Preguntas de los lectores
• En Mateo 19:23, 24 Jesús les dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que será cosa difícil el que un rico entre en el reino de los cielos. Otra vez les digo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios.” ¿Consta prueba de que ésta sea una mala traducción lo que sigue, que se declaró en un artículo corto que se publicó en la revista The American Mercury, intitulado “El camino del traductor”? Esto dijo el artículo:
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un hombre rico entre en el reino de Dios. Este dicho bíblico ha sido repetido millones de veces, pero es una traducción errónea del griego original. La idea de que un camello pasara por el ojo de una aguja era llamativa. El griego original del Evangelio, sin embargo, meramente habló de la dificultad que tendría una soga en pasar por el ojo de una aguja. El equivalente griego de ‘soga’ es kámilos, pero otra palabra griega, kámelos, significa camello. El hombre que tradujo el Evangelio al latín confundió las dos palabras—y de la traducción latina su error ha pasado a todos los otros idiomas del mundo.”
Este artículo sin duda está basado en la traducción hecha por Jorge M. Lamsa, intitulada “El Nuevo Testamento según el texto oriental traducido de fuentes arameas originales,” publicada en 1940. En Mateo 19:24 su traducción dice: “Otra vez les digo, más fácil es que una soga pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.” Hay una nota al pie de la página acerca de la palabra “soga,” y dice: “La palabra aramea gamla significa soga y camello.” Al escoger entre soga y camello Lamsa escoge el significado “soga.” Sin embargo, se han hecho otras traducciones del idioma siríaco, que está estrechamente relacionado con el arameo, al inglés. ¿Cómo vierten Mateo 19:24 éstas? La traducción por Carlos Cutler Torrey, intitulada “Los cuatro Evangelios,” de 1933, dice: “Otra vez digo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un hombre rico entre en el reino de Dios.”
La traducción por el Dr. Jaime Murdock, intitulada “El Nuevo Testamento—Una traducción literal de la Versión Peschitto siríaca,” de 1893, dice: “Y de nuevo, les digo a ustedes: Le es más fácil a un camello entrar por la abertura de una aguja, que a un hombre rico entrar en el reino de Dios.”
Así que tenemos dos traducciones modernas que prefieren el significado “camello” en vez del significado “soga.” El artículo en The American Mercury quisiera hacernos saber que hubo una confusión entre las palabras griegas kámilos y kámelos. De modo que nos dirigimos a un léxico griego-inglés por Liddell y Scott, la nueva edición por H. S. Jones y Roderick McKenzie del año 1948. En éste consultamos la palabra kámilos. Este define kámilos como soga, pero hace este comentario: que la palabra kámilos fué “tal vez inventada como una enmienda de la frase: ‘Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un hombre rico entre en el reino de Dios.’—Mateo 19:24.”
Los más antiguos manuscritos griegos que tenemos del Evangelio de Mateo son el manuscrito Sinaítico, el manuscrito Vaticano N.º 1209 y el manuscrito Alejandrino. Estos tres manuscritos tienen la palabra griega kámelos, que significa “camello,” no kámilos, que significa “soga.” Se cree que el apóstol Mateo probablemente escribió su relato de la vida de Jesús primero en hebreo o arameo, y luego que haya hecho su propia traducción de su relato al griego. Él sabía, por lo tanto, exactamente lo que Jesús dijo y quiso decir, y por lo tanto él sabía la palabra griega correcta que había de usar en este versículo. El usó la palabra kámelos, como se manifiesta por los más antiguos manuscritos griegos que tenemos existentes hoy.
Hay buen motivo, por lo tanto, para creer que la traducción dada en la Traducción del Nuevo Mundo es la correcta. No le es fácil a un camello con sus patas largas, su lomo jorobado y su cuello largo pasar por el ojo de una aguja literal. La gente se mofaría de la idea de que un camello tratara de hacerlo. ¡Imposible!, dirían. De manera que por medio del uso de esta ilustración extravagante Jesús nos estaba enseñando una lección en contra del materialismo, advirtiéndonos de sus peligros. Estaba diciendo que tal como era imposible que un camello literal pasara por el ojo de una aguja literal, era aun menos posible que un hombre rico entrara en el reino de Dios, reteniendo sus riquezas.