De nuestros lectores
Controlando las fobias Mientras leía el reportaje sobre las fobias (22 de julio de 1998), sentí como si un brazo me rodeara confortadoramente. Por fin alguien entendía la terrible pesadilla que ha atormentado a mi esposa toda su vida. La fobia social le ha causado indecible sufrimiento. Nunca comprendí cabalmente lo que le pasaba. Su auténtico terror a hablar en público, a usar el teléfono, a relacionarse con otras personas, así como sus desvanecimientos y sus ataques de pánico: todos estos síntomas se describieron a lo largo de los artículos. Fue como si las distintas piezas de un rompecabezas de repente encajaran en su lugar. Muchas personas han malinterpretado sus reacciones de pánico y terror y las han considerado muestras de mala educación o de comportamiento antisocial. Espero que estas personas lean tan magnífica información.
M. C., Escocia
A mi hijo, que tiene apenas 10 años, le diagnosticaron agorafobia a principios de año. La lucha ha sido muy difícil. Hubo dos cosas que me encantaron del reportaje. La primera fue la sección “Hombres ‘de sentimientos semejantes a los nuestros’”, que le hizo ver a mi hijo que no estaba solo. La segunda fue la consideración con que lo redactaron. En vez de condenar o menospreciar, fue escrito con amor, bondad, sabiduría y más amor.
K. J., Australia
Me gustaron los artículos porque se centraron en lo que el paciente puede hacer. Explicaron los pasos básicos que hay que dar para controlar las fobias, y ahora siento que puedo obtener la ayuda necesaria para mejorar.
J. I., Japón
Es la primera vez que me siento realmente comprendida. No puedo describir lo consolador que es saber que Jehová entiende el sufrimiento que causa la fobia social. Los artículos también ayudaron a mis amigos a entender mejor por lo que estoy pasando.
G. O., Alemania
Me admira su empatía con aquellos que, como yo, padecen fobias sociales. Estos artículos eran precisamente lo que necesitaba. Me animó mucho saber que otros tienen el mismo problema. Estoy listo para remangarme la camisa y vencerlo.
S. D., Italia
¿Por qué no puedo concentrarme? Lloré de alegría cuando leí el tema “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué no puedo concentrarme?” (22 de julio de 1998). Tengo 18 años, y como ministra de tiempo completo me preocupaba mucho el no poder concentrarme, pues es importante estar atentos para poder ayudar a la gente en el ministerio del campo. A veces me deprimía al no poder recordar y analizar las cosas. Lo que la Biblia dice de que Jehová nos da el alimento al tiempo apropiado es muy cierto.
A. R. C. R., Estados Unidos
Consejos para los viajeros En el recuadro “Consejos para los viajeros”, del artículo “El dengue: fiebre provocada por una picadura” (22 de julio de 1998), hizo falta una recomendación: el uso de mosquitero por la noche, preferentemente uno que haya sido tratado con insecticida.
I. H., Inglaterra
Agradecemos los comentarios del lector. Su sugerencia es especialmente útil en la prevención de la malaria (véase ¡Despertad! del 22 de julio de 1997, pág. 31). No obstante, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, el mosquito que transmite el dengue “prefiere alimentarse de los humanos durante el día”. Pica mayormente “por la mañana, durante varias horas después del amanecer, y por la tarde, durante varias horas antes del anochecer”. Por lo tanto, el uso de mosquiteros por la noche no es tan eficaz en la prevención de esta enfermedad en particular.—La Redacción.