El estudio de familia una bendición
LOS padres y las madres cristianos quieren que sus hijos crezcan y lleguen a ser hombres mujeres de integridad temeroso de Dios. Los que llegan a serlo son bendición a los padres. “El padre de un justo sin falta estará gozoso; el que llega a ser padre de un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán, y la que te dio a luz estará gozosa.”—Pro. 23:24, 25.
A los superintendentes de las congregaciones de los testigos de Jehová se les ha preguntado: ¿Por qué es que al crecer tantos hijos de los testigos de Jehová llegan a ser adoradores sinceros, devotos, de Jehová? Ellos contestan: “Básicamente, la respuesta se puede encontrar dentro del círculo de la familia. Cuando el padre asume la superintendencia espiritual de la familia, arreglando un horario de familia práctico, los hijos realmente obtienen provecho de esto.”
Un elemento fundamental en un horario equilibrado es un estudio de familia guiado por el padre. Pero si solo la madre es cristiana dedicada, entonces ¿qué? Un superintendente dijo: “Sabemos que no es tarea fácil para ellas criar solas a sus hijos en los caminos piadosos. Sin embargo muchas están logrando un excelente trabajo y sus jovencitos están adhiriéndose firmemente a la verdad. Estas madres tienen con regularidad un estudio bíblico con sus hijos.”
De modo que el elemento fundamental para que la familia cristiana tenga éxito es estudiar la Biblia y las publicaciones bíblicas juntos con regularidad. Y los hijos no son los únicos que deben ser tomados en cuenta. El padre y la madre también necesitan la edificación espiritual que proviene de un estudio de familia unido de la Palabra de Dios. Jesús dijo claramente: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.”—Mat. 4:4.
Los principios piadosos no son innatos en los hijos. En cambio, “la tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él.” (Pro. 22:15) Desde una edad tierna necesitan entrenamiento apropiado para contrarrestar las tendencias incorrectas.—Sal. 51:5.
Es por eso que la Biblia aconseja: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.” (Pro. 22:6) El apóstol Pablo escribió a Timoteo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:15) ¿Y quién ha de tomar la delantera en este entrenamiento? “Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.”—Efe. 6:4, New World Translation; vea también Deuteronomio 6:6, 7.
Los primeros cuatro o cinco años de la vida de una criatura son cruciales. Durante este tiempo están estableciéndose sus patrones y habilidades mentales. El Dr. Joseph M. Hunt, de la Universidad de Illinois, dijo: “Es durante los primeros cuatro o cinco años de vida que es más rápido el desarrollo de una criatura y más propenso a modificación. Durante este período la criatura adquiere las habilidades sobre las cuales se basarán sus habilidades posteriores. Quizás el 20 por ciento de esas habilidades básicas queden desarrolladas antes de su primer cumpleaños, quizás la mitad antes de llegar a los cuatro años de edad.”
Muy importante en el desarrollo del niño es que aprenda a leer bien, puesto que tantas otras cosas dependen de eso. En un estudio de familia se ayuda a los jóvenes a aprender a leer antes de que vayan a la escuela. El U.S. News & World Report hizo notar el valor de esto al informar: “Se demostró que los padres de los que obtienen las mejores calificaciones en el primer año por lo general les han leído a sus jovencitos en los años preescolares... a menudo desde la infancia.”
Puesto que la guía de los padres temprano en la vida de la criatura tiene tanto que ver con sus habilidades mentales, entonces, ¿qué hay del entrenamiento temprano en asuntos morales y espirituales? Esto es aun más vital que entrenamiento de otra índole, porque la vida eterna está en juego. Al comenzar temprano, se puede establecer correctamente el modelo de vida de la criatura.
Por supuesto, los padres pueden estudiar la Palabra de Dios con sus hijos individualmente, especialmente cuando hay mucha diferencia de edad. La madre puede hacer esto con eficacia particular cuando los niños son de edad preescolar, ya que tiene tiempo durante el día. Pero además de esto, el padre querrá estudiar con la entera familia junta. No hay arreglo más fructífero para las familias que este estudio unido de la Palabra de Dios.
¿Cuándo podrán celebrarse estos estudios de familia? Una oportunidad para un breve estudio de familia es al tiempo de desayunarse. Se puede considerar por unos cuantos minutos un texto bíblico como el que suministra en forma impresa la Sociedad Watch Tower. El padre puede hacer que se lea el texto bíblico y entonces pedir comentarios, quizás haciendo una pregunta. Después que otros comenten, puede resumir. También se pueden leer experiencias del Anuario de los testigos de Jehová donde esté disponible en el lenguaje local.
Esta edificante consideración matutina ha sido por largo tiempo la regla en Betel y los hogares misionales de los testigos de Jehová por todo el mundo. Las familias hacen bien en imitar ese modelo. Y si el desayuno no es una hora conveniente, quizás puedan tener la consideración cuando todos estén juntos al cenar.
