El agua barre a un mundo
Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos
¿TE GUSTA jugar? A mí sí. ¡Qué mucho goza uno con los juegos! ¿verdad? Cuando jugamos, a veces gozamos tanto que ni siquiera queremos dejar de jugar para hacer otras cosas.
Pero, ¿sabes que es peligroso el que uno llegue a estar demasiado ocupado gozando? Pues sí lo es. Pudiéramos estar tan ocupados divirtiéndonos que no prestáramos atención a Dios. ¿Sabías eso?
El Gran Maestro sabía que esto podía pasar. Sabía lo que le pasó a un mundo entero de gente una vez, porque lo vio desde el cielo. Jesús dijo: ‘Aquella gente estaba comiendo. Estaba bebiendo. Los hombres estaban casándose, y las mujeres estaban siendo dadas para casarse.’ No es malo comer ni beber ni casarse. Pero aquellas personas estaban tan ocupadas haciendo aquellas cosas que no tuvieron tiempo para escuchar a Dios. Eso fue malo.
¿Qué le sucedió a aquella gente? Jesús dijo: “No hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos.” Jesús estaba hablando de la gente que murió en el día de Noé cuando las aguas de un diluvio cubrieron toda la Tierra.—Mat. 24:37-39.
Jesús dijo que lo que le pasó a aquella gente es una lección para nosotros hoy. Por eso es importante que sepamos todo lo que se puede saber de aquel diluvio.
Primero, ¿por qué hizo Jehová Dios que viniera el Diluvio? Fue porque la gente estaba haciendo cosas muy malas. Quizás no todas aquellas personas pensaban que eran tan malas, porque solo hacían lo que hacían otras personas. Pero Dios sabía que era muy malo.
Sin embargo hubo un hombre que se ganó el favor de Dios. ¿Quién fue? Fue Noé. Noé amaba a Jehová Dios. Nunca estaba demasiado ocupado para escuchar a Dios. ¿No deberíamos nosotros ser así?
Un día Jehová le dijo a Noé que iba a destruir a toda la gente que seguía haciendo cosas malas. Dios iba a hacer que lloviera tanto que el agua cubriría toda la Tierra, hasta las montañas.
¿Moriría Noé también cuando cayera toda aquella agua? No; Jehová iba a salvarlo. Jehová le dijo a Noé que hiciera un arca grande. Un arca es como un barco, pero se parece más a una caja o cofre largo, grande. Flota en el agua. Noé y su familia estarían a salvo en esta arca.
Pero, ¿qué les sucedería a los animales? Algunos de todas las clases de animales serían salvados. El arca sería lo bastante grande para ellos también. ¡Dios le dijo a Noé que hiciera el arca de más de 130 metros de largo, más de 20 metros de ancho y más de 12 metros de altura! ¿Es eso más grande que la casa de nosotros? Sería más grande que muchas casas grandes puestas juntas.
Bueno, Noé nunca había hecho un arca antes. Pero Noé escuchó a Dios, y Dios le dijo cómo hacerla. Noé y su familia trabajaron muy duro. Cortaron árboles grandes. Con la madera de estos árboles empezaron a armar el arca. Esto les tomó muchos años, porque el arca era grande.
Después que quedó armada el arca, Dios le dijo a Noé que la cubriera por dentro y por fuera de brea. Esto se hizo para no dejar que el agua entrara en el arca.
¿Dio Jehová a otras personas la oportunidad de entrar en el arca y salvarse? Sí. Jehová le dijo a Noé que predicara. De modo que durante todos los años que se necesitaron para hacer el arca, Noé le advirtió a la gente acerca del diluvio que venía.
¿Hubo alguien que escuchara? Solo la familia de Noé. Todos los demás sencillamente estaban demasiado ocupados haciendo otras cosas. No les parecía que fueran tan malos, y no se dieron tiempo para escuchar.
Al fin, Noé y su familia habían metido en el arca todos los animales que Jehová quería salvar. Ahora también era el tiempo para que las personas entraran en el arca. Noé y su familia entraron. Entonces Jehová cerró la puerta. Una vez que quedó cerrada aquella puerta, nadie podía abrirla. Era demasiado tarde para que otros trataran de entrar.
¿Qué estaba haciendo la gente fuera del arca? Las mujeres todavía estaban ocupadas cocinando, lavando y limpiando la casa. Los hombres todavía estaban trabajando en los campos y construyendo casas. Las familias todavía estaban preparando bodas. No creían que vendría el diluvio.
¡Entonces de repente empezó a caer agua! La gente dejó de hacer lo que estaba haciendo. Nunca antes habían visto llover. ¡Noé había tenido razón! ¡Lo que él había estado diciendo todos aquellos años estaba cumpliéndose!
Pronto la lluvia estuvo cayendo con gran fuerza. ¡Era un aguacero tremendo! Rápidamente se formaron charcos grandes. Las calles se llenaron de agua, y el agua empezó a entrar en las casas.
La gente trató de ponerse a salvo subiendo a la parte más alta de los cerros. Pero llovía y llovía, y el agua subió por las faldas de los cerros. Siguió lloviendo durante cuarenta días y cuarenta noches. Pronto toda la Tierra estuvo cubierta de agua. Toda persona que estaba fuera del arca murió. Como Jesús dijo: ‘No escucharon, de modo que vino el diluvio y los barrió a todos.’
Pero allí, flotando en el agua, estaba el arca. Noé, su familia y los animales estaban seguros adentro. Jehová salvó a la gente que le prestó atención.—Gén. 6:5-7:24.
Pues bien, ¿por qué debemos saber acerca de lo que sucedió en el día de Noé? ¿Te acuerdas de lo que dijo Jesús? Dijo que lo que sucedió en aquel tiempo es una lección para nosotros. Jehová de nuevo va a destruir a toda la gente mala, pero esta vez no usará un diluvio. El tiempo en que él va a hacer esto está acercándose mucho.
Cuando Dios haga esto, ¿a qué personas conservará vivas? ¿Será a las personas que hayan estado tan ocupadas en otras cosas que nunca hayan querido aprender acerca de Dios? ¿Será a las personas que siempre hayan estado demasiado ocupadas para estudiar la Biblia? ¿Será a los que nunca hayan querido ir a las reuniones donde la gente aprende la voluntad de Dios? ¿Qué crees tú?
Nosotros queremos estar entre las personas que Dios conservará vivas, ¿verdad? ¿No te parece que sería maravilloso el que la familia de nosotros pudiera ser como la de Noé para que Dios nos salvara a todos? Vamos a ayudarnos siempre los unos a los otros a ser fieles a Dios para que todos nos ganemos el favor de Jehová Dios.