Origen de los ritos y ceremonias de la cristiandad
✔ En su Ecclesiastical History Juan Lorenzo von Mosheim habla del compromiso que hizo la cristiandad desde su principio en el día de Constantino para conseguir que más paganos aceptaran el cristianismo: “Mientras el cuidado fomentador de los emperadores buscó dar adelanto a la religión cristiana, la imprudente religiosidad de los obispos oscureció su verdadera naturaleza y disminuyó sus energías, por la multiplicación de ritos y ceremonias. Bien conocida es la observación de Agustín, Que el yugo que se colocó antes sobre los judíos se podía soportar mejor, que el que se colocaba sobre muchos cristianos en su época. Pues los obispos cristianos introdujeron, con muy leves alteraciones, en la adoración cristiana, los ritos e instituciones por los cuales los griegos, romanos, y otras naciones habían manifestado antes religiosidad y reverencia hacia sus deidades imaginarias; suponiendo que la gente aceptaría más fácilmente el cristianismo, si veían que los ritos que sus padres les habían entregado todavía existían sin cambio entre los cristianos, y percibían que a Cristo y a los mártires se les adoraba de la misma manera, como lo fueron antes sus dioses.
“Había, por supuesto, poca diferencia, en estos tiempos, entre la adoración pública de los cristianos y la de los griegos y romanos. En ambas había vestiduras espléndidas, mitras, tiaras, cirios de cera, cayados pastorales, procesiones, lustraciones, imágenes, vasos de oro y plata, y muchísimas otras cosas. Apenas había renunciado Constantino a la religión de sus antecesores, cuando magníficos templos se erigieron por todas partes, adornados con cuadros de imágenes y los cuales, tanto en su forma externa como interna, eran muy similares a los fanos y los templos de los dioses. Estos templos . . . se consagraban con gran pompa, y con ritos tomados prestados en gran medida del antiguo código pontificio de los romanos.”—Págs. 276, 277, Tomo II, Parte, Capítulo IV.
Los cristianos primitivos, en vez de tomar cosas prestadas de los paganos, escucharon el mandamiento divino: “‘Sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda.’” Así ellos pusieron el ejemplo para los verdaderos cristianos de hoy día.—2 Cor. 6:17.