¿Apacientan las religiones a sus rebaños, o los esquilan?
“¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores?” (Ezequiel 34:2.)
TAL como ocurrió en los días del antiguo Israel, también hoy ocurre con frecuencia: muchos pastores religiosos se apacientan a sí mismos mientras dejan morir de hambre a sus rebaños. Durante el año pasado los televangelistas ocuparon el plató para —con especial entusiasmo— esquilar desde allí a las ovejas.
Los protagonistas más destacados fueron Jim y Tammy Bakker, de la PTL, aunque tuvieron el apoyo de un buen reparto. La sigla PTL, que corresponde a las palabras Praise The Lord (Alabar a Dios) y People That Love (Gente que ama), correspondería mejor —según la opinión de muchos periodistas— con la expresión Pass the Loot (Pasen el botín) y Pay the Lady (Páguenle a la dama). Un columnista se refirió a los que ejercen ese ministerio televisivo con la expresión “cambistas del templo”, y apostilló: “Es el engaño de predicar el evangelio mientras esquilan al pobre”.
El matrimonio Bakker estuvo a cargo de la institución Heritage USA, una zona de retiro de 930 hectáreas ubicada en Fort Mill (Carolina del Sur), cuya valoración se calcula en 178 millones de dólares. El imperio de la PTL ingresa unos 129 millones de dólares anuales. Según los servicios informativos, desde 1984 los Bakker han recibido, entre salarios y bonificaciones, un total de 4.800.000 dólares; se afirma que el salario de Jim Bakker en 1986 fue de 1.600.000 dólares, mientras que Tammy recibió 300.000. Viven en una casa frente a un lago en el estado de Carolina del Sur. El valor de dicha casa, que tiene la grifería chapada en oro y una perrera en la parte trasera equipada con aire acondicionado y calefacción, se calcula en 1.300.000 dólares. Bakker decía con frecuencia: “Dios quiere que su pueblo siempre disfrute de lo mejor”. Al menos, mientras les duró, él, su esposa y sus perros lo han hecho.
Pero todo se vino abajo cuando Bakker tuvo que reconocer su adulterio con una secretaria de su Iglesia. A pesar de los 265.000 dólares tomados de los fondos de la PTL que se usaron de tapadera para silenciar el incidente, esta pequeña aventura dio origen a la transcripción de la sigla PTL por la expresión Pay the Lady (Páguenle a la dama). (Sin embargo, la dama de este incidente nunca recibió dicha cantidad.) La carismática iglesia pentecostal de la PTL pasó a manos del fundamentalista Jerry Falwell.
Al principio, Falwell se expresó en términos de amor y perdón, pero no tardó mucho tiempo en enseñar las uñas y poner al descubierto los trapos sucios. Acusó a la PTL de Bakker de ser “el peor cáncer de la cristiandad en los pasados dos mil años de historia de la Iglesia”. Haciendo gala de una justa indignación, Falwell sentenció: “Veo su codicia. Veo su egocentrismo. Veo la avaricia que ha ocasionado su caída”. De modo que cuando Falwell se hizo cargo de la PTL, según informó la revista Newsweek, tomó la resolución de “que lo que él no haría sería ‘pedir dinero a través de la televisión’”. Sin embargo, la revista añadió: “La semana pasada Falwell salió en antena y pidió dinero”.
El Daily News de Nueva York publicó un artículo con el título “Falwell, a sus seguidores: Pass the Loot (Pasen el botín)” en el que dijo: “Ayer Jerry Falwell tendió una vez más su red para recoger dinero, presionando a su grey electrónica para que contribuyesen más en metálico”. Dirigiéndose a su congregación, eminentemente pobre, dijo: “Necesitamos la contribución que más sacrificio les cueste enviar. [...] Si ustedes no quieren que este ministerio continúe adelante, sencillamente no me hagan caso”. Pero no lo hicieron. El llamamiento recaudó 20 millones de dólares. Luego, tal como había prometido si el llamamiento tenía éxito, se puso un elegante traje azul, se subió al tobogán acuático del retiro de Heritage USA, que tiene un recorrido de 50 metros, y después de recitar el Padrenuestro, se deslizó por el tobogán hasta caer al agua. Posteriormente, Falwell se retiró de la PTL.
