Preguntas de los lectores
● ¿Por qué usa la Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras la expresión más larga “tumbas memorialescas” en vez de la sola palabra “tumba,” como hace la Versión Normal Americana en Mateo 8:28; 23:29; 27:52, 53, 60; 28:8; Juan 5:28 y en otros versículos?
En los versículos bíblicos citados la Traducción del Nuevo Mundo dice “tumba memorialesca” o “tumbas memorialescas” porque la palabra original griega es mnemei’on, habiéndose escrito las Escrituras cristianas originales en el idioma griego común de hace mil novecientos años. Esta palabra griega mnemei’on se deriva del verbo que significa “recordar” o “conmemorar.” Otras traducciones de la Biblia en inglés tal vez viertan esta palabra griega mediante la sola palabra “tumba” (tomb), pero la palabra “tumba” no expresa cabalmente el significado de la palabra griega original. ¿Por qué no? Porque “tumba” en el griego se deriva del verbo que significa “cortar, hachear, o cavar.” Pero la palabra griega mnemei’on incluye la idea de ser recordado o de recuerdo.
Las personas privadas de un pariente por la muerte lo colocan en una tumba porque quieren recordar al difunto, y les gusta pensar que esa persona volverá a vivir y que tendrán el gozo de encontrarse con ella de nuevo en otra vida. Pero lo principal no es el ser recordado por los humanos sino por el Dios Todopoderoso, el ser retenido en su memoria como digno de otra vida mediante una resurrección de entre los muertos.
Evidentemente cuando el Señor Jesús dijo: “La hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio,” él se refería a la memoria de Dios, a los muertos que Dios tiene retenidos en su mente. El que estemos retenidos en su memoria es importantísimo, porque él es el único que tiene el poder para resucitar a los muertos por medio de Jesucristo durante su reinado de mil años sobre la humanidad. Debido a que la palabra griega que Jesús usó aquí, mnemei’on, incluye la idea de memoria, podemos tener esperanza para los que están muertos en las tumbas memorialescas de que serán recordados por Dios mediante una resurrección.
Los que, después de muertos, eran echados por los judíos al valle de Hinnom fuera de Jerusalén, o al Gehena (según lo llamaban los griegos), eran destruidos allí y por lo tanto no se les daba un entierro en una mnemei’on o tumba memorialesca. Esto se debía a que no se les consideraba dignos de ser recordados por el pueblo de Dios, y por esto no se consideraba que merecieran ser levantados de entre los muertos al debido tiempo de Dios. De modo que el Gehena, el valle fuera de las murallas de Jerusalén donde se destruía la basura y el desperdicio de la ciudad quemándolos con fuego mezclado con azufre, vino a simbolizar la muerte segunda o la destrucción eterna a manos de Dios, la aniquilación.
Por eso a Judas Iscariote, quien entregó al Señor Jesucristo a sus enemigos, Jesús lo llamó el “hijo de perdición,” o “hijo de destrucción”; lo cual daba a entender que Judas Iscariote merecía la destrucción eterna y no será favorecido con una resurrección. Judas entregó a Jesús en manos de los escribas y fariseos; y a estos líderes religiosos Jesús dijo: “Serpientes, descendientes de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio de Gehena?” (Juan 17:12; 6:70, 71; Mat. 23:33; 10:28) Así que cuando morían hombres viles e impíos, como esos líderes religiosos, eran destruidos tanto el cuerpo como el alma, porque no tendrían ninguna resurrección y nunca volverían a vivir como almas en parte alguna del universo de Dios.
Así que Jesús, al hablar acerca de la resurrección de los muertos, se refería al lugar donde dormían en la muerte como tumbas memorialescas, indicando de ese modo que Jehová Dios recordaba a los que en ellas yacían y a su debido tiempo les favorecería con una resurrección a la vida con todas las oportunidades que ésta ofrecería en el nuevo mundo de Dios.