Un hombre dedicado a un solo propósito
EN LAS horas de la madrugada del jueves 23 de enero de 1975, John Otto Groh terminó cuarenta y un años de servicio fervoroso a Jehová su Dios. Los testigos de Jehová que lo conocieron lo recordarán como un hombre dedicado a un solo propósito. Nació en Kulm, Dakota del Norte, el 3 de julio de 1906, y de joven, con instrucción universitaria, llegó a ser un metalúrgico investigador. Entonces, en abril de 1934 se bautizó, y ocho años después él y su esposa Helen empezaron a dedicar todo su tiempo a la publicación de las buenas nuevas del reino de Dios en la zona de Pittsburgo, Pensilvania. En 1953 llegaron a ser miembros de la familia de Betel de Brooklyn, y con el tiempo el hermano Groh llegó a ser el principal comprador para la Sociedad Watchtower. Fue miembro del cuerpo gobernante mundial de los testigos de Jehová. Muchas personas también recordarán al hermano Groh por el papel clave que desempeñó en superentender muchas asambleas grandes que los testigos de Jehová celebraron en Nueva York y en otras partes. El servicio conmemorativo se celebró en el Salón del Reino en el Betel de Brooklyn, y hubo muchos negociantes, conocidos del hermano Groh, entre los que estuvieron presentes para oír acerca de la feliz esperanza a la cual se atenía este hombre amigable de un solo propósito. Como dijo el orador en esa ocasión, el hermano Groh por su fiel proceder había salido victorioso. (1 Cor. 15:57) De él, así como de otros ungidos que completan su asignación terrestre, se puede decir: “Porque las cosas que hicieron van junto con ellos.”—Rev. 14:13.