Use prudentemente su tiempo
¿SE HA puesto a pensar alguna vez que los días de su vida son hasta cierto punto semejantes a los granos de arena de un reloj de arena? Semejantes a esos granos, constantemente se deslizan hasta que no queda ninguno. No hay nada que pueda hacer personalmente para detener esa corriente, y a medida que continúa usted puede ver una pérdida constante de su potencial de vida. Cuando uno es joven reflexiona poco sobre ello porque la mayor parte de su vida aún se halla en el futuro. No es sino hasta que de repente llega uno a estar consciente de que ha pasado la flor de la juventud y que más de la mitad de la vida se ha ido cuando es probable que llegue a preocuparse en cuanto a ello.
Puesto que el tiempo es una cosa tan preciosa, ¿no es necedad gastarlo en una búsqueda insensata de placeres físicos y cosas materiales? Estos no pueden traer satisfacción duradera ni hacer la vida profundamente significativa. No pueden traer tranquilidad de ánimo y buenas relaciones con su Creador. En cambio, su búsqueda puede llenar su vida con frustraciones, temores y preocupaciones excesivas. Puede hacer que su vida parezca sin valor y sin propósito. Hay un mejor uso que se puede hacer del tiempo.
Cuando el sabio rey Salomón consideró todos los placeres materiales que estaban disponibles para él y todas sus posesiones materiales y las cosas grandes que edificó, concluyó que traían poco significado a la vida misma. Dijo: “Yo, yo mismo, me volví hacia todas mis obras que habían hecho mis manos y hacia el afán que me había afanado por llevar a cabo, y, ¡mira! todo era vanidad y un esforzarse tras el viento.” (Ecl. 2:11) Todas estas cosas tienen poco valor cuando uno llega al punto en que los días que quedan de su vida se están acabando. ¿De qué le sirven a uno entonces? No pueden extenderle a uno la vida. No pueden fortalecer nuestras rodillas débiles, rejuvenecer nuestra circulación ni renovar nuestra vista que decae. Cuando termina la duración de la vida de uno, no puede usarlas en la tumba, y son impotentes para comprar la liberación de uno de ella. Desde este punto de vista, ¿no sería vanidad el vivir para ellas, no sería un insensato correr tras el viento?
Puesto que uno vino al mundo sin nada y se va sin nada, ¿qué puede uno obtener de una búsqueda de toda la vida de posesiones y placeres materiales? Al comentar sobre esto, Salomón observó: “Exactamente como uno ha salido del vientre de su madre, desnudo se irá otra vez, exactamente como vino; y absolutamente nada puede uno llevarse por su afán, que pueda llevarse con la mano. Y esto también es una grave calamidad: exactamente como uno ha venido, de igual manera se irá; y ¿qué provecho hay para el que sigue afanándose por el viento?” (Ecl. 5:15, 16) Hay cosas mucho mejores que placeres y materialismo físicos en las cuales una persona puede emplear su tiempo.
El obtener sabiduría piadosa, por ejemplo, puede hacer su vida mucho más significativa. Desemejante a las cosas materiales, no se llena de moho, no se gasta y no es inútil. No puede ser hurtada ni destruida. Mientras más tiempo la posee usted más satisfactoria llega a ser y más propósito halla en la vida. Puede guiar sus pies a lo largo de sendas de buen juicio y justicia. Puede salvaguardarlo del camino malo que le acarrearía dificultad, congoja y remordimiento. Puede alejarlo de malos compañeros que abandonan las sendas de la rectitud. El tiempo dedicado a obtenerla es tiempo bien empleado.
La fuente de la sabiduría verdadera es su Creador, Jehová Dios. En su Palabra escrita provee sabiduría y conocimiento prácticos que usted puede obtener si emplea tiempo para estudiarla. Allí encontrará instrucción sabia sobre cómo andar en el sendero de la justicia, cómo puede traer felicidad a su vida mediante servicio altruista que beneficia a otros, cómo evitar el llegar a estar angustiado a causa de las situaciones mundiales aterradoras y cómo su vida puede extenderse indefinidamente.
Para las personas jóvenes que no han aprendido el valor del tiempo y que tienden a tener valores tergiversados debido a su inmadurez, Salomón aconseja: “Recuerda, ahora, a tu magnífico Creador en los días de tu juventud como hombre.” (Ecl. 12:1) Debido al amor de los jóvenes al placer, es fácil que una persona joven se olvide de su Creador no dedicando tiempo a la sabiduría de las Escrituras. No obstante, este tiempo de su vida es cuando especialmente necesita la buena influencia y guía de la sabiduría divina. Es cuando necesita aprender la senda de la justicia y cómo permanecer en ella. Es el tiempo para que comience a establecer hábitos buenos, de toda la vida, y un modelo correcto de pensar. Este es el tiempo para que él haga de los principios elevados una parte inseparable de su personalidad. El tiempo que emplea para buscar la sabiduría de Dios que lo puede ayudar a hacer estas cosas es tiempo empleado sabiamente. Obrará como salvaguarda para él a través de su vida.
Todavía no es demasiado tarde en la vida para que usted recuerde a su Creador y emplee tiempo siendo enseñado por él por medio de su Palabra. Ahora que la humanidad ha llegado al punto del tiempo cuando Jehová Dios habrá de efectuar cambios importantes en los asuntos humanos, la importancia de ser guiados por su sabiduría nunca ha sido mayor. Cuando introduzca un nuevo sistema de cosas, será posible que los guiados por ésta vivan mucho más allá de su duración de vida normal.
Siendo el Creador del hombre, Jehová Dios tiene el poder de extender su duración de vida indefinidamente. Usted personalmente no lo puede hacer prescindiendo de lo que haga; pero él sí puede, como un acto de bondad inmerecida hacia usted. Que él hará esto para los que han permitido que Su sabiduría los guíe se promete en su Palabra escrita. De modo que tenemos la “esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración.” (Tito 1:2) ¿No es la expectativa de una duración de vida que jamás cesará razón suficiente en sí para que usted recuerde a su Creador prescindiendo de la edad que tenga? ¿No es ésa razón para emplear tiempo buscando su sabiduría e instrucción sobre cómo servirle?
En vista de la expectativa de extender su duración de vida y los beneficios inmediatos que el alcanzar la sabiduría bíblica pueden traerle, el que usted estudie la Palabra de Dios, y luego con el tiempo le sirva, es el uso más prudente que usted puede hacer de su tiempo.