Un nuevo hogar para un gorrión herido
“¿NO TE parece que ya tenemos suficiente trabajo?”, le dije a mi esposa cuando trajo a casa un pequeño gorrión que se había caído del nido. Pero al mirar de cerca a la temblorosa avecilla, se me derritió el corazón, y me pregunté si esa frágil criatura sobreviviría.a
Al principio tuvimos que insistirle a nuestro huésped para que aceptara un poquito de puré, pero al día siguiente el gorrioncillo no dejaba de piar cada vez que quería que lo alimentáramos. Sus chillidos se oían desde las escaleras, y eso que nuestro apartamento tiene puertas dobles.
El plumaje nos indicó que se trataba de una hembra. La avecilla fue recuperando fuerzas poco a poco hasta estar de nuevo en condiciones de volar; no obstante, nuestros intentos de devolverla a la libertad fracasaron. “Tal vez tiene miedo de salir de la casa”, pensamos. Así que le compramos una jaula y la adoptamos como mascota. Le pusimos Spatzi, un diminutivo en alemán para “gorrión”.
Un día hicimos arroz, al parecer uno de los platos preferidos de nuestra ave. Como todavía estaba muy caliente, mi esposa entretanto le puso unas semillas sobre la mesa. ¿Qué hizo Spatzi? ¡Las tiró al suelo con el pico! Mirándonos con sorpresa, nos empezamos a reír. De inmediato le dimos un poco del arroz que se había enfriado, y Spatzi pareció complacida.
Cuidar de esta simpática avecilla nos trajo a la mente estas palabras de Jesús a sus discípulos: “¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin el conocimiento de su Padre”. Jesús añadió: “No tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10:29-31).
Resulta tranquilizador saber que Jehová conoce nuestras angustias y recuerda nuestro aguante (Isaías 63:9; Hebreos 6:10). En efecto, la compasión que sentimos los humanos por una pequeña ave es solo una muestra del amor que Jehová Dios siente por quienes le sirven. (Colaboración.)
[Nota]
a En algunos casos, cuidar de un ave enferma o herida pudiera exponerlo a uno a enfermedades o estar prohibido por reglamentos locales.