BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w67 15/5 págs. 297-303
  • ‘Prediquen una liberación a los cautivos’

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ‘Prediquen una liberación a los cautivos’
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • LIBERACIÓN PREDICADA Y OFRECIDA
  • QUÉ HABRÍA DE SEGUIR EL UNGIR CON ESPÍRITU
  • Lo que la liberación significa a los cautivos hoy en día
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
  • Prefigurada la venidera “tribulación grande”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
  • “Su liberación se acerca”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1969
  • El fin de un sistema de cosas
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
w67 15/5 págs. 297-303

‘Prediquen una liberación a los cautivos’

“Me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.”—Luc. 4:18, 19.

 1. Para la gente hoy en día se trata de liberación o ¿qué, y qué ejemplo amonestador se nos suministró hace diecinueve siglos?

¡HOY se trata de liberación temprana o destrucción inevitable! ¡O hay una liberación para la gente o de otro modo será destruida con lo que la retiene cautiva y la quebranta! ¡Así de apremiantes son las cosas! La situación a la que todos nos enfrentamos hoy tiene un ejemplo amonestador más temprano en la historia. Un grupo de trece hombres se enfrentó a ella hace diecinueve siglos. Arrostraron valerosamente la situación e hicieron grandes esfuerzos por efectuar una liberación de su pueblo antes de que llegara la horrible destrucción. Varias personas precavidas escucharon obedientemente la predicación de una liberación y aceptaron la ayuda ofrecida y consiguieron una liberación oportuna de la organización que las retenía cautivas y las quebrantaba. Estas no estuvieron entre el más de un millón de su propio pueblo que murió en unos cuantos meses de sitio y las decenas de miles de otros que fueron llevados al destierro y la esclavitud a amos paganos. Todo esto fue profético y debemos tomar a pechos hoy en día su lección. A modo de semejanzas de acontecimientos, la historia está por repetirse hoy en día, solo que en una escala mundial. Para la gente ahora se trata ¡de liberación o destrucción!

 2. En lo que toca a religión, ¿a qué situación nacional se enfrentaron Jesús y sus apóstoles, y era la nación de él un pueblo libre?

2 Considere la situación nacional a la que se enfrentaron Jesucristo y sus doce apóstoles hace mil novecientos años. Él tuvo que empezar solo, salvo, por supuesto, que Dios estaba con él. Vino a los de su propio pueblo. Estos eran profundamente religiosos. Celosamente se adherían a su religión, que era absolutamente diferente del hinduismo, el budismo, el zoroastrismo persa, las religiones griega y romana, y las religiones gótica y de los druidas que florecieron a través de grandes extensiones de la Tierra. Tales religiones gentiles estaban caracterizadas por idolatría. Debido a esta diferencia de religión el pueblo de Jesús debería haber sido un pueblo libre, por lo menos religiosamente. Tenía treinta y nueve libros sagrados, y éstos estaban agrupados bajo tres encabezamientos, a saber, la Ley o Tora, los Profetas y los Salmos. Estos los había recibido de Dios el Creador. ¿Por qué no debería haber sido un pueblo libre? ¡Pero no lo era!

 3. ¿Qué es lo que colocó al pueblo de Jesús en una condición esclava?

3 No fueron la Ley, los Profetas y los Salmos los que pusieron a este pueblo en una condición esclava, hablando religiosamente. No fue el Imperio Romano el que lo esclavizó religiosamente, aunque se había apoderado de su país en el año 63 Antes de Nuestra Era Común. Era el gran cuerpo de tradiciones y reglas de hombres que más tarde se recopilaron en forma escrita en el Talmud judío.

 4. ¿Quiénes lo pusieron en este sistema de esclavitud, y cómo, y con qué acción resultante para con los profetas de Dios?

4 Aunque estas tradiciones, reglas y preceptos de hombres no inspirados contradecían e invalidaban la Ley y los Profetas y los Salmos, los caudillos religiosos colocaron éstos en lugar de la Palabra escrita e inspirada de Dios; y el pueblo se sometió a esto confiadamente. Esto colocó a la gente común en un sistema de esclavitud, una esclavitud a caudillos religiosos que respetaban más lo que hombres de tiempos anteriores habían enseñado y practicado que la Ley y arreglo escritos claramente de Dios. Esta esclavitud la cegó. La hizo seguir ciegamente a sus caudillos religiosos ciegos y oponerse a hombres inspirados que Dios mismo le envió. Como lo muestran los hechos indisputables de la historia, la hizo oponerse, hasta la muerte, a su mayor Profeta, que dio toda evidencia de ser el mismísimo Hijo de Dios.