Un arreglo sumamente provechoso para el estudio de familia es emplear quizás de diez a quince minutos al fin del día, antes de acostarse. La familia puede reunirse en un lugar cómodo y leer directamente de la Biblia, cada uno tomando su turno según pueda leer. Si solo leen dos páginas de la Biblia cada día, ¡en menos de cinco meses habrán leído todas las Escrituras Griegas Cristianas! ¿Hay una manera más edificante de terminar el día?
Otra ocasión para estudio de familia que debe verificarse con regularidad, y una de las más vitales, debe ser un período de tiempo más largo. En Betel y en los hogares misionales, esta ocasión es el lunes por la noche, aunque usted puede escoger alguna otra noche o tiempo que sea más adecuado a su horario de actividades.
¿Cuánto tiempo debe durar este estudio? Cada cabeza de familia tendrá que determinar esto, dependiendo de las circunstancias. Si algunos de los niños son demasiado jóvenes todavía, el tiempo puede ser más limitado. A medida que crezcan y puedan concentrarse mejor, puede ensancharse el tiempo para que se dedique por lo menos una hora a esta actividad vital.
Todos los niños deben estar incluidos en esto. Aun los que sean demasiado jóvenes para leer pueden aprender. Ellos también se beneficiarán aprendiendo a sentarse tranquilamente. Así llegarán a entender que hay ocasiones en que tienen que hacer lo que está haciendo toda la familia y no pueden salirse con la suya.
Si los hijos son muy jóvenes, puede que el cabeza de familia opte por concentrarse en los artículos preparados especialmente para los niños, que se publican en la revista La Atalaya. También puede usarse con buen provecho el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado.
Cuando los niños son un poco más grandes, muchas familias imitan el modelo de Betel y los hogares misionales estudiando la lección de La Atalaya que va a considerarse en el Salón del Reino la semana siguiente. Algunos padres consideran alguna materia diferente cuando surge una necesidad en particular. Quizás empleen el tiempo de estudio de la noche concentrándose en una porción de uno de los libros, o artículos de La Atalaya o ¡Despertad! que tratan del problema particular que se ha presentado.
Hay varias maneras de considerar la materia en el estudio de familia. A continuación se presentan algunas sugerencias:
Primero, el padre puede leer el título de la materia que va a considerarse. Si es la lección de La Atalaya para esa semana, es bueno leer el texto bíblico que pone de relieve el tema. Luego puede exponer brevemente el plan general de la materia, que a menudo se indica por los subtítulos del artículo.
Entonces puede hacer la pregunta del primer párrafo. Si la familia por lo general lee de antemano la lección, el puede pedir respuestas. Pero si no lee la lección de antemano, puede pedir que se lea el párrafo inmediatamente después de hacer la pregunta. Los miembros de la familia pueden tomar turnos para leer, lo cual ayuda a todos a mantenerse alerta, y los jóvenes se beneficiarán de la lectura de los adultos. Después de leer el párrafo, se puede hacer de nuevo la pregunta para que alguien conteste. Algunos optan por dar la primera oportunidad al que lee el párrafo, lo cual hace posible que cada uno se exprese.
Cuando tengan los puntos principales aislados, pueden subrayarlos como ayuda a la memoria y para uso más tarde en el estudio de congregación. También, se puede pedir que se expresen pensamientos adicionales y se pueden leer los textos pertinentes que se dan como referencia pero que no están copiados palabra por palabra.
Haga que los niños más jóvenes participen en la consideración tan pronto como puedan responder. Puede frasear preguntas sencillas para ellos que requieran respuestas de solo unas cuantas palabras. Cuando el niño sepa lo suficiente, se le puede permitir leer una porción, quizás de solo unas cuantas oraciones al principio. Esto sería limitado, hasta que el niño tuviera la habilidad necesaria para encargarse de porciones más largas.
El principal objeto del estudio no es simplemente hallar una respuesta para el estudio de congregación posterior. El objeto es inculcar los pensamientos de Jehová en el corazón. (Efe. 3:17-19) Esto significa trabajar para hacer que la información pase por la cabeza y penetre en el corazón. Dé a la familia razones por las cuales deben querer hacer la voluntad de Dios, por qué es el derrotero óptimo. Ayude a todos a ver la tontedad de seguir el derrotero que está siguiendo este mundo. Muestre cómo la materia aplica a la familia.
En todo esto, un elemento fundamental es el de usar preguntas para hacer que comenten. Un buen maestro no solo dará respuestas, sino que se concentrará en hacer que las den sus alumnos. Y hasta las preguntas pueden variar... algunas breves, de cierto o falso, de selección múltiple, y otras. La variedad lo hace más interesante.