Según informó la revista Newsweek, “Michael Korpi, fotógrafo de Falwell en su programa ‘La hora del evangelio de antes’, acusó al ministerio [de Falwell] de haber recaudado más de cuatro millones de dólares durante una campaña efectuada en 1979 a favor de los refugiados camboyanos, de los cuales solo envió unos cien mil dólares para ayudar a las víctimas”.
La zambullida de Falwell desde un tobogán acuático había emulado la dramática representación del televangelista Oral Roberts. A principios del año pasado, Roberts anunció a sus seguidores que Dios le había advertido que si no recaudaba ocho millones de dólares antes del 31 de marzo, “se lo llevaría”. En su oración de cierre, dijo: “Extiendan la duración de mi vida. Permítanme vivir más allá del mes de marzo”. Su hijo suplicó: “No permitan que este sea el último cumpleaños de mi padre”. Este chantaje emocional de Roberts y su hijo dio resultados. Roberts permaneció en su torre de oración —hay quien dice que en ella está sesenta metros más cerca de Dios—, y su audiencia televisiva aportó los ocho millones de dólares. Sin embargo, uno de sus seguidores dijo, con ciertos visos filosóficos: “Si hubiese muerto, no habría sido una desgracia. El cielo es un buen lugar donde estar”.
En cierta ocasión, Roberts amenizó a su audiencia televisiva con una historia angustiosa que tuvo un final feliz. El Diablo se presentó en su habitación y forcejeó con él. Roberts dijo: “Sentí sus manos oprimiéndome la garganta, intentando estrangularme. Grité para llamar a mi esposa: ‘¡Ven, cariño!’. Ella vino y ordenó al Diablo que se marchase. Empecé a respirar y pude levantarme en buen estado de la cama”. Parece que su esposa tuvo más poder sobre el Diablo que él.
Cuando en 1980 los fondos comenzaron a disminuir, dijo que había visto una figura de Jesús de 270 metros de altura, de pie y descalzo, que le hablaba. Esta visión resultó en una recaudación de cinco millones de dólares. Roberts afirma que ha resucitado a personas muertas. En una ocasión dijo: “Tuve que interrumpir un sermón e ir a resucitar a un muerto”. Esto provocó el siguiente comentario de la revista Newsweek: “Oral Roberts dice que ha levantado a los muertos, pero a lo que se dedica es a levantar fortunas”.
Se dice que el predicador pentecostal Jimmy Swaggart es el televangelista más popular, pues tiene una audiencia de ocho millones de telespectadores cada domingo. Como cantante destacado de música evangélica, ha recaudado 100 millones de dólares de sus grabaciones. Respecto al escándalo de los Bakker, Swaggart dijo: “En mi opinión, todo ese desastre era un cáncer que tenía que ser extirpado del cuerpo de Cristo”. En una ocasión posterior, Swaggart añadió: “La gente dirá: ‘Esos han estado desvalijando al público’. Y para ser sinceros con ustedes, eso es exactamente lo que han estado haciendo”.
No obstante, según los medios informativos, parece que el propio Swaggart tampoco se ha quedado muy atrás. La revista Newsweek informó que George Jernigan, quien fue uno de los ejecutivos de Swaggart, afirmó que este “había recaudado 20 millones de dólares para un fondo en beneficio de los niños, pero había invertido menos del 10% de ese dinero en el programa propuesto. Jernigan dijo: ‘El resto del dinero fue invertido en Baton Rouge’, recinto privado de Swaggart, en el cual, según la WBRZ-TV, se halla su casa, valorada en un millón de dólares, un rancho de 776.000 dólares que pertenece a su hijo y el árbol-casa de su nieto, dotado de aire acondicionado”.
Marshall Frady, corresponsal de la ABC, comentó en un programa de la serie Nightline dedicado a los televangelistas que “un buen número de personas al menos ha comenzado a darse cuenta de que todo el boato del evangelismo televisivo moderno parece estar muy lejos de la sencillez que tuvo aquel joven y ardiente místico galileo, el cual, sin ninguna propiedad y sin una junta directiva, anduvo predicando por un rincón polvoriento de la Tierra hace unos dos mil años”.