 5. ¿Cómo reaccionó el pueblo a la protección que Jesús le ofreció, y qué, por lo tanto, le sucedió a su ciudad?

5 Por ejemplo, considere a la antigua ciudad murada de Jerusalén allá en el año 33 de nuestra Era Común, que fue el decimonoveno año del reinado de Tiberio César de Roma. Tres días antes de la Pascua judía de aquel año, Jesucristo denunció la esclavitud religiosa de la gente común y luego dijo a la ciudad santa de ella: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella,... ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. ¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes. Porque les digo: No me verán de ningún modo de aquí en adelante hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’” (Mat. 23:1-4, 15, 37-39) Pero la gente que siguió a sus caudillos religiosos observadores de tradición no quiso la protección que Jesucristo le ofreció, como una gallina protege a sus pollitos bajo sus alas. La Jerusalén de aquel día nunca le dijo a Jesús: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!” Por eso, en 70 E.C., esa ciudad judía fue destruida horriblemente.

 6. Con referencia a la casa de Abrahán, ¿cómo ilustró el apóstol Pablo la esclavitud de su pueblo, y cuánto tiempo continuó Jerusalén en esta esclavitud?

6 Los apóstoles de Jesucristo también vieron el cautiverio religioso de la gente. Unos veinte años antes de que los ejércitos romanos destruyeran a Jerusalén, el apóstol Pablo escribió a algunos discípulos en Galacia que estaban siendo extraviados para entrar en cautiverio a tradiciones religiosas: “Abrahán adquirió dos hijos, uno de la sierva y uno de la mujer libre . . . Ahora bien, esta [sierva] Agar . . . corresponde a la Jerusalén de hoy, porque está en esclavitud con sus hijos. Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una sierva [Agar], sino de la mujer libre. Para tal libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto estén firmes, y no se dejen restringir otra vez en un yugo de esclavitud.” (Gál. 4:21-25, 31; 5:1) Esas palabras quisieron decir que por diecisiete años después que Jesucristo murió fuera de las puertas de ella, Jerusalén había continuado en su esclavitud religiosa. Continuó en ésta hasta que fue destruida en el año 70 E.C. y las decenas de miles de sus hijos esclavizados religiosamente fueron arrastrados a esclavitud de los romanos paganos.

LIBERACIÓN PREDICADA Y OFRECIDA

 7. En el día de Jesús ¿se trataba de una liberación del pueblo o de su destrucción, y qué muestra sobre esto la historia judía subsecuente?

7 Bueno, entonces, cuando Jesucristo se presentó a los de su pueblo hace mil novecientos años, ¿necesitaban ellos una liberación? ¿Se trataba de una liberación o destrucción? Por rehusar la liberación religiosa, ¿sufrieron una destrucción corporal? Sí, 1.100.000 de ellos, según el historiador judío Flavio Josefo. El tener un sacerdocio, el tener un magnífico templo y altar y ciudad santa, el tener la Ley, los Profetas y los Salmos en el hebreo y arameo originales no los salvó. Habían rechazado la liberación que se les había ofrecido a la manera de Dios. Ninguna liberación les vino mediante su propia rebelión contra Roma en 66 E.C. ni mediante sus esfuerzos heroicos para librarse de la dominación romana. Dios verdaderamente había abandonado su “casa,” su templo santo en Jerusalén. No los protegió de la destrucción en 70 E.C.

 8. (a) En el caso de Jerusalén, ¿cuánto tiempo estuvo implicado para que aparecieran los malos resultados de la iniquidad? (b) ¿En qué capacidad regresó Jesús a Nazaret, y propiamente qué hizo el día sábado allí?

