Habla sucia
En el mundo de hoy uno está continuamente expuesto a mentes sucias y habla sucia. Algunas personas no pueden escuchar una conversación sin pensar en algún cuento sucio; no pueden abrir la boca sin usar lenguaje malo. No obstante, uno no puede revolcarse en tizne sin ensuciarse; de modo que la instrucción de Pablo en Efesios 5:3, 4 es algo que vale la pena tener presente continuamente: “Empero la fornicación y toda suerte de inmundicia, o avaricia, ni siquiera se mienten entre vosotros, como conviene a santos: ni tampoco la obscenidad y las truhanerías y las chocarrerías, cosas que no convienen; sino antes acciones de gracias.” ¿Sigue usted estas instrucciones?