísimo. La práctica la ha ayudado a leer bien y sin dificultad. Alguien le mostró algunos principios relacionados con la lectura rápida. A diferencia de mí, ella querría que el libro fuera más largo... ¡para tener más páginas que leer y disfrutar de ellas también!
Muchas personas no han aprendido a leer con la facilidad y la rapidez necesarias para disfrutar de ello. Tenía casi 25 años de edad cuando un fuerte deseo de conocer las cosas que se hallan en los libros me empujó a practicar bastante la lectura hasta llegar a hacerlo sin dificultad... casi sin ningún esfuerzo.
¡Qué cosas maravillosas se pueden aprender mediante la lectura! Piense en las personas que usted puede conocer. ¿Qué no hubiera estado dispuesto a hacer usted para poder oír a Moisés hablar a la nación de Israel, o para poder escuchar la sabiduría del antiguo rey Salomón? Ellos han estado muertos por muchos años, pero escribieron, y usted puede leer sus palabras... tal como si los estuviera oyendo hoy.
¿Cuánto estaría usted dispuesto a viajar para oír a alguien que conoció personalmente a Jesús? Imagínese al envejecido apóstol Juan cuando hace casi 2.000 años se puso a escribir sus experiencias como asociado íntimo de Jesucristo. Por eso, recuerde, ¡usted puede leer lo que Juan escribió! Ello se encuentra en el libro bíblico que lleva su nombre.
Si su familia apreciaba la maravillosa bendición de la lectura, puede que lo hayan estimulado a leer bien. Recuerde, también, que Dios decidió que su Palabra se escribiera para que pudiéramos leerla y utilizarla.
Si se le hace difícil leer, no se avergüence de comenzar a leer cosas sencillas. Se sentirá bien por el éxito que obtendrá. Mi libro de historias bíblicas, Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera, Cómo lograr felicidad en su vida familiar y Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, todos ellos publicados por la Sociedad que publica esta revista, suministran información importante pero fácil de leer. También lo hacen los relatos de la vida real que a menudo se imprimen en esta revista.
A medida que progrese disfrutará de leer libros o artículos que sean cada vez más difíciles. Llegará a darse cuenta de que la lectura —como el habla y la escritura— es un don de Dios. Descubrirá que es una fuente de instrucción y placer que puede ayudarle en el camino que lleva a vida eterna. ¡Qué muchos gozos usted puede experimentar si desarrolla el maravilloso don de la lectura!—Contribuido.