8 Se requiere tiempo para que un proceder incorrecto produzca sus malos resultados. Así sucedió con Jerusalén y su templo. Por lo menos estuvieron implicados cuarenta años. Al tiempo de la Pascua en la primavera de 30 E.C. Jesucristo limpió el templo de banqueros y negociantes que estaban convirtiendo el templo en una “casa de mercancías.” (Juan 2:13-17) Unos meses después visitó su pueblo natal de Nazaret. El año anterior había salido de Nazaret como carpintero. Ahora regresaba como predicador del reino de Dios. Llegó el sábado judío, y, según era su costumbre, entró en la sinagoga, no solo para escuchar sino para presentar su mensaje de liberación. Se puso de pie para leer parte de la Santa Biblia a los adoradores judíos que estaban allí. “De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.’”—Luc. 4:16-19.

 9. ¿Dónde se halla la profecía que Jesús leyó, y, en su primera aplicación, indicó la liberación del cautiverio de quiénes?

9 Esa fue la profecía de Isaías 61:1, 2, escrita por lo menos 732 años Antes de Nuestra Era Común. De modo que se escribió por lo menos 125 años antes de que los ejércitos babilonios destruyeran a Jerusalén y arrastraran a la mayor parte de los judíos sobrevivientes al cautiverio en Babilonia, la capital de la religión falsa. Allí fueron quebrantados bajo opresión y se hizo burla de su Dios Jehová. Exactamente como había predicho el profeta Isaías: “‘Los mismísimos que lo gobernaban siguieron aullando,’ es la expresión de Jehová, ‘y constantemente, todo el día, se trataba mi nombre con falta de respeto.’” (Isa. 52:5) Babilonia no pensaba en liberar a los judíos cautivos. Se hizo necesario derrocar a la Babilonia religiosa para efectuar la liberación de los judíos cautivos. Es por eso que el profeta Isaías, cuando predijo la caída de Babilonia, dijo que la gente haría esta pregunta acerca de su dinastía real derrocada: “¿Es éste el hombre que estuvo agitando la tierra, que estuvo haciendo mecerse los reinos, que hizo que la tierra productiva fuera como el desierto y que derribó sus mismísimas ciudades, que no les abrió el camino hacia casa siquiera a sus prisioneros?” (Isa. 14:16, 17) Sin embargo, la profecía de Isaías en cuanto a un predicador ungido indicó que vendría una liberación para los prisioneros judíos. Sin falta, vino la liberación... en 537 a. de la E.C.

10. En la sinagoga de Nazaret, ¿cómo se zanjó la cuestión en cuanto al predicador ungido predicho por Isaías?

10 ¿Quién fue el predicador ungido a quien se refirió Isaías? Las palabras proféticas registradas en la Biblia Hebrea dicen: “El espíritu del Señor Jehová está sobre mí, por motivo de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los llevados cautivos y la apertura ancha de los ojos aun a los prisioneros; para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo.” (Isa. 61:1, 2) Jesucristo zanjó en la sinagoga de Nazaret la cuestión en cuanto a este predicador ungido. Después de terminar de leer la profecía de Isaías, devolvió el rollo al servidor y se sentó y dijo a todos los que estaban en la sinagoga: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.” (Luc. 4:20, 21) Eso quiso decir que Jesús era el predicador ungido.

11. (a) ¿De qué manera había hablado correctamente allí Jesús? (b) ¿Por qué se puso a buscar fuera de Nazaret judíos que quisieran liberación del cautiverio?

11 Jesús había hablado correctamente. El año anterior había sido bautizado por Juan el Bautista y, al salir del río Jordán, Dios derramó el espíritu santo sobre el Jesús bautizado. El Señor Jehová lo ungió con espíritu santo. Así llegó a ser el ungido para predicar la liberación a los cautivos y el recobro de vista a los que estaban ciegos por la oscuridad intensa de su prisión religiosa. (Mat. 3:13-17) Pero Jesús dijo a aquellos nazarenos que estaban en la sinagoga: “En verdad les digo que ningún profeta es aceptado en su propio territorio.” Jesús tenía razón; porque, cuando terminó su sermón, trataron de matarlo, aunque de veras era el Ungido, el Mesías, el Cristo. Pero la manera de ellos no era la manera en que moriría Jesucristo. De modo que con la ayuda de Dios se les escapó, y fue a predicar en otra parte. (Luc. 4:22-30) Fuera de su territorio natal buscó a judíos que quisieran liberación del cautiverio.

