El poderoso quebrantahuesos
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN GRAN BRETAÑA
EL QUEBRANTAHUESOS es un ave soberbia que llega a superar los 120 centímetros de longitud y los tres metros de envergadura, lo que le permite planear sin esfuerzo sobre las cordilleras europeas y africanas y, en ocasiones, a altitudes de ocho kilómetros en el Himalaya. Esta imponente criatura tiene el pecho anaranjado, el cuello y la cabeza blanquinegros, y largas cerdas que cuelgan debajo del pico, las cuales le hacen acreedora de otro nombre: buitre barbudo. Dado que vive en regiones remotas e inhóspitas, ¿dónde encuentra su alimento?
Algunas obras de consulta sostienen que el quebrantahuesos se abalanza sobre seres vivos, como la gamuza, el cordero, el cabrito, la liebre y pequeños cuadrúpedos, aunque hay especialistas que discrepan al respecto. “No existe ni un solo relato verificable de que esta ave haya atacado nunca a un animal”, explica la obra The World Atlas of Birds (Atlas universal de las aves). Se sabe, sin embargo, que come los amasijos de piel que regurgitan otras aves una vez que estas han digerido toda la carne. Entonces, ¿de qué se alimenta?
El quebrantahuesos se eleva a gran altura con los huesos de las víctimas de los depredadores, o de animales que han muerto de cualquier otro modo, y los deja caer sobre las rocas. La explicación tradicional era que los quebrantaba únicamente para obtener el tuétano. Sin embargo, tras un examen minucioso de especímenes vivos y muertos, un grupo de investigadores de la Universidad de Glasgow (Escocia) ha llegado a una conclusión diferente, según informa The Economist.
El quebrantahuesos ingiere fragmentos óseos de hasta 25 por 4 centímetros. Los especialistas se sorprendieron al descubrir que no dispone de un sistema digestivo especial, como una molleja capaz de procesar su indigesta comida. El único aspecto peculiar es que tiene un esófago sumamente elástico, lo que facilita la deglución de los fragmentos. Su estómago, sin embargo, reserva algunas sorpresas.
Los científicos se extrañaron al hallar en el estómago una gran concentración de células que segregan un ácido extremadamente fuerte, más potente que el de las baterías, con el que disuelven el calcio de los huesos, liberando de ese modo las proteínas y la grasa medulares. Los huesos le proporcionan un mayor valor energético que si engullera igual peso de carne. Pero es aún más asombroso que haya enzimas digestivas en un medio tan ácido. Ha quedado resuelto, por tanto, el misterio de cómo puede vivir una criatura tan fuerte con una dieta tan exigua, constituida en un 90% por huesos; sin duda, otra maravilla de la creación.
[Reconocimiento de la página 25]
© Nigel Dennis, Photo Researchers