¿Es glotonería?
NUESTRO Creador, Jehová Dios, quiere que disfrutemos de alimento y bebida. El inspirado escritor del libro bíblico de Eclesiastés declaró: “En cuanto al hombre no hay nada mejor que el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto . . . proviene de la mano del Dios verdadero.”—Ecl. 2:24.
Puesto que el alimento y la bebida realmente son dádivas de Dios al hombre, deben usarse en armonía con su voluntad. Tal como Jehová Dios no quiere que nadie pierda su dignidad por beber en exceso, tampoco quiere que nadie abuse en el comer y así se perjudique. Si no fuese por los ciclos naturales que Jehová Dios hizo que se pusieran en operación para sustentar la vida, no tendríamos alimento. Por consiguiente, mostramos aprecio apropiado a esto comiendo con moderación. Por otra parte, la persona que con voracidad se entrega a comer con exceso craso siempre que tiene la oportunidad es un glotón falto de aprecio.
La ley mosaica ilustra precisamente cuán serio es esto. En el caso de un hijo rebelde que abusaba de la comida y la bebida, la ley prescribía la pena de muerte. (Deu. 21:19-21) En las Escrituras Griegas Cristianas también, se muestra claramente que la glotonería es algo que ha de evitarse. Aunque un poeta cretense había mencionado lo común que era la glotonería entre su pueblo, el apóstol Pablo aconsejó a Tito que los hombres nombrados para ser superintendentes cristianos no deberían ser individuos faltos de gobierno de sí mismos.—Tito 1:7, 8, 12.
Hay factores que hacen de la glotonería o el comer con exceso una ofensa grave. En el caso de una persona que come en exceso glotonamente, su deseo de alimento se ha salido de control. Consume el alimento ávidamente sin considerar el hecho de que no tiene el derecho de abusar de los dones de Dios. Por consiguiente, al desobedientemente abusar del alimento y convertirse en glotón, no muestra amor a Jehová Dios. ¿Por qué? Porque, como dice la Biblia: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos.”—1 Juan 5:3.
Por otra parte, también, el comer en exceso conduce a pereza mental y física. En particular la persona que engorda por comer en exceso tiende a holgazanear y participa de poco esfuerzo físico. El proverbio bíblico resume bien lo que a menudo es el resultado: “El glotón [vendrá] a parar en la pobreza, y el adormecimiento vestirá a uno de meros andrajos.”—Pro. 23:21.
El comer en exceso también puede resultar en daño físico. Tocante al exceso de peso u obesidad, la Illustrated Medical and Health Encyclopedia hace notar:
“Por largo tiempo se ha reconocido [la obesidad] como un factor que contribuye a muchas enfermedades, especialmente entre los ancianos y los que están envejeciendo. Por lo general se ha descubierto que la gente gorda es más susceptible a las perturbaciones del corazón, ciertas clases de cáncer, y enfermedades del páncreas, vesícula biliar y los riñones. La conglomeración de grasa alrededor del hígado, corazón u otros órganos internos puede estorbar directamente su función apropiada. La mortalidad en la cirugía es más elevada y en general la duración máxima de la vida es más corta. Los obesos tienen tendencia a la diabetes.”
Pero no se debe concluir que todas las personas que tienen exceso de peso son glotonas. Quizás tengan mal funcionamiento glandular y haya factores hereditarios que sean responsables del exceso de peso, aunque desplieguen con regularidad gobierno de sí mismas en el comer. Aun lo que una persona coma puede ser importante. La publicación Overfed but Undernourished hace notar:
“Es un hecho desafortunado el que los alimentos que son los mejores para la persona que tiene que vigilar su peso sean los más costosos, mientras que los alimentos menos costosos por lo general son elevados en calorías y bajos en proteínas, vitaminas y minerales. Hay muchas personas . . . que simplemente no pueden darse el lujo de una dieta de carnes, legumbres y frutas con la cual podrían mantener un elevado nivel de salud y también un peso normal. De modo que hacen de los alimentos baratos y feculentos su principal fuente de las calorías necesarias y no solo llegan a tener exceso de peso, sino que con el tiempo también desarrollan condiciones ocasionadas por las deficiencias dietéticas.”
También puede ser que ciertos hábitos produzcan un defecto en el mecanismo del cuerpo que determina si se ha introducido en el sistema suficiente alimento o no. A veces la gente que deja de fumar descubre que empieza a tener exceso de peso. El Dr. Roger J. Williams presenta una explicación de esto en su libro Nutrition Against Disease, al decir: “Es posible que el fumar continuamente a través de los años haya envenenado moderadamente a todo el mecanismo equilibrado. La tioglucosa de oro envenena selectivamente el mecanismo frenador cuando se administra a animales, y cuando se retira ésta, queda dañado el mecanismo frenador.”
Su recomendación para los que dejan de fumar es que “vigilen cuidadosamente la calidad del alimento que coman a través de largos períodos y eviten las calorías vacías o desnudas [como el azúcar] tanto como sea posible.” Concluyendo con una nota positiva, el Dr. Williams escribe: “Es probable que el comer buen alimento, a través de un período, pueda reparar el mecanismo dañado.”
Así se hace evidente que no es posible determinar si una persona es glotona o no simplemente por su apariencia exterior. Varios factores pueden causar problemas de peso. También, hay personas que parecen disfrutar de mucho mejor salud cuando pesan un poco más de lo que pudiera ser usual para otras de similar estructura corporal. Y se debe recordar que lo que se considera ideal en cuanto al peso o figura de uno varía considerablemente de lugar en lugar. Entre algunos pueblos, se cree que el ser bastante delgado es atractivo y sano tocante a salud, mientras que otras nacionalidades y pueblos consideran el ser rollizo como una marca de belleza o buena salud.—Compare con Salmo 92:14.
Realmente, sea delgada o gorda una persona, su actitud para con el alimento tiene mucho que ver con el que sea glotona o no. ¿Es el alimento la cosa importante en su vida? Si está en presencia de otros, ¿pasa por alto egoístamente las necesidades de ellos y toma mucho más de lo que le toca? ¿Pesa mucho más de lo debido pero se niega en absoluto a ejercer restricción en cuanto al alimento, hartándose habitualmente? ¿Se siente incómodo, quizás hasta enfermándose, debido a haber comido demasiado? Si éste es el caso como cosa común y corriente, el individuo tiene un problema definitivo. Tiene que aprender a ejercer gobierno de sí mismo.
En esferas de esta índole, es bueno que el cristiano examine sus inclinaciones. Está bajo el mandato divino de hacer todas las cosas, incluso el comer, para gloria de Dios. (1 Cor. 10:31) Manifiestamente el individuo que se harta siempre que se le da la oportunidad no está glorificando a Dios. Deteriora sus facultades mentales y físicas. Debido a su falta de gobierno de sí mismo, otros llegan a considerarlo con desdén, y le acarrea vituperio a Jehová Dios. Es por eso que el que persiste en convertirse en glotón no tiene cabida en la congregación del pueblo de Dios. La avidez, con la cual está asociada definitivamente la glotonería, es una de las obras de la carne caída. Concerniente a los que se entregan a tales obras el inspirado apóstol Pablo escribió a los gálatas: “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”—Gál. 5:21.
De modo que el cristiano tiene buena razón para trabajar duro en ser un buen ejemplo en moderación. Su relación con Dios está envuelta.