12. ¿Se terminó en Jesús la profecía de Isaías acerca del predicador ungido, y qué mostraron los sucesos en el Pentecostés que siguió?

12 ¿Se terminó en Jesucristo la profecía de Isaías acerca del predicador ungido? ¡No! La predicación de una liberación no terminó cuando murió Jesucristo el día de la Pascua de 33 E.C. Su muerte todavía dejó a la ciudad capital de Jerusalén “en esclavitud con sus hijos.” (Gál. 4:25) Pero Jesús había congregado a doce hombres en torno de él, para estar con él la mayor parte del tiempo. Después de su resurrección y antes de su ascensión de regreso al cielo, dijo a sus apóstoles fieles: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” Diez días después llegó sobre ellos el espíritu santo, en el día de la fiesta del Pentecostés, allí en Jerusalén. (Hech. 1:1-9; 2:1-21) Así el Señor Jehová empezó a ungir con espíritu a los seguidores bautizados de Jesucristo. (2 Cor. 1:21; 1 Juan 2:20, 27) Así también les aplicó a ellos la profecía de Isaías, y recayó en ellos la obligación de “predicar una liberación a los cautivos.”

13. En el día del Pentecostés, ¿cómo mostró el apóstol Pedro la necesidad urgente que tenía el pueblo de una liberación?

13 Aquellos judíos y prosélitos que se reunieron por miles para oír a Pedro y al resto de los apóstoles predicar bajo el impulso de espíritu santo aquel día de Pentecostés quizás no hayan apreciado plenamente cuán importante y oportuna era esta liberación del cautiverio religioso. Pero Pedro la apreció y dijo a la gente que inquirió: “Sálvense de esta generación perversa.” También, en su discurso anterior a ellos citó la profecía de Joel en cuanto al derramamiento del espíritu de Jehová en los últimos días y continuó citando el resto de la profecía de Joel, diciendo: “Y [yo Jehová] daré portentos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; el sol se tornará en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová. Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.” (Hech. 2:16-21, 40; Joel 2:28-32) Eso quiso decir que el derramamiento de espíritu santo y la predicación de liberación fueron precursores de un tiempo excepcional de dificultad con destrucción para la “generación perversa” y todos los que no invocaban el nombre de Jehová.

QUÉ HABRÍA DE SEGUIR EL UNGIR CON ESPÍRITU

14, 15. Después de ungir con espíritu, ¿qué habría de seguir sobre la nación, y cómo predijo Gabriel esto a Daniel?

14 Amenazaba dificultad para la Jerusalén terrestre, que estaba “en esclavitud con sus hijos.” Otra declaración profética tocante a la unción indicó esto. En esa profecía el ángel Gabriel le dijo al profeta Daniel el año exacto de la unción de Jesús con espíritu santo para hacerlo “Mesías el Caudillo,” y también la unción de sus seguidores. Después de eso iba a seguir dificultad, porque dijo el ángel Gabriel, en parte:

15 “Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, . . . y para ungir el Santo de los Santos . . . . Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin de él será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.”

16. ¿Qué era el “Santo de los Santos” que habría de ser ungido, y cuándo y cómo tuvo lugar esto?

16 En estas palabras de Daniel 9:24-26, el Santo de los Santos que habría de ser ungido es el templo o santuario espiritual de Dios. Se compone de Jesucristo y sus 144.000 seguidores fieles que llegan a ser “piedras vivas” del templo espiritual. Dios habita en este templo de piedras vivas mediante su espíritu. (1 Ped. 2:5; Efe. 2:20-22; 1 Cor. 3:16, 17) De modo que este templo ungido es diferente del “lugar santo” que habría de ser arruinado por el pueblo del caudillo que vendría. El “lugar santo” condenado a la destrucción fue la casa de adoración, el templo de piedras literales, inanimadas, que Jesús dijo que había sido dejado abandonado por Dios a los judíos incrédulos. (Mat. 23:38) No fue ungido con espíritu santo de Dios; sin embargo al comienzo de la septuagésima semana en el año 29 E.C., Jesús fue bautizado con espíritu santo. Poco después de la mitad de la septuagésima semana sus apóstoles y otros discípulos fieles fueron ungidos con espíritu en Jerusalén en el día del Pentecostés; y al fin de la septuagésima semana los primeros creyentes gentiles o no judíos fueron ungidos con espíritu santo,a en Cesarea, a unos ochenta kilómetros al noroeste de Jerusalén.

