¿Dónde comenzó?
IMAGÍNESE mi sorpresa al oír el extraño sonido producido por el tintineo de campanillas, un violín, y ver a personas bailando frente a un antiguo mesón de pueblo de Broadway, en la región de Cotswold, Inglaterra. Al acercarme, vi a unos grupos de hombres bailando, vestidos de blanco, cubiertos con sombreros de paja que estaban engalanados con flores y cintas, y haciendo sonar de manera armoniosa unas campanillas que llevaban sujetas a las pantorrillas. Estaban bailando la danza Morris, y yo estaba allí contemplando una costumbre que había originado siglos atrás. Intrigado, decidí averiguar más acerca de esta extraña danza en la que solo participan hombres.
Una fuente de información dice que el nombre Morris se deriva de la palabra española “morisco”, que significa “moro”. Algunos creen que se desarrolló del baile “morisco” o fandango español. Aunque en Inglaterra se remonta por lo menos al tiempo de Enrique VII (1457-1509), se popularizó en las fiestas aldeanas durante el reinado de Enrique VIII (1509-1547). En otros lugares de Europa, en el Oriente Medio, en la India, y en zonas de la América Central y del Sur son comunes danzas similares. Pero, ¿qué es lo que representan las danzas Morris?
The New Encyclopædia Britannica explica que un rasgo común de muchas de esas danzas es un grupo de danzarines varones “que acompaña a un dios pagano que celebra su revivificación después de la muerte. Frecuentemente los danzarines van ataviados con ropas blancas y bailan con campanillas sujetas a las piernas o al cuerpo. En cualquier lugar donde tradicionalmente se bailan las danzas persiste la idea de que estas tienen un poder mágico o traen suerte”.
Una variedad de la danza Morris es la danza del cuerno que tiene lugar anualmente en Abbots Bromley, Staffordshire, Inglaterra. La misma enciclopedia explica: “Esta procesión-danza incluye seis hombres-animales que llevan cuernos de ciervo [...], un hombre-mujer o Maid Marian [personaje novelesco], y un bufón, llevando ambos símbolos fálicos”.
Aunque para muchos las danzas Morris puedan parecer un pasatiempo inocente, es conveniente que los cristianos concienzudos estén al corriente de su origen. (Del personal de redacción de ¡Despertad!)