Habla franca en cuanto a Nicea y la trinidad
EL FAMOSO escritor e historiador H. G. Wells tenía ideas muy definidas acerca de la doctrina de la trinidad. En su libro God the Invisible King describió su propia creencia religiosa y por qué rechazaba la Trinidad. En el prólogo declara: “El escritor opina que el Concilio de Nicea, que por fuerza cristalizó las controversias que habían durado dos siglos y formuló el credo sobre el cual están basadas todas las iglesias cristianas existentes, fue una de las más desastrosas y una de las menos venerables de todas las reuniones religiosas.”
Sí, allí fue donde empezó toda la dificultad, pensaba H. G. Wells, y todo el que levantara la voz en protesta se encaraba al desastre. El añade: “En la destrucción sistemática de todos los escritos heréticos por parte de los ortodoxos no había nada de la cualidad de convicción honrada que les viene a los que tienen un conocimiento verdadero de Dios; fue un vociferar contra disensiones que, dejadas a resolverse por sí mismas, hubieran echado a perder un buen negocio.” El emperador Constantino tomó la delantera en esto porque quería un imperio unido a cualquier costo.
Pero si esto es cierto, ¿cómo pudiera un engaño como ése persistir a través de los siglos hasta hoy día? Dice Wells: “Una gran mayoría de los que poseen y repiten los credos cristianos han entrado en la práctica tan insensiblemente desde la infancia no pensadora que es solo de modo muy liviano que se dan cuenta de la naturaleza de las declaraciones a que se suscriben. Piensan y hablan tanto de Cristo como de Dios de maneras crasamente incompatibles con la doctrina de la deidad Trina en que, teóricamente, descansa la entera estructura de todas las iglesias.”
H. G. Wells creía firmemente que no había mayor piedra de tropiezo en el camino del que quisiera entender a Dios que la trinidad. Se apartó de ella con el comentario: “Por fe dijimos de aquel espantapájaros disecado de la divinidad, aquella incoherente acumulación de anticuadas nociones teológicas, la deidad nicena: ‘Ciertamente esto no es Dios alguno.’”