17. (a) ¿Qué, según decidió Dios, vino sobre la ‘ciudad y el lugar santo,’ pero qué hubo en cuanto al “Santo de los Santos”? (b) Por eso, tocante a ¿qué día estaba advirtiendo Pedro a los judíos en el día del Pentecostés?

17 Este ungido “Santo de los Santos” sobrevivió cuando la “santa ciudad” y el “lugar santo” fueron arruinados treinta y cuatro años después del fin de la septuagésima semana. Así como el ángel Gabriel le había dicho a Daniel, hasta el fin de Jerusalén y su templo hubo guerra, y el caudillo romano que vino con sus legiones, a saber, Tito, trajo sobre la “ciudad y [el] lugar santo” lo que había decidido Jehová Dios, a saber, “desolaciones.” Ciertamente ése fue un “día de Jehová” con referencia a Jerusalén y sus hijos. Y con relación a ese día hubo bastante “sangre y fuego y neblina de humo,” el Sol no aclarando la oscuridad de la ciudad de día, y la Luna sugiriendo sangre derramada, no luz de Luna pacífica, plateada, de noche. Estas cosas vinieron después que Jehová Dios había estado derramando su espíritu santo sobre toda clase de carne en cumplimiento de la profecía de Joel, la profecía que citó el apóstol Pedro a los miles de judíos y prosélitos en Jerusalén en el día de Pentecostés de 33 E.C. Pedro estaba advirtiendo en particular a esos judíos y prosélitos circuncisos sobre el “grande e ilustre día de Jehová” que habría de llegar en el año 70 E.C.

18. ¿Cómo indicó la profecía de Jesús sobre Jerusalén en su viaje a esa ciudad que había urgencia en cuanto a aceptar una liberación?

18 ¿Hubo, entonces, alguna urgencia en cuanto a que aceptaran ellos la liberación que estaban predicando los discípulos de Jesús a los cautivos religiosos, y hubo alguna urgencia en cuanto a que invocaran el nombre de Jehová por medio de Jesucristo a fin de ser salvos? ¡Verdaderamente la hubo! Solo dos meses antes del Pentecostés, cuando Jesús estaba cabalgando regiamente hacia Jerusalén, se detuvo y lloró a causa de la ciudad, diciendo: “Si tú, aun tú, hubieras discernido en este día las cosas que tienen que ver con la paz..., pero ahora han sido escondidas de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, y te arrojarán al suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba.”—Luc. 19:41-44.

19, 20. (a) Mientras visitaba el templo de Jerusalén, ¿qué profecía dio Jesús en cuanto a éste? (b) En respuesta a sus apóstoles, ¿qué profecía dio Jesús concerniente a Jerusalén, y qué día estaba predicando así Jesús?

19 Dos días después, después que Jesús les había dicho a los judíos que su templo, su casa de adoración, se les había dejado abandonado a ellos, visitó el templo y dijo a sus apóstoles: “¿No contemplan todas estas cosas? En verdad les digo: De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.” (Mat. 23:38; 24:1, 2) ¿Cuándo habría de ser esto? Sus apóstoles le preguntaron más tarde.

20 Entonces dio su profecía en cuanto al fin del sistema de cosas, en la cual dijo: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella; porque éstos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.” (Luc. 21:20-24) Jesús estaba predicando entonces el día de la venganza de nuestro Dios.

