HOREO
Los horeos eran un pueblo que en los tiempos de los patriarcas habitaba en las montañas de Seír. En la Biblia se les llama: “Los hijos de Seír el horeo”. (Gén. 36:20, 21, 29, 30.) Los edomitas “procedieron a desposeerlos y a aniquilarlos de delante de ellos y a morar en su lugar”. (Deu. 2:12, 22.)
En Génesis 36:2, según el texto masorético, al abuelo de una de las esposas de Esaú se le llama “Zibeón el heveo”. Sin embargo, en los versículos 20 y 24 se le identifica como descendiente de Seír el horeo. El término horeo, por derivarse de la palabra hebrea hohr, “cueva” o “agujero”, puede significar simplemente “morador de cuevas”. De modo que Zibeón pudo ser un heveo que moraba en cuevas.
HURRITAS
Actualmente muchos eruditos modernos creen que en realidad los horeos eran un pueblo a quienes ellos llaman “hurritas”. Esta conclusión está basada principalmente en similitudes lingüísticas, en particular tocante a nombres propios, que han encontrado en tablillas antiguas descubiertas en tiempos recientes en una amplia zona que se extiende desde la moderna Turquía hasta Siria y Palestina. De modo que afirman que los “hurritas” llegaron a llamarse horeos. Pero hay que tener en cuenta los comentarios de E. A. Speiser en The World History of the Jewish People. Primero presenta este argumento:
“Por otra parte, los jebuseos bíblicos también resultaron ser de hecho hurritas. Eran de linaje extranjero (Jue. 19:12), descripción que se corrobora por el nombre personal jebuseo Awarnah [Arauna] (II Sam. 24:16, Kethib). El nombre de un gobernante de Jerusalén, o Jebús, del siglo XIV, contenía el afirmado elemento hurrita Hepa. Así, los jebuseos, al igual que los heveos—dos de las naciones prominentes preisraelitas—, eran simplemente subdivisiones del grupo hurrita ampliamente extendido […].” Pero luego añade:
“Sin embargo, la conclusión referida arriba se debe ahora modificar en un aspecto significativo, modificación que no resta nada de la posición de los hurritas locales en los tiempos bíblicos primitivos; pero sí afecta el que se identifique automáticamente a los hurritas con los horeos. […] No hay ninguna evidencia arqueológica de que existiese una población hurrita en Edom o en la Transjordania. Por lo tanto, se desprende que el término bíblico Hōrî—de manera muy parecida a Cus—se debió usar en cierto tiempo con dos significados distintos y no relacionados.” (Pág. 159.)
De modo que aunque los eruditos quieran aplicar un nombre que no aparece en la Biblia a un pueblo ampliamente extendido que, según dicen, incluía a los horeos, heveos y jebuseos, confiesan que no hay ninguna evidencia de que hubiese una población hurrita en Edom o en la Transjordania. Así, cuando la Biblia llama a los habitantes preedomitas de Seír “horeos”, parece ser que usa ese nombre en sentido restringido para referirse al grupo que habitaba en Seír.
De lo susodicho se puede razonar que es aventurado sacar conclusiones basadas en supuestas derivaciones de nombres propios, especialmente cuando la confiable historia bíblica hace distinciones entre ellos, como entre los heveos y los jebuseos. Los alista como naciones separadas, aunque, por supuesto, tenían un origen común pues ambas naciones descendieron de Canaán. (Gén. 10:15-17; véase HEVEOS.)