“¡Despertad! me salvó la vida”
“El 11 de noviembre, como a las diez de la noche —dice Arthur, de Suva (Fiji)—, empecé a sentir dolor en el pecho, y pensé que no era más que un ardor estomacal. Mi esposa, Esther, estaba convencida de que se trataba de un infarto, pues dijo que mis síntomas eran como los mencionados en la revista ¡Despertad! que acababa de leer, con el título de portada ‘Infarto. ¿Qué medidas tomar?’, del 8 de diciembre de 1996.
”Hablé por teléfono con mi médico, y me recomendó que tomara algún medicamento para el ardor estomacal, que me durmiera y que lo fuera a ver por la mañana. No obstante, el dolor persistía. Pedí a Esther que trajera la revista ¡Despertad! y que me leyera el recuadro ‘Síntomas de un infarto’. Cuando lo leyó, concordé en que me llevaran al hospital.
”Los exámenes revelaron que estaba sufriendo un infarto, y me internaron en el hospital. Estuve bajo los efectos de fuertes sedantes y en reposo absoluto durante los siguientes cinco días. El cardiólogo dijo que fui afortunado al haber detectado el infarto.
”El 9 de enero de 1997 me sometí a una operación a corazón abierto de cuatro horas de duración en Sydney (Australia). El informe del cirujano decía que ‘mi enfermedad coronaria era increíblemente grave’. El estado de las arterias coronarias indicaba que si no hubiera detectado el infarto el 11 de noviembre habría sufrido un infarto grave en unos meses.
”No tengo la menor duda de que ¡Despertad! me salvó la vida, porque con toda seguridad le hubiera restado importancia al infarto pensando que no era más que un fuerte ardor estomacal.”
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