¿Alguna prueba de la Trinidad en 1 Juan 5:7, 8?
POR largo tiempo los doctos bíblicos han puesto en tela de juicio la autenticidad de ciertas palabras que se hallan en 1 Juan 5:7, 8. Pero puesto que estas palabras sí aparecen en el Textus Receptus (“Texto Recibido”), se encuentran en las versiones Valera, Torres Amat y otras, en español, y versiones como la King James y la Douay en inglés. Sin embargo, a medida que fue aumentando la prueba de que esas palabras eran espurias parece que los que creían en la Trinidad tomaron una acción demoradora contra el expurgarlas de traducciones de la Biblia al inglés.
Por ejemplo, el famoso docto bíblico católico romano inglés, monseñor Knox, tiene en su traducción (1944) una nota al pie de la página que dice: “Este versículo no aparece en ningún buen manuscrito griego. Pero puede ser que las versiones latinas hayan conservado el texto verdadero.” Y en el cuerpo principal de su texto la traducción católica Confraternity (1941) dice: “Pues hay tres que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y hay tres que dan testimonio en la Tierra: el Espíritu, y el agua, y la sangre; y estos tres son uno.” En una nota al pie de la página, esta traducción declara: “Según la evidencia de muchos manuscritos, y la mayoría de los comentaristas, estos versículos deben decir: ‘Y hay tres que dan testimonio, el Espíritu, y el agua, y la sangre; y estos tres son uno.’” Sin embargo, la nota al pie de la página agrega: “La Santa Sede se reserva el derecho de formar juicio finalmente sobre el origen de la lectura presente.”
A Catholic Commentary on Holy Scripture (1953) se toma la libertad de explicar cómo el Padre, el Verbo (Jesús) y el Espíritu Santo dan testimonio de la divinidad de Cristo. Entonces, explicando las palabras “y estos tres son uno,” esta obra declara que “tienen una sola e idéntica naturaleza.” Sin embargo, entonces remite a otra página (que probablemente la mayoría de los lectores no consultaría). Allí uno encuentra una admisión de que por lo general ahora se toma este pasaje por una glosa que se introdujo furtivamente en los manuscritos latinos antiguos, de la Vulgata y griegos. Puesto que eso es cierto, ¿por qué se intentó explicarlo?
En contraste está la nota al pie de la página que aparece tanto en la versión en inglés (1966) como en la versión en español de la Biblia de Jerusalén (1967), que no tiene las palabras agregadas en el cuerpo principal de su texto. Esta dice: “El texto de los vv. 7-8 está recargado en la Vulg. por un inciso (más abajo, entre paréntesis) ausente de los mss griegos antiguos, de las antiguas versiones y de los mejores mss de la Vulg., y que parece una glosa marginal introducida tardíamente en el texto: ‘Pues tres son los que dan testimonio (en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno; y tres son los que dan testimonio en la tierra): el Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres son uno’.”
Es significativo que las palabras espurias de que tratamos no se hallan en la más reciente traducción católica romana en inglés, The New American Bible. Pero, ¿cómo se deslizaron furtivamente en los manuscritos bíblicos? Probablemente un copista excesivamente celoso deliberadamente insertó esta declaración a fin de apoyar la enseñanza de la Trinidad. Sin embargo, no hay prueba de esa doctrina falsa aquí ni en ninguna otra parte de las Santas Escrituras.