Preguntas de los lectores
● Salmo 5:4 dice en cuanto a Jehová: “Nadie malo puede residir contigo por tiempo alguno.” ¿Por qué, pues, permitió Jehová que Satanás permaneciera en el cielo por milenios y que hasta entrara en Su presencia en ocasiones?—EE. UU.
El contexto revela que Satanás no ‘residió’ con Jehová Dios en el sentido a que hace referencia el salmista David. En el quinto salmo, David expresó confianza en el hecho de que Jehová estuviera dispuesto a escuchar su oración. Luego, al presentar su razón por esto, David señala la justicia de Dios, diciendo: “Porque tú no eres un Dios que se deleite en la iniquidad; nadie malo puede residir contigo por tiempo alguno.” (Sal. 5:3, 4) El “residir” así con Dios significa ser un huésped aprobado en su casa o santo templo. (Compare con Salmo 15:1-5.) Esto se hace patente al considerar las palabras posteriores de David. Contrastando su propia situación con la de los que practican lo que es malo, a quienes no se les permite “residir’ con Jehová, él dice: “En cuanto a mí, en la abundancia de tu bondad amorosa entraré en tu casa, me inclinaré hacia tu santo templo en temor de ti.”—Sal. 5:7.
A Satanás el Diablo se le permitió que continuara en el cielo por milenios y en ciertas ocasiones (evidentemente por alguna razón específica) se le permitió que estuviera presente en asambleas de los hijos de Dios. (Job 1:6, 7; 2:1) Pero solo fue a causa de una cuestión moral que necesitaba ser zanjada que Jehová Dios toleró la presencia de Satanás en los cielos. Como es evidente del libro de Job, Satanás sostuvo que todas las criaturas inteligentes eran básicamente egoístas y resultarían ser infieles y desleales a Dios si la obediencia a Él ya no pareciera ser un derrotero de ganancia material o personal. (Job 2:4, 5) A fin de que esta cuestión universalmente importante se pudiera zanjar, Jehová Dios permitió que Satanás tratara de probar su afirmación. Esto permitió que Satanás usara su influencia al tratar de persuadir a otros hijos angélicos a hacer valer su independencia, lo cual los puso a prueba en cuanto a su lealtad a Dios.
Muchos ángeles sí se hicieron desleales. Pero todos esos ángeles infieles, aunque todavía tenían acceso a los cielos, perdieron sus posiciones de confianza y responsabilidad. Fueron degradados, colocados bajo restricción y privados de más esclarecimiento divino. En Judas 6 se habla figurativamente de esta situación: “A los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.”
Así estos ángeles infieles fueron expulsados de la familia de Dios de criaturas espíritus leales. Ni ellos ni su gobernante, Satanás, continuaron residiendo con Jehová Dios de la manera que habían disfrutado como sus hijos obedientes. Aunque tenían acceso a la región celestial, ahora eran parias.
● ¿Por qué se refieren las publicaciones de la Watch Tower a solo siete potencias mundiales, cuando obviamente hubo otros imperios poderosos a través de los siglos?—EE. UU.
Las publicaciones de la Watch Tower no son arbitrarias al referirse a solo siete potencias mundiales. Lo hacen estrictamente en un contexto bíblico y no de una manera general o seglar. El libro bíblico de Revelación menciona específicamente “siete reyes.” En Revelación 17:10 leemos: “Hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado.”
Manifiestamente, a través de los siglos ha habido muchos más que siete “reyes” literales que han ejercido gobernación. De modo que los siete “reyes” mencionados aquí tienen que representar reinos o imperios en particular, de los cuales el sexto ejercía gobernación al tiempo en que el apóstol Juan registró esas palabras. El libro de Daniel revela el nombre de tres de estos imperios... Babilonia, la potencia binaria de Media y Persia, y Grecia. (Compare con Daniel 2:37-43; 7:1-7; 8:20, 21.) Estas tres grandes potencias tenían tratos directos con el antiguo pueblo pactado de Dios, los israelitas.
Con este indicio del libro de Daniel, podemos identificar a los otros “reyes” de los siete mencionados en Revelación 17:10. Tienen que ser grandes imperios que tuvieron tratos directos ya sea con el antiguo pueblo pactado de Dios o con su nueva nación del Israel espiritual, compuesta de discípulos leales de Jesucristo. (Rom. 2:28, 29; Gál. 6:16) Antes que Babilonia destruyera a Jerusalén y desolara la tierra de Judá, otros dos imperios grandes ejercieron considerable influencia sobre los israelitas. El primero, Egipto, los esclavizó por muchos años, y el segundo, Asiria, destruyó al reino de diez tribus de Israel y también devastó numerosas ciudades de Judea. Después de Babilonia, Persia gobernó a Judea hasta que el gobierno griego suplantó al de Persia; y más tarde Roma dominó a los judíos.
Por lo tanto, los cinco reyes que habían “caído” para el tiempo en que el apóstol Juan escribió Revelación (alrededor de 96 E.C.) eran: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia. La potencia mundial que entonces gobernaba era la de Roma. En cuanto a la que habría de venir, la Potencia Mundial Angloamericana resalta muy prominentemente entre las que han ejercido gran autoridad desde los días de Roma de la antigüedad. Y la historia confirma que, durante la I y II Guerras Mundiales, la Potencia Mundial Angloamericana adoptó medidas fuertes contra los que son israelitas espirituales.a
Por lo tanto, aunque ha habido otras grandes potencias, solo siete de éstas cuadran con la designación bíblica de “siete reyes.”
[Nota]
a Para detalles, vea el libro “Hágase tu voluntad en la Tierra,” páginas 191 a 194, y ¡Despertad! del 8 de marzo de 1971, páginas 20-23.