¡Muy pronto habrá paz y felicidad duraderas!
1, 2. ¿Qué es el Reino de Dios?
JESÚS enseñó a sus discípulos a orar así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10). Tenemos que pedir que venga el Reino de Dios. Pero ¿qué es el Reino de Dios? Es un gobierno celestial, y Jehová ha designado a su amado Hijo, Jesucristo, para que sea su Rey. Ahora bien, ¿qué hará por nosotros este Reino?
2 Hace más de dos mil quinientos años, el profeta Daniel escribió lo siguiente por inspiración divina: “En los días de aquellos reyes [las naciones de la Tierra] el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Daniel 2:44). Esta profecía hace patente que el Reino de Dios primeramente quitará los gobiernos humanos, causantes de las divisiones y el sufrimiento imperantes en la Tierra, y entonces instaurará un reinado pacífico y duradero sobre la humanidad. ¿Cuándo ocurrirá esto? ¿Lo verán nuestros ojos?
3-5. ¿Por qué estamos convencidos de que el Reino de Dios pronto solucionará todos los problemas del mundo?
3 En cierta ocasión, los discípulos de Jesús le preguntaron: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. La respuesta de Jesús indicó que habría guerras a escala mundial, escasez de alimentos, grandes terremotos y aumento de la maldad; además, se levantarían falsos maestros religiosos que engañarían a muchos, sus discípulos serían odiados y perseguidos, la mayoría de la gente dejaría de amarse y las buenas nuevas del Reino de Dios se predicarían en toda la Tierra (Mateo 24:3-14). ¿Ha presenciado usted tales acontecimientos? Muchos observadores han reconocido que desde el estallido de la primera guerra mundial, en 1914, la humanidad se ha sumido en un período de confusión sin precedentes. El filósofo Bertrand Russell escribió: “Desde 1914, quienes se han mantenido al tanto de las tendencias del mundo han estado muy preocupados por lo que parece ser una marcha predestinada a un desastre cada vez mayor”. Igualmente, el historiador danés Peter Munch escribió: “El estallido de la guerra en 1914 es el gran punto de viraje en la historia de la humanidad. [...] Entramos en una era de catástrofes, horror y odio en la que reina la inseguridad”.
4 Aparte de las guerras, desde 1914 en adelante el hambre, las pestes, los terremotos y la violencia en el mundo han alcanzado cotas nunca antes vistas. Lamentablemente, a pesar de los adelantos de la ciencia y la tecnología, el hombre es totalmente incapaz de solucionar estos graves problemas. Todo ello prueba sin la más ligera duda que la señal que Jesús dio sobre el tiempo del fin ha estado ante nuestros ojos desde 1914. ¡Jesucristo reina en los cielos invisibles! ¡El mundo ha entrado en el tiempo del fin!
Todos nos hallamos ante una decisión de vida o muerte
5 Dado que tales sucesos están ocurriendo en nuestros días, todos nos hallamos ante una decisión de vida o muerte. ¿Cuál es? Hablando del fin de este sistema de cosas, Jesús indicó que separaría a la gente de todas las naciones unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Solo las personas mansas como ovejas —que amen la rectitud y apoyen activamente el Reino de Dios— sobrevivirán al fin de este mundo malvado y gozarán eternamente de las bendiciones de Dios bajo su Reino (Mateo 25:31, 33).
Solo las personas mansas como ovejas sobrevivirán al fin de este mundo malvado
6, 7. a) ¿Qué bendiciones traerá el Reino de Dios? b) ¿A hacer qué se le invita sinceramente?
6 ¿Qué bendiciones traerá a la humanidad el Reino de Dios? He aquí algunas de ellas.
Las guerras, el delito y la violencia cesarán para siempre (Salmo 46:8, 9; Isaías 2:4).
Todo el mundo será tratado de manera ecuánime e imparcial. No habrá más discriminación racial, social o de otro tipo (Hechos 10:35; Revelación 7:9, 10).
Habrá abundancia de alimento, viviendas adecuadas y un trabajo gratificante para todos (Salmo 72:16; Isaías 25:6; 65:21, 22).
No habrá más enfermedades, invalidez, vejez ni muerte (Isaías 25:8; 35:5, 6; Revelación 21:4).
Resucitarán los muertos (Juan 5:28, 29; Revelación 20:12).
La Tierra será un paraíso (Lucas 23:43; Salmo 98:7-9).
7 Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Por lo tanto, lo invitamos sinceramente a dedicar tiempo a estudiar la Biblia y aprender lo que debe hacer a fin de gozar de la vida eterna en el Paraíso en la Tierra bajo el Reino de Dios. De igual modo, lo invitamos a asistir con regularidad a las reuniones de los testigos de Jehová. Existen por todo el planeta millones de personas que adoran unidamente y con viva fe al Eterno Soberano, Jehová. Ahora es el momento de unirse a ellas. Actúe ya. No vacile en tomar la decisión. Acepte usted también la siguiente invitación: “‘¡Ven!’ [...;] cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida” (Revelación 22:17).