Mantenga la escena de vida eterna en el Paraíso brillante ante los ojos de todos, especialmente de los jóvenes. En un caso, una niña de seis años a quien se le estaba enseñando la Biblia empezó a ir a la escuela, pero solo hablaba español, y su maestra solo hablaba inglés. Un día la asignación fue decir a la clase lo que a cada uno le gustaría hacer en el futuro. Esta niñita hizo grandes esfuerzos cuando le tocó su turno, pero no podía hacer que la maestra entendiera. Al fin, dibujó un león con larga melena y puso la mano de la maestra encima del dibujo. Todavía no comprendiendo, la maestra llamó a la madre, que por medio de una amiga explicó que el deseo de la niña era jugar con un león en el Paraíso. Esto despertó el interés de la maestra. Comenzó a estudiar la Biblia y asistir a las reuniones en el Salón del Reino, ¡todo porque una niñita había aprendido acerca de jugar con un león en el Paraíso!—Isa. 11:6.
Esto también muestra el valor de poner de relieve las ilustraciones cuando aparecen en la materia de estudio. Dedique tiempo a explicarlas, porque causan una impresión profunda. Además, puede usar otras ayudas, como cuadros o mapas. Cuando se mencionan lugares, se puede notar dónde están en el mapa. Las ayudas visuales sirven para hacer más interesante el estudio.
Mantenga cómodo el ambiente, no demasiado rígido. Después del estudio, la madre puede servir a la familia algún refresco, lo cual ayudará a hacer deleitable la ocasión. A algunas familias hasta les gusta incluir a otras familias en su estudio. Se turnan para ir a los hogares de unos y otros, lo cual aumenta el interés y la variedad de los comentarios. Pero a otras les parece preferible circunscribir su estudio a su propia familia.
El estudio de familia verdaderamente es una bendición de Jehová. Suministra alimentación espiritual tanto para los jóvenes como para los de mayor edad, y eso es muy vital en estos tiempos críticos. También mejora la capacidad de leer y las habilidades mentales, en particular en el caso de los jóvenes. Edifica vínculos de familia estrechos. Edifica respeto al padre y a la madre. Pero lo más importante de todo es que edifica respeto profundo a Jehová, con el resultado de su favor y vida eterna en su nuevo orden.—Juan 17:3.
¿Apreciarán sus hijos el estudio de familia? Al principio quizás no, puesto que “la tontedad está atada con el corazón” de los hijos. Pero con el tiempo lo apreciarán. Note los comentarios de una señora casada que escribió lo siguiente:
“Estoy muy agradecida por haber sido criada en un hogar donde se nos instruyó en el camino de Jehová. Y quizás el que los padres supieran cuánto apreciamos este modo de vivir estimularía a más de ellos a asumir una posición firme para con sus hijos al enseñar y poner en vigor los principios bíblicos.
“Junto con un sinnúmero de otros jóvenes cristianos que ‘desde la infancia han conocido los santos escritos,’ diariamente le doy gracias a Jehová por mis padres cristianos temerosos de Dios. Me gustaría que ustedes supieran cuánto se aprecia esta clase de entrenamiento y disciplina.
“Nosotras, tres muchachas, ya tenemos veintitantos años y estamos casadas, pero fácilmente puedo recordar nuestros estudios bíblicos semanales. Nuestra lectura de la Biblia era otra parte valiosa de este aprendizaje. Solíamos sentarnos en la orilla de la cama todas las noches y nos turnábamos leyéndola.
Había jóvenes en la escuela que se mofaban, y decían cosas como ‘ustedes nunca se divierten.’ Pero nosotras teníamos respuestas para estas cosas. Entre otras cosas estas decisiones eran nuestras. Papá siempre se sentaba con nosotras y buscábamos textos hasta que teníamos una respuesta propia. Decía: ‘Vamos a ver lo que dice Jehová acerca de esto o aquello.’ Un amor a Jehová desde pequeñas nos hizo querer hacer primero las cosas que le agradaran a nuestro Padre celestial y a su vez a nuestros padres terrestres.
“Entonces en respuesta a lo de no divertirnos, por lo general dejábamos a los otros jóvenes con la boca abierta. Entre otras cosas habíamos viajado a muchas diferentes asambleas, viendo muchos lugares históricos, museos, parques zoológicos, jardines, parques nacionales y otros sitios. Habíamos visitado el hogar de Betel y las fábricas de Nueva York. Conocíamos a misioneros de diferentes partes de la Tierra. Teníamos hermanos y hermanas por todas partes. Además, nuestros padres pasaban tiempo con nosotros en partidas de campo, paseos y viajes para acampar. Aprendimos mucho acerca de la vegetación y los animales, pues muchas veces observamos a diversas criaturas silvestres jugar y trabajar en su estado silvestre.
“En todas estas cosas nuestros padres se aseguraban de que no pasáramos por alto el punto: ‘Jehová nos ha dado todo esto y una promesa de vida eterna, pidiendo de vuelta solo nuestro amor, obediencia y adoración.’”
Sí, el estudio de familia es la base de bendiciones verdaderas. Suministra a los hijos, y a los adultos también, un fundamento de la clase más firme para la vida, tanto en este sistema como en el nuevo orden de Dios.
¿Está usted celebrando un estudio de familia? Si no, ¿por qué no organiza uno esta semana misma?