Es cierto que “todo el boato del evangelismo televisivo moderno” está muy lejos de los métodos de enseñanza empleados por Jesús. Pero también es cierto que los tiempos han cambiado. Para predicar a millones de personas por todo el mundo se requieren medios modernos y una organización eficiente, para lo cual hacen falta grandes sumas de dinero. Aun así, el estilo de vida básico de Jesús continúa siendo el modelo para los cristianos. Los valores y principios que él estableció siguen siendo el único camino para los cristianos de hoy. (1 Pedro 2:21.)
Algunos de esos principios son: ‘Recibieron la verdad gratis, denla gratis. No se inquieten por los bienes materiales. Busquen primero el Reino. Hay más felicidad en dar que en recibir. Vayan y enseñen a la gente en sus hogares. La Palabra de Dios es la verdad. Amen a Dios y a su prójimo. Hagan a otros lo que quisieran que otros les hagan a ustedes. Apacienten mis ovejas’. El verdadero cristianismo no ha cambiado, solo han cambiado los medios para difundirlo.
Lo objetable no es la gran cantidad de dinero que esto requiere. Hacen falta millones para predicar por todo el mundo. El dinero no es malo. Es el amor al dinero lo que es raíz de toda suerte de males. Malos son los medios que se emplean para conseguirlo: las peticiones, los trucos, la mendicidad religiosa, el engaño, la mentira. Malo es quitárselo al pobre por medio de estafas. Y el que una vez recolectado el dinero para un fin se emplee para otros objetivos, como el enriquecimiento personal, es malversación. Los fariseos eran amadores del dinero. Judas vendió a Cristo por dinero. Muchos pastores religiosos de hoy siguen sus pasos en lugar de seguir los de Jesús.
Se apacientan a sí mismos, no al rebaño. Y no se trata únicamente de los pentecostales. Los fundamentalistas enseñan la trinidad, el tormento de fuego del infierno, la destrucción de la Tierra por fuego... doctrinas paganas que tuvieron su origen en la antigua Babilonia y en Egipto. Los modernistas niegan la validez de la Biblia... sostienen que no es inspirada, que no es infalible, que sus libros no fueron escritos por quienes se afirma ni en la época en que se dice y que no ha habido creación, sino evolución. Luego están los predicadores que difunden un tipo de psicología popular, santurrones palabreros que reparten un mensaje suavizado con el que regalan los oídos a las personas que no quieren aceptar la verdad lisa y llana de la Biblia. Alimentan a su rebaño con paja, no con trigo. (Isaías 30:10; 2 Timoteo 4:3, 4.)
Verdaderamente hoy ocurre lo mismo que en el tiempo de Jesús: “Al ver las muchedumbres, se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor”. (Mateo 9:36.) Entonces, “comenzó a enseñarles muchas cosas”. (Marcos 6:34.) No obstante, Jesús tiene hoy en la Tierra seguidores que andan en sus pisadas, predican tal como él lo hizo y enseñan las verdades de la Biblia que apaciguan el hambre espiritual. (Amós 8:11.)
Esos seguidores son los testigos de Jehová. Su obra de predicación mundial requiere el apoyo de grandes sumas de dinero, pero este se ofrece voluntariamente, sin necesidad de pedir contribuciones. La literatura que imprimen se distribuye a un costo mínimo. Todas las semanas se conducen estudios bíblicos gratuitos en los hogares de la gente. Las reuniones de congregación son gratuitas, no se hacen colectas, no se pide dinero, no se pagan salarios. Muchos Testigos trabajan para su propio sostén y contribuyen de su tiempo y dinero para llevar a cabo la predicación de las buenas nuevas del Reino. (Mateo 24:14; Hechos 1:8.)
Ellos hacen lo que Jesús enseñó: “Recibieron gratis; den gratis”. Obran de acuerdo con lo que Pedro indicó: “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño”. (Mateo 10:8; 1 Pedro 5:2, 3.)
[Comentario en la página 6]
“Oral Roberts dice que ha levantado a los muertos, pero a lo que se dedica es a levantar fortunas”
[Comentario en la página 6]
“Es el engaño de predicar el evangelio mientras esquilan al pobre”
[Comentario en la página 8]
“Recibieron gratis; den gratis”