21. En camino al Calvario, ¿cómo predijo Jesús dificultad para Jerusalén y sus hijas?

21 Tres días después Jesús marchaba al Calvario seguido de Simón Cireneo que le llevaba el madero de tormento. “Pero le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que se golpeaban en desconsuelo y le plañían. Jesús se volvió a las mujeres y dijo: ‘Hijas de Jerusalén, dejen de llorar por mí. Al contrario, lloren por ustedes mismas y por sus hijos; porque, ¡miren! vienen días en que se dirá: “¡Felices son las estériles, y las matrices que no dieron a luz y los pechos que no dieron de mamar!” Entonces comenzarán a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!” y a las colinas: “¡Cúbrannos!” Porque si hacen estas cosas cuando el árbol está húmedo, ¿qué ocurrirá cuando esté marchito?’”—Luc. 23:26-31.

22. ¿Cómo estaba húmedo todavía el árbol simbólico, y cómo llegaría a marchitarse?

22 Todavía había algo de humedad de vida en el árbol de la nación judía debido a la existencia de un resto creyente que estaba en medio de ella. Pero el sacar a este resto cristianizado dejaría un árbol espiritualmente muerto, una organización nacional marchita. ¡Oh cómo acarrearía entonces la ira de Dios sobre los judíos!

23. Algunos años después, ¿qué dijo Pablo en cuanto a la conducta de los judíos y en cuanto a lo que habría de sobrevenirles, y sobrevino esto?

23 Unos diecisiete años después que Jesús advirtió acerca del árbol marchito, el apóstol Pablo, un judío converso, escribió a la congregación cristiana que estaba bajo persecución en Tesalónica, Macedonia, Y dijo: “Ustedes se hicieron imitadores, hermanos, de las congregaciones de Dios que están en Judea en unión con Cristo Jesús, porque ustedes también empezaron a sufrir a manos de sus propios compatriotas las mismas cosas que también ellos están sufriendo a manos de los judíos, los cuales mataron hasta al Señor Jesús y a los profetas y a nosotros nos persiguieron. Además, ellos no están agradando a Dios, sino que están en contra de los intereses de todos los hombres, puesto que tratan de estorbar el que hablemos a las gentes de las naciones para que éstas se salven, con el resultado de que ellos siempre colman la medida de sus pecados. Pero al fin Su ira ha venido sobre ellos.” (1 Tes. 2:14-16) ¡Cuán cierto, porque veinte años después llegó sobre ellos el “grande e ilustre día de Jehová,” y su ira fue derramada sobre ellos a manos de los ejércitos romanos!

24. Cuando los judíos cristianizados huyeron, ¿qué empezó a ser retenido de los de Judea y Jerusalén, y presagió eso algo?

24 Obedeciendo el consejo de Jesús, los cristianos judíos huyeron de Jerusalén y de la provincia de Judea, dejando a los judíos incrédulos a su terrible fin predicho. Entonces cesó el derramamiento de espíritu santo de Jehová sobre los judíos en Jerusalén y Judea. ¡El retener así su espíritu fue muy siniestro, presagiando dificultad!

25. ¿Cómo resultó significar destrucción para los judíos el rechazar la liberación que predicaban los seguidores de Jesús?

25 Los judíos incrédulos rechazaron la predicación de una liberación según la presentaban los seguidores de Cristo ungidos con espíritu santo. Optaron por seguir siendo cautivos del sistema del judaísmo dominado por la tradición. Su mismísima mesa religiosa llegó a ser una trampa de destrucción para ellos. (Sal. 69:22; Rom. 11:9) Rechazando a Jesucristo como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” continuaron celebrando su Pascua anual en Jerusalén. En vez de huir con los cristianos de Jerusalén y Judea, afluyeron en Jerusalén por centenares de miles en la primavera de 70 E.C. Entonces las legiones romanas bajo el general Tito regresaron y los embotellaron en Jerusalén, edificando un vallado fortificado de unos ocho kilómetros alrededor de la ciudad condenada a la destrucción. Después de un sitio cruel Jerusalén cayó ante el general Tito el 8 de septiembre de 70 E.C. Según el historiador Flavio Josefo, hubo 1.100.000 muertos y 97.000 sobrevivientes desdichados fueron llevados a la esclavitud. Para por lo menos 1.100.000 el rehusar la liberación mediante Jesucristo había querido decir destrucción terrible.

[Nota]

a Vea La Atalaya, del 15 de abril de 1947, página 122, bajo el encabezamiento “Buenos resultados de setenta semanas.”

[Ilustración de la página 302]

“De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.”

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir